Los
restos fósiles más comunes
de encontrar en nuestra
región son, sin duda, las
placas que forman los
grandes caparazones de los
Gliptodontes. Estos
gigantescos mamíferos eran
posiblemente los que poseían
la coraza más dura de todo
el reino animal, incluidas
las tortugas. En el Museo de
Ciencias Naturales de
Miramar hay en exhibición
uno de los tres ejemplares
que se poseen y es posible
apreciar lo sólidas que
eran; como blindajes casi
imposibles de atravesar.
Los
Gliptodontes son Edentados
(pocos dientes), un grupo al
que pertenecen los
Perezosos, Osos Hormigueros
y los tan conocidos Peludos
y Mulitas. Con estos últimos
estaban mas cercanamente
emparentados y se
diferencian no sólo por el
tamaño si no por sus
caparazones que, a
diferencia de sus grandes
parientes, son articuladas y
que les permiten enrollarse
para defenderse de los
depredadores. A su vez los
Gliptodontes se dividen en
varios Géneros con
características bastante
particulares.
En nuestra región es
mas común encontrar
los restos del Glyptodon
típico, o sea un
gran animal cuya
caparazón esta
compuesta por las
muy conocidas placas
en forma de flor,
las cuales nos
permiten darnos
cuenta de que
especie se trata.
Tenían la cola
acorazada con varios
anillos
decrecientes, en un
numero que variaba
de siete a nueve,
cada uno con gruesas
púas . También su
cabeza estaba
protegida con un
casco y hasta su
vientre tenia placas
flotantes. O sea un
verdadero tanque en
el paisaje de
nuestra pampa
prehistórica. Con
casi dos toneladas
de peso y mas de 3
metros de largo.
Su
forma de caminar ha sido
tema de debate en los
últimos tiempos, ya que se
cree que posiblemente lo
harían, la mayoría de las
veces en dos patas; ya que
sus miembros traseros eran
mucho más gruesos y grandes
que los delanteros y estaban
situados casi en el centro
de gravedad de su gran masa
corporal. En muchas
ocasiones se han encontrado
sus corazas en forma
invertida, por lo que se
cree que caían en cuevas de
vizcachas o de otro gran
animal cavador del que
hablaremos en otra
oportunidad. Otro tema
curioso relativo a estos
animales es que se estima
que, posiblemente los
primeros habitantes de
nuestro suelo, usaron las
armaduras de éstos como
precaria vivienda o para
acumular agua de lluvia.
Esta teoría se sustenta en
que a principios del siglo
XX se encontraron tres
caparazones juntas ,
invertidas y una de ellas,
de una especie diferente,
dentro de otra. Algo casi
imposible que ocurra de
manera natural.
LOS GRANDES COMBATES DE LA
ANTIGÜEDAD
Otro
tipo de Gliptodonte era el
denominado Doedicurus,
de más de cuatro metros de
largo, los que incluyen su
cola. Esta era diferente a
la de sus parientes, puesto
que estaba formada en su
principio por varios anillos
decrecientes y su extremo
era un gran garrote que
posiblemente terminaba con
grandes clavos.
<<<Exhibición
paleontológica con
restos fósiles de
Gliptodontes en el
Museo de Miramar.
Originalmente se creía que
los Gliptodontes, y
especialmente los
Doedicurus, estaban
tan armados debido a la
necesidad de defenderse de
sus enemigos pero la
cuestión era que cuando
ellos se desarrollaron no
existían grandes predadores,
ya que los Osos gigantes y
los Tigres Dientes de Sable
aún no habían aparecido en
nuestro continente.
La
clave para resolver este
misterio fue el hallazgo de
una caparazón con una parte
del mismo hundido por lo que
podría ser un gran golpe, al
que el animal sobrevivió,
puesto que había tejido óseo
nuevo. Si unimos la
capacidad de caminar en dos
patas y una cola larga como
una maza, sacamos la
conclusión que estos
gigantes peleaban entre
ellos para la posesión de
las hembras o el dominio de
su territorio. Seguramente
combates que hubieran sido
dignos de ser observados.
Quizás los entusiastas de
las riñas de gallos o de
perros hubieran apreciado
esto aunque seria
conveniente estar bastante
lejos de los contrincantes.
POR QUE GLIPTODONTE?
Para
denominar a un animal por lo
general se usa alguna de sus
características físicas. En
el caso de los prehistóricos
muchas veces sus nombres
derivan de la forma de sus
dientes, siendo en este caso
bastante particular ya que
se los identifica usualmente
por las placas de sus
corazas y no por sus
dientes. El nombre deriva de
Glyptos (esculpido) y
Odontos (diente). Ya que los
dientes parecen similares a
los trabajos de la técnica
artística denominada
Glíptica, que es la de
tallar piedras duras
aprovechando sus capas para
destacar la figura
trabajada.
Este nombre le fue
dado por el
naturalista francés
Alcide D’Orbigny, al
estudiar el primer
ejemplar que fue
desenterrado por el
Jesuita ingles
Thomas Falkner en el
año 1760 a orillas
del río Carcarañá en
Santa Fe.
Los
ejemplares que se
encuentran en
nuestro museo
pertenecen a
diversas
antigüedades. El de
la sala fue hallado
frente al vivero en
1993 y los estratos
en donde se
encontraba tienen
unos 700.000 años.
Es
interesante destacar que en
nuestro distrito el lugar
mas antiguo es la base que
se ve en los acantilados del
Golf Club, los cuales tienen
algo más de 3 millones y
medio de años. En ellos es
difícil encontrar animales
de gran tamaño ya que se
cree que en aquellos tiempos
el clima era más cálido y
existía un monte espeso.
Puesto que el clima se fue
haciendo más árido y frío,
el monte fue desapareciendo,
dejando un paisaje del tipo
chaqueño, con bosques pero
con sitios despejados y
pastizales. En ellos es más
probable que se desarrollen
grandes animales. Desde
Miramar hacia el sur los
estratos con fósiles son
cada vez más nuevos por lo
que el hallazgo de los
antiguos gigantes es más
común.
Aprovechamos la oportunidad
para recordar que los
fósiles están protegidos por
Ley nacional y se debe
avisar al museo cuando se
realice el hallazgo de los
mismos. En próximas entregas
seguiremos hablando sobre la
extraordinaria fauna que
habitó esta región hace
miles de años.
Como era Glyptodon clavipes?
Dentro de la numerosa
y popular familia de Glyptodontidos, fue una de las especies mas comunes
dentro del territorio bonaerense por la abundancia de restos fósiles. Su
existencia fue comunicada por primera vez por Sir Owen en un trabajo científico
en 1838. Glyptodon tenia 3,5 metros de largo y 1,4 de alto.
Su cráneo estaba protegido por una coraza cefálica.
<<<En la foto se observa la reconstrucción tamaño
natural de un
Panochthus tuberculatus,
en el Museo de Miramar.
Su coraza ósea no tenia anillos
móviles, cuya características es propia de esta familia de
mamíferos desaparecidos. El tamaño de este caparazón es de unos 2,5 metros de
largo por 2 metros de ancho, cuyas placas engrosadas entre si varían de 1
a 7 centímetros de diámetro, las cuales son fáciles de identificar por
su forma de "flor".
Su cola carecía del anquilosamiento de los
anillos terminales en forma de tubo descriptos en los otros géneros. Esta
se encuentra formada por una serie de anillos móviles de diámetro
decreciente, conformada por unos siete anillos con placas de forma
relativamente grotesca y en punta. Sus patas son cortas y robustas.
Gran
parte de la columna y de la pelvis se encuentran soldadas a la coraza ósea.
Su masa estimada es de 1,5 toneladas. Su alimentación estaba compuesta
principalmente por el pastoreo de hierbas bajas de zonas abiertas. Algunos
trabajos publicados recientemente en Francia por un grupo de prestigiosos
Paleontólogos Argentinos, demuestra que es probable que varias especies
de Glyptodontes se pudieran parar sobre sus patas traseras y apoyarse
sobre sus grotescas colas, formando una especie de trípode, para
mantener elevado su enorme y macizo cuerpo.
Su extinción ocurrió hace
unos 10 mil años. Entre los Glyptodontidae, es el género que posee la
mayor extensión latitudinal, que va desde el sur de Argentina hasta
Venezuela. Su presencia en Centroamérica, especialmente México, es
dudosa y requiere alguna revisión. De acuerdo a este taxón se
habría desarrollado en ambientes abiertos de pastizales y estepas.
De
igual modo, recientes estudios del aparato hioideo de Glyptodon
sugirieron una dieta principalmente pastadora, que apoya la hipótesis
precedente. El hallazgo de corazas y placas óseas de este genero son de
lo mas común en toda la región Pampeana.
Hallazgo de un Gliptodonte (Glyptodon clavipes).
Año 2005.
En
el mes de mayo se termino de recuperado un enorme caparazón y otros restos
óseos de un Gliptodonte (Glyptodon clavipes), un raro espécimen
dentro de los gliptodontidos, con una antigüedad de 500 mil
años, anunciaron fuentes del Museo Municipal Punta Hermengo de
Miramar, quienes realizaron las tareas de recuperación
de los restos fósiles. Los mismos fueron hallados en sedimentos del
Pleistoceno del litoral marítimo del Vivero Dunicola Florentino
Ameghino,
a pocos metros de la avenida costanera. El Gliptodonte
tenía 3,5 metros de largo y 1,4 de alto. Su cráneo estaba
protegido por una coraza cefálica y su cola con anillos
decrecientes y placas con puntas óseas.
Su coraza ósea no tenia
anillos móviles (como los actuales armadillos), cuya
características es propia de esta familia de mamíferos
desaparecidos. El tamaño de este caparazón es de unos 2,5 metros
de largo por 2 metros de ancho, cuyas placas engrosadas entre si
varían de 1 a 7 centímetros de diámetro, las cuales son fáciles
de identificar por su forma de "flor". Su masa estimada en vida
era de 1,5 toneladas. Su alimentación estaba compuesta
principalmente por el pastoreo de hierbas bajas de zonas
abiertas.
Para llegar al fósil, los colaboradores tuvieron que
extraer varios metros cúbicos de sedimento durante varias
jornadas de arduo trabajo, puesto que el gigantesco animal
prehistórico se hallaba en una posición en la que no se podía
acceder en forma directa. Así mismo, se tuvo que preparar una
estructura desarmable, única y original para levantar el fósil,
cuyo peso estimado era algo mas de una tonelada.
En la misma
participaron miembros de la Asociación de Amigos, como Daniel Boh, Cecilio Bajos, Mariano Magnussen Saffer y Jorge Trusoni, como así
también aGonzalo Auriti,
Jonatan Suárez, Melina Cutraro, Sabrina Boh, Ayelen y Tamara
Díaz. Destacando la buena voluntad y disposición de la Dirección
Servicios y la habilidad de los agentes encargados,
especialmente del tractorista, por las difíciles maniobras para
retirar el ejemplar y bomberos destacamento forestal del Vivero Dunicola.
Galería de Imágenes del
rescate del Gliptodonte.
Museólogo Daniel
Boh, junto a los restos.
Primer grupo de
colaboradores.
Momento después,
la coraza mas descubierta.
Vista de la coraza
a medida que se retira el sedimento.
Coraza mayormente
descubierta.
Ultima vista de la
coraza antes de ser enyesada.
Coraza con productos químicos.
Mariano Magnussen
junto a la coraza.
Coraza tomada de
frente.
Mariano Magnussen
y Cecilio Bajos.
Vista superior de
la coraza enyesada.
Cecilio Bajos,
Daniel Boh y Jorge Trusoni.
Cecilio Bajos y
Daniel Boh colocando papel.
Tareas de enyesado
del enorme ejemplar.
Los técnicos
sujetando el ejemplar en la pala de la maquina.
El ejemplar
apoyado en una superficie nueva.
La maquina
levantando la coraza.
Traslado hacia
el Museo Municipal.
La coraza
llegando al Museo de Miramar.
Los técnicos
junto a la coraza,
Repercusión
del hallazgo.
Videos de las
tareas para rescatar los fósiles de Gliptodonte.
Hallazgo de un Gliptodonte (Glyptodon munizi).
Año 1993.
Un armadillo gigante y prehistórico en la exhibición del
Museo.
El
Museo Municipal de Miramar dio a conocer entre sus
trabajos de preservación y comunicación del patrimonio
natural de la región, la restauración y puesta en valor
de un gigante armadillo prehistórico, de unos 700 mil
años. Personal del Museo Municipal Punta Hermengo,
dependiente de la Secretaria de Turismo y Cultura de la
Municipalidad de General Alvarado, dio a conocer una de
las nuevas modificaciones que se están llevando adelante
en su exhibición de paleontología local, que compara los
personajes de la película de La Era de Hielo con las
criaturas que alguna vez transitaron la región.
<<< Arriba, la coraza
exhibida en el Museo de Ciencias Naturales de Miramar (2019). Abajo, extracción
del enorme fósil (1993), y aspecto en vida del
Gliptodonte.
Se
trata en una puesta en valor de un gran caparazón y cola de
un Gliptodonte (Glyptodon munizi), extraído en 1993
en los barrancos del bosque del Vivero Florentino
Ameghino. El fósil, en su mayor parte completo, fue
restaurado y procesado químicamente para su
preservación, y se completo aquellas partes faltantes.
“Se realizo un molde de un fragmento de la coraza, y se
lo reprodujo unas 50 veces. De esta forma, se logro
llevar a la coraza a su tamaño original – argumento –
Mariano Magnussen.
Por su
lado, Daniel Boh, museólogo y encargado de la
institución miramarense, destaco; “Estos animales
estaban representados por unas 65 especies de distintas
formas y tamaños. El que tenemos exhibido y restaurado
en el museo es uno de los representantes mas grandes que
se conocen. En vida tenia 1,5 metros de altura por 3,5
de largo. Los gliptodonte fueron grandes mamíferos
herbívoros que habitaron nuestra zona en los últimos 4
millones de años, aunque los hay mas antiguos.
En
Miramar y alrededores se han recuperado varios
ejemplares y restos aislados. En una vitrina lateral, se
pueden observar cráneos, fragmentos de coraza, huesos
largos y colas de estos animales. El museo miramarense
preserva otras tres corazas muy completas y restos de
estos gigantes, que esperan su turno y lugar para ser
exhibidos. El Dr Alfredo Zurita, paleontólogo y uno de
los expertos mundiales en Gliptodontitos, visito el
museo Punta Hermengo y destaco la importancia de la
coraza de Glyptodon munizi, y advirtió de que se
trataba de uno de los pocos que se conservan en el
mundo, no solo por el estado de conservación, sino
también por lo raro de la especie.
Próximamente se le
agregaran las patas y el cráneo, lo que permitirá al visitante
tener una clara idea de lo enorme que fue este
Gliptodonte en vida, el cual llego a pesar más de una
tonelada. También
se le acondiciono un rincón en la sala, donde se
encuentran las graficas comparativas con otras especies
y tareas de excavación, como así también, el tamaño
comparativo con los actuales peludos.
Mas imágenes e información en el Blog del Museo de Miramary en
nuestro
FACEBOOK. Publicado en Diciembre
2013.
Galería de los trabajos de
restauración del Gliptodonte. Desde su forma original
exhibida hasta el resultado final.
La coraza fue restaurada en 2013 en las
instalaciones anteriores por Mariano Magnussen. En septiembre de 2019, Gustavo Encina,
Daniel Boh, Sergio Bogan y Mariano Magnussen,
intervinieron nuevamente el ejemplar de Gliptodonte, ya
que fue trasladado del antiguo museo municipal al nuevo
Museo de Ciencias Naturales. Se reforzó todo el fósil y
se lo interactuó en una tarima junto a un
Scelidotherium y un Smilodon.
Bibliografía sugerida:
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MIÑO-BOILINI, A.R. 2008. Reseña paleobiogeográfica de los
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Sección Ecología. Miramar
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Magnussen Saffer, M. (2005). La Gran Extinción del
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