Cretacico. Huesos y Fosiles de Dinosaurios y Gigantes Prehistóricos del Cretácico. MegaFauna Web.
 
   

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Gigantes Prehistóricos del Periodo Cretácico.

Cretácico, en el ámbito de la geología, último periodo del Mesozoico, que comenzó hace unos 145,6 millones de años y finalizó hace unos 65 millones de años. El nombre alude a la abundancia de estratos de creta depositados durante el final del periodo en Inglaterra y Francia, hoy expuestos en lugares como Dover.

Al comenzar el mesozoico, todos los continentes estaban unidos en una masa continental única, Pangea 2. La división de Pangea 2 durante el Mesozoico temprano dio lugar a dos supercontinentes: Laurasia, formado por lo que hoy son los continentes del norte, y Gondwana, formado por los del sur. Entre ambos había un enorme mar, el Tetis, del que el Mediterráneo de nuestros días no es más que un vestigio. Durante el cretácico, la placa continental africana, al desprenderse de Gondwana y derivar hacia el norte, sometió a los sedimentos del mar de Tetis a poderosas fuerzas de compresión, creando las raíces de los Alpes europeos. La placa africana se hundió bajo la de Laurasia, desencadenando la actividad volcánica que hoy persiste en la península italiana y Sicilia. Mientras tanto, el recién formado océano Atlántico se ensanchó debido a la expansión del suelo oceánico a lo largo de la dorsal Medioatlántica, lo que aumentó la distancia entre África y América del Sur. Más al este, India se había separado de Gondwana y, en su deriva hacia el norte, había empezado a plegar los sedimentos del Tetis oriental formando riscos alargados, predecesores de lo que sería el Himalaya. La Antártida y Australia, aún unidas, derivaban hacia el sur y el este.

El ininterrumpido movimiento hacia el oeste de Norteamérica generó fuerzas orogénicas que dieron lugar a la elevación de las montañas Rocosas, y lo mismo ocurrió en América del sur, donde comenzó el plegamiento alpino que dio lugar en la siguiente era a la cordillera de los Andes. La aparición de las montañas Rocosas bloqueó el drenaje hacia el oeste del pujante mar del cretácico tardío, convirtiendo buena parte del interior de la zona oeste de Norteamérica en una gigantesca ciénaga. Al este, los sedimentos producidos por la erosión de los Apalaches formaron la planicie costera atlántica. Durante el cretácico tardío, el nivel del mar subió en todo el mundo, inundando casi un tercio de la superficie terrestre actual. Así, el calor del sol pudo distribuirse más hacia el norte gracias a las corrientes marinas, dando lugar a un clima global cálido y suave, sin casquetes de hielo en los polos y una temperatura en las aguas del Ártico de 14 ºC o más. En un clima así, los reptiles de sangre fría podían proliferar incluso en latitudes boreales, mientras que los fósiles de helechos y cícadas encontrados en rocas del cretácico a latitudes árticas son similares a las plantas que crecen en los bosques húmedos subtropicales de la actualidad. A finales del cretácico, la flora había adoptado ya una apariencia moderna e incluía muchos de los géneros actuales de árboles, como aquellos a los que pertenecen el roble, la haya y el arce.

A pesar de la benignidad de las condiciones ambientales, a finales del periodo se produjeron varias extinciones en masa. Desaparecieron cinco grandes grupos de reptiles —Dinosaurios, Pterosaurios, Ictiosaurios, Plesiosaurios y Mosasaurios— que hasta entonces habían sido dominantes. Una teoría reciente señala que su extinción se debió a la colisión con la Tierra, hace 65 millones de años, de un cometa o de un pequeño asteroide que lanzó el suficiente polvo a la atmósfera como para bloquear parte de la radiación solar incidente y reducir la temperatura en todo el mundo, produciendo efectos devastadores sobre las algas, la vegetación y los pequeños animales de los que dependían los grandes reptiles para alimentarse.

América África Europa Asia Oceanía
Ornithomimus Sarcosuchus Brachiosaurus Repenomamus  
Albertosaurus Carchadontosaurus Europasaurus Velociraptor  
Triceratops Ouranosaurus Scipionix Lanzhousaurio  
Quetzalcoatlus Spinosaurus Hypsilophodon Rajasaurus  
Elasmosaurus   Iguanodon Gallimimus  
Tyrannosaurus     Indosuchus  
Anatosaurus     Erketu  
Anquilosaurus     Nothronychus *  
Archelon     Linheraptor  
Stegosaurus *     Samrukia  
Armadillosuchus     Hesperornis  
Yacarerani        
Atacamatitán        
Oxalaia        
Tropeognathus        
Tapejara        
Tupuxuara        
Nyctosaurus        
Hesperornis        
Argentinosaurus        
Giganotosaurus        
Carnotaurus        
Megaraptor        
Patagotitan        

Ornithomimus grandis. Marsh 1890.

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Norteamérica y en el Tíbet, en Asia. Su nombre significa reptil remedador del ave. Este inteligente reptil era uno de los dinosaurios más elegantes y gráciles. Pertenece al grupo de los llamados dinosaurios semejantes a los avestruces y presenta muchos rasgos en común con las grandes aves corredoras actuales. Sus largas y musculosas patas estaban hechas para la velocidad y la agilidad. Su pequeño cráneo al final de su largo y estilizado cuello, y sus huesos eran ligeros. Era ágil y podía elegir entre una gran cantidad de alimentos. Probablemente era omnívoro, o sea que comía tanto carne como plantas. Usaba sus largas patas delanteras y sus garras para desgajar ramas, los cogollos más apetitosos y también las bayas. Su vista aguda y su gran velocidad le permitían cazar pequeños reptiles e insectos voladores, que despedazaba con su pico córneo y sin dientes, para luego tragar los pedazos. Quizá usaba sus tres garras que tenía al final de sus largos dedos para procurarse comida o para escarbar en la tierra en busca de huevos de otros dinosaurios. Las otras tres garras planas de cada pata se aferraban al suelo cuando corría como los tacos de las zapatillas de carreras. A diferencia del avestruz, tenía una larga cola, de casi 2 metros, que constituía más de la longitud total del animal. Esta cola era mucho menos flexible que su elástico cuello, el cual podía dispararse como un muelle para atrapar algunos de sus alimentos. Mantenía la cola tiesa en horizontal al correr. Si corría velozmente por un terreno irregular, la cola le ayudaba a mantener el equilibrio la parte delantera de su cuerpo. Fue, hasta ahora, el dinosaurio que se a descubierto más veloz. Si corría en una carrera de caballos podría ganar. Los caballos de pura sangre pueden alcanzar unos 72 kilómetros por hora, mientras que este dinosaurio podía alcanzar los 80. Claro que se esa velocidad no la mantenía todo el día, sino que los alcanzaba cuando perseguía a presas o huía de los Carnosaurios. Medía 3 metros y medio de largo y 2 de altura. Vivió hace 70 millones de años, en el período Cretácico superior.

Hagryphus giganteus. Zanno & Sampson, 2005.

Hagryphus Hagryphus Hagryphus Hagryphus Hagryphus Hagryphus Hagryphus Hagryphus Hagryphus Hagryphus Hagryphus

     

Utah, Estados Unidos. Cazadores de fósiles de la Universidad de Utah descubrieron una nueva especie de dinosaurio carnívoro muy semejante a un pavo gigante, que vivió hace unos 75 millones de años. Este espécimen de dos patas, pariente de los llamados oviraptores, tiene dos veces el tamaño de la especie relacionada encontrada hace meses en Canadá y el norte de Estados Unidos. Se pensaba que estos oviraptores sólo habían habitado al norte de América. La especie se caracteriza por tener brazos parecidos a alas, poderosas piernas, plumas y un fuerte pico sin dientes, con el que atravesaban a sus presas. Los investigadores hallaron este ejemplar en una región remota y montañosa al suroeste de EU, que está ganando rápida reputación como un cementerio de dinosaurios lleno de especies desconocidas. Se descubrieron sólo algunos fragmentos del animal, pero fueron suficientes para calcular su tamaño en dos metros, y se cree que era tan rápido como un avestruz actual. Denominado Hagryphus giganteus (que quiere decir algo así como gigante de cuatro dedos, por un dios del desierto del oeste) este nuevo dinosaurio fue descrito en la revista Journal of Vertebrate Paleontology. Lindsay Zanno, del departamento de geología de la Universidad de Utah, dijo que hay otros oviraptores asiáticos parecidos a enormes pavos, muy similares a Hagryphus. De acuerdo con Zanno, este animal parece haber sido construido para las altas velocidades. Creen que pudo haber alcanzado los 48 kilómetros por hora, muchos para un animal de su alzada y peso. Los expertos aseguran que tal velocidad pudo haber sido más un atributo para escapar de predadores mayores que para atrapar presas, dadas las características anatómicas. De hecho, el nombre de oviraptores les viene de que se supone que estos animales eran expertos “ladrones de huevos”, ya que se han encontrado siempre cerca de nidos de otras especies. Hagryphus no parece una especie capaz de atacar o enfrentarse a grandes presas. Y quizá sus presas favoritas eran pequeños mamíferos y lagartos, muy probablemente completaban su dieta con frutas, semillas y nueces. El hábitat de estos dinosaurios fue muy diferente a lo que hoy vemos en Utah. Cuando ellos vivieron, la parte central de América del Norte fue inundada por la elevación de los niveles de los mares, debido a un calentamiento global.


Albertosaurus arctunguis. Parks 1928.

Albertosaurus  Albertosaurus  Albertosaurus  Albertosaurus Albertosaurus  Albertosaurus  Albertosaurus  Albertosaurus

 

Canadá. Albertosaurus era de menor tamaño que los gigantescos tiranosáuridos más conocidos como el Tarbosaurus y el Tyrannosaurus. Los adultos alcanzaban aproximadamente 9 metros de longitud. Varias estimaciones de masa independientes, obtenidas mediante diferentes métodos, sugieren que un Albertosaurus adulto habría pesado entre 1.3 y 1.7 toneladas.El enorme cráneo del Albertosaurus, sostenido por un cuello corto con forma de S, medía aproximadamente 1 metro de largo en los adultos más grandes.  Poseía unas amplias aberturas denominadas fenestras, que reducían el peso de la cabeza, y proporcionaban áreas para la inserción de músculos y órganos sensoriales. Sus largas mandíbulas contenían más de 60 dientes con forma de banana; los tiranosáuridos más grandes poseían menos dientes. A diferencia de la mayoría de terópodos, los tiranosáuridos fueron heterodontes; los dientes tomaron diferentes formas dependiendo de su posición en la boca. Los dientes premaxilares en el extremo de la mandíbula superior eran mucho más pequeños que el resto, más empaquetados y con forma de D en su borde transversal. La capa de huesos del Albertosaurus descubierta por Barnum Brown y su equipo contiene los restos de al menos 10 individuos. Se observa que este grupo estaba compuesto por dos o tres individuos totalmente crecidos y de unos 21 años de edad; un adulto más joven de 17 años; cuatro sub-adultos en plena fase de crecimiento rápido entre los 12 y los 16 años; y un juvenil de 10 años, el cual no alcanzó la fase de crecimiento. También se halló un individuo muy joven, de unos dos años de edad. Existen numerosas evidencias de un comportamiento gregario entre dinosaurios herbívoros, incluyendo ceratopsianos y hadrosaurios. Por el contrario, solo en raras ocasiones se han hallado varios dinosaurios depredadores en un mismo sitio. Pequeños terópodos como el Coelophysis bauri, el Deinonychus antirrhopus y el Megapnosaurus rhodesiensis han sido encontrados en grupos, cuando hay depredadores más grandes como el Allosaurus fragilis o el Mapusaurus roseae. También existen ciertas evidencias de comportamiento gregario en otros tiranosáuridos. Restos fragmentarios de individuos más pequeños fueron encontrados junto a "Sue", el Tyrannosaurus rex montado en el Museo Field de Historia Natural en Chicago. Una capa de huesos en la Formación de Two Medicine de Montana contenía al menos tres especímenes de una especie no nombrada del Daspletosaurus, preservados junto a varios hadrosaurios. Estos hallazgos pueden corroborar la evidencia de un comportamiento social en el Albertosaurus, aunque algunos o todos los lugares ya mencionados pueden representar agregaciones temporales o no naturales.

Triceratops horridus. Marsh, 1889.

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Estados Unidos. El Triceratops era un dinosaurio grande y fuerte. En el hocico tenía un cuerno corto y grueso, y otros dos en la frente que medían hasta 1m de largo. El Triceratops avanzaba sobre sus cuatro patas, robustas como columnas. Las delanteras eran especialmente fuertes, para soportar el peso de la cabeza, de un tamaño desproporcionado. El cuello del Triceratops quedaba protegido por una gran placa ósea que cubría las paletillas y podía resistir los demoledores golpes de otros dinosaurios. Nadie sabe a ciencia cierta de qué color eran los dinosaurios, pero algunos científicos creen que el cuello del Triceratops tenía vivos colores. Creen que el animal estaba tan bien armado que no necesitaba disimular su presencia confundiéndose con el terreno, verde o gris. El colorido de la placa pudo servir para atraer a las hembras. En su voluminosa cabeza, el Triceratops tenía tres cuernos: dos en la frente sobre los ojos, y otro en el extremo del hocico. Los utilizaba para defenderse de los depredadores, con el Tyranosaurus Rex. También empleaba los cuernos para luchar con otros machos por las hembras de su especie, antes del apareamiento.

Spiclypeus shipporum. Mallon et al, 2016.
 

            

Canadá-Estados Unidos. Spiclypeus es único entre los Chasmosaurinae por tener un hueso nasal con surcos y un contacto en la superficie lateral de la proyección posterior del premaxilar. Spiclypeus es además único por tener la siguiente combinación de características: los cuernos encima de las cuencas oculares se proyectan hacia atrás y los lados, todos los seis epiparietales (cuernos de la gola) están fusionados en su base, los dos primeros pares de epiparietales se curvan hacia abajo en la superficie de la gola en su zona frontal, mientras que el tercer par de epiparietales apunta hacia atrás y hacia la línea media de la gola. Entre los demás casmosaurinos de la Formación Río Judith, Spiclypeus puede ser distinguido directamente de Judiceratops, Medusaceratops y Mercuriceratops. Sin embargo, es morfológicamente similar a la especie de casmosaurino dudoso Ceratops montanus de la Formación Río Judith y a Pentaceratops aquilonius de la Formación Dinosaur Park (localizada justo sobre la frontera Canadá-Estados Unidos y de edad similar) y de hecho estas tres formas podrían ser una sola especie, lo cual no puede ser probado concluyentemente debido a la naturaleza fragmentaria de los especímenes tipo de estos dinosaurios. El espécimen tipo de Spiclypeus parece haber tenido una significativa infección en su gola, la cual se ha considerado por algunos como una herida infligida por un rival de su misma especie. Sin embargo, se necesita más evidencia para determinar la causa de la infección. El examen de los huesos del espécimen también indica que corresponde a un individuo maduro, de al menos diez años de edad ya que no hay signos del crecimiento rápido asociado con los ceratopsios juveniles.

Quetzalcoatlus northropi. Lawson, 1975

Quetzalcoatlus Quetzalcoatlus Quetzalcoatlus Quetzalcoatlus  Quetzalcoatlus Quetzalcoatlus Quetzalcoatlus Quetzalcoatlus

Estados Unidos. Quetzalcoatlus, llamado así por la deidad azteca Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, fue un pterosaurio del Cretácico superior en Norte América, y, junto con Arambourgiania (también conocido como Titanopteryx), uno de los animales voladores más grande conocidos de todos los tiempos. Fue un azdárquido, un grupo de avanzados pterosaurios sin dientes. Restos de esqueletos de dos especies han sido recuperados en la región de Big Bend en el sur de Texas y en el norte de México. Son restos fragmentarios y escasos de huesos de las alas, del cráneo y otros que sólo conducen a estimaciones un tanto vagas de sus características. Las estimaciones más generales apuntan a que el más grande de los dos tendría una envergadura alar de unos 12 metros aunque en realidad no se conoce y hay autores que sostienen que podría llegar hasta los 18 m, aunque semejantes alas violarían los límites estructurales fundamentales de los seres voladores. Por otro lado y apoyándose en estos datos algunos investigadores están a favor de los 9 m. De todos modos antes del descubrimiento del Q. northropi, se consideraban los 6 m de algunos pterosaurios el límite biológico, por lo que el debate sigue abierto. En cuanto a su peso, las estimaciones también oscilan entre los 65 y los 100 kg. Hay diferentes ideas sobre el estilo de vida del Q. northropi. Con su largo cuello y grandes mandíbulas desdentadas podría haberse alimentado de pescado o quizá de carroña. Presumiblemente el Q. northropi era capaz de despegar, con su propia energía, pero una vez en el aire estaría la mayor parte del tiempo planeando. En el suelo probablemente anduviera sobre sus cuatro patas.

Nyctosaurus gracilis (=Pteranodon). Marsh, 1876.
 

          

Estados Unidos. es un género extinto de pterosaurio pterodactiloide de la familia de los nictosáuridos, cuyos restos han sido hallados en la Formación Niobrara en el medio oeste de Estados Unidos, el cual, durante el período Cretácico Superior, estaba cubierto por un extenso mar poco profundo. El género Nyctosaurus ha tenido numerosas especies clasificadas en este, aunque cuantas de estas son realmente válidas es algo que requiere de investigación adicional. Al menos una de las especies poseía una extraordinaria cresta craneal de gran tamaño y en forma de asta. Nyctosaurus era similar anatómicamente a su pariente cercano contemporáneo, Pteranodon. Ambos tenían alas relativamente alargadas, similares en forma a las de las aves modernas. Sin embargo, era mucho menor que Pteranodon, alcanzando una envergadura en la adultez de 2 metros y un peso máximo de cerca de 1.86 kilogramos. La longitud total del cuerpo era de 37 centímetros. Algunos especímenes preservan una cresta distintiva, de al menost 55 centímetros de alto en los especímenes de mayor edad, relativamente gigante comparada con el resto del cuerpo y cerca de tres veces mayor que la longitud de la cabeza.

Elasmosaurus platyurus. Cope, 1868
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Estados Unidos. El Elasmosaurus es el Plesiosaurio más largo que se conoce. Mide 14 metros de longitud, y su cuello mide 8 metros. De cabeza pequeña, este reptil marino se alimentaba de peces. Su distribución se encuentra en Japón y en Estados Unidos. Vivió en el Cretácico superior y es en este donde los plesiosaurios alcanzan largos cuellos al extremo, para atrapar, disparándolos, a sus presas. Estos reptiles adaptados a la vida acuática desovaban por igual en tierra, como las actuales tortugas, estos animales se extinguieron en el cretáceo, hace 65 millones de años. Esta especie fue la que inspiró la leyenda del Monstruo del Lago Ness.

Archelon ischyros. Wieland, 1896.

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Dakota, Estados Unidos. Archelon vivió en la misma época que los dinosaurios. Las tortugas son uno de los más antiguos reptiles que aún sobreviven y han cambiado muy poco a través de los siglos. Tenía aletas gigantes para empujar su cuerpo enorme en el agua. El Archelon ischyros fue una tortuga marina gigante de 4,6 m. de longitud que habitaba en Norteamérica en el Cretácico superior (entre 75 y 65 millones de años). Estos grandes reptiles eran omnívoros, tenían un pico con el cual atrapaban peces, gusanos y otros pequeños animales. Aunque muchas veces los Archelones eran acechados por mosasaurios y tiburones primitivos como el Hybodus. Esta tortuga enorme carecía del pesado caparazón de varias placas (el cual solo lo tienen las tortugas terrestres y las de agua dulce), sino que tenía un caparazón compuesto por una estructura de puntales transversales, constituidos por las costillas óseas que se situaban a partir de su columna vertebral. El Archelon se movía lentamente y se paseaba por las aguas poco profundas, cuando las hembras tenían que poner sus huevos iba a las orillas y cavaban un hoyo donde los depositaba como lo hacen las tortugas marinas actualmente. Fue extraída en estratos de Dakota en EE.UU. Otras especies relacionadas son Protostega y Calcarichelys.

Tyrannosaurus rex. Osborn, 1905

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Estados Unidos. El Tyrannosaurus fue un dinosaurio depredador sumamente poderoso que alcanzó a medir entre 12 y 13 m de longitud y entre 5 y 6 m de altura, con un peso de entre 4 y 8. El Tyrannosaurus poseía un gran cráneo de 1,75 m provisto de huecos oculares y nasales que ayudaban a disminuir el peso y no dejar caer a la presa mientras la consumía. Su cráneo tiene muchos huesos fusionados, de modo que tiene poca movilidad pero a cambio es de una estructura más maciza. Sus huesos eran bastante macizos, cosa inusual en los terópodos, que por lo general tenían huesos muy ligeros. El Tyrannosaurus tenía un cuerpo de proporciones medianas, que no era ni muy robusto ni muy delgado, pero sí pesado. El cuello era grueso y musculoso pero corto, aunque también tenía sus ventajas, ya que permitía que cuando mantenía atrapada a su presa en sus mortíferas fauces, el T. rex lo sacudiera, haciéndola morir más rápidamente. El T. rex era un terrible cazador que atacaba a grandes presas como los ceratopsianos, hadrosauroides, anquilosaurios y algunas veces carnívoros más peque­ños que él. Aunque muchas veces pudiera ser derrotado, su potencial como depredador era efectivo. Una prueba fue el hallazgo de un estiércol con huesos semidigeridos de un Edmontosaurus. El T. rex tal vez usaba tácticas de emboscada para atrapar a sus presas, ocultándose detrás de los árboles. Sus cavidades oculares estaban posicionadas de forma tal que los ojos apuntaban hacia adelante, dándole una visión binocular que le ayudaba a localizar la presa y evitar obstáculos preligrosos como troncos y helechos. El T. rex fue sin duda uno de los dinosaurios carnívoros más grandes y poderosos de todos los tiempos.


Edmontosaurus regalis. Lambe, 1917.

 

 

Estados Unidos. Es un género de dinosaurios ornitópodos hadrosáuridos, que vivieron finales del período Cretácico, hace aproximadamente 71 y 65 millones de años, en el Mastrichtiano, en lo que hoy es Norteamérica. Edmontosaurus es uno de los más grandes entre los hadrosáuridos, llegando a medir alrededor de 13 metros de largo y a pesar 4 toneladas. Los primeros fósiles de Edmontosaurus fueron descubiertos al sureste de Alberta, Canadá, en la zona usualmente llamada "Edmonton inferior" que pertenece a la Formación Cañón Herradura. La especie tipo, E. regalis, fue nombrada por Lawrence Lambe en 1917, aunque muchas especies que hoy se consideran Edmontosaurus fueron nombradas antes. La más conocida de estas probablemente sea E. annectens, nombrada originalmente como Othniel Charles Marsh en 1892 como Claosaurus annectens y mejor conocida por años bajo el nombre de Anatosaurus.


Anatosaurus annectens. Marsh, 1892/Lull & Wright, 1942.

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Estados Unidos. Significa reptil pato. Este dinosaurio fue uno de los dinosaurios con más dientes. Podía hasta tener unos 2.000 dientes romboides agrupados en muchas baterías. De todos los dientes, sólo masticaban unos pocos, los de la parte de encima, ya que los demás estaban situados debajo como si fueran de reserva. Formaban una especie de pared sólida que se abría y cerraba sobre las plantas, reduciéndolas a pulpa. Esto le permitía al este dinosaurio y otros parecidos a él masticar las ramas y hojas más duras. Andaba a dos o a cuatro patas, según la ocasión. Se defendía de los depredadores emprendiendo una veloz carrera, gracias a sus potentes y musculosas patas traseras provistas de tres pezuñas, mientras balanceaba su pesada, larga, flexible y potente cola. Con los miembros delanteros provistos de cuatro dedos provistos terminados en pezuñas los utilizaba o bien para andar o para sujetar las ramas donde crecía su alimento. Medía 8 metros de largo. Vivió en el Cretácico superior. Muchos creen que este dinosaurio es sólo un un nombre atribuido al Edmontosaurus y al Anatotitan.


Ankylosaurus magniventris. Brown, 1908

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Estados Unidos. Un Ankylosaurus completamente adulto debió haber sido un animal muy grande, comparado con la mayoría de modernos animales terrestres. Algunos científicos le han estimado una longitud de 9 metros. Otra reconstrucción sugiere un tamaño significantemente menor, con 6,25 m de largo, hasta 1,5 m de amplitud y sobre 1,7 m de altura a la cadera. La forma del cuerpo fue baja y muy amplia. El Ankylosaurus fue cuadrúpedo, con los miembros traseros más largos que los delanteros. El cráneo más largo que se conoce alcanzó 64,5 centímetros de largo y 74,5 cm de amplio. Como otros anquilosaurios, el Ankylosaurus fue herbívoro, con muy pequeños dientes en forma de hoja diseñados para cortar la vegetación. El Ankylosaurus no compartía las baterías moledoras en sus diente de los contemporáneos dinosaurios ceratópsidos y hadrosáuridos, indicando que el alimento muy poco lo masticaba. Huesos en el cráneo y otras partes del cuerpo estaban fusionados para aumentar su fuerza. Los primeros fósiles de Ankylosaurus fueron encontrados al oeste de los Estados Unidos (Montana) y Canadá (Alberta). Dos cráneos de Ankylosaurus y tres esqueletos parciales (incluyendo la armadura y el mazo de la cola) fueron hallados. El Ankylosaurus fue nombrado por Barnum Brown en 1908. Unas posibles huellas de Ankylosaurus fueron halladas en Sucre, en Bolivia y en Argentina (Sudamérica).


Hesperornis regalis. Marsh, 1872.
 

        

Norteamérica y Siberia. es un género de aves marinas que vivieron en el Cretácico Superior, hace unos 89-78 millones de años. Fue descubierto en la Guerra de los huesos en el siglo XIX por Othniel Charles Marsh. Vivió en Norteamérica, desde Kansas hasta Canadá, en un mar interior que cubría parte de Norteamérica, y también en las aguas del Estrecho de Turgai, cerca de Siberia. Eran aves grandes, de hasta 1.8 metros de longitud . Se caracterizaban por la práctica ausencia de alas (los miembros anteriores estaban muy reducidos) y unas patas con pies lobulados (semejantes a los de los somormujos). Hesperornis era por tanto un ave no voladora y principalmente acuática. Su método de locomoción era similar al de los colimbos, como el colimbo grande (Gavia immer), debido a la forma de sus patas posteriores y su cadera . Los pies del ave se situarían a los lados del cuerpo, lo que permitiría una adecuada propulsión en el agua, pero también impediría su movimiento en tierra: los pies de Hesperornis no podían situarse bajo su cuerpo, y por lo tanto no podía caminar, teniendo que moverse arrastrando su cuerpo, tal y como hacen las focas.

Armadillosuchus arrudai. Marinho & Carvalho, 2009.

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Brasil. Los restos fósiles de una especie de cocodrilo extinto y según sus descubridores, "único y no identificado en ninguna parte del planeta" , se ha presentado en el Museo de Medio Ambiente de Río de Janeiro, Brasil, junto con una reconstrucción del esqueleto y un modelo del animal en vida. El Armadillosuchus arrudai vivió hace aproximadamente 90 millones de años y sus restos (la cabeza, una costilla y una pata del animal) fueron encontrados en la región brasileña de Baurú, en el interior del estado de Sao Paulo, según reveló el profesor Ismar de Souza, del Departamento de Geología de la Universidad Federal de Río de Janeiro (URFJ). Con dos metros de longitud y 120 kilos de peso, este cocodrilo tenía placas óseas en el cuello y en la parte posterior del cuerpo, así como un cráneo largo y una dentición reducida y especializada, característica que lo convierten en una especie "única en el mundo", según explicó De Souza. Su nombre científico, Armadillosuchus arrudai, deriva precisamente del caparazón que recubre su espalda y que utilizaba a modo de protección, un rasgo que lo asemeja a un armadillo moderno. Para el profesor De Souza, la importancia del descubrimiento de los fósiles, además del hallazgo en sí mismo, reside en que permite comprender las transformaciones climáticas de los espacios ecológicos en el transcurrir de las eras geológicas.

Tropeognathus (=Ornithocheirus). Wellnhofer, 1987
 

Santana de Brasil. Es un género de pterosaurios pterodactiloideos de la familia Ornithocheiridae. Fue un pterosaurio de grandes dimensiones que habitó Sudamérica y Europa en el Cretácico Inferior. Basado en restos fósiles escasos, el género ha causado problemas duraderos de nomenclatura zoológica. Los restos fósiles actualmente clasificados como Ornithocheirus han sido recuperados mayormente de Cambridge Greensand en Inglaterra, datando de principios del Albiano en el período Cretácico, hace unos 110 millones de años. Fósiles adicionales de la formación Santana de Brasil, datando de entre 112 a 108 millones de años, han sido clasificados como una especie de Ornithocheirus. El espécimen tipo de Ornithocheirus simus es representado sólo por una pieza rota de la punta de la mandíbula superior. Aunque ésta preserva varios rasgos característicos de Ornithocheirus, es casi idéntica a los huesos comparables en o. mesembrinus, haciendo que una distinción clara entre estas dos especies sea imposible. Como resultado, aunque cerca de cuarenta especies habían sido nombradas en el género Ornithocheirus a través de los años, ni una sola de ellas, ni siquiera O. simus, es actualmente reconocida como válida por todos los expertos en pterosaurios.

Tapejara wellnhoferi. Kellner, 1989.
 

Santana, en Brasil. Es un género de pterosaurios pterodactiloideos de tamaño medio con una enorme cresta en la cabeza que le servía, posiblemente, para el cortejo. Vivió en del Cretácico, hace 108 millones de años. Se han encontrado esqueletos perfectamente conservados en la Formación Santana, en Brasil. Tapejara vivía en la orilla de los lagos o en islas interiores, y es probable que fueran voladores lentos y no recorriesen grandes distancias. Se alimentaban fundamentalmente de peces. Comparaciones entre los anillos escleróticos de Tapejara y de reptiles y aves modernos sugieren que este debió de haber sido catemeral, es decir activo a través del día durante cortos intervalos. La especie tipo y única actualmente reconocida como válida por la mayoría de investigadores es T. wellnhoferi, la cual es la más pequeña de las especies que han sido asignadas a Tapejara y no preserva evidencia de extensiones de tejido blando en la cresta. El nombre de la especie es en homenaje al paleontólogo alemán Peter Wellnhofer. Una segunda especie, denominada originalmente Tapejara imperator (que significa "emperador"), es mucho mayor y posee una distintiva cresta compuesta de un largo puntal, proyectándose desde la cresta redondeada del hocico y la parte posterior del cráneo, la cual apoyaba una enorme cresta redondeada en forma de vela hecha de queratina.

Tupuxuara longicristatus. Kellner & Campos, 1988.
 

Brasil. Es un género de pterosaurios pterodactiloideos de la superfamilia Azhdarchoidea que vivió a principios del Cretácico (Valanginiano y Hauteriviano) en lo que hoy es Brasil. Tupuxara medía unos 2,5 metros de largo y 5,4 m de envergadura. Su principal rasgo distintivo era una gran cresta en su cabeza, más redondeada en las hembras y ausente en los individuos que no habían alcanzado la madurez sexual. Esta cresta iba desde el hocico hasta detrás del cráneo. La cabeza, que medía casi 1 m, era enorme a comparación con el cuerpo, era muy liviana, gracias a los agujeros en el cráneo. Tupuxuara es un miembro del grupo Azhdarchoidea. Kellner lo asignó a la familia Tapejaridae dentro de Azhdarchoidea. Sin embargo, de acuerdo a algunos análisis, Tupuxuara es más cercano a los Azhdarchidae (el grupo que incluye al gigantesco Quetzalcoatlus de Norteamérica) que a Tapejara y sus parientes.  Se ha sugerido que Tupuxuara era un devorador de peces en las costas de Suramérica. Otras hipótesis incluyen la posibilidad de que consumiera frutas.

Atacamatitán chilensis. Kellner et al. 2011.

Atacamatitán chilensis Atacamatitán chilensis Atacamatitán chilensis Atacamatitán chilensis Atacamatitán chilensis Atacamatitán

        

Chile. El Atacamatitán chilensis, un dinosaurio herbívoro que vivía en el norte de Chile hace 100 millones de años, es la primera especie prehistórica exclusivamente chilena, según el estudio de sus restos publicado  en la revista Anais de Academia Brasileira de Ciencias. Es un dinosaurio gigante o titanosaurio, de cinco toneladas de peso y ocho metros de longitud. "No es ni el más grande ni el más pequeño, su principal característica distintiva está en el fémur", dice David Rubilar, paleontólogo del Museo de Historia Natural de Chile y miembro del equipo que ha realizado el descubrimiento. "Su particularidad fue diagnosticada a partir de vértebras del dorso y cola y por la forma del fémur, más esbelto que cualquier titanosaurio ya descubierto". Los restos del animal fueron hallados en el año 2000 en el desierto de Atacama, uno de los lugares más áridos del mundo con períodos sin lluvias de hasta 300 años. Pero los científicos creen que en el período cuando fue habitada por los dinosaurios, la zona ofrecía en abundancia varias especies vegetales, entre ellas la araucaria, especie de cuyo fruto llamado “piñón” se alimentaba este gigante. Al encontrar sus restos fósiles los científicos durante una década los analizaron para asegurarse de que se trataba de una especie exclusiva y de que no había un ejemplo similar en otro parte del mundo. Los restos encontrados en el territorio de Chile hasta ahora habían sido identificados como especies ya halladas en otros países de la región, o han estado en tal mal condición que era imposible identificarlos. Esta es la primera vez en que científicos descubren un antiguo saurio que vivía precisamente en el territorio del Chile actual y han perpetuado este hecho 2 veces en el nombre de la especie: con la denominación del país y del lugar donde fue encontrado.


Oxalaia quilombensis. Kellner et al. 2011.

Oxalaia quilombensis Oxalaia quilombensis Oxalaia quilombensis Oxalaia quilombensis Oxalaia quilombensis Oxalaia

          

Maranhao, Brasil. Un grupo de paleontólogos del Museo Nacional de Brasil en Río de Janeiro los restos fósiles del Oxalaia quilombensis, el mayor dinosaurio carnívoro ya descubierto en territorio brasileño. El animal prehistórico, reconstruido a partir de algunos de sus huesos fosilizados, medía entre 12 y 14 metros de largo desde le cráneo hasta la punta de su cola y pesaba entre 5 y 7 toneladas, según los estudios de los paleontólogos del Museo Nacional. El Oxalaia, cuyos restos fueron descubiertos en el litoral del estado de Maranhao (norte de Brasil), pertenecía al grupo de los espinosáuridos, un conjunto de dinosaurios con cráneo alargado y una especie de vela en la espalda en forma de espinas. Los paleontólogos del Museo Nacional, entidad vinculada a la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), calculan que el animal vivió hace cerca de 95 millones de años, en el cretácico superior, en regiones del norte de Brasil. Antes de la descripción del Oxalia quilombensis, el mayor dinosaurio carnívoro descubierto en Brasil era el Pycnonemosaurus, que medía 9 metros. El animal brasileño fue bautizado como Oxalaia en homenaje a la divinidad africana Oxalá del candomblé, y quilombensis por haber sido descubierto en tierras de quilombolas (descendientes de esclavos prófugos). En la misma ceremonia de presentación del Oxalaia, los investigadores del Museo Nacional presentaron otros tres descubrimientos paleontológicos brasileños, entre los cuales una nueva especie de crocodiloformo (antepasado de los cocodrilos) de 80 millones de años bautizado como Papesuchus deisae. También fue presentado un fósil de 7 milímetros de una mandíbula con siete dientes de un lagarto prehistórico conocido como Brasiliguana prudentis, especie que medía entre 15 y 20 centímetros, y que vivió entre 70 millones y 80 millones de años atrás.


Yacarerani boliviensis.  Novas et al. 2009.

Yacarerani boliviensis Yacarerani boliviensis Yacarerani boliviensis Yacarerani boliviensis Yacarerani boliviensis

               

Bolivia. El Yacarerani boliviensis (“primer yacaré de Bolivia”, en guaraní) fue descubierto por el paleontólogo argentino Fernando Novas. El hallazgo confirma que los cocodrilos prehistóricos fueron mucho más variados y extraños que sus parientes actuales. El hallazgo fue realizado en los afloramientos cretácicos en el Parque Nacional Amboró, ubicado a unos 50 kilómetros al oeste de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Los fósiles encontrados incluyen dos esqueletos de cocodrilo con sus cráneos y cinco huevitos que formarían parte de un nido. Los huesos eran de color crema, por lo que resaltaban nítidamente de la matriz rojiza que los contenía. El nuevo cocodrilo es un representante de los notosuquios, un linaje extinguido de cocodrilos que prosperó en América del Sur, Africa y Madagascar a fines de la era de los dinosaurios. A diferencia de los cocodrilos vivientes -todos ellos de hábitos acuáticos-, los notosuquios poseían cabezas altas con los ojos orientados lateralmente y las fosas nasales proyectadas hacia delante, rasgos que revelan que se trataba de reptiles que llevaban una vida en tierra firme. Los Yacareranis adultos no superaban los 80 centímetros de largo y, aparentemente, vivían en grupos. Es muy probable que construyeran galerías para refugiarse y depositar sus huevos. Lo más llamativo de su anatomía era su dentición, formada por dientes de forma y disposición muy compleja, muy diferentes de los dientes cónicos y sencillos de los cocodrilos vivientes. El Yacarerani poseía en el extremo de su hocico un grupo de dientes puntiagudos y proyectados hacia adelante que recuerdan a los incisivos de un conejo. Hacia atrás, su boca estaba equipada con dientes parecidos a muelas, provistos de tubérculos aptos para cortar y triturar. Se ignora si se alimentaba sólo de pequeños animales (por ejemplo, artrópodos y crías de otros vertebrados) o si en su dieta también incluía vegetales.

Argentinosaurus huinculensis. Bonaparte & Coria, 1993.

Vértebra lumbar, exhibida en el Museo de Villa El Chocon, Neuquén. Montaje del esqueleto de Argentinosaurus en el Museo de Paleontología "Carmen Funes" de Plaza Huincul, Neuquén. Reconstrucción del Dinosaurio mas grande del mundo y el animal mas gigantesco de todas las épocas, el Argentinosaurus. (*).

Patagonia Argentina. Es un género representado por una única especie de dinosaurio saurópodo titanosauriano que vivió a mediados del período Cretácico, hace 95 millones de años, en el Cenomaniano, que habitaba en lo que hoy es América del Sur. Es el animal terrestre más grande del que se tiene conocimiento actualmente, pudiendo llegar a medir 40 metros de largo y a pesar 100 toneladas. Sin embargo se han encontrado vestigios de un dinosaurio que podría ser aún más grande, Amphicoelias fragillimus, aunque sus restos fósiles se consideran aún incompletos, lo cual no ha permitido su clasificación. No se ha recuperado mucho del argentinosaurio, apenas algunas vértebras, una tibia, las costillas fragmentarias, y el sacro. Una vértebra tenía una longitud de 1,3 metro y la tibia de cerca de 1,55 metro, sin embargo, las proporciones espectaculares de estos huesos y de lo conocido de sus parientes, se permiten a los paleontólogos estimar que los especímenes adultos alcanzaron entre los 35 y 45 metros de longitud. El peso era quizás 80 a 100 toneladas. Es el dinosaurio más grande del cual tenemos buena evidencia. Las alas extensas en las vértebras fueron necesarias para insertar los músculos masivos. Las vértebras de 1,65 metros de alto estaban articuladas entre sí por complejas estructuras de encastre para soportar ese peso. Otros paleontólogos han estimados otros tamaños mas modestos, alrededor de 24 a 28 metros, y 20 a 24 para el Paralititan, que generalmente se piensa que alcanzaba los 30 metros y 70 toneladas, comparándolos con los mejor conocidos y mucho más pequeños Opisthocoelicaudia y Rapetosaurus, ambos titanosaurianos pero más avanzados. Los materiales de Argentinosaurus fueron descubiertos en la Formación Río Limay, en la Provincia del Neuquén, en 1989 y por una comisión paleontológica integrada por el Museo Carmen Funes, el Museo de Cipolletti, la Universidad Nacional del Comahue y el equipo de excavación de YPF de Plaza Huincul. Sus restos fueron estudiados por Bonaparte y Coria, quienes publicaron su descripción en 1993. Su nombre genérico, Argentinosaurus, proviene de Argentina el país donde fue hallado y el sufíjo saurus del griego que significa lagarto. El epiteto especifico, A. huinculensis, hace referencia a la localidad de Plaza Huincul, cerca de donde fuera encontrado. Los restos del Argentinosaurus fueron encontrados a la denuncia de Sr. Guillermo Heredia, puestero "Las Overas" una estancia de Plaza Huincul.


Giganotosaurus carolinii. Coria & Salgado, 1995.

Esqueleto de Giganotosaurus en el Museo de Villa El Chocon. (*).

Museo Paleontológico de Villa El Chocon. (*).

Reconstrucción de Giganotosaurus. Tomado de Wikipedia.

 El técnico en paleontología, Mariano Magnussen Saffer, junto al esqueleto de un Giganotosaurus carolini. 2011.

Patagonia Argentina. Es un género representado por una única especie de dinosaurio terópodo carcarodontosáurido, que vivió a mediados del período Cretácico, hace aproximadamente 96 millones de años, en el Cenomaniano, en lo que hoy es Sudamérica. El nombre de la especie tipo y unica especie conocida, Giganotosaurus carolini, es en reconocimiento del cazador de fósiles que lo descubriera en 1993, Rubén Carolini. Es uno de los más grandes terópodos conocidos, superado por el Spinosaurus pero ligeramente más grande que el Carcharodontosaurus y el Tyrannosaurus. El Giganotosaurus es uno de los más grandes terópodos ligeramente más grande que Tyrannosaurus y Carcharodontosaurus. El espécimen holotipo consiste en un esqueleto completo en un 70%, del cual se conserva el cráneo, pelvis, fémures y la mayoría de las vértebras. Varios estimados encontraron que medía entre 12,2 y 13 metros de longitud y pesaba entre 6,5 y 13,3 toneladas. El Giganotosaurus era un depredador bipedo con un masivo craneo sostenido por un cuello poderoso, extremidades superiores cortas en proporción a su tamaño, provistas de 3 dedos terminados en garras curvas y afiladas, extremidades inferiores poderosas en las que destaca el fémur mas largo que la tibia por lo que sus piernas lo dotaban de gran soporte pero no de gran velocidad, por lo que el Giganotosaurus era un depredador de emboscada o caza de presas lentas como los sauropodos, y poseía una larga cola que servia de contrapeso y equilibrio. En cuanto a la apariencia de la piel, el Giganotosaurio pudo haber poseído una piel similar a la de los actuales lagartos grandes como el Dragon de Komodo, de un color que le sirviera para camuflarse con su medio con colores obscuros como cafes y negros y en los machos pudo haber existido un color llamativo en las crestas o papadas (si es que tenia) como rojos o naranjas vivos para atraer a las hembras. La desventaja del Giganotosaurus era su fuerza mandibular ya que era mucho menor que la del tyranosaurio, llegando hasta los 3.7 toneladas de presión con unos dientes de 15 a 20 cm. Giganotosaurus está estrechamente emparentado con Tyrannotitan, Mapusaurus y Carcharodontosaurus, todos miembros de la familia Carcharodontosauridae. Pero a su vez Giganotosaurus y Mapusaurus fueron colocados juntos en una subfamilia llamada Giganotosaurinae por Coria y Currie en 2006, por lo que a medida que se hagan nuevos descubrimientos deberá ser ampliada. El lugar donde fueron encontrados los restos del giganotosaurio estaba surcado de arroyos y ríos caudalosos, rodeados por bosques en galerías del tipo de las araucarias y palmeras. La mayoría de los cursos de agua desembocaba en el Océano Pacífico, dado que la Cordillera de los Andes no existía.


Patagotitan mayorum. Carballido, et al, 2017.

 

Fémur in situ de Patagotitan mayorum comparado con una persona. Colección del Museo Paleontológico Egidio Fereglio. Trelew. Prensa.  
Una réplica tridimensional del Patagotitan mayorum cerca del Museo paleontológico Egidio Feruglio, en Trelew. Prensa.
Recreación en escala natural del esqueleto de Patagotitan mayorum en el predio ferial de la ciudad de Trelew. Prensa.

Patagonia Argentina. Es una especie de dinosaurio saurópodo titanosaurio. Vivió a mediados del período Cretácico, hace aproximadamente 101 millones de años, en lo que es hoy es el sur de América del Sur. Sus restos se hallaron en el centro-norte de la provincia argentina del Chubut, en el centro de la Patagonia argentina. ​ El hallazgo de sus restos óseos fue dado a conocer en mayo de 2014. Los investigadores afirman que sería el animal terrestre más grande de todos los tiempos. Según datos estimados, su tamaño sería de 37,2 metros de longitud y 77 toneladas de peso. Acompañaban a las muestras de estos animales, troncos fosilizados e improntas de la vegetación que convivió con los mismos, lo que permite reconstruir parte de su ecosistema, el que contrastaba netamente con el paisaje frío y seco de hoy, pues crecía un frondoso bosque con árboles de unos 15 metros de alto, de los cuales se alimentaban los titanosaurios.  Se cree que los ejemplares encontrados de este dinosaurio podrían haber conformado una manada, muriendo todos al mismo tiempo formando un «cementerio paleontológico».​ Junto a ellos se encontraron 57 dientes de Tyrannotitan chubutensis, un dinosaurio carnívoro que se postula que carroñaron los cuerpos de los gigantes herbívoros. Esto lo constituiría entre los animales terrestres conocidos más grandes de todo el planeta, siendo similar o superando al Argentinosaurus huinculensis, ​ el dinosaurio más grande del cual se tiene buena evidencia. Los titanosaurios eran cuadrúpedos herbívoros, frecuentemente de gran tamaño, de cabezas pequeñas, de cuellos relativamente cortos y de cola de tipo látigo. En el caso de la especie chubutense, se estima que vivió durante el Cretácico superior (hace alrededor de entre 101,6 y 95 millones de años). Hasta el momento del anuncio sólo se ha había retirado el 20 % del material que se estima podría encontrarse en el yacimiento. Lo que torna al hallazgo un hecho trascendental para la ciencia a nivel mundial no sólo es el tamaño de los restos, sino también la perfecta conservación y la abundancia de piezas colectadas (de 7 ejemplares), pues los titanosaurios se conocen mayormente por restos fragmentarios de ejemplares aislados. De la especie ya se exhumaron la mayoría de los huesos (excepto el cráneo), entre los que se destacan: 10 vértebras dorsales, parte del cuello, la mayoría de las 40 vértebras caudales y los miembros anteriores y posteriores completos, por lo que se conseguirá reconstruir por completo al gigantesco dinosaurio.


Carnotaurus sastrei. Bonaparte, 1985.

Cráneo y mandíbula del Carnotaurus sastrei de Patagonia, en el MEF.

Esqueleto de Carnotaurus en el Museo Argentino de Ciencias Naturales. Tomado de Naturaleza y Cultura.

Reconstrucción del Carnotaurus sastrei. (*).

Patagonia Argentina. Es un género representado por una única especie de dinosaurios terópodos abelisáuridos, que vivió a finales del período Cretácico, hace aproximadamente entre 71 y 65 millones de años, entre el Campaniano y el Mastrichtiano, en lo que hoy es Sudamérica. Lo más notable de este dinosaurio son sus dos pequeños cuernos sobre los ojos en su pequeña cabeza, siendo el primer carnívoro que mostrara esta característica. También se hallaron impresiones de la piel que presentaban pequeños escudos óseos. Junto con el género Abelisaurus dieron a conocer una familia completamente nueva de predadores mesozoicos, los abelisáuridos, lo que llevó a la revisión taxonómica de muchos otros géneros de difícil clasificación y a una visión distinta sobre la fauna gondwánica a finales de la época de los dinosaurios. Su nombre proviene del latín carō, carnis, "carne", y taurus, "toro", y le fue dado por ser un carnívoro con aspecto de toro, debido a los apéndices de su cabeza que tienen en forma de cuernos. El nombre de la especie le fue otorgado en honor a Anselmo Sastre, dueño de la estancia donde fue encontrado el primer espécimen. Carnotaurus era un terópodo de tamaño medio a grande que medía alrededor de 9 metros de longitud, 3,5 de altura, y pesaba alrededor de 1500 kilogramos.  Su cabeza era muy pequeña en comparación con la de los otros predadores de su tamaño, de solo 60 centímetros de largo y presentaba pequeños dientes de alrededor de 4 cm. Las características más distintivas del Carnotaurus son dos cuernos gruesos sobre los ojos, y unos miembros delanteros extremadamente reducidos y atrofiados, provistos de cuatro dedos. Se lo encontró en la Patagonia argentina, en la Provincia del Chubut, en 1985. Sus restos pertenecen a sedimentos de la Formación La Colonia. Fue un hallazgo muy interesante porque estos restos proporcionaron a los científicos una pista de cómo era la piel de los dinosaurios. Se encontró un solo esqueleto muy completo al que solo le faltan el extremo distal de la cola y la última parte de los miembros inferiores. El ejemplar fue colectado en la Estancia "Pocho Sastre", cerca de Bajada Moreno, Departamento de Telsen, Chubut, Argentina, en sedimentos correspondientes a la sección inferior de la Formación La Colonia, Cretácico superior (Campaniano-Mastrichtiano), con una antigüedad de aproximadamente 75 millones de años. El material holotípico del Carnotaurus sastrei se encuentra depositado en el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, donde también puede apreciarse una réplica de su esqueleto de tamaño natural.


Megaraptor namunhuaiquii. Novas, 1998.

Esqueleto en el Museo Argentino de Ciencias Naturales de Buenos Aires, mano y recreación de Megaraptor namunhuaqui, hallado en la Patagonia Argentina. (*).

Patagonia Argentina. Es un género representado por una única especie de dinosaurio terópodo neovenatórido, que vivió entre mediados a finales del período Cretácico, hace aproximadamente 90 a 86 millones de años, en el Turoniano tardío y el Coniaciano temprano, en lo que hoy es Sudamérica. El género es conocido por una única especie: M. namunhuaiquii, del griego y mapudungun "Ladrón gigante con lanza en el pie". Abajo, observamos la imagen de la mano completa, hallada recientemente en Australia, demuestra la distribución geografica de la especie durante el cretácico.  Megaraptor fue un terópodo carnívoro de entre 8 y 9 metros de largo y de constitución robusta. La característica más notable era una garra en el dedo 1 de la mano en forma de hoz de 42 centímetros de largo. Las manos eran inusualmente alargadas, llevando las garras en forma de hoz que se curvaba aún más que las de los espinosáuridos.  La mano sigue siendo absolutamente diferente de otros carnosaurianos, así que el hecho de si Megaraptor es o no un alosáurido, un carcarodontosáurido, un megalosáurido, o algo distinto a todo lo conocido es todavía motivo de hipótesis. Es interesante observar que, antes de ser publicada, la clasificación del espinosáurido Baryonyx, provisto asimismo de garras desproporcionadas (aunque más pequeñas que las de Megaraptor) también incluía a dicho holotipo dentro del grupo de los dromaeosáuridos. Se conocen de Megaraptor una serie de vértebras cervicales medias, con el centro cervical con una cara articular anterior esférica y una posterior en forma de copa para recibir a esta, típico de los tetanuros. Aunque la cabeza articular craneal es menos convexa que en Baryonyx, Sinraptor, Allosaurus y Giganotosaurus. Las vértebras son proporcionalmente más cortas que las de estos terópodos, indicando un cuello más robusto y fuerte. Vistas de caudal las vértebras presentan espacios aéreos. La lámina de la espina neural es corta comparada con la de Allosaurus, siendo más angosta en la base que en el extremo y las caras craneal y caudal presentan fuertes sitios para el ligamento interespinoso. Megaraptor fue descripto en 1998 por Fernando Novas, inicialmente como un carnívoro de gran tamaño, probablemente perteneciente a la familia de los dromeosáuridos. El material inicial y holotipo estaba compuesto por una sola garra fósil, de unos 30 cm de longitud, que se asemejaba notablemente a la hoz metatarsal propia de los dromaeosáuridos, y por algunos otros restos de muy poca significación, lo que dificultaba la identificación certera del individuo. El descubrimiento posterior de un miembro delantero completo, sin embargo, demostró que esta garra gigante tenía un origen metacarpiano, específicamente del primer dedo. Los restos provienen de la Formación Portezuelo, del el Grupo Neuquén, sobre la costa norte del Lago Barreales, en la Provincia del Neuquén, Argentina.


Sarcosuchus imperator.  Broin & Taquet, 1966.

Sarcosuchus Sarcosuchus Sarcosuchus Sarcosuchus Sarcosuchus Sarcosuchus Sarcosuchus Sarcosuchus Sarcosuchus

     

Teneré, Níger. Hans Larson (actualmente en el Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Yale), Paul Sereno (profesor de Biología de los organismos y Anatomía en la Universidad de Chicago y Explorador de la National Geographic Society), Christian A. Sidor (del Colegio de Medicina Osteopática de New) y Boubé Gado (del Instituto para la Investigación y las Ciencias Humanas de Niamey, Níger) han descubierto los restos de varias especies de cocodriliformes fósiles en Gadoufaoua, en una zona del desierto del Teneré en la región central de Níger, dentro de una formación cretácica que hace alrededor de 110 millones de años tenía un clima tropical. Entre ellos se encuentran diversas partes de un ejemplar perteneciente a la especie Sarcosuchus imperator, descubierta en 1947 por el sacerdote y paleontólogo Albert-Felix de Lapparent (1905 - 1975) y descrita por primera vez en 1966 por su colaborador y amigo Philippe Taquet, actual director del Departamento de paleontología del Museo de Historia Natural de París. Del análisis de los restos se deduce que estos animales podían alcanzar los 12 metros de longitud y pesar más de 8 toneladas métricas. El análisis de las placas dérmicas y restos óseos fosilizados indica que podían vivir alrededor de 50 años. Sus mandíbulas de 1,8 metros de longitud y sus más de 100 dientes, con algunos cuya función parece ser la de poder romper hueso y materiales duros, sugieren una dieta en la que se incluirían dinosaurios de pequeño y medio tamaño, además de peces. Sarcosuchus imperator forma parte de una rama no directamente relacionada con los modernos cocodrilos, aunque cercana a ellos, dentro del grupo más general de los cocodriliformes. Su morfología era más parecida a los gaviales, con ojos situados en la parte superior de una zona ligeramente prominente del cráneo, lo que le permitiría ocultar su gran masa corporal bajo el agua. Entre las características de esta especie estaba la de contar con una gran ampolla nasal con una cavidad, situada al final de sus largas mandíbulas. Su finalidad sería, presumiblemente, dotar al animal de gran capacidad olfativa y quizá permitir efectuar funciones de llamada entre individuos.

Carcharodontosaurus saharicus. Depéret & Savornin, 1927.

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Marruecos, el Sahara, Nigeria y Egipto. El Carcharodontosaurus fue un carnívoro gigante de 8 metros de largo. Debió alimentarse de herbívoros que vivían en la misma región, como el Ouranosaurus. Se conoce al Carcharodontosaurus por un buen número de ejemplares localizados en las regiones desérticas del norte de África, pero ninguno de los restos está completo. Hay partes del cráneo, numerosos dientes (algunos de 13 o 14 centímetros de largo), partes de la columna vertebral, huesos de las patas y otros fragmentos. El Carcharodontosaurus tenía brazos cortos con poderosas garras. Al principio se pensó que era una especie de Megalosaurus, pero más tarde se le dio un nuevo nombre, pues los restos eran muy diferentes de ese dinosaurio inglés. Al paso del tiempo, nuevos ejemplares se han reportado en muchos lugares de Marruecos, el Sahara, Nigeria y Egipto.


Ouranosaurus nigeriensis. Taquet, 1976

Ouranosaurus Ouranosaurus Ouranosaurus Ouranosaurus Ouranosaurus Ouranosaurus Ouranosaurus Ouranosaurus Ouranosaurus

África. Es un género representado por una única especie de dinosaurio iguanodontiano hadrosauroide, que vivió en el Cretácico superior (hace aproximadamente 110 millones de años), en lo que hoy es África. Al igual que el espinosaurio, el ouranosaurio poseía una gran "vela" de piel en su espalda, soportada por largas espinas dorsales, que recorrían toda su espalda y parte de la cola. Esta vela pudo haber sido usada para controlar su temperatura. En cada mano poseía una garra en su pulgar, que era más pequeña que la que poseía el iguanodonte. El ouranosaurio era un herbívoro que no presentaba dientes en la porción frontal de sus mandíbulas, pero tenía grandes "baterías" de dientes a ambos lados de las mandíbulas usados para masticar las plantas que recogía con su pico.


Spinosaurus aegyptiacus. Stromer, 1915

Spinosaurus Spinosaurus Spinosaurus Spinosaurus Spinosaurus Spinosaurus Spinosaurus Spinosaurus Spinosaurus

   

Níger y Egipto. Los espinosaurios llegaron a medir hasta 17 m de longitud y 5 m de altura, lo que los hace ser los terópodos más largo conocido (incluso más largo que el tirannosaurio, el giganotosaurio y el carcharodontosaurio). Eran también, uno de los terópodos más pesados, pesando hasta 7 toneladas . A pesar de su altura, eran más largos que altos, y sumamente ligero en proporción. Eran, probablemente, piscívoros más que un cazadores de otros dinosaurios. Sus largos y fragilísimos cráneos, poseían unos pequeños dientes serrados para atrapar a sus presas acuáticas y una cresta entre los ojos. Su principal característica eran sus largas espinas dorsales, las cuales habrían sostenido una gran vela de piel, y podían llegar a medir 1,80 m. Esta vela pudo actuar calentando la sangre rápidamente cuando el sol le daba de lleno, o disipando el calor. Este tipo de espinas fueron también halladas en el Ouranosaurus, un iguanodóntido también encontrado en Níger, por lo que se supone el desarrollo de las espinas debió obedecer a algún factor climático. Las espinas son un poco más altas al principio que al final, con la altura máxima en el centro de la aleta, siendo diferente a la velas vistas en los Pelycosaurus Edaphosaurus y Dimetrodon.


Brachiosaurus altithorax. Riggs, 1903.

Brachiosaurus Brachiosaurus Brachiosaurus Brachiosaurus Brachiosaurus Brachiosaurus Brachiosaurus Brachiosaurus Brachiosaurus

   

Wight, Inglaterra. Herbívoros y de gran tamaño que prosperaron durante el jurásico superior, desde hace 163 millones de años hasta hace 144 millones de años. Sus patas delanteras eran algo más largas que las traseras y tenían un cuello larguísimo. El Brachiosaurus medía cerca de 24 m de longitud, pesaba unas 80 toneladas y tenía unos 12,6 m de altura medidos desde la cabeza. Los restos fósiles de este reptil se han encontrado en el oeste de Estados Unidos y en el este de África y Europa. De acuerdo con investigaciones recientes, Brachiosaurus era un habitante terrestre que, probablemente, se alimentaba de follaje arbóreo. Un grupo de expertos de la Universidad de Portsmouth, al sur de Inglaterra, encontraron los huesos fósiles de uno de los mayores ejemplares de dinosaurio descubiertos en Europa, en la isla de Wight. El director de la investigación, Darren Naish, aseguró que el dinosaurio, perteneciente a un Brachiosaurus, una variedad de saurópodo, del periodo Cretáceo, podría ser el mayor hallado en Europa. El fósil, con una antigüedad de más de 125 millones de años, es un hueso que corresponde a la parte del cuello del animal, ejemplar que se calcula podría medir de 20 a 25 metros de largo y pesar unas 50 toneladas, según difundió este lunes la universidad. El profesor afirmó que los restos "pertenecen sin duda al mayor ejemplar encontrado en el Reino Unido y uno de los mayores de Europa y de todo el mundo", aunque reconoció que está lejos del dinosaurio encontrado en Argentina (Argentinosaurus), con un peso de 80 a 100 toneladas. Este descubrimiento puede ser considerado como "un hito para la ciencia europea", ya que revela también que los Brachiosaurus no se extinguieron a finales del Jurásico, tal y como se pensaba, sino que existe una línea de evolución. La investigación revela, asimismo, que en Inglaterra no hubo sólo especies de medio tamaño, sino que estuvo también poblada por "realmente grandes dinosaurios". El fósil encontrado será exhibido en el centro de visitantes de la Isla Dinosaurio, en la localidad de Sandown, mientras que los resultados científicos de la investigación se publicarán en forma pormenorizada en el Estudio del Cretáceo.


Europasaurus holgeri. Sander, et al, 2006.

Europasaurus Europasaurus Europasaurus Europasaurus Europasaurus Europasaurus Europasaurus Europasaurus Europasaurus

  

Cráneo completo del pequeño sauropodo Europasaurus del Cretácico de Alemania.

Nueva Sajonia, Alemania. La especie recibió la clasificación formal de Europasaurus holgeri, en honor a Holger Luedtke, un paleontólogo autodidacta que encontró los primeros huesos en 1998.  Las criaturas pertenecían a la familia de los saurópodos, los animales terrestres más grandes que se conocen, algunos de los cuales medían hasta 40 metros de longitud como los hallados en la Patagonia de Argentina. Pero a diferencia de sus primos herbívoros y cuadrúpedos de cuello largo, cola enorme y cerebro muy pequeño, los fósiles recién descubiertos eran considerablemente menores, de 1,7 a 6,2 metros de largo. Los investigadores que estudiaron los restos de unos 11 animales hallados en Oker, estado de Nueva Sajonia, creen que la especie no creció más porque probablemente vivían en una isla donde había pocos alimentos. Los científicos, de la Universidad de Bonn, explicaron, en un artículo publicado en la revista especializada Nature, que los fósiles se encontraban en rocas carbonadas del período Jurásico Superior, por lo habrían vivido hace unos 150 millones de años. En ese período geológico, una gran parte de lo que ahora es Europa central se encontraba sumergida. El jefe del equipo, Martin Sander, y sus colegas estiman que los animales posiblemente vivían en una de las grandes islas situadas alrededor de la cuenca de Baja Sajonia. Esas islas no podrían haber sustentado a los saurópodos gigantes. Los antecesores del Europasaurus posiblemente se convirtieron en enanos poco después de emigrar a la isla o como respuesta al encogimiento de la masa terrestre debido al ascenso del nivel del mar", añadieron. Los autores explican que en este lugar, el aislamiento físico y los recursos limitados podrían haber favorecido la supervivencia de dinosaurios más pequeños con menos necesidades alimentarías.


Scipionyx samniticus. dal Sasso & Signore, 1998.

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Benevento, Italia. El primer dinosaurio italiano es uno de los mejores conservados en el mundo, compuesto de órganos internos y fibras musculosas. Su nombre técnico es Scipionyx samniticus, pero las estampas y hombres de ciencia lo han rebautizado "Ciro" Este extraordinario descubrimiento ha sido en los montes de Matese alrededor de Pietraroja en provincia de Benevento. El área forma parte del Samnio, muy conocida por su riqueza de fósiles de peces. Ninguno esperaba descubrir las huellas de gigantes saurios que dominaron la Tierra hace 65 millones de anos atrás. La presencia de dinosaurios en suelo italiano es definitivamente confirmada. "El descubrimiento del primer dinosaurio italiano,-ha explicado Marco Signori, durante una conferencia-,abre una nueva vía para la geología italiana, pues un descubrimiento similar no era imaginable, además es único en su especie y presenta órganos internos y fibras musculosas". No es la primera vez que se encuentran órganos internos en dinosaurios, el grado de preservación de Ciro es excelente. La  excepcionalidad del descubrimiento es debido a la joven edad del ejemplar: se trata de un dinosaurio de pocas semanas. Los fósiles de estos animales en esta región de Europa son raros y los paleontólogos esperan estudiar y conocer mas sobre la organización familiar de los dinosaurios y los cuidados que los padres dedicaban a los pequeños. El Scipionyx de Matese vivió durante Cretácico, hace aproximadamente hace 110 millones de años y mide 60 centímetros de largo. Según los paleontólogos, estos crecían hasta dos metros de largo. Fue encontrado casualmente dentro una lámina de roca, apoyado sobre el lado izquierdo, la cabeza levemente inclinada. Pertenece a una especie desconocida, posiblemente a una nueva familia de dinosaurios, dicen los científicos que, por el momento la han clasificado como un terópodos, dinosaurio carnívoro, de caminar bípedo, similar al Tirannosaurus Rex de Norteamérica y a Giganotosaurus carolinii de Sudamérica.


Hypsilophodon foxii. Huxley, 1869

Hypsilophodon Hypsilophodon Hypsilophodon Hypsilophodon Hypsilophodon Hypsilophodon Hypsilophodon Hypsilophodon

Inglaterra, España y Norteamérica. Hypsilophodon ("Dientes protuberantes", el nombre hace referencia a los dientes protuberantes en forma de hoja) llamado también Hypsilofodonte fue un género de dinosaurios ornitópodos pequeños, bípedos, herbívoros y veloces que vivieron en Inglaterra, España y Norteamérica a comienzos del Cretácico. El Hypsilophodon fue un dinosaurio pequeño, de unos 2.3 m. de longitud y unos 70 kg. de peso (casi lo mismo que un perro grande). Su altura no superaría los 1.2 m. La forma del esqueleto indica una constitución liviana y ágil, diseñada para la velocidad y bípeda lo que le que brindaba cierta ventaja comparativa para escapar de depredadores más lentos como Baryonyx y Megalosaurus. Los restos fósiles de un nido cuidadosamente construido sugieren que este animal anidaba e incubaba sus huevos. A pesar de haber existido en el Cretácico, el último de los períodos en los que los dinosaurios dominaron la Tierra, el Hypsilophodon presenta una cierta cantidad de aspectos singularmente primitivos: por ejemplo, sus dientes de la parte anterior de la mandíbula eran triangulares. En contraposición la mayoría de los herbívoros del período presentaba cierta especialización dental, que se manifestaba en la pérdida parcial o total de la dentadura frontal. Asimismo el Hypsilophodon poseía cinco dígitos en las extremidades superiores y cuatro en las inferiores. Otros dinosaurios más evolucionados habían ya perdido las falanges redundantes al comienzo del período.

Iguanodon bernissartensis. Boulenger, 1881.

iguanodon iguanodon iguanodon iguanodon iguanodon iguanodon iguanodon iguanodon iguanodon iguanodon iguanodon

Los iguanodontes alcanzaron entre 9 y 10 m de longitud, entre 3 y 4 m de altura y llegaban pesar hasta 4.5 t. Los investigadores han calculado que podía trasladarse a 11 km/h. Estos ornitópodos, así como podían caminar en cuatro patas, también podían adoptar una postura bípeda ya que la columna vertebral se sostenía horizontalmente acercando los brazos al suelo, de manera que los iguanodontes pudieran lograr tal habilidad. La cola también estaba en posición horizontal alejada del cuerpo y por encima del suelo. En un comienzo, los científicos pensaron que los iguanodontes eran animales torpes, como un rinoceronte, al caminar en cuatro patas. Más tarde, cuando en Bélgica se encontraron ciertos esqueletos, creyeron erróneamente que se desplazaban erguidos con la cola apoyada en el suelo. Sus brazos eran largos y sus dedos se doblaban hacía atrás para sostener el cuerpo al caminar en cuatro patas. El quinto dedo era delgado y flexible. Sus defensas se fueron desarrollando poco a poco. Al principio, el pulgar no podía tocar los otros dedos de la mano y se mantenía inclinado hacia el lado. Pero luego, el extremo se modificó y se convirtió en una espina cónica prolongada que utilizaba como arma.


Repenomamus giganticus. Hu, Meng, Wang, Li, 2005.

Repenomamus Repenomamus Repenomamus Repenomamus Repenomamus Repenomamus Repenomamus Repenomamus

Liaoning, China. Comía sus huevos y también podía capturarlos vivos. Es el carnívoro de su clase más grande conocido en la Era Mesozoica. El animal hallado era capaz de alimentarse de los ejemplares más pequeños de los saurios. Hace 130 millones de años, en Liaoning, una provincia al noreste de China, vivió un mamífero de más de un metro de longitud y unos 14 kilos de peso que tenía mandíbulas y dentadura lo suficientemente fuertes para capturar a sus presas vivas. Tanto como para engullirse un dinosaurio pequeño a la hora del almuerzo o de la cena. Es la evidencia de que aun en los tiempos en que los dinosaurios reinaban sobre la Tierra, también había animales capaces de alimentarse de ellos. Al menos, de los dinosaurios más pequeños y de los bebes de los saurios más grandes. En un artículo aparecido en la revista Nature, los doctores Hu Yaoming y Wang Yuanqing, investigadores del Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Pekín, informan el hallazgo del esqueleto de un joven dinosaurio Psittacosaurus en el estómago de un mamífero que ya se conocía, el Repenomamus robustus , que medía medio metro de longitud y llegaba a pesar unos 4 kilos. Los científicos, al principio, creyeron que se trataba de una cría del mamífero. Pero no. Había sido su última cena. Muy cerca de esos fósiles, a los paleontólogos chinos los aguardaba otra sorpresa: los restos de un mamífero el doble de grande del anterior, de más de un metro de longitud y unos 14 kilos de peso que, según la reconstrucción, se habría parecido al lobo, tigre o demonio de Tasmania, un marsupial (un mamífero no placentario, como el canguro) de Australia. Es el Repenomamus giganticus, el mamífero más grande del período cretácico de la Era Mesozoica, a cuyo término -hace 65 millones de años- se extinguieron los dinosaurios. No es novedad la coexistencia mamíferos-dinosaurios -afirma el doctor Gustavo Gillato Yané, investigador del Conicet y profesor de paleontología de vertebrados del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, Argentina-. Lo novedoso es que los mamíferos mesozoicos conocidos eran de un tamaño relativamente pequeño, no más grandes que un gato. Pero había también dinosaurios muy pequeños que los mamíferos podían atacar en forma directa o bien consumir sus huevos." De este modo, al comprobarse que dos grupos de vertebrados contemporáneos, los dinosaurios y los mamíferos, establecieron mayores interacciones ecológicas, "se logra una perspectiva más realista: hubo algunos mamíferos (por ejemplo, el Repenomamus) que depredaban algunos dinosaurios herbívoros ( Psittacosaurus ). Y, a la inversa, muchos dinosaurios se alimentaban de pequeños mamíferos con aspecto de ratas, que era el tipo de mamíferos que predominaba en ese entonces. Y hoy ocurre algo parecido: los dinosaurios vivientes (las aves) incluyen hábitos carnívoros, como, por ejemplo, las águilas, que capturan ratas, al mismo tiempo que existen mamíferos depredadores, como el zorro, que se alimenta de palomas y pájaros.


Velociraptor mongoliensis. Osborn, et al. 1924. 

Velociraptor Velociraptor Velociraptor Velociraptor Velociraptor Velociraptor Velociraptor Velociraptor Velociraptor Velociraptor

   

China. Recientes hallazgos paleontológicos, han demostrado que Velociraptor tenía el cuerpo cubierto de plumas, lo que ha dado un giro radical en la concepción del aspecto de este animal y en el estudio de los dinosaurios. Velociraptor fue uno de los dinosaurios carnívoros que más prosperó. Era mucho más pequeño que Tyrannosaurus rex pero disponía de potentes piernas y garras afiladas en los pies con las que abatía a sus presas sin dificultad. Pertenece a la familia Dromaeosauridae, que también incluye a otros dinosaurios depredadores como Dromaeosaurus y Deinonychus que, probablemente, cazaban en grupo. Lo más sorprendente es que un grupo de terópodos de mediano y pequeño tamaño comenzaron a adquirir características propias de las aves. Los dromaeosaurios junto con Archaeopteryx, el ave conocida más primitiva, comparten grandes similitudes en su esqueleto, como la forma de los apéndices delanteros y de la cadera, que no se ven en otros grupos de animales y muestra el estrecho vínculo entre estos dos grupos. Era un dinosaurio carnívoro de mediano tamaño. Vivió en el Cretáceo Final hace entre 83 y 71 millones de años. A pesar de su reducido tamaño, Velociraptor seguramente habrá sido un depredador temible. La forma de las patas traseras, largas y delgadas, sugieren que era un corredor veloz. Tenía unas patas fuertes, diseñadas para agarrar, y el segundo dedo de cada pie disponía de una enorme garra curva muy afilada que el animal podía girar, con la que provocaba profundas heridas. Se piensa que Velociraptor atacaba a sus presas sujetándolas con las garras delanteras y con las afiladas garras traseras les pateaba el vientre con fuerza. Tenía muchos dientes pequeños y curvos en forma de sierra, ideales para cortar la carne de sus víctimas. Probablemente cazaba en manada pequeños mamíferos y otros dinosaurios de tamaño parecido al suyo, como Protoceratops. Existe un fósil realmente interesante de Velociraptor y Protoceratops enzarzados en una batalla: los dos animales murieron juntos durante la lucha enterrados por una duna que les cayó encima en un posible temporal. Los primeros restos de Velociraptor se descubrieron en 1923 durante la expedición realizada por el Museo de Historia Natural de Nueva York al desierto de Gobi, en Mongolia Exterior. Fueron descritos por el experto en dinosaurios Henry Fairfield Osborn en 1924. La expedición obtuvo muchos fósiles, entre los que se encontraba un cráneo de Velociraptor en excelente estado de conservación con las mandíbulas intactas y fragmentos del resto del esqueleto.

Linheraptor exquisitus.  Xu et al, 2010.

Linheraptor exquisitus Linheraptor exquisitus Linheraptor exquisitus Linheraptor exquisitus Linheraptor exquisitus

Mongolia. El ejemplar, que según los investigadores está "excepcionalmente bien conservado", fue bautizado Linheraptor exquisitus, y es uno de los esqueletos más completos que se han encontrado en la región. El fósil fue descubierto por un grupo de estudiantes de postgrado de las universidades George Wahington, en Estados Unidos, y la de Londres. Tal como explican los científicos, el Linheraptor pertenece a la familia de los dromeosáuridos, "largartos voladores", los dinosaurios terópodos que vivieron en el periodo Cretácico Superior y que reinaron la Tierra durante unos 100 millones de años. Además del Linheraptor y el Velociraptor, los terópodos incluyen también al famoso carnívoro Tyranosaurus rex y a algunas aves modernas. Los estudiantes estaban llevando a cabo un proyecto de campo en la región cuando hallaron al ejemplar en la región de Mongolia Interior, administrada por China. El ejemplar, que mide unos 2,5 metros de largo y pesa 25 kilogramos, fue descubierto en la formación de Wulansuhai durante una expedición de campo de los estudiantes en 2008. Se cree que el Linheraptor pudo haber sido un depredador muy veloz y ágil que se alimentaba de pequeños dinosaurios cornudos vinculados al Triceratops. Igual que otros dromeosáuridos, el Linheraptor tenía garras grandes y muy curvadas en las patas, las cuales pudo haber utilizado para atrapar a sus presas. Durante 2010, se presento el hallazgo de una especie relacionada de Rumania, el Balaur bondoc (que en rumano significa dragón robusto) vivió hace unos 70 millones de años en una región del este de Europa que entonces estaba formada por un archipiélago y medía entre 1,8 y 2,1 metros, es extremadamente inusual, está cercanamente relacionada al Velociraptor.


Samrukia nessovi.  Naish et al., 2012.

Samrukia Samrukia Samrukia Samrukia Samrukia Samrukia Samrukia Samrukia Samrukia Samrukia Samrukia Samrukia

   

Kazakhstan, Asia Central. El enorme tamaño de Samrukia es significante y sorprendente. Tendría un tamaño similar a Albatros, entre las aves voladoras, y a una avestruz, entre las no voladoras. Su peso sería más de 50 kg, teniendo en cuenta el tamaño de estas aves actuales. Samrukia no es el primer ave gigantesca del Cretácico Superior, hace unos años colegas franceses describieron algunas piezas fragmentarias, incluyendo un sinsacro de un ave del sur de Francia que llamaron Gargantuavis. A pesar que los restos son fragmentarios de estas dos aves, es una hipótesis asumible que estuvieran emparentadas como apuntan los autores de la investigación. Estos descubrimientos indican que las aves neornitas no han sido las únicas que han evolucionado hacía un gran tamaño, incluso si nos referimos a aves con capacidad de vuelo y por tanto con grandes alas. Su significación es importante porque las neornitas pasaron el evento del límite Cretácico-Terciario, sin embargo las formas primitivas se extinguieron alrededor de este intervalo. Este descubrimiento indica que estas formas primitivas habían alcanzando un gran tamaño como luego sucedería con las neornitas y quizás la extinción les permitió explorar los nuevos nichos que habían dejado las aves más primitivas.


Lanzhousarus magnidens.  You et al., 2005.

Lanzhousaurio Lanzhousaurio Lanzhousaurio Lanzhousaurio Lanzhousaurio Lanzhousaurio Lanzhousaurio Lanzhousaurio

Gansu, China. El fósil de una especie de dinosaurio hasta ahora no conocida, bautizado como Lanzhousario magnidens, ha sido descubierto en la provincia China de Gansu (noroeste del país). El animal fue llamado Lanzhousaurus por el lugar donde ha sido encontrado (Lanzhou es la capital de Gansu) y Magniden por sus grandes dientes, de 14 centímetros de largo y 7,5 de ancho, "los dientes de herbívoro más grandes conocidos hasta la fecha", según el paleontólogo Li Daqing, uno de los descubridores. En 1999, se descubrieron viejas huellas del animal, que condujeron a una investigación de seis años y al posterior hallazgo de numerosos restos del animal. El Lanzhousaurus, que ha sido apodado por la prensa china como "el dragón de Lanzhou", midió unos 10 metros de longitud y 4,2 de altura, y vivió hace unos 100 millones de años en el área de la actual Gansu, una zona ahora desértica pero que en la época de los dinosaurios era un lago con islas y clima subtropical. Los últimos estudios, que determinaron la pertenencia del animal a una especie hasta ahora desconocida, lo emparentan con otro gran reptil, el Lurdusaurus, que habitó en lo que ahora es Africa durante el periodo Cretácico (hace entre 65 y 144 millones de años).


Rajasaurus narmadensis. Wilson et al., 2003.

Rajasaurus Rajasaurus Rajasaurus Rajasaurus Rajasaurus Rajasaurus Rajasaurus Rajasaurus Rajasaurus Rajasaurus Rajasaurus

Narmada, India. No es mucho lo que se sabe de los dinosaurios que millones de años atrás habitaron las tierras que actualmente conforman la India. Esto se debe a que buena parte de las formaciones geológicas donde descansan los restos de estas extintas criaturas resultan inaccesibles para el trabajo de los paleontólogos. Lo exiguo del registro fósil indio subraya la relevancia del hallazgo hecho público por el prestigioso paleontólogo norteamericano Paul Sereno, de la Universidad de Chicago. En una conferencia de prensa realizada en Mumbai, India, Sereno anunció el descubrimiento del primer cráneo de dinosaurio que se ha podido reconstruir en ese país. El cráneo y otros fragmentos de su osamenta descubiertos cerca del río Narmada, en el oeste de la India, corresponden a un nuevo e imponente dinosaurio carnívoro de aproximadamente nueve metros de largo, que los paleontólogos bautizaron Rajasaurus narmadensis. Este animal, que vivió hace 65 millones de años, presentaba una extraña cresta: "Hay un hueso que sobresale de la parte superior del cráneo; nos hace pensar que el Rajasaurus habría tenido una especie de cuerno en la cabeza", dijo Jeff Wilson, paleontólogo de la Universidad de Michigan, EE.UU., que participó de la descripción del nuevo dinosaurio. Esa extraña protuberancia, junto con otros caracteres que permiten ubicarlo dentro de la familia de terópodos carnívoros llamada abelisaurios , emparenta al Rajasaurus con varios dinosaurios de la Patagonia Argentina (Abelisaurus , Carnotaurus y Aucausaurus), y uno de Madagascar (el Majungatholus), que comparten un todavía no explicado gusto por la ornamentación de sus cráneos. 

Erketu ellisoni. Norell. 2006.

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Gobi, Mongolia. Investigadores del Museo de Historia Natural de Nueva York (EEUU) han identificado a una de las especies de saurópodos de cuello más largo en relación con el cuerpo en esa familia de dinosaurios, informaron voceros de la institución a través de un comunicado. El espécimen ha recibido el nombre de Erketu ellisoni y era más pequeño que otros saurópodos, los dinosaurios de mayor tamaño, pero su cuello, que medía más de siete metros, "era extremadamente largo", se afirma en el comunicado del museo. Las vértebras del Erketu ellisoni medían más de medio metro y eran mayores que, por ejemplo, las de algunos Diplodocus, que figuran entre los saurópodos de mayor tamaño que se hayan estudiado en el mundo. Este vivió hace más de 100 millones de años y, como los otros saurópodos, era un animal vegetariano. El nuevo espécimen ha sido identificado por los especialistas Daniel T. Ksepa, investigador, y Mark A. Norell, comisario de Paleontología del museo, con base en unos restos excavados en 2002 en el área de Bor Guve, en el desierto de Gobi, Mongolia. Los restos, que incluyen vértebras y huesos de las piernas y los tobillos del animal, fueron descubiertos durante una de las expediciones que la institución neoyorquina envía anualmente a esa región, muy abundante en vestigios paleontológicos.


Gallimimus bullatus. Osmólska, Roniewics & Barsbold, 1972.

Gallimimus Gallimimus Gallimimus Gallimimus Gallimimus Gallimimus Gallimimus Gallimimus Gallimimus Gallimimus

Mongolia.Gallimimus (gr. "imitador de gallina") es un género representado por una única especie de dinosaurio terópodo ornitomímido, que vivió en el Cretácico superior, en lo que hoy es Mongolia. Se ha sugerido que pudo haberse alimentado de insectos y de pequeños gusanos. Fue uno de los ornitomímidos más grandes, llego a medir hasta 6 m y pesar 440. Nuevos fósiles descubiertos por Peter J. Makovicky en el Desierto de Gobi en el 2001, indican que el gallimimo poseía un pico que filtraba de los charcos animales diminutos y agua a través de unas ranuras o lamelas que tienen en el pico y la lengua como los flamencos actuales. El fósil de este dinosaurio fue descubierto a principios de 1970 en el Desierto de Gobi. En 1972, lo nombraron Gallimimus los paleontólogos Rinchen Barsbold, Halszka Osmólska, y Ewa Roniewicz.

Megalosauropus broomensis. Colbert and Merrilees. 1967.

 

Australia. En una remota región del oeste del continente australiano que contiene las mayores y más abundantes huellas de dinosaurios fosilizadas descubiertas hasta ahora en el mundo. Las icnitas, su nombre técnico, fueron producidas en la zona de Walmadany por al menos 21 especies distintas de dinosaurios hace entre 140 y 127 millones de años. Megalosauropus broomensis, corresponde a un icnogenero e icnoespecie de un gran dinosaurio terópodo y carnivoro megalosaurido.


Video;  Estampida en el Cretácico Documental en HD

(*) Imagen de autor u origen desconocido. Ver sobre nuestras Políticas de uso de imágenes.

 

Bibliografía sugerida.

Ameghino, F. (1899). Nota preliminar sobre el Loncosaurus argentinus, un representante de la familia de los Megalosauridae en la Republica Argentina. Anales de la Sociedad Cientifica Argentina 47:61-62.

Apesteguía, Sebastián (2007). "The sauropod diversity of the La Amarga Formation (Barremian), Neuquén (Argentina)". Gondwana Research 12 (4): 533-546

Bonaparte, J. F., Salfity, J. A., Bossi, G. y Powell, J. E. 1977. Hallazgo de dinosaurios y aves cretácicas en la Formación Lecho de El Brete (Salta), próximo al límite con Tucumán. Acta Geologica Lilloana, 14, 5-17.

Bonaparte, J. F. & Novas, F. E. (1985). Abelisaurus comahuensis, n. g., n. sp., Carnosauria del Cretácico tardío de Patagonia. Ameghiniana, 21 (2-4), 259-261.

Ángeles-Villeda, M.A., Hinojosa-Espinosa, J.J.,López-Oliva, J.G., Valdés-González, A. & Livas-Vera, M. 2005. Estratigrafía y microfacies de la parte sur del Cañón La Boca, Santiago, Nuevo León, México. Revista Mexicana de Ciencias Geológicas, v. 22, núm. 2, 2005, p. 272-281

Biddle, K.T.; Uliana, M.A.; Mitchum, R.M. Jr.; Fitzgerald, M.G.; Wright, R.C. 1986. The stratigraphic and structural evolution of the central and eastern Magallanes Basin, southern South America. In Foreland Basins (Allen, P.A.; Homewood, P.; editors). International Association of Sedimentologists, Special Publication No. 8, p. 41-61.

Bonaparte, Novas, and Coria (1990). "Carnotaurus sastrei Bonaparte, the horned, lightly built carnosaur from the Middle Cretaceous of Patagonia." Contributions in Science (Natural History Museum of Los Angeles County), 416: 41 pp.

Brian A. Hampton. «Regional Upper Triassic-Cretaceous stratigraphy along the Northern margin of Wrangellia, Southern Alaska: Implications for a shared history of basin development in the Alaska range suture zone». Consultado el 28 de enero de 2008.

Canudo, J. I. 2006. La ambigüedad paleobiogeográfica de los dinosaurios ibéricos durante el Cretácico Inferior. En (Colectivo Arqueológico-Paleontológico Salense, Ed.): Actas de las III Jornadas sobre Dinosaurios y su Entorno. 21-45. Salas de los Infantes, Burgos, España.

Cerda, I. A., Carabajal, A. P., Salgado, L., Coria, R. A., Reguero, M. A., Tambussi, C. P., and Molly, J. J. (2012). "The first record of a sauropod dinosaur from Antarctica". Naturwissenschaften, 99: 83-87.

Holtz, Thomas R., Jr. (2012). Dinosaurs: The Most Complete, Up-to-Date Encyclopedia for Dinosaur Lovers of All Ages,

Hendrickx, C.; Mateus, O. (2014). «Abelisauridae (Dinosauria: Theropoda) from the Late Jurassic of Portugal and dentition-based phylogeny as a contribution for the identification of isolated theropod teeth». Zootaxa 3759: 1-74.

Magnussen Saffer, Mariano (2011). Los Dinosaurios Sauropodos (Sauropoda) del Cretácico de Argentina. Paleo, Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico. Año 9. 55: 15-26.

Magnussen Saffer, Mariano (2011). Los primeros hallazgos de Dinosaurios Sauropodos (Saurischia - Sauropoda) durante la primera década del siglo XXI en el Cretácico de Argentina. Paleo, Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico. Año 9. 56: 17-28.

Novas, Fernando E.; Salgado, Leonardo; Calvo, Jorge; and Agnolin, Federico (2005). «Giant titanosaur (Dinosauria, Sauropoda)from the Late Cretaceous of Patagonia». Revistao del Museo Argentino de Ciencias Naturales, n.s. 7 (1): 37–41. Consultado el 2007-03-04.

Novas, F.E., Pol, D., Canale, J.I., Porfiri, J.D. and Calvo, J.O. (2008) A bizarre Cretaceous theropod dinosaur from Patagonia and the evolution of Gondwanan dromaeosaurids. Proc. R. Soc. B doi:10.1098/rspb.2008.1554

Novas, F. E.; S. de Valais, P. Vickers-Rich, and T. Rich (2005). «A large Cretaceous theropod from Patagonia, Argentina, and the evolution of carcharodontosaurids». Naturwissenschaften 92 (5):  pp. 226–230.

Olivero, E.B., Malumián, N., Palamarczuk, S. 2003. Estratigrafía del Cretácico Superior-Paleoceno del área de Bahía Thetis, Andes fueguinos, Argentina: acontecimientos tectónicos y paleobiológicos. Rev. geol. Chile, vol.30, no.2, p.245-263. ISSN 0716-0208.

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Padilla y Sánchez, R. J. 1978. Geología y estratigrafía (Cretácico superior) del límite suroeste del estado de Nuevo León. Univ. Nal. Autón. México, Inst. Geología. (2)1: 37-44

Paul Upchurch, Paul M. Barrett, Peter Dodson: Sauropoda. Abschnitt: Anatomy. In: David B. Weishampel, Peter Dodson, Halszka Osmólska (Hrsg.): The Dinosauria. 2nd edition. University of California Press, Berkeley CA u. a. 2004, ISBN 0-520-24209-2, S. 273–295.

Suárez, M.; De La Cruz, R.; Bell, C.M. 2000. Timing and origin of deformation along the Patagonian fold and thrust belt. Geological Magazine, Vol. 134, p. 345-353.

Ullastre, J. & Masriera, A. 2006. El anticlinal de Bóixols - Muntanya de Nargó: consideraciones estratigráficas y estructurales basadas en una nueva cartografía geológica (Pirineo catalán, España). Treb. Mus. Geol. Barcelona, 14: 5-35

Weimer, R.J. 1960. Upper Cretaceous stratigraphy, Rocky Mountain area. AAPG Bulletin; v. 44; no. 1; p. 1-20

Ver mas bibliografía utilizada para hacer la presente Pagina; AQUÍ.            Ver bibliografía de divulgación sugerida; AQUÍ.

Ver los principales fósiles Cretácicos de Argentina.

 

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