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Origen de los primitivos primates.

 Magnussen Saffer, Mariano (2013). Origen de los primates primitivos. Paleo, Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico. Año 11. 94: 15-27. 

El orden Primates hace parte del clado Euarchontoglires el cual se ubica dentro de Eutheria en la clase Mammalia. Estudios genéticos realizados en primates, colugos y tupayas demostraron que las dos especies de colugo están más relacionados con los mamíferos que a los tupayas, a pesar de que en una época los tupayas fueron considerados primates. Estos tres órdenes integran el clado Euarchonta. Este clado combinado con los glires (integrado por Rodentia y Lagomorpha) forma el clado Euarchontoglires. En ocasiones, tanto Euarchonta como Euarchontoglires son clasificados como superordenes. Algunos consideran a Dermoptera como un suborden de Primates y llaman «primates verdaderos» al suborden Euprimates.

Se cree que el origen de los primates se remonta a por lo menos hace 65 millones de años, a pesar que el primate más antiguo conocido con certeza en el registro fósil es Plesiadapis, de 58 a 55 millones de años atrás (finales del Paleoceno a inicios del Eoceno).

De otro mamífero, Purgatorius, que existió durante el inicio del Paleoceno y posiblemente el Cretácico tardío, no se sabe con certeza si es un primate o un plesiadapiforme. Otros estudios, que incluyen análisis mediante la técnica de reloj molecular, estiman el origen de los primates hace aproximadamente 85 millones de años, a mediados del Cretácico tardío.

En la cladística moderna, el orden Primates es monofilético. Se cree que el suborden Strepsirrhini se separó de la línea primitiva de los primates hace alrededor de 63 millones de años, aunque de acuerdo a los análisis moleculares pudo ocurrir antes. Las siete familias de estreptirrinos están conformadas por las cinco familias de lémures y las otras dos los lorísidos y los galágidos. Las clasificaciones anteriores incluía a Lepilemuridae dentro de Lemuridae y Galagidae dentro de Lorisidae.

Durante el Eoceno, la mayor parte del hemisferio norte fue dominad por dos grupos, los adapiformes y los omomiidos. El primero es considerado un miembro de Strepsirrhini, pero no posee un peine dental como los lémures modernos; publicaciones recientes han sugerido que Darwinius masillae se ubica dentro de este grupo. El segundo estaba relacionado estrechamente con los tarseros, monos y hominoideos. No existe claridad como estos dos grupos se relacionan a los primates vivientes. Omomyidae desapareció hace alrededor de 30 millones de años, mientras Adapiformes sobrevivió hasta hace 10 millones de años


Plesiadapis. Gervais, 1877.

     

Paleoceno-Eoceno. Es un género extinto de mamíferos plesiadapiformes que vivió en el Paleoceno-Eoceno, hace unos 55-58 millones de años en Europa y Norteamérica. Su aspecto era similar al de una ardilla, con las que no guardan ninguna relación. Plesiadapis tenía todavía garras y los ojos situados lateralmente, lo que lo hacía más rápido en tierra que en los árboles; no obstante, pasaría mucho tiempo en las ramas bajas, alimentándose de fruta y hojas. Se sabe que los Primates derivaron evolutivamente de un pequeño mamífero arborícola, parecido a una ardilla. Un buen ejemplo al respecto debió ser el  Plesiadapis, que vivió hace unos 60 m.a. El pequeño Plesiadapis fue derivando hacia variedades y razas cada vez más grandes y pesadas de su especie, y hacia nuevas especies arborícolas de mayor tamaño físico. El Plesiadapis conseguía moverse corriendo por entre las ramas de los árboles, igual que cuando corría por el suelo, porque las ramas eran superficie suficiente de sustentación. Pero las especies arborícolas de mayor tamaño que derivaron de él, empezaban a tener problemas, por el mayor tamaño de su cuerpo, para moverse por las ramas, que se les empezaban a quedar pequeñas. Por esto tuvieron que transformar su anatomía para acostumbrar a desplazarse de otra manera entre ellas. Como ya no podían correr mediante extremidades de apoyo, como los cuadrúpedos terrestres y su antiguo antecesor el pequeño mamífero arborícola, sobre las que ya les resultaban pequeñas ramas, tuvieron que evolucionar hacia un sistema de extremidades prensiles, que les permitirían abrazarse y colgarse.


Pseudoloris cuestai.

Eoceno y Oligoceno. Es un género extinto de primate haplorrino que existió en Europa. Sus restos fósiles han aparecido en España, Francia y Reino Unido. Se trata de animales insectívoros de hábitos probablemente nocturnos. Pseudoloris cuestai habría sido un primate medio dentro de su género y se diferencia claramente de los restos encontrados en las cuencas pirenaicas como P. isabenae de Capella (La Ribagorza aragonesa), P. parvulus de Sossís (el Pallars Jussà catalán) o P. pyrenaicus de Sant Jaume de Frontanyà (el Berguedà catalán). Estas diferencias dan más fuerza a la teoría de que las faunas de mamíferos de las cuencas occidentales de la Península Ibérica eran muy endémicas, tal y como ya lo mostraba el hallazgo de otras especies de perisodáctilos, artiodáctilos, roedores y primates adapiformes como el género Mazateronodon, descrito por los mismos investigadores en el año 2010. Las diferentes especies extintas de Pseudoloris eran primates pequeños, de unos 40 gramos, y tendrían un modo de vida similar a los actuales gálagos: de vida nocturna y con una dieta que incluiría insectos y otros pequeños animales. La proporción de insectos en su dieta sería más importante que en otros pequeños primates, como los adapiformes. Pseudoloris tendría algunos rasgos morfológicos muy parecidos a los actuales tarsios. Esta nueva especie del género Pseudoloris ha sido bautizada en honor del paleontólogo Miquel Ángel Cuesta Ruiz-Colmenares de la Universidad de Salamanca, en reconocimiento a sus trabajos en vertebrados del Eoceno en España. Los primeros restos de Pseudoloris documentadas en la Península Ibérica se deben a Miquel Crusafont, en 1967, cuando identificó restos de Pseudoloris parvulus en Sossís, y describió dos nuevas especies P. reguanti a partir de restos fósiles de Sant Cugat de Gavadons y P. isabenae de Capella. Los tres investigadores que firman este artículo, Raef Minwer-Barakat, Judit Marigó y Salvador Moyà, han publicado en los últimos meses otros trabajos sobre primates adapiformes y omomiformes, que representan las formas más antiguas del orden de los primates y que fueron abundantes y variadas en el hemisferio norte durante todo el Eoceno.


Darwinius massillae. Franzen et al., 2009

Eoceno Medio. Es una especie extinta de primate estrepsirrino del infraorden Adapiformes que vivió en Europa hace unos 47 millones de años, en el Eoceno Medio. Su nombre es en homenaje a Charles Darwin en el bicentenario de su nacimiento. El único fósil conocido de esta especie se encontró en 1983 en el sitio fosilífero de Messel, a unos 35 kilómetros al sureste de Fráncfort (Alemania); las siglas que lo identifican son: Placa A (PMO 214.214) y Placa B (WDC-MG-210). El fósil corresponde a una hembra joven, de aproximaamente 58 cm de longitud; se estima que tenía entre el 80 y 85% de la longitud definitiva de su cuerpo y miembros. Tiene un papel destacado en el estudio de la evolución de los primates. Cuando fue descubierto, se dividió en dos partes para venderse por separado a diversos aficionados, no teniéndose noticias del mismo hasta el año 2006. Se le apodó con el nombre de "Ida" en honor a la hija de Jørn Hurum, el paleontólogo noruego que garantizó la búsqueda de una parte de los fósiles de un propietario anónimo para comenzar de nuevo la investigación. Ida es una muestra de una extinción de especies primates filogenéticamente ancestrales que vivieron hace 47 millones de años. Se dice que es importante como una forma transitoria (el llamado "eslabón perdido") entre el principios de los primates primitivos y los simios. La criatura parece superficialmente un lémur. Originalmente se pensó que Ida fue un lémur primitivo, pero las pruebas comparativas se han puesto de manifiesto a las características antropoides. Esto indica que es un fósil de transición entre los primates primitivos y el linaje humano. Dos de las principales características anatómicas encontradas en los lémures de la actualidad son una garra ósea en el pie y una fila de dientes fundidos, incluyendo un colmillo en la mandíbula inferior, y éstos no están presentes en el fósil. En lugar de esto, se encuentran los ojos frente a frente como en los seres humanos, además de uñas en lugar de garras y dientes similares a los de los monos. Ida además cuenta con cinco dedos con pulgares opuestos, similar a la fisionomía humana. Esto le proporcionaba un "agarre de precisión", que, para Ida, era útil para la escalada y la recolección de frutas.


Propliopithecus.

Oligoceno. Es un género extinto de primate catarrino que existió durante el Oligoceno (contemporáneo del Aegyptopithecus, de hecho se ha considerado que sean el mismo género), hallado en los sitios fósiles de El Fayum (Egipto). Es un catarrino arcaico, y se piensa que es un ancestro común de simios y de monos del Viejo Mundo. Igualmente, al Propliopithecus se le puede considerar, o relacionar de cerca con un antepasado directo, de los seres humanos. Tendría unos 40 cm de longitud; posiblemente muy semejante al gibón; ojos con visión estereoscópica y por su dentición se deduce que era omnívoro.


Aegyptopithecus zeuxis. Simons, 1965.

Oligoceno. És un primitivo catarrino fósil anterior a la divergencia que dio lugar a los dos superfamilias de catarrinos, Hominoidea (grandes simios y humanos) y Cercopithecoidea (monos del Viejo Mundo). El primer cráneo fue encontrado en 1966 y se conoce una sola especie A. zeuxis que vivió hace 35-38 millones de años, al inicio del Oligoceno. Es bastante semejante a los actuales monos (tiene la misma talla que el mono aullador, Alouatta). Los fósiles de Aegyptopithecus se han encontrado en El Fayum (Egipto). Es un enlace crucial entre los fósiles del Eoceno y los homínidos del Mioceno. Aegyptopithecus zeuxis debió pesar unos 6,7 kg. Tenía una fórmula dental 2:1:2:3, tanto en la mandíbula superior como en la inferior, con los molares inferiores en incremento posteriormente. Los molares muestran la adaptación llamada de compartimentalización. Los caninos mostraban dimorfismo sexual. Su morfología dental sugiere que comía hojas y frutas. Tenía hallux en los pies. Era cuadrúmano y arborícola, como lo sugiere la morfología del primer metatarsiano y del talón Aegyptopithecus zeuxis compartía características con los haplorinos, como la mandíbula fusionada, sínfisis frontal, clausura postorbital, y tori superior e inferior transversal. El Aegyptopithecus tenía un cerebro inusualmente pequeño para un primate. Se considera un antepasado común de los monos del viejo y del nuevo mundo, o por lo menos pariente cercano de alguno de ellos.


Proconsul heseloni. Walker et al., 1993

Mioceno Inferior. Es una especie extinta de primate catarrino perteneciente a la familia Proconsulidae en base a un fragmento craneal y buena parte del postcráneo hallado en Kenia en estratos de entre hace 18,5 y 17 millones de años. P. heseloni es la más pequeña de las cuatro especies con un peso promedio estimado, en base a varios especímenes, de 10,9 kgs.


Morotopithecus bishopi. Gebo et al., 1997.

Mioceno Inferior. Es una especie extinta de primate hominoideo, descubierta en yacimientos del Mioceno Inferior del distrito de Moroto, Uganda. La posición filogenética de Morotopithecus bishopi se debate en la medida en que desafía conceptos establecidos en la conexión entre los primates del Mioceno y los homínidos existentes (es decir, los grandes simios). Los análisis filogenéticos indican que Morotopithecus es posterior a Proconsul, Afropithecus y Kenyapithecus, pero anterior a Oreopithecus, Sivapithecus y Dryopithecus. Morotopithecus parece ser un taxón hermano de los grandes simios existentes, mientras que los Hylobates (gibones) parecen haberse separado antes de que este clado apareciera. Sin embargo, se cree que los gibones se separaron hace 18 millones de años, mientras que Morotopithecus está fechado en más de 20,6 millones de años, por lo tanto esta especie es una de las que entra en contraposición con la clasificación filogenética de la superfamilia Hominoidea, dejando abierta la posibilidad de contemplar una reclasificación a medida que se encuentren nuevos fósiles.


Victoriapithecus.

Mioceno. Este fósil, de 15 crones de edad, fue encontrado por Benefit y McCrossin en la isla Makobo del Lago Victoria (Kenia). El fósil proviene de un sitio que había sido previamente investigado por Louis Leakey en 1949. Junto con el cráneo se han extraído unos 2000 fósiles pertenecientes a este grupo de primates que floreció durante el Mioceno, entre los 7 y 23 crones. Desde un punto de vista evolutivo la isla de Makobo resulta muy interesante porque los primates que la habitaron no tenían competencia. Se trata de un cráneo que se caracteriza por tener una caja craneal baja, una cara alargada y grandes dientes adaptados para el consumo de frutos y no de hojas. La frente, las mejillas y los cuencos oculares se asemejan en conjunto a una versión más pequeña del Orangután. Estas características anatómicas se alejan de las que se esperaban encontrar para el posible ancestro de todos los monos, grandes simios y el hombre: cabeza redondeada, cara y dientes pequeños, estos últimos adaptados para el consumo de hojas.


Kenyapithecus wickeri. Leakey, 1962

Mioceno medio. Es una especie extinta de primate hominoideo que solo se conoce por sus restos fósiles descubiertos por Louis Leakey en 1961 en el sitio denominado Fort Ternan en Kenia. La mandíbula superior y los dientes fueron datados en 14 millones de años. Una hipótesis establece que Kenyapithecus, que es un simio, podría ser el ancestro común de todos los grandes simios. Investigaciones más recientes sugieren que Kenyapithecus es más primitivo que el antepasado común propuesto y que es sólo ligeramente más moderno que el entonces Proconsul considerado también como un simio. La evidencia sugiere que Kenyapithecus wickeri fue una de las especies que inició la radiación de simios fuera de África. Teniendo en cuenta el aspecto moderno de los dientes de Kenyapithecus Louis Leakey afirmó que Kenyapithecus es "un ancestro temprano de la humanidad." (Science August 27 1999, Carl Zimmer). Kenyapithecus posee adaptaciones craneodentales las cuales se encuentran también en los monos Pitheciinae para comer frutos duros tales como nueces. Kenyapithecus también posee adaptaciones en los huesos de las extremidades adaptadas para desplazarse "sobre los nudillos" (en realidad es sobre la cara anterior de las segundas falanges de los dedos segundo a quinto) en un modo de locomoción semiterrestre. Esto indicaría que antes de la evolución del bipedalismo los ancestros del hombre se desplazaban "sobre los nudillos". Kenyapithecus wickeri tienen características distintivas, especialmente los detalles en el diente canino el cual es similar a los simios modernos.


Equatorius africanus.

Mioceno medio. Es un género de primates hominoideos que existieron hace 15,58 o 15,36 millones de años durante el Mioceno. Un esqueleto parcial del Mioceno medio fue recuperado de los sedimentos Muruyur cerca Kipsaramon en las colinas de Tugen, distrito de Baringo, en Kenia, en una expedición para encontrar fósiles de otro homínido para su mejor estudio: el Kenyapithecus. Los restos, que reunían la mayor parte del esqueleto superior, representaban un género nuevo. El hallazgo abre luz sobre una época de la que se han obtenido muy pocos restos fósiles de hominoideos. Hace 22 millones de años la rama de los primates que derivó en la superfamilia Hominoidea comenzaba a aparecer en África del Este y se dispersó en muchas especies y géneros, pero hace unos 15 millones de años se cree que la gran mayoría de ellos se extinguieron; sólo se habían recopilado restos de dos especies de Keniapithecus: el k. wickeri y el k. africanus, pero este descubrimiento hace pensar a científicos como Ward que el Keniapithecus africanus podría considerarse dentro del género Equatorius.


Dryopithecus wuduensis. Xue & Delson, 1988.

Mioceno superior. Es una especie extinta de monos del Viejo Mundo del género Dryopithecus, que se produjo durante el Mesiniano en China. La primera descripción en chino del D. wuduensis en 1988 se basó en un fósil encontrado en la provincia de Gansu, en el valle Longjiagou (coordenadas 33° 24' N, 104° 55' 12" E) del distrito de Wudu. El análisis bioestratigráfico del fósil indica que podría remontarse al límite inferior del Mioceno tardío, tal como aparece literalmente en la descripción original: "Mioceno superior (o inferior)". El espécimen holotipo (catalogado como XD47Wd001), fue descrito por primera vez por Xue Xiang Xu y Eric Delson usando fragmentos de dientes de la mandíbula inferior identificando molares y dientes conservados. El fósil desde 1947 hasta 1948 estuvo en posesión del profesor Wang Yong-Yan, en la Facultad de Geología de la Universidad del Noroeste de Xi'an.El nombre se deriva del griego Dryopithecus: "roble" y πίθηκος (píthēkos), que significa= "mono", significa "mono de los bosques de roble". El nombre de la especie, wuduensis se refiere a su procedencia de la ciudad de Longnan Wudu en la República Popular de China. La dentición de Dryopithecus wuduensis difiere significativamente de las especies del género Proconsul, Sivapithecus y Kenyapithecus y tiene más rasgos en común con las especies conocidas del género Dryopithecus, conocido principalmente de Europa. Sin embargo, la constitución grácil y el tamaño de los dientes - especialmente los premolares relativamente pequeños - los diferencia de los fósiles conocidos de D. fontani y D. crusafonti. Los fósiles de otras especies de Dryopithecus analizadas sugieren que se diferencian entre otras cosas, por la longitud de las raíces del diente con respecto a D. wuduensis.


Theropithecus brumpti. Arambourg, 1947

Theropithecus Theropithecus Theropithecus Theropithecus Theropithecus Theropithecus Theropithecus Theropithecus

     

Mioceno superior. Es una especie de mono del Viejo Mundo, encontrado sus descendientes únicamente en las tierras altas de Etiopía y Eritrea. Al igual que los babuinos, son terrestres y pasan el tiempo alimentándose en las praderas. se conocen fósiles del género procedentes de Sudáfrica, Malawi, República Democrática del Congo, Tanzania, Uganda, Kenia, Etiopía, Argelia, Marruecos, España e India. Probablemente al igual que sus actuales representantes, vivían en pequeños grupos compuestos por un macho, varias hembras y sus crías. Se alimentaban preferentemente de hierbas, comiéndose la planta entera, incluidas semillas, raíces y tallos. Tenían los pulgares oponibles más desarrollados de los monos del Viejo Mundo, lo que les permite separar con gran destreza las hierbas para encontrar las partes más nutritivas. Se sabe que también comían fruta.


Ramapithecus.  G.E. Pilgrirn(1910)

Ramapithecus Ramapithecus Ramapithecus Ramapithecus Ramapithecus Ramapithecus Ramapithecus Ramapithecus

Mioceno superior. Todas las primeras etapas en la evolución de los monos sin cola y los humanos tuvieron lugar en África. El mono sin cola más antiguo, Aegvptopithecus, se remonta has­ta hace unos 30 millones de años, cuando múlti­ples líneas de monos sin cola surgieron en el Mioceno, entre ellos el Proconsul y el Ramapithecus. Si se pudiera viajar al oriente de África de hace unos 10o 15 millones de años, se encontrarían docenas de especies de monos viviendo en los bosques y las sabanas abiertas. Los ejemplares más antiguos de Ramapithecus son de África, pero al parecer este mono sin cola pronto se extendió a muchas partes del mundo, entre ellas el sur de Europa, el Medio Oriente. India, el sur de Asia y China. Esta gran distribución de los monos primitivos sólo pudo suceder en eI Mioceno Medio, hace unos 13 millones de años, pues África había sido una isla hasta entonces. En esa época una estrecha faja de tierra se formó entre Egipto y Arabia, y los animales podían entrar y salir de África. Hasta la década de 1980 sólo se conocían los dientes y la mandíbula del Ramapithecus. Tales piezas parecían ser ''eslabones perdidos" entre los dientes y las mandíbulas de los monos sin cola y los humanos modernos, y caer en la línea humana. Entonces en 1983 se encontraron ejemplares más completos en India, e incluían un cráneo. Este mostraba una gran mandíbula es­trecha, dientes largos, un hocico largo como de mono y una cavidad craneana relativamente pequeña. Evidentemente el Ramapithecus no era una forma humana primitiva, sino que ahora parecía caer cerca del principio de la línea que condujo a los orangutanes, monos que hoy viven en el sureste de Asia. Las características "humanas" de los dientes deben contemplarse como desarrollos paralelos.


Pierolapithecus catalaunicus. Moyà-Solà et al., 2004

Mioceno Medio. Es una especie extinta de primate hominoideo descubierta en diciembre de 2002 por un equipo de paleoantropólogos catalanes dirigidos por Salvador Moyà-Solà. El único individuo conocido, que vivió hace unos 13 millones de años (mediados del Mioceno), una época escasamente estudiada, fue bautizado como «Pau». Su importancia estriba en que podría ser el antecesor común del hombre y los grandes simios (gorilas, chimpancés, bonobos y orangutanes). La descripción del descubrimiento se publicó por primera vez en la edición del 19 de noviembre de 2004 de la revista Science. El nombre genérico se tomó de la ubicación del descubrimiento en el municipio catalán de Els Hostalets de Pierola (Barcelona, España).El 5 de diciembre de 2002 aparece por casualidad al reparar un camino en las obras de ampliación del vertedero de Can Mata, en Els Hostalets de Pierola, un cráneo y una decena de dientes de un antropoide macho de entre 30 y 35 kg de peso de hace entre 12 y 13 millones de años que había sido devorado por carroñeros. La gran importancia del hallazgo reside en que corresponde a una franja cronológica de la que apenas existen fósiles y que es cuando debió existir el antepasado común de los grandes antropoides actuales. Tras la primera campaña de excavación del yacimiento entre mayo y julio de 2003 dirigida por el paleontólogo Salvador Moyà Solà, del Instituto de Paleontología Miquel Crusafont de Sabadell, y que recibió la visita a finales de junio del legendario F. Clark Howell, codirector del Laboratorio de Estudios Humanos de la Universidad de California en Berkeley, se han recuperado 40 fósiles, el análisis de los cuales no estará acabado hasta finales del año, pero del análisis inicial se destaca que se trata de un antropoide que abrió la vía evolutiva de la humanidad al empezar a desplazarse por los árboles en posición vertical, por lo tanto podría ser un antepasado común de humanos, chimpancés, gorilas y orangutanes.


Chororapithecus abyssinicus. Suwa et al., 2007

Mioceno Tardío. Es una especie extinta de primate hominoideo que vivió en Etiopía aproximadamente hace unos 10–10,5 millones de años, durante el Tortoniense (Mioceno tardío). Por el estudio de los dientes, el único resto fósil que se conserva, se interpreta como un antiguo miembro del linaje de los gorilas. Su antigüedad indica que el ancestro común más reciente entre humanos y gorilas existió hace 10 o 11 millones de años, al menos 2 millones años antes de lo que se había estimado con técnicas genéticas, ya que se pensaba que existió hace unos 8 millones de años


Nakalipithecus nakayamai. Kunimatsu et al 2007

Mioceno.  Es un hominoideo prehistórico que vivió a principios del Mioceno superior (hace unos diez millones de años) en lo que hoy en día es Kenia. La especie fue descubierta a partir de u maxilar y once dientes fósiles, descubiertos en el 2005 por un equipo de investigadores japoneses y keniatas en la región de Nakali (Norte de Kenia).el género recibió el nombre de simio de Nakali. El espécimen encontrado fue fechado en 2007 y las pruebas del Ar39-Ar40 lo datan entre hace 9,8 y 9,9 millones de años. Los dientes fósiles estaban cubiertos de esmalte grueso, lo que sugiere que la dieta de este homínido incluía una considerable cantidad de objetos duros, posiblemente, nueces o semillas. De acuerdo con investigadores de la Universidad de Kyoto, Nakalipithecus está muy próximo de ser el último ancestro común entre gorilas, chimpancés y humanos. Por lo tanto, puede ser considerado un miembro basal de la subfamilia homininae, antes de que se dividiera en los tres linajes vivos de hoy en día. El Nakalipithecus también se asemeja al género Ouranopithecus, otra especie de homínidos prehistóricos encontrados en la actual Grecia. Probablemente era un animal un poco más pequeño que las hembras de gorila y debía vivir en zonas boscosas, debido a los descubrimientos de fósiles de otras especies animales.


Anoiapithecus brevirostris. Moyà-Solà et al., 2009

Mioceno. Es una especie extinta de primate hominoideo, la única especie del género Anoiapithecus, un género extinto de simios que se cree estar estrechamente relacionados con Dryopithecus. Ambos géneros vivieron durante el Mioceno, aproximadamente hace 12 millones de años. Los especímenes fósiles nombrados por Salvador Moyà-Solà de Anoiapithecus brevirostris se encontraron en yacimientos de España. El nombre procede del Río Noya (en catalán Anoia), donde se encontró el fósil. Se le dio el apodo de Lluc (el que ilumina).El 3 de noviembre de 2005 el equipo investigador que publicó en 2004 el estudio sobre los restos del Pierolapithecus catalaunicus, conocido como Pau, dirigido por Salvador Moyà Solà, dio a conocer el hallazgo de un nuevo antropomorfo en Hostalets de Pierola (Barcelona). La aparición de nuevos yacimientos y restos de simios han llevado a la constitución del proyecto SOMHI (Searching for the Origins of Modern Hominoides Initiative, es decir, la Inicitiva para la Búsqueda de los Orígenes de los Homínidos Modernos), un equipo para la investigación más amplia en el triángulo formado entre las localidades de Masquefa, Esparraguera y Piera (Barcelona), constituido por investigadores del Institut Miquel Crusafont, el departamento de Estratigrafía de la Universidad de Barcelona, el departamento de Antropología de la Universidad Autónoma de Barcelona y la empresa especializada Paleotheria, SCP. En esta zona existen sedimentos de más de 500 metros de grueso que cubren desde el Mioceno Medio hasta el Mioceno Superior. Es decir, se podrá reconstruir la historia de las especies que vivieron hace entre 8 y 14 millones de años, un período clave en la evolución de los antepasados de todos los simios actuales, desde orangutanes, gorilas y chimpancés hasta la especie humana.


Hispanopithecus laietanus. Villalta & Crusafont, 1944.

Mioceno. Es una especie de homínido extinto del Mioceno (de hace aproximadamente 9,5 millones de años) cuyos fósiles se han encontrado en Can Llobateres (Sabadell) y otros puntos de Cataluña (España). Los primeros restos de esta especie fueron encontrados en Seo de Urgel a principios del Siglo XX, pero el ejemplar más completo (apodado como Jordi) es un ejemplar hallado en el yacimiento de Can Llobateres por el equipo de Salvador Moyà-Solà. Investigadores del ICP publicaron en la prestigiosa revista “Journal of Human Evolution” una cuidada reconstrucción del paleoambiente en el que vivió el homínido fósil Hispanopithecus laietanus, conocido popularmente como Jordi. Esta investigación se adentra en las causas que llevaron a la extinción a los homínidos que poblaron Europa durante el Mioceno, hace entre 15 y 9 millones de años. Los restos fósiles de este primate encontrados en Catalunya son los más modernas que se conocen de Europa occidental, y por lo tanto son importantes para entender la extinción de los grandes antropomorfos europeos durante el Mioceno superior. Los restos fósiles vegetales recuperados en las excavaciones hechas por un equipo del ICP en Can Llobateres (Sabadell) durante el verano de 2010 tienen un buen grado de conservación y son más diversas que las conocidas hasta ahora. Este yacimiento, descubierto en 1926, es conocido internacionalmente porqué se han recuperado los restos fósiles más completos del homínido Hispanopithecus laietanus, correspondientes al esqueleto parcial de un macho adulto que Salvador Moyà y su equipo bautizaron como Jordi. Los restos botánicos pertenecen a capas fosilíferas cercanas a donde se han encontrado los restos de homínidos, cosa que ha permitido recuperar muchos datos sobre el paleoambiente en el que vivió este primate. Los resultados los recoge el artículo ‘The paleoenvironment of Hispanopithecus laietanus as revealed by paleobotanical evidence from the Late Miocene of Can Llobateres  (Catalonia, Spain)’, publicado ahora online, que firman el experto en paleobotànica Josep Marmi y otros investigadores del ICP. Las plantas recuperadas nos indican una área pantanosa con carrizo, palmeras, helechos, lauráceas de hoja perenne y ficus arbóreos, lo cual es consistente con el registro faunístico de este yacimiento, típico de ambientes forestales húmedos. Hispanopithecus habría preferido las áreas húmedas de las zonas bajas, donde podía encontrar frutos durante todo el año.  De hecho, este ambiente habría sido más común en la Cuenca del Vallès-Penedès entre hace 12 y 9,6 millones de años, pero cambios climáticos posteriores hicieron desaparecer los elementos tropicales, dando lugar a un dominio de árboles caducifolios también en las zonas húmedas. Esto habría dejado a Hispanopithecus sin suficiente alimento durante la estación desfavorable, en última instancia conduciéndolo a la extinción. Estos mismos factores estuvieron implicados en la extinción de otros homínidos europeos, a pesar de que dada la complejidad de los cambios paleoambientales locales asociados al cambio climático habría otros factores a tener en cuenta, sobre todo en Europa oriental y Asia.


Samburupithecus kiptalami. Ishida & Pickford, 1997.

Mioceno Tardío. El Samburupithecus es un género extinto de primate que vivió en Kenia durante mediados y finales del Mioceno. La única especie de este género, Samburupithecus kiptalami, es conocida sólo a partir de un fragmento de maxilar de hace a 9,5 millones de años, descubierto por Hidemi Ishida y Martin Pickford en 1997. El Samburupithecus tenía aproximadamente 60 kg y era probablemente un cuadrúpedo terrestre frugivoros. Reconstrucciones paleoambientales indican que lo más probable es que el Samburupithecus vivía en un hábitat boscoso rodeado de sabana. La definición de los rasgos craneales de este género son el hueso cigomático bajo, hueso alveolar recto y seno maxilar grande. La definición de los rasgos dentales incluyen tres raíces premolares, de esmalte espeso. A diferencia de muchos otros homínidos del Mioceno, el Samburupithecus tiene dientes alargados de adelante hacia atrás. Esta característica del taxón lo enlaza con gorilas, chimpancés y otros homínidoss, pero sus relaciones dentro de este clado son actualmente desconocidas.


Bibliografía Sugerida:

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