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					Hallazgo de un esqueleto de
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                	Scelidotherium junto a su 
                cría.  | 
				 
			 
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                | 
				 Por Daniel Boh y Mariano Magnussen  | 
				 
				
                | 
				 Museo Municipal 
				"Punta Hermengo" de Miramar.  | 
				 
			 
			
            Durante
            el mes de Enero 
             de 2004
             se realizo una excavación en la que se extrajeron
            los restos fósiles de un  
            Perezoso gigante y su cría. 
			
			El descubrimiento fue realizado en la localidad de Mar del Sud, a
            unos 17 kilómetros al sur de la ciudad turística de Miramar. El
            hallazgo fue realizado por Jonathan Suárez y su padre Miguel que de
            inmediato se comunicaron con el Museo Municipal “Punta Hermengo”
            de Miramar.
            
             
            Las tareas para recuperare los restos demandaron unas dos semanas de
            arduo trabajo, en las que se lograron exhumar los restos fósiles de
            dos esqueletos de Scelidotherium
            leptocephalum, un gran mamífero de tres metros de largo y unas
            tonelada de peso, que realizaba enormes cuevas que utilizaba para
            refugiarse.
             
			 
				
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				Limpiando el Abdomen 
				del ejemplar adulto.  | 
                  | 
                
				 
				Mano de 
				Scelidotherium sobre su cría.  | 
              	 
				
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                | 
				 
				Equipo del Museo 
				Punta Hermengo.  | 
                  | 
                
				 
				Vista general del yacimiento.  | 
              	 
			 
             El mismo fue encontrado asociado a su cría que tiene
            aproximadamente 1, 3 metros de largo y se la encontró debajo de la
            cabeza de su madre. Es posible que la cueva que usaban se derrumbara
            por alguna causa, dejándolos intactos en un abrazo de miles de años.
            
             
             
				
					
					
					
						
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							 Articulo publicado 
							en el diario Hoy de La Plata.  | 
						 
					 
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              Este extraordinario hallazgo servirá para mejorar los conocimientos
            sobre la antigua fauna bonaerense y el medio ambiente de aquellos
            tiempos.
            
             
            Participaron
            en los trabajos de campo Jonathan Suárez, Juani Rodríguez, Axel
            Petersen, Jorge Trusoni, Luciano Seneca, Cecilio Bajos, Eduardo Gamba,
            
            
            
            Mariano Magnussen Saffer, Daniel Boh,
            Director del Museo Municipal Punta Hermengo y miembros de la
            Asociación de Amigos del Museo.  
            		  | 
				 
			 
			
            Destacamos la visita
            del Paleontólogo Fernando Novas, quien noto la importancia del
            presente descubrimiento. 
            Podes bajar "PaleoWeb - Boletín Paleontológico" donde se difundió el 
            presente hallazgo, con mucha información y su galería fotográfica, 
            en formato pdf (Zip). Ingresando 
            
			Aquí, 
            podes bajar el Boletín Paleontológico Nª 3 que contiene este 
            material. 
			
		    		 
					Un perezoso gigante junto a su cría. Algunos 
					datos sobre su estudió. 
			
			Mariano Magnussen Saffer y Daniel Boh. Museo Municipal Punta 
			Hermengo de Miramar. 
			
			marianomagnussen@yahoo.com.ar 
			
			Recientemente, y por medio de un 
			trabajo científico, se dieron a conocer estudios realizados a un 
			ejemplar adulto y un juvenil de Scelidotherium leptopcephalum en 
			el interior de una paleocueva colapsada del Pleistoceno superior, en 
			la cual, se realizaron observaciones tafonomicas sobre ambos 
			individuos y el contexto en donde y como fue hallado. 
			El 
			material procede de la localidad balnearia  de Mar del Sud, Partido 
			de General Alvarado, Provincia de Buenos Aires, Argentina, y 
			recuperado, restaurado, estudiado y depositado en el Museo Municipal 
			“Punta Hermengo” de la ciudad de Miramar. 
			
				
					
                  | 
					
					 
					La Tafonomía es la parte de la Paleontología 
					que estudia los procesos de fosilización y la formación de 
					los yacimientos de fósiles. Se puede ayudar de disciplinas 
					como la Ecología, la Geoquímica, la Sedimentología, etc. 
					Junto a la Paleobiología y la Biocronología, la Tafonomía es 
					una de las tres divisiones de la Paleontología.  | 
				 
			 
			
			
			Los fósiles que podemos encontrar en 
			un estrato no tienen por qué provenir de organismos que vivieron 
			juntos, que compartieron el mismo ambiente e interactuaron, ni 
			siquiera ser de la misma edad geológica. 
			Los 
			estudios tafonómicos nos pueden permitir analizar la historia y 
			procedencia de los diferentes elementos de una asociación fósil, 
			para ello hay que tener en cuenta todos los parámetros observables 
			posibles, características de la matriz rocosa, rellenos, 
			alteraciones, encostramientos, abrasiones, erosiones, 
			mineralizaciones, deformación y rotura, posición y orientación, 
			disgregación de partes, selección de tamaños, colonización, etc. 
			
			Cuando en un mismo estrato se pueden distinguir agrupaciones de 
			fósiles que comparten algunos de estos factores en común se pueden 
			establecer «familias» tafonómicas con los restos que han compartido 
			una historia común, lo que indicaría una evolución tafonómica 
			compleja, y hay que estudiar, por tanto, cada agrupación 
			separadamente. 
			
			Como en otras disciplinas, lo complejo del análisis tafonómico, 
			exige un lenguaje específico, preciso, que exprese inequívocamete 
			los conceptos involucrados y necesarios para las interpretaciones 
			paleobiológicas, paleoecológicas, bioestratigráficas y 
			paleogeográficas. Por otra parte, los fósiles no son los organismos 
			que vivieron en el pasado, aunque fueran producidos directa o 
			indirectamente por ellos, y destacar esta obviedad es crucial para 
			evitar errores y falsas interpretaciones del registro fósil. 
			
				
					
				
				  | 
					
					 
					En las tareas de campo realizadas por el 
					museo miramarense, se recuperaron del espécimen adulto 
					prácticamente todo el esqueleto, pero carece de los miembros 
					traseros debido a la erosión, en cambio del juvenil se 
					encuentra completo. Este ultimo, se encontraba apoyado sobre 
					la cabeza del adulto. 
					<<<Cráneo de Adulto de 
					
					Scelidotherium.  | 
				 
			 
			El 
			análisis del contexto sedimentario y los atributos tafonómicos 
			observados permitieron tener una amplia información del material 
			exhumado. Los datos aquí reunidos son congruentes con los 
			antecedentes disponibles, indicando la ocupación de grandes 
			madrigueras ha sido principalmente postulada como producto de la 
			actividad cavadora de los grandes Mylodontidae (perezosos gigantes 
			como Lestodon, Glosotherium y Scelidotherium). 
			De 
			tamaño menor y del grupo de los Xenarthros (perezosos) mencionados 
			anteriormente fueron los mamíferos mas comunes del paisaje del 
			Pleistoceno, ya que sus restos fósiles son muy abundantes en los 
			depósitos sedimentarios de este periodo. Tenía 1,7  metros de alto y 
			3,5 de largo. Su peso estimado es de una tonelada. El cráneo es 
			alargado, bajo y estrecho, con un rostro proyectado hacia adelante. 
			Su 
			alimentación consistía de vegetales que hallaba en áreas secas. 
			Investigadores del Museo de La Plata, habían realizado estudios 
			biomecánicos en los huesos de las patas delanteras 
			de Scelidotherium, concluyendo que estos extintos animales estaban 
			plenamente capacitados para emplear sus fornidos brazos para cavar. 
			La robustez de cada uno de sus huesos, así como las amplias manos en 
			forma de palas, son coherente con este comportamiento de 
			superexcavadores. 
			
				
					
				
				  | 
					
					 
					Recientemente se pudo saber por varios estos 
					enormes mamíferos cavaban madrigueras, las cuales realizaban 
					para refugiarse, o bien para invernar, ya que es posible que 
					tuvieran un metabolismo muy bajo, logrando una temperatura 
					constante de 15° c en su interior. 
					<<<Ejemplar juvenil de 
					
					Scelidotherium.  | 
				 
			 
			Una 
			de ellas medía 40 metros de largo con un diámetro de 1,8 de donde se 
			rescataron numerosos moldes de las garras entre otras evidencias. El 
			autor encontró en Agosto de 2002 en el Pleistoceno de Miramar una 
			Paleocueva similar y de menor espectaculidad, la cual se encuentra 
			en estudio. 
			El 
			género Scelidotherium, básicamente diferenciable de Scelidodon por 
			la presencia de ciertos caracteres más derivados a nivel de los 
			miembros y cráneo, cuenta con al menos dos especies pleistocenas: S. 
			floweri y S. leptocephalum. Las especies de este género habitaron en 
			espacios abiertos, parcialmente arbolados, de climas templados. 
			
				
					
                
                  | 
					
					Durante el Pleistoceno más tardío se lo encuentra también en 
					ambientes de altura, compatibles con condiciones ambientales 
					templado-frías, entre 2.000 y más de 3.000 m, 
					específicamente en las localidades de Las Juntas, Catamarca 
					y Lauricocha, Perú, aunque es importante mencionar que en 
					este último sitio existen evidencias que los restos fueron 
					llevados allí por el hombre. Geográficamente, se habría 
					distribuido en los territorios de Argentina, Perú, Uruguay y 
					Paraguay. 
                
                Otros materiales de Scelidotherium 
                depositados en el 
                Museo Municipal Punta Hermengo: Esqueleto encontrado en Centinela del Mar en 1995, restos parciales de un esqueleto de la colección 
                anterior al Museo, cinco cráneos y mandíbulas, icnitas de garras 
				en cuevas 
                entre otros restos aislados, como dientes, garras y huesos 
				largos. 
					<<<Esquema de la ubicación in situ de los 
					Scelidotherium.   | 
				 
			 
			
			Bibliografía sugerida. 
			
			Imbellone, P. & Teruggi, M. 1988. Sedimentación crotovínica en 
			secuencias cuaternarias bonaerenses. II Reunión Argentina de 
			Sedimentología, Actas, p. 125-129. 
			
			Magnussen Saffer, Mariano (2008). Una cueva realizada por mamíferos 
			gigantes en el Pleistoceno de Miramar. Paleo, Boletín 
			Paleontológico. Año 6. Numero 29: 30-34 
			 Magnussen 
			Saffer, Mariano (2014). Un perezoso gigante junto a su cría. Algunos 
			datos sobre su estudió.  Paleo Revista Argentina de Paleontología. 
			Boletín Paleontológico. Año XII. 107: 19-22.   
			
			M. Magnussen Saffer, D. Boh y C. Estarli. (2014). 
			Asociación de un ejemplar juvenil y uno adulto de Scelidotherium 
			leptocephalum Owen, 1839  (Xenarthra, Mylodontidae, Scelidotheriinae 
			) en una paleocueva en el Pleistoceno del Partido de General 
			Alvarado. Aspectos Sistemáticos y Tafonomicos. XXVIII Jornadas 
			Argentinas de Paleontología de Vertebrados.  
			
			Zapala – Villa El Chocon, Neuquén. Mayo del 2014. Libro de Resumenes. , 
			p 38. 
			
			Scillato-Yané, G.J.; Carlini, A.A.; Vizcaíno, S.F. & Ortiz 
			Jaureguizar, E. 1995. Los xenartros. In: Alberdi, M.T.; Leone, G. & 
			Tonni,E.P. (eds.) Evolución biológica y climática de la 
			región pampeana durante los últimos cinco millones de años, 
			Un ensayo de correlación con el Mediterráneo occidental. Museo 
			Nacional de Ciencias Naturales, Madrid, Monografías, 12:181–209. 
			
			Zárate, M.A.; Bargo, M.S.; Vizcaíno, S.F.; Dondas, A. & Scaglia, O. 
			1998. Estructuras biogénicas en el Cenozoico tardío de Mar del Plata 
			(Argentina) atribuibles a grandes mamíferos. Revista de la 
			Asociación Argentina de Sedimentología, 5:95-103. 
			
													 
			
            Que es un Scelidoterio? 
			Nombre Cientifico; Scelidotherium
      leptocephalum. Owen, 1840
				
					|   | 
					  | 
				 
				
					
					  | 
					
			 
			De tamaño menor y del grupo de los
      Xenarthros (perezosos) mencionados anteriormente fueron los mamíferos mas
      comunes del paisaje Pleistocenico, ya que sus restos fósiles son muy 
					abundantes en los depósitos sedimentarios de este periodo. 
					Tenia 1,7  metros de alto y 3,5 de largo. Su peso 
					estimado es de una tonelada. El cráneo es alargado, bajo y 
					estrecho, con un rostro proyectado hacia adelante. 
			<<<Esqueleto de Scelidotherium. Museo de 
			Ciencias Naturales de Miramar.  | 
				 
			 
			
				
					| 
					 Su alimentación consistía de 
					vegetales que hallaba en áreas secas. Recientemente se pudo 
					saber por varios hallazgos, que estos enormes 
					mamíferos cavaban madrigueras, las cuales realizaban para 
					refugiarse, o bien para invernar, ya que es posible que 
					tuvieran un metabolismo muy bajo, logrando una temperatura 
					constante de 15° c en su interior. Una de ellas media 40 
					metros de largo con un diámetro de 1,8 de donde se 
					rescataron numerosos moldes de las garras entre otras 
					evidencias. Este animal de notables proporciones
      desaparece del registro fosilífero hace unos 7 mil años atrás. Los
      restos de Scelidotherium son tal vez, los fósiles de grandes mamíferos mas
      comunes en la región pampeana. Hace unos años se extrajeron dos
      esqueletos completos al sur de la localidad de Centinela del Mar en el
      Partido de General Alvarado, otro de la localidad fosilífera de Camet 
      norte, Partido de Mar Chiquita y una hembra adulta abrazando su cría en la 
      localidad de Mar del Sud, preservado en el Museo Municipal Punta Hermengo.
		el género Scelidotherium, básicamente diferenciable de 
					Scelidodon por la 
		presencia de ciertos caracteres más derivados a nivel de los miembros y 
		cráneo, cuenta con al menos dos especies pleistocenas: S. floweri y 
					S. leptocephalum. Las especies de este género habitaron en espacios 
		abiertos, parcialmente arbolados, de climas templados. Durante el 
		Pleistoceno más tardío se lo encuentra también en ambientes de altura, 
		compatibles con condiciones ambientales templado-frías, entre 2.000 y 
		más de 3.000 m, específicamente en las localidades de Las Juntas, 
		Catamarca y Lauricocha, Perú, aunque es importante mencionar que en este 
		último sitio existen evidencias que los restos fueron llevados allí por 
		el hombre. Geográficamente, se habría distribuido en los territorios de 
		Argentina, Perú, Uruguay y Paraguay. 
													 
					
						
							| 
			Una paleocueva realizada por | 
						 
						
							| 
							mamíferos gigantes del Pleistoceno | 
						 
						
							| 
							 en la ciudad 
							de Miramar.  | 
						 
						
							| 
							  | 
						 
						
							| 
							 Por Mariano 
							Magnussen. Museo de Ciencias Naturales de Miramar.  
							
							marianomagnussen@yahoo.com.ar   | 
						 
					 
			
					
					
					En las ciudades del litoral marítimo bonaerense, es uno de 
					los pocos lugares del mundo donde se pueden hallar 
					evidencias de antiguas cuevas realizadas por perezosos 
					gigantes, hace más medio millón de años antes del presente, 
					según el boletín paleontológico “Paleo” 
					donde se publicó la noticia. 
					
					
					Los afloramientos geológicos que se hallan en el litoral 
					marítimo bonaerense, en especial aquellos ubicados entre las 
					localidades fosilíferas de Camet y Punta Hermengo, 
					correspondientes a las ciudades de Mar del Plata y Miramar, 
					son muy ricos en restos fósiles e icnofosiles (restos de 
					hormigueros, termiteros, moldes de coleópteros, nidos de 
					abejas, tuberías de anélidos, huellas de grandes animales 
					entre otros), siendo objeto de estudios desde la primera 
					década del siglo XX, por investigadores muy importantes, 
					entre lo que podemos citar a Florentino y Carlos Ameghino, 
					Lucas Kraglievich, Osvaldo Reig y más recientemente por 
					Marcelo Zarate, Eduardo Tonni entre otros.  
					
					
					Otros icnofosiles más comunes lo conforman las madrigueras o 
					paleocuevas realizadas por distintos micromamiferos, como 
					los roedores octodontidos (Actenomys) del 
					Plioceno tardío, y otras de mayor tamaño atribuidas a 
					dasipodidos (Eutatus, Pampatherium y 
					Propraopus) que frecuentaban las llanuras pampeanas 
					durante el Pleistoceno. Otros animales que han aprovechado 
					estos refugios luego que su propietario lo haya abandonado, 
					como hacen las aves Estrigiformes, que en algunas ocasiones 
					los investigadores hallan en el interior de las madrigueras 
					algunas regurgitaciones o bolos alimenticios, logrando 
					rescatar centenares de pequeños restos fósiles de distintos 
					micromamiferos de un mismo ambiente.  
					
						
							
					
						
							| 
							 
			
					   | 
						 
						
							| 
			 
					Perezosos gigantes saliendo de su Madriguera. 
					Por Daniel Boh.  | 
						 
					 
							 | 
							
			 Las Paleocuevas que 
			se destacan, afloran en un 97% rellenas por sedimentos secundarios u 
			hospedantes, que ingresaron paulatinamente a su interior, o 
			rápidamente luego de alguna inundación o derrumbe de terreno. Este 
			sedimento que ingreso, puede ser rápidamente visualizado por los 
			investigadores, ya que por lo general se observa un contraste 
			colorimetritos entre el interno y aquellos que los rodean, o bien, 
			por superposición sedimentaria con caracteres complejos o una 
			erosión diferencial.  | 
						 
					 
					
					
					Algunos paleosuelos contienen gran densidad de antiguas 
					madrigueras, a lo largo de varios metros. Estas han sufrido 
					arduos estudios por los investigadores de la Facultad de 
					Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La 
					Plata.  
					
					
					En estas paleocuevas, en raras ocasiones hemos podido hallar 
					restos fósiles de distintos microvertebrados, como por 
					ejemplo, un grupo de cuevas halladas en la zona del Vivero 
					Dunicola de Miramar, donde se rescató partes esqueletarías 
					de un ejemplar adulto y cuatro crías de Lagostumus 
					maximus, representante fósil de las actuales 
					vizcachas, o en otro caso, donde se extrajo restos 
					sustanciales de dos ejemplares de un Cyanasua 
					argentina, un mamífero emparentado con los actuales 
					Coatíes, pero sin representantes vivientes.  
					
					
					Solo en raras ocasiones se han preservado algunas cuevas sin 
					rellenar, conservando su estructura interna. Esto pudo 
					ocurrir cuando la entrada quedaba tapada por hierbas, o solo 
					ingresaba material sin llegar a cubrir toda su larga 
					extensión, logrando una especie de “tapón”.  
					
					
					No fue hasta 1992 que se publicara en la prestigiosa revista 
					Ameghiniana de la Asociación Paleontológica Argentina, un 
					trabajo sobre la estructura interna de una paleocueva 
					atribuida a algún género de Dasipodido de gran tamaño 
					(probablemente Pampatherium). Se 
					caracterizaron por ser descubiertas dentro del casco 
					urbano,  alejados de los barrancos marítimos donde por lo 
					general son más evidentes los restos fósiles y en donde se 
					puede establecer sus antigüedades según los estudios previos 
					de la estratigrafía y demás.  
			
					
						
							| 
							 
							   | 
							
							 
			En estas 
					cuevas se pudieron rescatar algunos moldes de yeso 
					correspondientes a icnitas, en donde se evidencia en las 
					paredes y techo de la antigua madriguera numerosas marcas 
					realizadas con las falanges ungueales (base de la garra), 
					acompañadas cada una por 3 o 5 marcas verticales paralelas, 
					lo que recuerda fácilmente la morfología biomecánica de 
					Dasipodidos ya extinguidos, y en algunos casos los 
							vivientes.
			 
							 
							<<<Paleocueva de Miramar, conexión 
							de la Paleomadriguera con la superficie en forma 
							casi vertical.   | 
						 
					 
					
					
					Esto concuerda además con las medidas transversales, que 
					poseen un alto promedio de 0,76 metros por un ancho promedio 
					de 0,93 metros, caracterizadas por una serie de galerías de 
					longitud variable e interconectada entre sí.  
					
					
					El autor de estas cuevas fue una especie de mulita gigante, 
					llamada Pampatherium, que llegaba a pesar unos 
					250 kilogramos, o tal vez al género Eutatus, 
					que demuestra semejanzas con el actual Tatu carreta, el 
					cual, se encuentra en peligro de extinción.  
					
					
					Por lo general se tratan de estructuras cerradas y 
					discordantes con relación a la estratigrafía hospedante en 
					las inmediaciones. Presentan una estructura semicircular o 
					casi elíptica con diámetros que varían según su recorrido, 
					que pueden ir desde 0,75 y 1,90 metros, según lo que 
					logramos establecer, atribuidos a distintos grupos de 
					mamíferos.  
					
					
					Los rellenos sedimentarios están usualmente compuestos por 
					arenas muy finas y limos, ya sea estratificado o macizo, que 
					alternan con niveles de arcillas laminadas. Las estructuras, 
					interpretadas como cuevas y galerías, se hallan excavadas en 
					sustratos pelíticos o arenosos finos, ya sea de planicies de 
					inundación de zonas pantanosas o interfluvios. La 
					distribución estratigráfica de los presentes icnofosiles se 
					distribuye desde el Plioceno hasta el Pleistoceno más 
					reciente.  
					
						
							| 
							 
							   | 
							
							 
			Los 
					principales criterios de reconocimiento a las antiguas 
					estructuras subterráneas se basan por lo general por sus 
					relaciones estratigráficas, dimensiones contornos cerrados. 
					Los rellenos sedimentarios en las estructuras y su contenido 
					fosilífero en ciertas ocasiones, permiten recaudar 
					información amplia y variada para emplearla en una relación 
					contextual con especies vivientes. 
			 
							<<<Paleocueva 
							de Miramar, detalle de la cámara final parcialmente 
							rellena. Allí se recuperaron icnitas(marcas de 
							garras en el sedimento).  | 
						 
					 
					
					
					Como mencionamos anteriormente, las estructuras pertenecen 
					por lo general al orden Xenarthra - Cingulata, especialmente 
					a armadillos extinguidos y sin parentesco alguno con las 
					formas vivientes, lo que dificulta las comparaciones. 
					 
					
					
					Lo sorprendente de estos nuevos hallazgos, demuestran 
					estructuras de diámetro más desmedidos al tamaño corporal y 
					masa estimada a armadillos gigantes de la familias 
					Pampatheriidae y Dasypodidae.  
					
					
					Estas características que confundieron a los investigadores 
					por más de un siglo, fueron aclaradas por análisis 
					anatómicos, alométricos y biomecánicos efectuados en 
					distintos ejemplares depositados en los Museos nacionales, 
					cuyos especímenes correspondían a Milodontidos del 
					Pleistoceno, que agrupan a los géneros Scelidotherium, 
					Glossotherium y Lestodon, sugieren al 
					momento, que estos megamamiferos pudieron realizar enormes 
					galerías por motivos de refugio  
					
					
					En los túneles estudiados y sin relleno que aparecen en la 
					región, se han podido rescatar numerosas marcas y moldes 
					negativos realizados en yeso y cemento instantáneo, que se 
					adaptan a las características anatómicas y morfológicas de 
					los dos dedos más desarrollados que presentan el género 
					Scelidotherium y Glossotherium, ya 
					que los restantes se encuentran atrofiados, lo que no pasa 
					con las otras especies vinculadas al estudio. En detalles 
					generales, podemos decir que las paleocuevas corresponden a 
					estos gigantes mamíferos Terciarios y Cuaternarios 
					desaparecidos.  
					
						
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							 Paleocueva de 
							Miramar. En este esquema se dimensiona el recorrido 
							y tamaño total de la Paleocueva o Crotovina 
							realizada por un perezoso gigante y documentada por 
							el Museo de Miramar. Hallazgo del autor.  | 
						 
					 
					
					En 1998 mientras se construía en la ciudad de 
					Mar del Plata la Cuarta Cloaca Máxima, constituida por un 
					túnel de 2,5 metros ancho y un recorrido de 5 kilómetros de 
					largo, permitió a los investigadores, estudiar la estructura 
					geológica del casco urbano, a diferencia de otros estudios 
					en la región que corresponden mayormente a la estratigrafía 
					de los afloramientos geológicos de litoral marítimo 
					bonaerense.  
					
					Durante la excavación, además de rescatar 
					restos óseos en estado fósil, se encontraron cuatro grandes 
					paleocuevas de 2 metros de ancho y parcialmente rellenas; 
					también se observaron cuevas más pequeñas. Las cuevas 
					grandes de longitudes mayores a 6 metros fueron asignadas a 
					la actividad de milodóntidos (Milontidae, Mammalia); que 
					para entonces eran desconocidas, en cambio las pequeñas 
					fueron supuestamente excavadas por gliptodóntidos. 
					 
					
					Después de estos hallazgos totalmente 
					novedosos, aparecieron varios más. Uno de ellos y que 
					sorprendió a los investigadores fue una paleocueva de 1,8 
					metros de diámetro y 40 metros de largo, con centenares de 
					icnitas en el techo y laterales de la misma. 
					 
					El hallazgo de una gran paleocueva e icnitas en Miramar.
					 
					
					Una enorme 
					madriguera realizada por mamíferos gigantes hace más de 
					medio millón de años, fue presentada públicamente por los 
					miembros de la Asociación de Amigos del Museo Municipal 
					Punta Hermengo de la ciudad balnearia de la provincia de 
					Buenos Aires en el reconocido boletín paleontológico “Paleo”. 
					
						
							
							
								
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									 <<< Mano de Scelidotherium 
									de la colección del Museo de Miramar. Concuerda 
							con la biomecánica del animal que excavo las enormes 
							madrigueras. 
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					Esta enorme 
					madriguera o refugio, es conocida paleontologicamente como 
					“paleocueva”. Por lo general siempre los investigadores 
					encontraban pequeñas estructuras rellenas de sedimento 
					atribuidas a roedores o armadillos prehistóricos. En esta 
					ocasión, la sorpresa fue grande como el mismo 
					descubrimiento. Se encontraron con una estructura 
					biogenética que no fue cubierta totalmente por sedimento, y 
					que no sufrió mayores modificaciones a lo largo de cientos 
					de milenios. 
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					Mariano Magnussen Saffer, por entonces miembro de la 
					Asociación de Amigos del museo miramarense, fue quien noto 
					la existencia y origen de esta enorme madriguera que algún 
					tiempo albergo animales que pesaban más de una tonelada y 
					media, tres metros de largo y dieta vegetariana. De 
					inmediato se comenzaron los primeros estudios.  
					
					
					"Debido a la antigüedad de los estratos de la zona que se 
					hallan al norte de Miramar, la cueva pertenece al 
					Pleistoceno, un edad geológica que se inició hace unos dos 
					millones de años y terminó hace diez mil años atrás, e 
					inferimos de esta manera, que la cueva pertenecería a 
					Scelidotherium, pues, las marcas de garras en techos 
					y paredes de la misma reflejan su biomecánica y anatomía 
					morfológica. 
					
					
					Lo trascendental de esta paleocueva, es que se pudo ingresar 
					a una de las cámaras principales, cuyo túnel tiene un 
					diámetro de 1,90 metros, con secciones parcialmente 
					cubiertas de sedimentos secundarios, con finas láminas de 
					barro solidificado depositadas en sucesivas inundaciones, a 
					lo largo de varios milenios. 
					
					
					A solo unos metros, se halla otra galería que se comunicaba 
					a la superficie, y que solo quedo tapado por sedimento en su 
					ingreso, preservando el interior en su forma original. Los 
					investigadores pudieron caminar de pie por esta corta 
					galería, parcialmente erosionada, que se extiende por unos 
					10 metros y con un diámetro de 1,7 metros. Lo sorprendente 
					fue la observación de las marcas de garras en los laterales 
					y techos de ambas bifurcaciones, de las cuales se 
					recuperaron varios moldes. 
					
					
					Los investigadores locales  suponen que, por las medidas que 
					posee la cueva y las características marcas de excavación, 
					la madriguera fue realizado por un Milodontino, posiblemente 
					del género Scelidotherium s.p, un extinto 
					perezoso prehistórico de gran tamaño, y común en el registro 
					fosilífero de la región pampeana, con el propósito de 
					refugio, cuidado de ejemplares juveniles o mantener el 
					control sobre la temperatura y humedad de sus cuerpos.
					 
					
						
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					El hallazgo podría aportar nuevos datos sobre las 
					condiciones climáticas en el momento en que fue construida 
					la madriguera, y también los datos anatómicos del animal que 
					la excavó. Es otra manera de conocer cómo vivían estos 
					animales, cuya información no puede ser recuperada de sus 
					grandes huesos. 
							
					<<< Molde negativo de Icnita (marcas de las 
					garras) recuperada en las paredes y techos de la paleocueva, 
					concuerda con la biomecánica de Scelidotherium. 
			
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					Un hecho 
					curioso y ligeramente relacionado, fue el descubrimiento de 
					otra paleocueva en 2004 (pero sin estructura interna), cuyo 
					techo había colapsado. De su interior el personal del museo 
					miramarense recupero un esqueleto de 3 metros de largo de  
					Scelidotherium leptocephalum, seguramente de una hembra 
					adulta, abrazando su pequeña cría. Parte de este material se 
					halla en exhibición.  
					
					
					Bibliografía sugerida:
					 
					
					Fariña RA, Vizcaíno SF. 1996. Hábitos 
					locomotores del armadillo pleistoceno Propraopus grandis (Mammalia, 
					Dasypodidae): una comparación con formas actuales. Actas del 
					VI Congreso Argentino de Paleontología y Bioestratigrafía: 
					123-127. 
					
					Fidalgo, F.; Tonni, E.P. 1983. Geología y 
					Paleontología de los sedimentos encauzados del Pleistoceno 
					tardío y Holoceno en Punta Hermengo y Arroyo Las Brusquitas 
					(Partido de General Alvarado y General Pueyrredón, Provincia 
					de Buenos Aires). Ameghiniana, Vol. 20, Nos. 3-4, p. 
					281-296. 
					
					Florentino Ameghino 1908.  Las formaciones 
					sedimentarias de la región litoral de Mar del Plata y 
					Chapadmalal. Museo de Historia Natural de Buenos Aires. 7 
					(3): 343 – 428.  
					
					Frenguelli, J. 1921. Los terrenos de la costa 
					atlántica en los alrededores de Miramar (Prov . Buenos 
					Aires) y sus correlaciones. Academia Nacional de Ciencias de 
					Córdoba. 24:325 – 485.  
					
					Kraglievich, J. 1952. Perfil geológico de 
					Miramar y Chapadmalal, Provincia de Buenos Aires. Revista 
					del Museo de Ciencias y Tradicional de Mar del Plata, 1 
					(1):8-37.  
					
					M. T. Alberdi, G. Leona y E. P. Tonni 
					(editores). Evolución biológica y climática de la región 
					pampeana durante los últimos cinco millones de años. Un 
					ensayo de correlación con el Mediterráneo occidental. 
					Madrid, Museo Nacional de Ciencias de Madrid, Consejo 
					Superior de Investigaciones Científicas, 1995, Monografías 
					
					Magnussen Saffer, Mariano. La Megafauna 
					Extinguida del Partido de General Alvarado. (2005). Boletín 
					de divulgación Cientifica Técnica. Museo Municipal de 
					Ciencias Naturales Punta Hermengo de Miramar, Prov. Buenos 
					Aires, Argentina. 
					
					Mariano Magnussen Saffer. 2003. Gigantes 
					desaparecidos de la Región Pampeana. Edición independiente 
					de Paleontología de Argentina.  
					
					Marcelo A. Zarate, María Susana Bargo, Sergio 
					F. VIizcaino, Alejandro Dondas y Orlando Scaglia. (1998). 
					Estructuras biogénicas en el Cenozoico tardío de Mar del 
					Plata (Argentina) atribuibles a grandes mamíferos. Volumen 5 
					(1998). N° 2: 95-103.  
					
					Pascual, R., Ortega Hinojosa, E., Gondar, E. 
					y Tonni, E. 1965. Las edades del Cenozoico mamalífero de la 
					Argentina, con especial atención a aquellas del territorio 
					bonaerense. 
					
					Anales de la Comisión de Investigaciones 
					Científicas 6: 165-193. 
					
					Quintana, Carlos Adrian. 1992.  Estructura interna de 
					una paleocueva, posiblemente de un Dasypodidae (Mammalia, 
					Edentata) en el Pleistoceno de Mar del Plata (provincia de 
					Buenos Aires, Argentina). Ameghiniana., 29 (1);87-91. 
					
					Tauber, A.A. y Mazzoni, A.F. 2003. Trazas de 
					insectos xilófagos de la Formación Salicas (Mioceno tardío) 
					de la provincia de Catamarca, Argentina. Ameghiniana , 
					Suplemento Resúmenes 40: 94R. 
					
					Tonni, E.P.; Fidalgo, F. 1982. Geología y 
					Paleontología de los sedimentos del Pleistoceno en el Área 
					de Punta Hermengo (Miramar, Prov. de Buenos Aires, República 
					Argentina): Aspectos Paleoclimáticos. Ameghiniana, Vol. 19, 
					Nos. 1-2, p. 79-108. 
					
					Tonni, E.P.; Fidalgo, F. 1982. Geología y 
					Paleontología de los sedimentos del Pleistoceno en el Área 
					de Punta Hermengo (Miramar, Prov. de Buenos Aires, República 
					Argentina): Aspectos Paleoclimáticos. Ameghiniana, Vol. 19, 
					Nos. 1-2, p. 79-108.  | 
				 
			 
			
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