NATUar: Biografia de Miguel Lillo. Ángel Gallardo, Hendrik Weyenbergh, Félix de Azara,
   

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Miguel Lillo. Impulsor de la ciencia en el norte argentino.

 Magnussen Saffer, Mariano (2012). Miguel Lillo. Impulsor de la ciencia en el norte argentino. Paleo, Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico. Año 10. 75: 23-26.  marianomagnussen@yahoo.com.ar

El naturalista Miguel Lillo, oriundo de la provincia de Tucumán, descubrió numerosas especies de los ecosistemas del norte argentino, formó importantes colecciones y legó íntegramente sus posesiones a la investigación científica.

Desde su infancia realizó anotaciones que revelaron los múltiples intereses de Lillo, porque aunque su vocación eran las Ciencias Naturales y la Botánica, fue químico y docente de profesión, además de meteorólogo aficionado y eximio lingüista. Su educación formal concluyó con el bachillerato, pero no sus estudios, ya que toda su vida fue un verdadero sediento de conocimiento y gran autodidacta.

Miguel Ignacio Lillo nació en San Miguel de Tucumán 27 de julio de 1862. A los veinte años, en 1882, comenzó a profundizar sus conocimientos sobre la química, ingresando como aprendiz en una farmacia. A los pocos meses ya era docente de Química y Física en el Colegio Nacional y diez años más tarde dirigía la Oficina Química de la provincia, desde donde, publicó su primer trabajo científico.

En 1888 presewnto un interesante ensayo sobre la flora tucumana. Poco tiempo después era ayudante y discípulo de Federico Schickendantz químico y director de la oficina Química Municipal de Tucumán; Lillo le substituyó en tal cargo el año 1892. En 1914 la Universidad Nacional de La Plata le otorgó el título de Doctor Honoris Causa; tras enseñar química y física en el Colegio Nacional y en la Escuela Normal, desde el mismo año 1914 dio cátedra en la Universidad Nacional de Tucumán.

Miguel Lillo fue un naturalista completo como era el estilo de aquella poca. En 1897 hizo estudios bastante completos dentro del campo de los ofidios. Un año más tarde el Boletín de la Oficina Química le publica “Enumeración sistemática de los animales útiles o dañinos para la Agricultura” .

La ornitología tuvo en él a un gran cultor, conoció al Dr. Roberto Dabbene con quién intercambió inforación sobre el tema y trabajando en conjunto en más de una oportunidad. Se destacan sus trabajos “Enumeración sistemática de las aves de la provincia de Tucumán (Anales del Museo Nacional de Buenos Aires,1902). “Fauna Tucumana: Aves (Revista de Letras y Ciencias Sociales, Tucumán, 1905)

En sus largos viajes de recolección y reconocimiento describió algunas especies de aves nuevas en ese momento para la avifauna de Tucumán y con el tiempo reunió la mejor y mayor colección de aves de la provincia. Sus méritos en ese sentido fueron importantes destacándose los aportes dentro de las familias Tinamidae, Furnariidae, Psittacidae ect. La Asoc. Orniologica del Plata (hoy Aves Argentinas) lo nombró socio correspondiente desde su fundación en 1916.

Miguel Lillo fue un naturalista poco común: sagaz y observador en extremo; profundamente erudito y dotado de una extraordinaria vocación científica. Especializado en botánica, fue sin embargo buen escritor al dedicarse a otras ramas de la ciencia, en particular la química y la zoología.

Se dedicó a la investigación científica alternándola con la enseñanza en investigaciones públicas. Es relevante su contribución al conocimiento de los árboles de Argentina y de la familia botánica de las compuestas. Se empeñó también en la ornitología -disciplina en la cual también devino una autoridad-, la lingüística, la literatura clásica, estudiando asimismo las lenguas indígenas. Nombrado director del Museo de Historia natural de la Universidad de Tucumán y miembro de la Comisión Nacional de la flora argentina.

Fue un competente fitogeógrafo. Con viajes realizados entre 1885 y 1916, le permitieron conocer la provincia de Tucumán. Además recorrió gran parte de la República Argentina, desde Buenos Aires al norte. Sobresalen sus viajes de reconocimiento botánico a las provincias de Córdoba y de Santiago del Estero en 1885; a Cuyo, entre 1890 a 1891; Buenos Aires y Santa Fe de 1891 a 1902; a la provincia de Salta, en 1894. Por Chile en 1895. Además por Formosa, Chaco y la Mesopotamia argentina, llegando a la isla Martín García.

Realizó el primero de sus viajes de estudio a la provincia de Córdoba en 1888, con el objetivo de interiorizarse sobre los métodos botánicos que lo ayudaran a clasificar su ya numerosa colección. Por ese entonces se encontraba allí el naturalista alemán, Fritz Kurtz, quien respondió a todas sus inquietudes.

Ya con las herramientas necesarias para avanzar en sus investigaciones, el joven naturalista reinició sus excursiones botánicas, en las cuales también se interesó por otras áreas de las Ciencias Naturales, como el estudio de las aves y de los insectos.

En 1918 se retiró del ejercicio de la docencia, si bien mantuvo el cargo honorario de director del Museo de Historia Natural de la Universidad de Tucumán. En el mes de diciembre de 1930, ya poco antes de morir, donó todos sus bienes a la Universidad Nacional de Tucumán; tales bienes consistían en un amplio terreno, una considerable suma de dinero, su extensa biblioteca, su colección zoológica y su herbolario constituido por más de 20.000 ejemplares de unas 6.000 especies distintas. Con tal donación la Universidad Nacional de Tucumán constituyó la Fundación Miguel Lillo, inaugurada en 1933.

Recibió el Premio Francisco Pascasio Moreno en 1928. Vivió sus últimos años retirado en la casa que fue su legado, aunque sin que disminuyera su inquietud por el conocimiento. Hay que destacar que mantuvo el material recolectado en Tucumán. Antes de él hubo exploradores, pero las especies clasificadas fueron a engrosar las colecciones europeas.

Miguel Lillo falleció en la ciudad de San Miguel de Tucumán el 4 de mayo de 1931. En la paz de un frondoso jardín Botánico, una tumba guarda los restos del excepcional personaje de la ciencia argentina que fue Miguel Lillo. Sus biógrafos comentan que hasta en los últimos días de su vida Lillo tenía una libreta debajo de la almohada en la que escribía su diario. Tal fue su afan y perseverancia a lo largo de su vida que dejo plasmado sus observaciones hasta el ultimo momento.

Bibliografía Sugerida.

Aguilar, H. A. 2009. Miguel Lillo, un naturalista por vocación. El Carnotaurus. Boletin del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia – Año X1 – Número 109 – febrero de 2010. p 6-7

Anónimo, 1931. Dr. Miguel Lillo. [Necrológica]. El Hornero. Revista de la Asoc. Ornit. del Plata (Aves Argentinas) Buenos Aires. IV:475p

Magnussen Saffer, Mariano (2009). Reseña histórica de la evolución de la Ciencia Paleontológica en la Republica Argentina desde 1772 a 1910. Paleo, Boletín Paleontológico. Año 7. 41: 07-09.

Torres, A. 1958. Lillo, vida de un sabio. Universidad Nacional de Tucumán. Tucumán 336pp.

Pág web: lillo.org.ar

Rev. Muy Interesante nº312.-

 


Félix de Azara, el primer naturalista del Conosur.

Por Mariano Magnussen Saffer. Director de Grupo Paleo e Integrante del Museo Municipal Punta Hermengo. marianomagnussen@yahoo.com.ar.  Magnussen Saffer, Mariano (2012). Félix de Azara, el primer naturalista del Conosur. Paleo, Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico. Año 10. 77: 22-25.   

 Félix de Azara, fue un Naturalista y geógrafo español que llevó a cabo importantes estudios sobre geografía e historia natural del Río de la Plata y Paraguay. Azara también fue un militar, ingeniero, explorador, cartógrafo, antropólogo y humanista.

Félix de Azara, es considerado como el primer naturalista, precursor de las ciencias naturales en la región rioplatense. Describió principalmente las aves y los mamíferos de los territorios del Paraguay sur de Brasil y Misiones a fines del siglo XVIII, poco tiempo después que los padres jesuitas fueran expulsados de los territorios de España. La trascendencia de sus escritos originaron en un principio cierta polémica pero a medida que fue pasando el tiempo se le han reconocido los méritos.

Nació en Barbuñales España el 18 de mayo de 1742, aunque otros autores indican 1746, dentro de un seno familiar de economía acomodada, ya que su padre, Alejandro de Azara y Loscertales por entonces era Barón de Pertusa y Señor de Lizana. Sus hermanos, tenían cargos de relavancia, José Nicolás era diplomático, a la postre fue Embajador de España en Francia. Mateo, integró la Audiencia de Barcelona y Lorenzo era profesor en la Universidad de Huesca y Deán de su Cabildo Catedralicio.

Realiza sus estudios en la universidad de Huesca y luego en la Academia militar de Barcelona de dónde sale como cadete en 1764. Sirve en el regimiento de infantería de Galicia y obtiene el grado de lugarteniente en 1775. Fue herido en la guerra contra Argel y sobrevivió de milagro. Rechazó en 1815 la Orden de Isabel la Católica en protesta por los ideales absolutistas que reinaban en España. Parte hacia Sudamérica en 1781 para una misión de algunos meses y se quedará durante 20 años. Según sus propias palabras, inicialmente se dirigió a Asunción, capital de Paraguay, para realizar los preparativos necesarios y esperar al comisario portugués. Dada la tardanza del comisario portugués, Azara decidió emprender un viaje por su cuenta y realizar un mapa de la región.

En sus viajes, y casi por aburrimiento, tomó interés en los animales de las zonas que visitaba. Así, a pesar de saberse ignorante sobre el tema y creer que antes que él ya lo habrían hecho los viajeros y naturalistas de América, decidió apuntar sus observaciones y esperar a acabar sus otras obligaciones para publicar los materiales. Así, desprovisto de conocimientos científicos, se dedica al estudio de los mamíferos y las aves que encuentra. La única bibliografía de la que dispone es una traducción al español de las obras de Buffon (1707-1788).

Su obra más conocida es Viaje a la América meridional desde 1781 hasta 1801; publicada en francés en 1809, contiene datos de gran valor histórico y científico. Tanto sus Apuntamientos para la historia natural de los cuadrúpedos del Paraguay y del Río de la Plata (1802) como la Descripción e historia del Paraguay y del Río de la Plata (1847) constituyen asimismo una fuente inagotable de información. Confeccionó también un notable tratado sobre las aves del Paraguay, Apuntamientos para la historia natural de los pájaros del Paraguay y del Río de la Plata (1802-1805). En este libro, como en el dedicado a los cuadrúpedos, describió varias especies nuevas.

Su falta de conocimientos, concretamente su incomprensión de la gran diversidad de las especies, le lleva a realizar errores de juicio. Así, confunde las bataras de Paraguay (pertenecientes al género Myrmothera Vieillot, 1816) que él observa con los hormigueros de la Guayana descritos por Sonnini (pertenecientes al género Thamnophilus Vieillot, 1816).

Azara describió 448 especies, de las cuales la mitad eran nuevas. Finalmente fue llamado de vuelta a España en 1801 al cabo de 20 años de privaciones, sufrimientos y después de haber sobrevivido a diversos peligros, desde ataques de indios hasta serpientes venenosas. No aportó animales disecados, sino únicamente sus manuscritos sobre los mamíferos y reptiles del Paraguay y del río de la Plata. Azara no dibujó ni ilustró animales, sólo colectó varios centenares de aves y las preparó de acuerdo a sus posibilidades y conocimiento.

Muchos ejemplares tuvieron que ser descartados por haber llegado a destino en pésimas condiciones. De cualquier manera, algunas especies y pieles llegaron al Gabinete Real de Historia Natural, José Clavijo Fajardo elogió la colección y advirtió la falta de nombres científicos.

Respecto a otros reinos de la naturaleza no fue tan minucioso en sus observaciones, aunque debe considerárselo un gran biogeobrafo. En botánica por ejemplo sólo se ha ocupado de las cuestiones medicinales o utilitarias de varias especies de árboles y plantas comunes. Lo mismo podríamos referir a los demás ramas (peces, anfibios, reptiles, insectos etc).

Además de recorrer y describir una basta región del chaco y el litoral norteño, Azara visitó algunas zonas aledañas a la provincia de Buenos Aires conocida en ese entonces como línea de frontera:Areco, Luján, Mercedes, Guardia del Monte y Chascomús.

De regreso a Europa alrededor de 1801, pudo conocer a su hermano Nicolás, aunque más no sea por poco tiempo, realizó visitas a museos cotejando algunas colecciones, también conoció a destacados naturalistas y se vinculó a importantes sociedades científicas.

El fallecimiento de su hermano lo apenó mucho, por ello se mantuvo algo alejado de los quehaceres laborales pese a haber recibido varios ofrecimientos para ocupar cargos relevantes como el de virrey de México, que rechazó. Se retiróa su pueblo natal de Barbuñales y aprovechó el tiempo para ordenar algunos escritos y realizar algunas notas. Una pulmonía puso fin a sus días en octubre de 1821. Sus restos fueron depositados dentro del mausoleo de los Lastanosa, en la Catedral de Huesca.

Bibliografía sugerida.

Anónimo, 1916. Una carta inédita de D. Félix de Azara. Physis, 2 (10): 206-207. Buenos Aires.

Azara, F. de, 1941. Viajes por la América Meridional. Espasa  Calpe S.A. Viajes Clásicos. Madrid Tomos I y II .

Babini, J., 1954. La evolución del pensamiento científico en la Argentina. Ediciones La Fragua, pp. 1-30. Buenos Aires.

Carretero, A.M., 1970. Importancia de las obras de don Félix de Azara. En: volumen 6, pp. 173-182, de P. de ANGELIS. Editorial Plus Ultra. Buenos Aires.

Dohelo Jurado, M., 1923. El homenaje a D. Félix de Azara. Palabras de apertura. El Hornero, 2 (4): 300-302. Buenos Aires.

Mañé Garzón, F., 1996. Historia de la ciencia en el Uruguay. Volumen 1. Del descubrimiento al fin de las Misiones Jesuíticas, pp. 1-290. Volumen 2. De las Misiones Jesuíticas al fin del siglo XVIII, pp. 1-245. Colección del Rectorado, Universidad de la República, II y III. Montevideo.

Torres, L.M., 1929. Noticia biográfica de don Félix de Azara y examen general de su obra. Anales de la Sociedad Científica Argentina, 108 (2): 177-190. Buenos Aires.

 


Hendrik Weyenbergh, y su breve paso por la zoología en Argentina.

Por Mariano Magnussen Saffer. Integrante de Grupo Paleo, Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar y Fundación Argentavis. marianomagnussen@yahoo.com.ar

 - Magnussen Saffer, Mariano (2013). Hendrik Weyenbergh, y su breve paso por la zoología en Argentina. Paleo, Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico. Año 11. 92: 09-10. 

Nació en Haarlem, Holanda el día 6 de diciembre de 1842. Fue un zoólogo neerlandés nacionalizado argentino, que desarrolló parte de su carrera en Argentina, fundando el Museo de Zoología de Córdoba.

Llegó a la Argentina en 1872, siendo un joven doctor en ciencias naturales, a invitación de Carlos Germán Burmeister. Se le había ofrecido la cátedra de zoología de la Universidad Nacional de Córdoba, y se aplicó a la docencia, la investigación y la formación del museo, para el cual obtuvo numerosas piezas autóctonas.

El Museo de Zoología de la F.C.E.F. y N.. fue creado en el ámbito de la Academia Nacional de Ciencias en el año 1872, cuyos primeros científicos destacados fueron contratados por el entonces presidente Domingo F. Sarmiento.

El Museo ha resguardado valiosos especimenes colectados por los primeros investigadores de esta universidad, entre ellos, Hendrik Weyenbergh. La colección que se conserva y en parte se exhibe, corresponde a más de 600 ejemplares de fauna de vertebrados de nuestro país y de otros continentes (Fauna Exótica), como Ornitorrinco, Kakapo, Pavo Real, Águila Calva y Ave del Paraíso. Además cuenta con una colección de Oligoquetos terrestres (1.000 ejemplares), ácaros acuáticos (10.000 ejemplares) y otros invertebrados de importancia como Insectos, Crustáceos, Arácnidos, etc.

Una colección de Huevos de unas 100 especies de aves autóctonas clasificadas por especialistas, es otra de las atracciones del museo, además de las vitrinas ambientadas con grandes fotografías de ecosistemas de Córdoba, donde se destacan algunas de las especies de aves más representativas de ellos.

Su participación en la Universidad de Cordoba, tambien dejo huellas. Pero el origen de la Universidad Nacional de Córdoba donde se desempeño Hendrik Weyenbergh, se remonta al primer cuarto del siglo XVII, cuando los jesuitas abrieron el Colegio Máximo, donde sus alumnos –en particular, los religiosos de esa orden– recibían clases de filosofía y teología. Este establecimiento de elevada categoría intelectual fue la base de la futura Universidad.

Bajo la tutela de los jesuitas y el impulso del Obispo Juan Fernando de Trejo y Sanabria, en 1613, aunque no estaba autorizado para otorgar grados, se iniciaron los Estudios Superiores en el Colegio Máximo de Córdoba.

El Breve Apostólico del Papa Gregorio XV, fechado el 8 de agosto de 1621, otorgó al Colegio Máximo la facultad de conferir grados, lo que fue ratificado por el monarca Felipe IV, a través de la Real Cédula del 2 de febrero de 1622.

A mediados de abril de ese año, el documento llegó a Córdoba y el Provincial de la Compañía, Pedro de Oñate, con el acuerdo de los catedráticos, declaró inaugurada la Universidad.

Oñate redactó el reglamento del organismo, cuyos títulos tenían validez oficial. Con el nacimiento de la Universidad Nacional de Córdoba, familiarmente llamada Casa de Trejo, comenzó la historia de la educación superior en la República Argentina.

Tras conflictos con Burmeister que implicaron su separación temporal de la Universidad, se reintegró a ella y fue miembro fundador de la Sociedad Entomológica Argentina, eventualmente Sociedad Zoológica Argentina.

Como presidente de la SZA, dirigió el Periódico Zoológico y promovió la creación de la Academia Nacional de Ciencias, de la que fue el primer presidente.

Muy joven, en 1881, enfermó y regresó a Holanda, donde murió el 27 de julio de 1885 en la ciudad de Bloemendaal.

Bibliografía Sugerida.

AUZA, N. T., 1989-1990, "El desarrollo científico argentino en la segunda mitad del siglo XIX". Boletín de la Academia Nacional de la Historia, LXII-LXIII:395-427.

BUSANICHE, J. L, 1958, "Estudio preliminar", en PARISH, W., Buenos Aires y las provincias del Río de la Plata, desde su descubrimiento y conquista por los españoles (traducción aumentada con notas y apuntes de Justo Maeso), Hachefle, Buenos Aires

HERAS, C., 1977, "Noticias sobre la primera edición de la obra de Martín de Moussy: Description géographique et statistique de la Confédération Argentine", Investigaciones y ensayos, 20: 7-49.

JACOB, C., 1992, L'empire des cartes. Approche théorique de la cartographie á travers l'histoire, Albin Michel, Paris.

PODGORNY, 1., 1997, "El museo soy yo", Ciencia Hoy, 7, 38:48-53. PRATT, M. L., 1997,Ojos imperiales. Literatura de viales y transculturación, Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires.

PRIETO, A., 1996 Viajeros ingleses y la emergencia de la literatura argentina, 1820-1850, Sudamericana, Buenos Aires.

 


Ángel Gallardo, ciencia, religión, política y en gran hombre para el país.

Por Mariano Magnussen Saffer. Grupo Paleo. Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar. Fundación Argentavis. marianomagnussen@yahoo.com.ar. Tomado de; Magnussen Saffer, Mariano. 2015. Ángel Gallardo, ciencia, religión, política y un gran hombre para el país. Paleo Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico. Año XIII. 132: 23-25. 

Fue ingeniero civil, doctor en Ciencias Naturales y político argentino. Estuvo a cargo de la Presidencia del Consejo Nacional de Educación, del Ministerio de Relaciones Exteriores y del Rectorado de la Universidad de Buenos Aires. Fue objeto de distinción por parte de entidades científicas de su país y extranjeras.

Nació en la ciudad de Buenos Aires, el día 19 de noviembre de 1867. Ángel Gallardo desarrolló una obra de alto nivel teórico en el ámbito de las ciencias naturales, ocupándose de los problemas de la herencia biológica y de la división celular.

Fue una figura representativa de su época. Cursó estudios primarios en una escuela privada. De muy joven aprendió varios idiomas extranjeros que le fueron muy útiles para su futura carrera científica. Su escuela secundaria fue el Colegio Nacional de Buenos Aires, donde encontró como Profesor a Carlos Berg, naturalista de origen ruso, que debía ejercer una gran influencia sobre su vocación por las ciencias naturales.

Terminado el bachillerato, Gallardo se inscribió como alumno de Ingeniería Civil en la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas, rindiendo la última materia en 1892 y recibiéndose con diploma de honor en 1894, cuando cumplió con la exigencia reglamentaria final, presentando un proyecto en el cual estudia la instalación de una fábrica de cal.

En la Facultad encuentra de nuevo a Carlos Berg, su profesor de secundaria quien tuvo inicialmente a su cargo el Curso de Zoología y posteriormente el de Botánica. Gallardo se interesa por los mismos y es uno de los pocos alumnos que los siguen.

Entre la ingeniería civil y las ciencias naturales, se inclina por estas últimas, pues mientras demoraba la presentación del proyecto final para obtener su título de ingeniero, efectuaba en los años 1893 y 1894 algunas publicaciones sobre temas biológicos.

Cuando comienza a actuar en la docencia secundaria, lo hace tomando a su cargo materias de la llamada Historia Natural. Es uno de los profesores fundadores del Instituto Libre de Segunda Enseñanza. Posteriormente, actúa también en el Colegio Nacional de Buenos Aires.

Gallardo, que efectúa viajes periódicos a Europa, no pierde oportunidad para visitar laboratorios y asistir a cursos y a conferencias para conocer y dialogar con quienes ocupan primeros lugares en las remas de su predilección. A la vuelta del primero de los mismos (1895-1896), es elegido Presidente de la Sociedad Científica Argentina, que ha de cumplir 25 años de vida. Propone celebrarlos organizando un Congreso Científico Latinoamericano, que tuvo lugar en Buenos Aires, en el mes de abril de 1898.

Estas reuniones se sucedieron en años posteriores transformándose finalmente en Congresos Americanos. El último tuvo lugar en Washington en 1940. Los años de guerra rompieron la tradición de los mismos, que vinculaban a quienes se ocupaban en toda América de estudios científicos. en 1902, obteniendo el Doctorado en Ciencias Naturales.

Otro importante grupo de trabajos que ha dejado Gallardo, es el conjunto de publicaciones sobre "Las Hormigas de la República Argentina" que inicia en 1916, aspirando a realizar la revisión general de la familia en nuestro país. No pudo cumplir con su ambición como era su deseo y como lo confirma el material que dejó al fallecer. Nunca abandonó el tema de las hormigas, ni aún cuando tenía a su cargo importantes funciones públicas, como es fácil de confirmar viendo que no dejó de publicar memorias en esas épocas, y que las intensificó cuando dispuso de más tiempo.

Gallardo se doctoró en Ciencias Naturales, en 1902 con su trabajo "Interpretación dinámica de la división celular", y en 1911, debido a la muerte de Florentino Ameghino, fue nombrado Director del Museo Nacional de Historia Natural desempeñándose en ese cargo hasta 1916, en que pasó a la presidencia del Consejo nacional de Educación.

Fue un entusiasta impulsor de las ciencias naturales, mejorando las secciones de Botánica y Paleontología, realizó expediciones de estudio en busca de fósiles humanos y luchó con enorme voluntad por un nuevo edificio, debido a la importancia de las colecciones del museo.

Ferviente católico, dictó conferencias sobre "Ciencia y creencia". Con respecto a su elección, en 1909, como miembro de la Academia Nacional de Medicina, reconoció, en sus mencionadas memorias, que el empeño de varios académicos en presentar su candidatura fue para evitar que se eligiera a José Ingenieros.

El recuerdo de Angel Gallardo persistirá siempre en la memoria de los argentinos que honren a quienes trabajaron en beneficio del país, porque sentían que cumplían con un deber de la hora. En Gallardo se unió el profesor y el investigador, el educador y el estadista, que no se desvió nunca de su honestidad, rectitud y principios, para pertenecer a ese grupo selecto. Donde ejerció un cargo, dejó siempre la marca de un progreso, en beneficio de la Nación.

Al fallecer, el Presidente de la Nación Gral. Agustín P. Justo y sus ministros se hicieron presentes en su domicilio, lo mismo que autoridades de las numerosas instituciones oficiales y privadas en las cuales Gallardo había actuado. El Vice Presidente de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Ing. Agustín Mercau, concurrió acompañado de un grupo de Académicos.

Falleció el 13 de mayo durante la noche, en forma súbita, inesperadamente para su familia y amigos. Había trabajado hasta el último día de su vida.

Material consultado.

Biografía de Ángel Gallardo en entomologia.net

Biografía de Ángel Gallardo en el Sitio Oficial de la Fundación Azara

Listado de miembros del Consejo Nacional de Educación desde 1881 a 1937

Diego Alberto Barovero. «Historia de la Unión Cívica Radical».

Cutolo, V. O. (1994). Buenos Aires: Historia de las calles y sus nombres. Buenos Aires: Elche.

Citado en Julio Orione (2008, 1ª edición). Historia crítica de la Ciencia Argentina (del proyecto de Sarmiento al reino del pensamiento mágico). Capital Intelectual (CI).

Wikipedia

 

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