Preguntas y respuestas frecuentes
sobre las huellas.
A poca
distancia del centro turístico de la ciudad balnearia de Miramar
(Provincia de Buenos Aires, Republica Argentina), personal del
museo local dio a conocer un yacimiento paleoicnotologico (con
huellas de animales prehistóricos) única en su tipo, por su
asociación icnologica y la presencia de un gran depredador. A
continuación se contestan las preguntas frecuentes que se hacen
sobre este hallazgo, dando un mejor panorama a estudiantes e
interesados en general.
Que son las
paleoicnitas y cual es su importancia?
Se denomina
paleoicnita a cada huella producto de la pisada dejada por un
vertebrado en tiempos remotos. La disciplina que estudia las
icnitas se denomina Paleoicnología para el caso particular de
las huellas fosilizadas. Estudiando estas pistas, los
paleontólogos obtienen datos sobre los animales que las dejaron,
como su comportamiento, si eran bípedos o cuadrúpedos, su
constitución, manera de desplazarse, patologías entre otras.
Además las paleoicnitas nos muestran de cierta manera a un
animal prehistorio “vivo”, es decir, nos cuenta otros detalles
que los huesos no nos pueden mostrar, pues, los huesos
fosilizados nos ayuda conocer el animal ya muerto, mientras que
las huellas muestran una actividad en vida del animal. Se
conocen huellas de distintos animales prehistóricos, como
dinosaurios, reptiles, tortugas, mamíferos, aves e insectos.
Quienes
encontraron las huellas de Miramar y como?
Las huellas
fósiles (paleoicnitas) fueron halladas por los autores de su
presentación; Mariano Magnussen Saffer y Daniel Boh, del Museo Municipal Punta Hermengo, que vienen con
varios años de notables y mediáticos hallazgos paleontológicos
en la zona.
El hallazgo
comenzó en una tarde de “mates” en familia a pocos metros del
sector turístico costero luego de una serie de sudestadas en el
año 2015. En esa oportunidad con los sedimentos descubiertos, se
observo un par de huellas de gran tamaño morfológicamente
similares a la familia de los felinos.
En ese momento
se registro fotográficamente. Días posteriores se acercaron
preparados para una tarea de campo, se limpio la zona y se
encontraron huellas de otros animales que sustentaban el
hallazgo del sitio paleoicnologico, el primero para el Partido
de General Alvarado. Se realizaron
unas seis campañas paleontológicas para estudiar
el lugar, fotografiar y retirar el material. Los mismos fueron
retirados con las mismas técnicas paleontológicas que se
utilizan para restos óseos y llevados al museo para su
preservación.
Se planteo si
era necesario retirarlo del lugar, pero, como es una plataforma
de erosión continua, y por al estar en pleno sector turístico, su
preservación in situ tenia poco futuro. Además es necesario
tenerlas preservadas en el museo, no solo para que el publico
las observe, sino para que estén a disposición de investigadores
y científicos de todo el mundo, y poder asignar nuevos icnogeneros o icnoespecies con material depositado.
Que son los
Icnofosiles y las paleoicnitas?
Los icnofósiles
son estructuras etológicas fósiles individualmente
identificables que reflejan en mayor o menor grado la morfología
del organismo productor. Una pista puede estar formada por un
sólo elemento (por ejemplo, una madriguera o una pisada) o por
varios elementos físicamente separados pero en conexión
etológica. Los icnofósiles son objeto de estudio por parte de la
Paleoicnología. Presentan características propias que los hacen
identificables y permiten su clasificación como parataxones:
icnogéneros e icnoespecies, y de esta manera se los asigna a un
organismo en particular. Por ejemplo las huellas de un
Macrauchenia patagonica en paleoicnologia se lo clasifica
como Eumacrauchenichnus
patachonicus.
Es raro que se puedan relacionar de manera inequívoca y precisa
con el organismo que los originó, pero en general es posible
inferir al menos la categoría taxonómica superior a la que
pertenecía el organismo productor.
En que ambiente
se crearon las huellas de Miramar?
Para
comprender como las huellas fueron preservadas durante milenios,
se observaron y estudiaron la estructura sedimentaria que las
preservo,
textura, color,
geometría y contenido fosilífero conocido previamente.
Las
observaciones geológicas para poder interpretar en que
circunstancias un grupo de animales dejaron sus huellas y como
estas se preservaron en ese ambiente, estuvo a cargo del Dr.
Cristian Favier Dubois de la
Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad
del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
El investigador pudo determinar que las huellas de aves y mamíferos aquí
recuperados fueron creados en sedimentos que pertenecían a las
orillas de un antiguo pantano o de áreas inundadas, de poca y
pobre profundidad, alimentado por un arroyo
por donde
caminaron animales dejando sus huellas, cuyo pantano seguramente
sufría modificaciones estaciónales en su espesor y extensión.
El mismo arrastraba material desde las sierras, pues se encontró
depósitos arenosos y sedimentarios, con presencia abundante de
fragmentos de cuarzo. Las
huellas observadas presentan en mayor o menor medida, un
enterramiento rápido con poca exposición a la intemperie.
Como se
preservaron las huellas durante miles de años?
Para que se
preserve algo tan frágil como una huella, deben darse una serie
de circunstancias poco frecuentes en el tiempo y con un orden
especifico.
Hace milenios,
algunos animales caminaban por el borde de esta zona pantanosa,
como una laguna alimentada por un arroyo y lluvias. En algunos
momentos el agua se retraía, dejando un suave y húmedo
sedimento, por el cual los animales que se desplazaron por esta
orilla dejaban sus huellas impresas en el barro.
El sedimento
comenzaba a secarse, preservando fielmente las huellas.
Posteriormente, el arroyo crecía inundando estas zonas bajas,
llevando sedimentos arcillosos con estructuras diferentes y
tapando paulatinamente a las huellas dejadas allí, haciéndolas
eternas al estar preservadas y no expuestas a las condiciones
ambiéntales, como el sol, la lluvia, nuevas inundaciones o al
pisoteo de otros animales.
Estas huellas
halladas en Miramar y tal vez muchas mas aun por descubrir
quedaron excepcionalmente preservadas entre “capas de barro” sin
sufrir grandes modificaciones, hasta que en un momento (en la
actualidad) la sutil erosión del agua del mar y la lluvia
retiraron grano por grano, capa por capa de sedimento,
trasportando
el “relleno” que en algún momento tapo la huella.
Al principio el
agua destapa y deja al descubierto las pisadas de animales que
alguna vez transitaron la región. Luego la misma mecánica de
limpieza natural se vuelve agresiva, dañando los contornos,
hasta eliminar la huella en forma total. Antes que sucediera
esto último, intervino el Museo de Miramar para recuperarlas y
preservarlas, retirándolas y llevándolas al laboratorio, para
ser procesadas y estudiadas.
Que antigüedad
tienen las huellas y que animales vivieron en esta época?
Los depositaos
sedimentarios donde han quedado las impresiones de las patas de
estos antiquísimos animales corresponden a la Edad Pleistoceno
superior hace unos 100 mil años
antes del presente, caracterizados por capas esencialmente
arcillosas, laminadas, con delgadas intercalaciones de arenas y
restos fósiles de roedores e improntas vegetales.
El Museo
Municipal Punta Hermengo de Miramar ha recuperado en los últimos
25 años un sin fin de materiales óseos correspondientes a las
criaturas prehistóricos que alguna vez habitaron estos pantanos.
Los fósiles recuperados corresponden a toxodontes,
macrauchenias, lestodontes, celidoterios, megaterios,
gliptodontes, hippidiones, mastodontes, ciervos, camélidos,
roedores entre otros.
Muchos de ellos
se pueden observar en la sala de paleontología del Museo de
Miramar y en su propia pagina web. También es justo mencionar
que esta área es explorada y estudiada desde fines del siglo XIX
por el Museo Argentino de Ciencias Naturales de Buenos Aires y
principalmente por el Museo de La Plata.
Quienes dejaron
sus huellas halladas en Miramar?
Los autores de
la presentación del hallazgo de las huellas halladas en Miramar,
comenzaron una serie de estudios comparativos, tomando
principalmente como guía estudios previos en distintas partes
del mundo y de Argentina, con la intención de presentarlas en
las XXX Jornadas Argentinas de Paleontología de Vertebrados y en
revistas científicas especializadas.
Se tomaron
medidas biométricas y se mapearon la ubicación de las huellas
para saber como se encontraron en su momento inicial. De esta
manera se las compara con especies vivientes o ya extintas. Asi podemos saber a que grupo animal pertenecían. El
poder determinar como fue el ambiente ayuda mucho a los
investigadores, y diferenciar si el organismo productor fue un
mamífero, un reptil, un ave etc.
Por ahora,
tenemos al menos cuatro icnotaxones identificados. Dos de ellos
aun viven en nuestra región.
Una de ellas,
es ave no voladora Rheidae (Aramayoichnus rheae),
caracterizadas por aves sudamericanas similares al
avestruz, emparentada con el genero Rhea del
Pleistoceno y el ñandú actual. En estos sedimentos se
recuperaron dos bloques sedimentarios, uno con dos huellas del
mismo individuo, y el otro con cinco huellas, posiblemente de
dos individuos. Estos animales miden entre 1,50 y 1,80 metros de
altura (la hembra es un poco más pequeña), la presencia de tres
dedos en cada pie coincide con las aquí halladas. Además su
comparación con formas vivientes demuestran gran similitud,
aunque en este caso parecen ejemplares más bien jóvenes que aun
no alcanzaron su máximo desarrollo. En la región pampeana se
registran restos óseos y cáscaras de huevos fósiles desde el
Plioceno, hace 3 millones de años.
Otra especie
registrada corresponde a un gran roedor semiacuatico de la
familia Hydrochoerinae (Porcellusignum conculcator), representante fósil de los carpinchos o
capibaras. Se recuperaron dos huellas de las patas anteriores
entremezcladas con las huellas del
Rheidae. Pueden crecer
hasta 1,30 metros de largo y llegar a pesar 65 kg. Presenta pies
ligeramente palmeados. En nuestra zona hemos rescatados varias
mandíbulas y huesos aislados de este grupo. Se conocen en
sedimentos Pliocenos, mas de 3 millones de años.
Luego tenemos
una gran huella algo erosionada, pero muestra claramente tres
dedos, compatible con un Macraucheniidae (Eumacrauchenichnus patachonicus). En estos mismos
sedimentos hemos recuperado restos mandibulares de
Macrauchenia patagonica, a cuya especie se le atribuye esta
huella. Sus dimensiones eran semejantes al de los camellos
actuales, pero los orificios nasales y una gran fosa elíptica
señala la presencia de una trompa, algo más larga que la del
tapir actual. Poseía largas patas y pies ungulados, provistos de
tres dígitos.
El hallazgo mas
novedoso del sitio paleoicnologico “Punta Verde” corresponde a
cuatro huellas pertenecientes a dos individuos de un tigre
dientes de sable. Es la primera vez que se encuentran huellas
fósiles de esta increíble criatura. El Smilodon superaba
el peso y tamaño que el león actual; sin embargo, sus
proporciones corporales diferían de las de cualquier félido
moderno. Las extremidades posteriores del Smilodon populator
eran más cortas y robustas, su cuello proporcionalmente más
largo, y el lomo más corto. La extraordinaria peligrosidad de
este félido se debía al gran desarrollo de la parte anterior de
su cuerpo y al tamaño asombroso de sus caninos superiores, que
llegaban a sobresalir más de quince centímetros. A este nueva
icnoespecie fue bautizada a partir de las huellas encontradas
como Felipeda miramarensis honrando la localidad
donde se las hallo y que aporto tanto al desarrollo de la
paleontología.
Que otros
sitios similares se conocen en el mundo?
Si bien los
sitios paleoicnologicos son poco frecuentes, se conocen muchos
de ellos en el mundo, pero solo un puñado de ellos demuestras
cierta compatibilidad con el hallado en Miramar.
Entre ellos
podemos citar una especie asignable a Machairodus del
Mioceno de Salinas de Añana, España y nombradas como
Felipeda parvula,
diferenciándola de
Felipeda lynxi.
Mientras que en
el continente americano se conocen paleoicnitas del Neógeno y
Cuaternario. Se reportaron huellas de un genero asignable
morfológicamente a Panthera del Pleistoceno tardío de
algunas cavernas en los Estados Unidos, Pumaeichnum biancoi
del Pleistoceno de Pehuen-Co, Argentina, Pumaeichnum
milleri del Plioceno de Vallecito-Fish Creek Basin,
California, USA, Pumaeichnum stouti del Plioceno de
Arroyo Seco del Diablo, California y por ultimo, Mitsupes
dugesii, asignable a Homotherium del Plio-Pleistoceno
de de San Juan de los Lagos, México.
Felipeda
parvula
asignable a
Machairodus y Mitsupes dugesii
asignable
Homotherium, ambos fueron tigres dientes de sable
emparentados con Smilodon populator y autor de las
huellas encontradas en Miramar. Estos fueron antecesores a la
versión del Pleistoceno tardío de América del Sur, pero de mucho
menor tamaño.
Como fue
Smilodon?
El tigre dientes de sable fue uno de
los grandes triunfos evolutivos de los mamíferos depredadores. Smilodon
significa “dientes de sable”, característica que evidencia su
acentuada especialización en la cacería de presas grandes, como el megaterio y el mastodonte, enormes mamíferos hoy desaparecidos.
El primer hallazgo de un smilodonte en nuestro país fue realizado
por el naturalista Francisco Javier Muñiz en 1844, en la barranca del
Río Luján. En 1842 un paleontólogo danés, Peter Lund, halló fósiles en
unas cavernas del sur brasileño.
El
Smilodon superaba el peso y tamaño que el león
actual; sin embargo, sus proporciones corporales diferían de las de
cualquier félido moderno. Las extremidades posteriores del Smilodon
populator eran más cortas y robustas, su cuello proporcionalmente más
largo, y el lomo más corto. La extraordinaria peligrosidad de este félido
se debía al gran desarrollo de la parte anterior de su cuerpo y al tamaño
asombroso de sus caninos superiores, que llegaban a sobresalir más de
quince centímetros. A diferencia de la mayoría de los félidos, tenía
un rabo corto, como el lince o el gato montés actual. Todo su
cuerpo tenía una estructura poderosa y los músculos de los hombros y del
cuello estaban dispuestos de tal manera que su enorme cabeza podía
lanzarse hacia abajo con gran fuerza. Las mandíbulas se abrían formando
un ángulo de más de 120 grados, permitiendo que el par de los inmensos
dientes de sable que tenía en el maxilar superior se pudiera clavar en
sus víctimas.
Los dientes de sable eran ovales en sentido transversal, lo
que aseguraba una mínima resistencia cuando se hundían en su presa.
También estaban aserrados por el extremo posterior, permitiendo atravesar
la carne de la víctima con mayor facilidad. Así vivió desde hace un
millón de años, hasta que la llegada del hombre y la desaparición de las
grandes presas provocó a su vez la extinción del tigre dientes de sable
hace apenas unos 8000 años.
Videos de
las huellas encontradas en Miramar. (2016) |
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"Las huellas fósiles de Miramar". |
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Como citar la fuente;
Magnussen, M. y Boh, D. 2018. Las huellas fósiles de
Miramar. Una historia de 100 mil años. Museo Municipal
Punta Hermengo. Serie divulgativa. Segunda Edición. |
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