A diferencia de los Periodos Geológicos anteriores,
el Holoceno se encuentra representado en prácticamente en todas las
localidades del país, en incluso a pocos centímetros de la
superficie de las grandes ciudades. Es por ello que hemos decidido
no incorporar el mapa ilustrado como en los casos anteriores. El
holoceno marca los últimos 10 mil años de historia evolutiva del
planeta y la mayor parte de las especies habían desaparecido, pero
se hallan los representantes de varias especies que aun habitan
nuestro país, entre ellos el hombre. El Holoceno (del griego
holos, todo, y kainos, reciente: la era totalmente reciente),
una división de la escala temporal geológica, es la última y actual
época geológica del período Cuaternario. Comprende los últimos
11.784 años, desde el fin de la última glaciación. Es un período
interglaciar en el que la temperatura se hizo más suave y la capa de
hielo se derritió, lo que provocó un ascenso en el nivel del mar.
Esto hizo que Indonesia, Japón y Taiwán se separaran de Asia; Gran
Bretaña, de la Europa continental y Nueva Guinea y Tasmania, de
Australia.
Además, produjo la formación del Estrecho de Bering.
Urna y cuerpo juvenil momificado.
Museo de La Plata.
Paleoamericano cazando a un
Neosclerocalyptus en territorio argentino, hace 21
mil años antes del presente.
Rhea
americana.
Linnaerus, 1758.
Cáscaras de huevo del genero
Rhea. Museo de Ciencias Naturales de Miramar.
Esqueleto de
Rhea, exhibido
en el MACN.
Aspecto de Rhea.
Imagen; Michael Lahanas.
Ave Rheidae.
Es una especie de ave estrutioniforme de la
familia Rheidae. Se encuentra exclusivamente en
Sudamérica. Pertenece al mismo orden que el avestruz, los emúes, los
casuarios y las extintas moas; es decir, al orden de los
estrutioniformes (Struthioniformes). Rhea pertenece
a lo que hoy conocemos como ñandú. Desde el Pleistoceno medio (1,5
millones de años) se vienen registrando restos fósiles de esta
enorme ave corredora. En Miramar, se recupero
en 1992, un bochon con decenas de fragmentos de cáscaras de huevo
atribuida al presente género, con una antigüedad tentativa de 500
mil años antes del presente, en las cercanías de la Baliza de esa
ciudad. El cráneo de esta ave era corto, con un pico mediano,
deprimido y ancho. Narinas amplias. Cuello largo y angosto, con
vértebras cervicales con aspecto mediadamente alargado. Miembros
anteriores muy cortos e imposibilitados para el vuelo, mientras sus
extremidades posteriores son largas y fuertes, adaptadas para la
carrera, con tres dedos y uñas comprimidas. Durante el Holoceno
fueron muy frecuentes en gran parte del país. El macho alcanzaba una
altura de 1,50 metros, y la hembra 1,20 metros; el peso es de
aproximadamente 30 a 35 kg en el macho y alrededor de los 25 kg en
la hembra. En cuanto al esqueleto cabe mencionar la falta de quilla
a nivel del esternón, característica común en las aves
corredoras. En La Pampa y Patagonia, en la actualidad, se las puede
observar en grandes grupos. Su presencia en sitios arqueológicos se
debe en su mayor parte a que los grupos aborígenes se alimentaban de
sus enormes huevos, pero hay poca evidencia de restos óseos.
Recientemente, Mariano Magnussen del Museo de Ciencias Naturales de
Miramar, Fundación Azara y Lacev, ha encontrado huellas de Rheidae,
en el Pleistoceno y Holoceno de Miramar.
Pygoscelis
adeliae. Hombron
y Jacquinot, 1841.
Cráneo de
pingüino Pygoscelis adeliae, holoceno de Antartida. Imagen;
Dirección Nacional del Antártico
Aspecto del
Pinguino Pygoscelis adeliae. (*).
Ave Spheniscidae.
El orden Sphenisciformes (pingüinos), que comprende una única
familia (Spheniscidae), constituye un grupo de aves con caracteres
altamente derivados. La totalidad de las especies conocidas son aves
no voladoras y con particulares adaptaciones al buceo submarino. Los
pingüinos son las únicas aves vivientes no voladoras adaptadas al
buceo propulsado por las alas. Por ello, sus alas se han convertido
en aletas con huesos fuertemente comprimidos y articulaciones
rígidas que impiden el movimiento independiente de los huesos del
ala. El género Pygoscelis se alimenta fundamentalmente
de plancton, a diferencias del resto de las especies que comen
peces. Restos fósiles de Pygoscelis adeliae de unos
6.400 años de antigüedad, descubierto durante las investigaciones
realizadas en adyacencias de la Base Jubany (Caleta Potter, isla 25
de Mayo, Antártida). Otros sedimentos de playa marina más jóvenes
que los descriptos, se depositaron hace 4.500 años se hallan
ascendidos entre 14-17 metros de altura sobre el nivel del mar, en
un sitio próximo al accidente costero denominado Punta Pinguinera.
Los mismos también contienen restos de aves y focas, y documentan el
ascenso isostático de la costa que se produjo como respuesta a la
desglaciación progresiva de la isla. Los restos fósiles descubiertos
en estas arenas de playa consisten en huesos de focas (elefante
marino Mirounga sp), huesos y plumas de pingüinos
Adelia (Pygoscelis adeliae) y Papúa (P. papua)
junto a huesos de skúa (Catharacta sp), uno de los
predadores de los pingüinos. Se conocen restos de Pygoscelis
calderensis del Mioceno de Chile.
Ctenomys talarum.Thomas, 1898.
Ejemplar de
Ctenomys s.p
hallado en San Pedro, Prov. de Bs Aires y exhibido en el
Museo Local. Diario Clarin.
Esqueleto
parcial de Ctenomys, anatómicamente exhibido en el
Museo de Ciencias Naturales de Miramar.
Aspecto de Ctenomys. (*)
Mamífero
Roedor. Es una especie de roedor histricomorfo de
la familia Ctenomyidae endémica de Argentina, en especial de la
provincia de Buenos Aires, sistemas orográficos de Ventania y de
Tandilia. El género Ctenomys comprende actualmente más de sesenta
especies de roedores subterráneos distribuidas en América del Sur,
desde el centro-oeste de Perú hasta el archipiélago fueguino. Uno de
los roedores más comunes en el registro fosilífero durante la mitad
del Pleistoceno y todo el Holoceno y posee semejanzas adaptativas
similares a la de un topo. Son conocidos por el nombre de "Tuco
tuco", en las cuales se encuentran grupos de marcada afinidad
morfológica y genética, lo cual señalaría que la diversidad actual
deriva de un número menor de especies pretéritas fragmentadas
durante la cambiante historia dinámica y paleoecológica del
Cuaternario. Es una especie originada en América del sur, con formas
extintas cercanamente emparentadas en el Plioceno, cuyo género es
conocido como Actenomys. Su vida está ligada
principalmente a hábitos subterráneos, realizando galerías y cuevas
en el suelo, cavando con sus miembros anteriores robustos y
provistos de fuertes garras, como así también de sus largos
incisivos. Es muy raro que estos animales salgan a la superficie, ya
que se exponían a ser capturados por pequeños mamíferos de la época,
como por aves rapaces. Su alimentación estaba orientada
principalmente a raíces y tallos duros. Su cráneo es corto y robusto
y sus dientes son muy particulares, armados por incisivos largos y
anchos de color anaranjado y por una hilera de tres molares por
mandíbulas de forma semi-lunar. Su cabeza y cuerpo estaban formados
por una sola unidad, ya que prácticamente no poseían cuello. Patas
cortas y robustas y una cola corta y relativamente ancha. Durante el
Holoceno fue un animal muy común y se lo considera un "fósil guía".
También se han protagonizado algunos hallazgos arqueológicos en la
región pampeana y en patagonia, donde se ha demostrado que los
humanos habrían especializado técnicas de captura y su posterior
consumo de estos pequeños animalitos del tamaño de un cuis pampeano
o de un cobayo.
Lagostomus maximus.
Desmarest.1817.
Cráneo con Mandíbula en el
Museo de Ciencias Naturales de Miramar.
Restos muy
completos exhibidos en el Museo Paleontológico de San Pedro.
Aspecto de Lagostomus maximus.
Por
Carlos C. Wiedner.
Mamífero
Roedor.
Es una especie de roedor de la familia
Chinchillidae. En la actualidad la especie se encuentra representada
por la vizcacha. Durante el Plioceno, vivió un antiguo
representante, el Lagostomus (Lagostomopsis) antiquus,
de menor tamaño, pero recién a mediados del Pleistoceno bonaerense Lagostomus
maximus ha tenido una gran expansión geográfica. Se trata de
un género aloctono, que llego a Sudamérica durante el Oligoceno
tardío y Mioceno a través de otras circunstancias, como saltadores
de islas, balsas naturales etc. Estas especies tempranas fueron Prolagostomus pusillus y Lagostomus telenkechanum. Su
alimentación estaría compuesta principalmente por tubérculos,
raíces, hierbas etc. Poseía un cráneo ancho y robusto, con nasales
alargados. Bullas timpánicas poco desarrolladas. Mandíbulas con una
cresta regularmente fuerte y patas traseras alargadas a comparación
de las primeras, acompañadas con tres dedos, de los cuales, el del
medio es él más largo. Realizaban grandes y extensas madrigueras,
donde se pueden observar los túneles y recamaras centrales. En
Miramar, en las inmediaciones del Vivero Dunicola Florentino
Ameghino, se pueden encontrar con frecuencia en los afloramientos
geológicos, numerosas paleocuevas atribuidas a la especie, con
restos fósiles en su interior. En 1994, Mariano Magnussen, del
actual Laboratorio de Paleontología del Museo de Ciencias Naturales
de Miramar, Fundación Azara y Lacev, hallo un una de las recamaras
centrales de una madriguera, restos sustanciales de cuatro
individuos de edades distintas, demostrando que la especie tenia
estrechos sociales complejos, como pasa en la actualidad, por lo
cual, este comportamiento, pudo haberlos convertido en una especie
exitosa.
Felis (Puma)
concolor. Linne, 1758.
Pata
articulada de
Felis p. concolor
del Pleistoceno. Encontrada por Diego Gambetta. Museo de Mar
de Ajo.
Cráneo de Felis
(puma)
concolor. Museo de Ciencias Naturales de Miramar.
Aspecto en vivo de
Felis
concolor común en el
Pleistoceno y Holoceno. Por
Carlos C. Wiedner.
Mamífero
Carnívoro.
Es un mamífero carnívoro de la familia Felidae nativo de
América. Se trata de nada más ni nada menos que de un puma
prehistórico, cuyos registros fosilíferos se remontan al Pleistoceno
medio en la Provincia de Buenos Aires, con una antigüedad de 1,5
millones de años. Los felinos de América del Norte invadieron
Sudamérica como parte del Gran Intercambio Biótico Americano, a raíz
de la formación del istmo de Panamá. Este enorme felino fue tal vez,
el carnívoro dominante durante el Holoceno medio hasta el más
reciente (junto a Panthera onca), pero en la
actualidad se encuentra desplazado de varias regiones. Se
alimentaría probablemente de mamíferos de talla media como los Eutatus,
Lama, roedores, entre otros, pero incluiría rara vez
animales más grandes, como los ciervos y el ñandú. Se han encontrado
restos significativos del presente género en sedimentos de la
formación San Andrés (S.E bonaerense) y en sedimentos más recientes
del Pleistoceno, mientras que, se han encontrado restos mandibulares
y huesos largos de Felis (=Puma) concolor en numerosos
sitios arqueológicos de la Provincia de Buenos Aires con una
antigüedad aproximada a 2 mil años y en la Provincia de Córdoba y
Mendoza en sedimentos más recientes. Nuevos estudios han demostrado
un alto grado de similitud genética entre las poblaciones de puma de
América del Norte, lo que indica que todos ellos son descendientes
bastante recientes de un pequeño grupo ancestral. La población
original de pumas de América del Norte se extinguió en el
Pleistoceno alrededor de 10 000 años atrás, con otros grandes
mamíferos, como el Milodón. América del Norte habría sido repoblada
por un grupo de pumas de América del Sur en tiempos más
modernos. Géneros y especies relacionadas: Felis onca, Felis
colocolo, Felis vorohuensis, Felis platensis, Felis longifrons y Oncifelis
geoffroyi.
Canis (Dusicyon) avus.
Burmeister, 1864.
Fragmento
mandibular atribuido a Canis Dusicyon
avus. Museo de Miramar.
Esqueleto de
Canis sp en sedimentos Holocenos. Ilustrativo.
Aspecto en vida de
Canis Dusicyon avus.
(*)
Mamífero
Carnívoro.Se
trata de un raro canido que habito el territorio bonaerense desde el
Pleistoceno superior (Edad Lujanense) hasta el Holoceno tardío,
hallado en algunos casos con restos culturales de humanos
prehistóricos, pero los paleontólogos creen que habitaron toda la
región hasta la llegada de los primeros europeos. El presente genero
se lo reconoce fosiliferamente solo en el Pleistoceno bonaerense,
mientras que, en el Holoceno, se lo encuentra también en la región
Patagonica y en el sector austral. Tenía la apariencia de un
lobo moderno, pesando unos 15 kilogramos, y pertenece a la fauna que
emigro desde el hemisferio norte. Su alimentación consistía
principalmente de
mamíferos y aves de zonas abiertas, cuyas presas eran de unos 5
kilogramos en promedio y hasta un máximo de 60 kilogramos. Si bien su registro es muy
escaso y solo se lo reconoce por restos aislados, es probable que
viviera en jaurías organizadas, y vínculos sociales complejos como
las formas vivientes. En la Provincia de Buenos Aires, se han
hallado asentamientos aborígenes que utilizaban los caninos
(colmillos) de estos canidos, para usos religiosos. La contextura
de Canis Dusicyon era muy parecida a la de un ovejero
alemán. Estudios realizados por los prestigiosos Paleontólogos
Argentinos Walter Berman y Eduardo Tonni, establecieron varias
hipótesis sobre la extinción de este canido, sosteniendo que una de
las posibilidades fue la hibridizacion de esta especie con Canis
(Canis) familiaris, traído de Europa, es decir, que el mismo
pudo haber desaparecido por una cruza con el nuevo representante,
pero también se sospecha de los cambios climáticos y ambientales
durante el siglo XVI. Los últimos registros de ejemplares de Dusicyon
avus han sido datados en alrededor de 3000 años de
antigüedad y coincide con la gran expansión poblacional de las
sociedades cazadoras-recolectoras de la región. Se especula que el
incremento de su cacería como elemento ornamental fúnebre podría
estar estrechamente ligado a su extinción, ya que se han recuperado
restos humanos que estaban acompañados de collares, muñequeras entre
otras, conformadas principalmente por colmillos de Dusicyon.
Sus restos también fueron exhumados en Uruguay, en el sur del Brasil
en playas de Río Grande del Sur; y gran parte de la Patagonia
esteparia. En Chile, se encontraron restos óseos en el monumento
natural Cueva del Milodón, Región de Magallanes y de la Antártica
Chilena.
Dusicyon australis.
Kerr, 1792.
Cráneo y mandíbula deDusicyon australis. Fuente;
sciencephoto. The Falklands Museum.
Ejemplar
taxidermisado
Dusicyon australis. (*)
Mamífero
Carnívoro.El
lobo austral o zorro antártico, es una especie extinta de mamífero
carnívoro de la familia Canidae endémico de las islas Malvinas, de
dimensiones intermedias entre las del lobo y las de un zorro grande.
Era uno de los dos únicos mamíferos terrestres nativos de las
Malvinas. El guará medía unos 90 cm de longitud corporal desde el
hocico hasta el nacimiento de la cola, que alcanzaba los 30
cm. Según una de las primeras hipótesis (hoy obsoleta), la presencia
del guará en las Malvinas derivaba de esporádicos desembarcos de
canoeros yámana o manne'ken (aborígenes) del archipiélago de Tierra
del Fuego. Estas etnias fueguinas habían logrado domesticar a los
culpeos creando el antiguo perro yagán o perro fueguino. En 2009 un
estudio de ADN confirmó que el pariente vivo más cercano es en
realidad el aguará guazú. El estudio confirmó que ambas especies se
separaron hace alrededor de 6,7 millones de años. Los cánidos solo
lograron colonizar América del Sur hace unos 3 millones de años, en
el evento llamado en paleozoogeografía el Gran Intercambio Biótico
Americano, el cual, ocurrió cuando los continentes de América del
Norte y del Sur se conectaron gracias a la formación del istmo de
Panamá. Esto quiere decir que los linajes del lobo de crín y el lobo
de las islas Malvinas llegaron desde América del Norte ya
distanciados. En 2013, un estudio de ADN mitocondrial de diversas
especies de cánidos sudamericanos (vivos y extintos) determinó que
el guará habría divergido hace 16 000 años de Dusicyon avus,
una especie similar que habitó en la Patagonia y la Región Pampeana
hasta hace unos 3000 años. El registro histórico más antiguo sobre
este animal se dio en el viaje del capitán John Strong en 1690 y era
aún bastante común en el tiempo en que Charles Darwin visitó las
islas Malvinas en 1833. Igualmente, Darwin predijo la extinción del
zorro. También se lo conoce como Canis antarcticus.
Chrysocyon brachyurus.
Illiger, 1811.
Cráneo y mandíbula
de
Chrysocyon brachyurus.(*).
Esqueleto de
Chrysocyon brachyurus.
(*).
Aspecto de
Chrysocyon brachyurus.
Por
Carlos C. Wiedner.
Mamífero
Carnívoro.El
aguará guazú, Chrysocyon brachyurus es el mayor de los
cánidos sudamericanos vivientes. Probablemente debido a sus hábitos
solitarios, nocturnos o crepusculares, no se cuenta con registros
precisos acerca de su distribución en el pasado reciente. Sus restos
fósiles son conocidos durante el Pleistoceno al Holoceno reciente, e
incluso, en datos históricos coloniales. En 2009 un estudio de ADN
realizado por un equipo científico de la Universidad de California
en Los Ángeles, confirmó que el pariente más cercano al aguará guazú
es el lobo de las islas Malvinas (Dusicyon australis),
extinto por los seres humanos en el siglo 19. El estudio confirmó
que ambas especies se separaron hace alrededor de 6,7 millones de
años. Los cánidos solo lograron colonizar América del Sur hace unos
3 millones de años, en el evento llamado en paleobiogeografía el
gran intercambio biótico americano. Esto quiere decir que los
linajes de ambas especies llegaron desde América del Norte ya
distanciados. No se han hallado ejemplares fósiles de otras especies
del género Chrysocyon, por lo que se supone que
evolucionó independientemente desde el Pleistoceno. Era omnívoro, y
obtenía la mayor parte de sus calorías de frutos (principalmente de
la lobería) y raíces tiernas; sin embargo, son eran buenos
cazadores. Acechaban su presa, roedores pequeños, como los cuises,
además de lagartos, ranas y aves, para matarla de improviso; aunque
pudieron desarrollar buenas velocidades en carrera, normalmente no
persiguen a la presa. Comían también huevos de aves y reptiles, y de
ser necesario carroña. La dentición refleja sus hábitos
alimentarios, mostrando molares bien desarrollados e incisivos
superiores relativamente débiles. Recientemente se hallaron restos
de Chrysocyon brachyurus en el sitio arqueológico
Nutria Mansa 1 en el Partido de General Alvarado. En el sitio se
recuperaron abundantes artefactos líticos y faunísticos. Dataciones
radió carbónicas sobre restos óseos ubican las ocupaciones entre los
2.700 y los 3.100 años antes del presente. En la actualidad Chrysocyon
brachyurus solo habita en la República Federativa del
Brasil, desde los estados de Piauí hasta Río Grande do Sul y Mato
Grosso, en la región oriental de Bolivia, en Perú y Paraguay. En la
República Argentina se encuentra en el este de las provincias de
Formosa y Chaco, sudeste de Santiago del Estero, norte de Santa Fe,
norte de Córdoba y gran parte de Corrientes.
Otaria flavencens. Shaw, 1800.
Cráneo de
Otaria s.p.
Aspecto de las loberías costeras en el
Holoceno. Por
Carlos C. Wiedner.
Mamífero Carnívoro.
Es una especie de mamífero pinnípedo de la familia de los
otáridos. Este enorme animal marino llegaba a medir entre 2 y 3
metros de longitud y las hembras 1,5 m aproximadamente. Estos
pinnípedos son muy comunes en la actualidad, ya que se trata del
Lobo Marino de Un Pelo. Por diferentes estudios arqueológicos
sabemos que los indígenas patagónicos (Tehuelches, Onas, Yaganes y
Alacalufes) aprovecharon al lobo marino para su alimentación y
fabricación de utensilios, incluso, los indígenas de la Tierra del
Fuego, los utilizaban para construir canoas. Indefensos en tierra,
curiosos en el agua, abundantes en carne y grasa tan necesarios en
estos climas, fueron siempre una fácil presa para los
aborígenes. Eran hábiles para encaramarse sobre las rocas y caminar
por el suelo, colocando lentamente una pata delante de la otra
(aletas) y dando al mismo tiempo un impulso con la parte posterior
del cuerpo; luego se vuelven a levantar apoyándose sobre las patas
posteriores, las mueven alternativamente, y así avanzan a una
velocidad bastante mayor de la que se les creería capaces. Además,
consiguen mantenerse en equilibrio sobre los salientes. Son restos
fósiles son comunes durante el holoceno bonaerense y se encuentra
asociado por lo general a restos arqueológicos. Algunos restos de
este enorme mamífero, proceden de sedimentos de la última gran
ingresion marina llamada Mar Querandi, que finalizo hace unos 6 mil
años antes del presente. Fueron fundamentalmente carnívoros,
consumiendo peces e invertebrados. Géneros relacionados: Arctocephalus
australis.
Arctocephalus holmbergi.Ameghino, F. 1899.
Cráneo de
Arctocephalus.
Museo de Miramar.
Restos del
esqueleto de un pinnípedo del Holoceno. Museo de Miramar.
Reconstrucción en vivo.
Ilustración de Aldo Chiappe.
Mamífero
Carnívoro.
Sus primeros restos fueron
encontrados hace más de 100 años cuando se realizó la construcción
del zoológico porteño, pero se perdió el rastro de estos fósiles
poco después. Un grupo del Museo Argentino de Ciencias Naturales
volvió a descubrir a este ejemplar en 2018 y recientemente publicó
su estudio. Eduardo Holmberg, quien iba a ser el primer director del
zoológico, recorría las excavaciones en donde se iban a poner las
piletas para cocodrilos y allí vio un huesito que apareció en una
capa de arena a un par de metros de profundidad. Holmberg percibió
que era un hallazgo importante y le envió el material a Florentino
Ameghino, quien era el paleontólogo más importante de aquella época
y fue clave en la historia en esta área de investigación para
Argentina y América. El registro de donde estaban este resto fósil y
este pequeño lobo marino pasó perdido más de cien años en el MACN. Es
una especie de mamífero pinnípedo de la familia de los otáridos
propia de Sudamérica. Los arctocéfalos (palabra de estirpe griega,
que significa cabeza de oso) forman un género de la familia Otaridos.
Presenta el tronco más bien esbelto, el cráneo de mediano tamaño,
fronto-nasal bastante largo, bullas timpánicas pequeñas, orbitas
grandes, y los miembros tan alargados como pueda tenerlos un otarido.
Los representantes machos pueden medir dos metros y medio o poco
más. Las hembras adultas a duras penas alcanzan dos metros. Esta
especie, en la actualidad se encuentra representado por el mismo
género y especie, que recibe los nombres vulgares de lobo de mar,
lobo fino, lobo de Magallanes y lobo de dos pelos. Los arctocéfalos
se mantenían la mayor parte de su tiempo en el mar, dedicados a la
pesca. La dieta estaba compuesta principalmente por calamares,
crustáceos, caracoles y algunos peces. Es probable que pudieran
descender a profundidades de 170 metros. En el territorio bonaerense
se han hallado restos aislados del genero Arctocephalus en
sedimentos marinos cuya antigüedad es de unos 6 mil años,
correspondientes a las ingresiones marinas en zonas continentales de
la formación Querandi. Otros descubrimientos recientes fueron
realizados por Mariano Magnussen Saffer, autor de la Pagina, en
sedimentos de unos 3 mil años, al norte del Muelle de Pesca de
Miramar, y más recientemente, restos articulados en la zona de
Brusquitas y depositados en el Museo de Ciencias Naturales de
Miramar.
Eutatus seguini.Gervais, 1867.
Esqueleto completo
de Eutatus seguini, en el Museo Paleontológico de Salto.
Cráneo de Eutatus
encontrado en Lujan. Depositado en el Museum of Natural
History Photo Credit Zack Neher
Coraza
parcialmente completa de Eutatus. Arroyo Carnero,
Prov. de Córdoba. Museo de la Univ. de Córdoba.
Paleocueva
atribuida a Eutatus, por sus características
biométricas, hallada en el Pleistoceno de Miramar.
Mano completa que acompañaba
otros restos de Eutatus. Pleistoceno de Miramar.
Museo de Ciencias Naturales Punta Hermengo.
Aspecto del
Eutatus seguini, del Pleistoceno y Holoceno. (*).
Mamífero
Cingulata.
Fue un Chlamyphoridae (antes Dasipodidos) muy
común en el territorio bonaerense, que recuerda en cierta forma con
el Tatu Carreta. Eutatus seguini fue descrito
originalmente en el año 1867 por el paleontólogo francés François
Louis Paul Gervais. El material tipo, corresponde a restos
adquiridos en el año 1871 por el Muséum National d' Histoire
Naturelle de París, los que fueron colectados por François Seguin. Su
registro fosilífero abarca desde el Pleistoceno inferior (2 millones
de años) hasta el Holoceno temprano (8 mil años), encontrándose en
algunos casos, asociados a restos óseos de otros animales por
actividad antrópica, es decir, que han presentado manipulación por
antiguos grupos humanos. Al igual que los armadillos, posee un
escudete de placas óseas en su cráneo, conocido también como
escudete cefálico. Su coraza dorsal es robusta, y con unas 33 bandas
móviles que cubrían las dos terceras partes del caparazón. En cada
mandíbula poseía de 9 a 10 dientes, los cuales utilizaba para comer
carne en descomposición, huevos, larvas, caracoles y algunos tallos.
Construían grandes galerías subterráneas, con cámaras amplias para
proteger sus crías. Su cráneo era alargado. Sus patas eran cortas y
robustas, protegidas por unas enormes falanges ungueales o garras,
las cuales, eran justamente utilizadas para cavar. El único
individuo con esqueleto completo es el exhumado en el año l996 por
José Luís Ramírez en las barrancas del río Salto, el cual posee una
antigüedad de alrededor de 60 mil años, y se expone en el Museo de
Paleontología y Arqueología José F. Bonaparte, de la ciudad de
Salto, en la provincia de Buenos Aires. En relación a su extinción,
los amerindios primitivos, denominados «paleoindios», seguramente
jugaron un papel destacado. Sus restos fueron exhumados de sitios
arqueológicos de los primeros poblamientos humanos. Sinonimia: Eutatus
brevis Ameghino, 1881, Eutatus minutus Ameghino,
1889, Eutatus punctatus Ameghino, 1881 y Eutatus
ameghinoi Bordas, 1932.
Ozotoceros s.p.Ameghino, 1889.
Cráneo de Ozotocerus s.p.
de un sitio Holoceno, depositado en el
Museo Municipal de Miramar.
Huellas fósiles o
paleoicnitas atribuidas a cervidos del Holoceno. Museo de
Ciencias Naturales de Miramar.
Reconstrucción
de Carlos
C. Wiedner.
Mamífero
Artiodactylo.
Es un cérvido de tamaño mediano, endémico de las llanuras de la
región templada de Sudamérica. Antiguamente extendido desde el
trópico hasta la Patagonia, a causa de la caza masiva en el siglo
XIX y la ocupación de su hábitat por el ganado bovino, hoy habita
sólo en áreas aisladas del Brasil, Bolivia, Uruguay y la
Argentina. Este es un pequeño cérvido de unos 70 cm de altura (a la
cruz) y probablemente peso entre 30 y 40 Kilogramos. La alimentación
de éstos cérvidos es prácticamente desconocida. Solo puede decirse
que incluían en su dieta plantas hebáceas verdes, tiernas y brotes
jóvenes; los pastos duros y secos, en cambio serian rechazados o
consumidos en épocas de escasees, según sus características
dentarias. Se han encontrado muy pocos fósiles del presente género,
pudiendo decir que sus primeros registros corresponden a mediados
del Pleistoceno, o tal vez antes. En el Partido de General Alvarado,
se han encontrado interesantes restos craneanos atribuidos al género
en cuestión, principalmente en la localidad de Centinela del Mar, a
unos 60 kilómetros al sur de Miramar, en afloramientos geológicos
correspondientes a un antiguo médano “fosilizado” único en la
Provincia de Buenos Aires, con una antigüedad estimada en 100 mil
años. Sus cuernos eran ramificados al igual que otros integrantes de
la familia. El macho, es el único que posee cuernos
y unos pequeños caninos en sus mandíbulas, reconociendo este
fenómeno sexual como “dimorfismo sexual”. Durante el Pleistoceno,
los cervidos estaban representados por varias especies de tamaño
grande.
Lama guanicoe.
Cuvier, 1800.
Esqueleto correspondiente
al Museo Paleontológico de Salto. (*)
Huellas
fósiles de
Lamaichnum.
Museo de Ciencias Naturales de
Miramar.
Reconstrucción en vivo del genero
Lama.
(*)
Mamífero
Artiodactylo.
Es una especie de mamífero artiodáctilo de la
familia Camelidae propia de América del Sur. En la actualidad se
encuentra representado por el típico guanaco, que habita
principalmente la Provincia de La Pampa y la Región Patagonica y
Cuyo. Se pueden hallar restos fósiles de Lama guanicoe desde
el Pleistoceno, con cierto parentesco y semejanza al género Paleolama que
ya hemos descripto anteriormente (Pleistoceno), pero este último, de
mayor tamaño. Su registro desaparece hace solo unos siglos atrás,
calculados en el siglo XVI y XVII en la provincia de Buenos Aires
donde era muy común. Desde la llegada de los primeros grupos humanos
cazadores, se convirtió en una presa muy usual, cuyos restos óseos
son los más comunes entre los grandes mamíferos en sitios
arqueológicos. En la Provincia de Buenos Aires se han hallado en la
localidad de Pehuen-Co, un sitio paleoicnologico con numerosas
pisadas en las orillas de un paleopantano, como así también en las
localidades de Santa Clara del Mar y Miramar. Por lo general, en
todos los casos en que los restos de Lama guanicoe aparecen
acumulados por manipulación antropica, se trata de huesos largos
fracturados, ya que los aborígenes consumían la medula ósea rica en
proteínas y grasa. En el sitio arqueológico Nutria Mansa 1, aparecen
por miles sus restos procesados hace unos 3 mil años atrás. Géneros
y especies relacionados: Eulamaops, Hemiauchenia, Lama lama,
Paleolama weddellii, Lama vicugna, Camelus glama, Lama guanicoe,
Lama gracialis y Lama owenii.
Equus (Amerhippus) neogeus. Lund, 1840.
Aspecto que presentaría Equus (Amerhippus) neogeus. Al lado, restos fósiles de Equus (Amerhippus)
(*).
Mamífero
Perissodactyla.
Es otro mamífero aloctono. Es un subgénero
del género Equus el cual agrupa a las 5 especies de dicho
género de la familia Equidae, que vivieron en el Pleistoceno medio al
Holoceno temprano de América del Sur, todas ellas se han extinto. Los
tamaños de estos mamíferos perisodáctilos, si bien eran robustos y
bastante grandes, eran inferiores al de un caballo doméstico actual. Los
materiales de mayor antigüedad provienen del Ensenadense de Tarija
(Bolivia), y fueron fechados radiocarbónicamente con una edad de entre
1 millón y 700 mil años. Este género es muy conocido desde el norte de
Colombia hasta el sur de la provincia de Buenos Aires y zonas más
australes (Patagonia Argentina y Chile). Los Equidae como Equus (Amerhippus)
e Hippidion, son conocidos ampliamente en el Pleistoceno
de América del sur. El ambiente inferido para el género abarca áreas
abiertas de la región pampeana y brasileñas, que indicarían ambientes de
pastizales xerofilos y suelos más compactados. En este sentido, los
registros en Chile están limitados a la parte central y sólo a nivel
genérico, por lo que las inferencias paleoambientales que se pueden
obtener resultan poco precisas. Este animal pesaría unos 400 kilogramos
y pastoreaba en la antigua región pampeana. Sus depredadores serían los
tigres dientes de sable y lobos, aunque también se han encontrado restos
fósiles en sitios culturales, cazados y consumidos por antiguos
pobladores humanos. Amerhippus se caracteriza por
presentar una mandíbula robusta, y sus miembros monodáctilos macizos y
cortos. El cráneo exhibe una cresta supraoccipital ancha, y una flexión
craneal destacada. Equus (Amerhippus) se diferencia
principalmente de Equus (Equus) por la ausencia completa
de la cavidad en forma de cono comprimido, llamado cartucho externo o
cornete, situada en el extremo libre de los incisivos inferiores. Esto
sería el proceso de una evolución regresiva, y trae como resultado la
pérdida de esmalte en la superficie que aplica masticación. El cúbito es
más fuerte en Amerhippus que en otros subgéneros de Equus.
Otros autores encontraron adecuado separar en un subgénero
propio a los Equus sudamericanos pues todas sus especies
poseen unas características extremidades más cortas y robustas, un
cráneo más grande (en relación a las proporciones corporales), y la
misma morfología dentaria.
Homo sapiens.Linnaeus, 1758.
Cráneos pertenecientes a grupos
primitivos del holoceno temprano. Museo Argentino de Ciencias
Naturales.
Recreación de uno de los trece
cuerpos del enterratorio múltiple "Túmulo de Malacara". Museo
Municipal de Miramar.
Homo pampaeus (Ameghino). La Tigra (Mar del Sud). Museo de La
Plata.
Entierro múltiple, hallado en el
sitio 2 de Arroyo Seco. Fuente
Ciencia Hoy.
Grupo de Paleoaborigenes
cazando lobos marinos (*):
Los restos humanos aquí
presentados pertenecen a pobladores muy antiguos, que no
tendrían relación de ancestralidad con ninguno de los "Pueblos
Originarios" hoy conocidos.
Mamífero
homínido. Es
una especie de primate de la familia de los homínidos. También son
conocidos bajo la denominación genérica de "hombre". Los humanos son
el último grupo de mamíferos en arribar a Sudamérica desde
Norteamérica como resultado del Gran Intercambio Biótico Americano.
Aun no se conoce con exactitud de la llegada de los primeros humanos
a nuestro continente, pero varios grupos primitivos habitaban el
territorio argentino hace más de 14 mil años. Probablemente y
gracias a algunos hallazgos, sabemos que el hombre colaboro con la
extinción de grandes mamíferos herbívoros, como los mastodontes y
perezosos gigantes. Posteriormente, estos primeros grupos humanos
fueron desplazados por nuevos humanos, culturalmente más cercanos a
aquellos encontrados por los primeros pobladores europeos. Los
descubrimientos de Piedra Museo y otros yacimientos antropológicos
de América como Topper (Carolina del Sur, EE.UU.), y los mencionados
Monte Verde y Pedra Furada, han replanteado completamente la teoría
predominante sobre el poblamiento de América (teoría del poblamiento
tardío) fundada sobre la Cultura Clovis, que sostiene que el hombre
ingresó al continente americano hace aproximadamente 13.500 años, y
han dado fundamento a una nueva teoría del poblamiento temprano de
América, que ubica la fecha de ingreso entre 25.000 y 50.000 años
antes del presente, al mismo tiempo que modifica las teorías sobre
las rutas de entrada y difusión por el continente. El poblamiento
humano del actual territorio de Argentina tiene una antigüedad
concordante con el final del Pleistoceno. La Patagonia posee los
registros más antiguos de la presencia humana en el territorio
argentino, en la localidad de Piedra Museo, Provincia de Santa Cruz,
15 000 años, aparentemente relacionada también con la posible
presencia humana mucho más antigua aún detectada en el sur chileno,
en el área de Monte Verde, 35 000 años.
Recientemente, en 2024, se publico un estudio en
donde se
analizaron 32 marcas en fragmentos óseos de un
ejemplar de Neosclerocalyptus, una variedad de os extintos
Gliptodontes, que vivió en la zona del Río Reconquista, en la
localidad bonaerense de Merlo, hace 21.000 años, prueban la
interacción humana con la megafauna prehistórica. Tras analizar con distintas técnicas esos
cortes en vértebras y otros fragmentos óseos, además de datarlos junto con los
sedimentos donde fueron hallados, un equipo de investigadores argentinos que
trabajan en instituciones de referencia en el país, Francia y China determinaron
que el patrón de esas marcas responde a “una secuencia lógica de desposte” del
animal con instrumentos de piedra. Esto surge en un momento en el que están
empezando a aparecer evidencias en otros lugares del norte de
América, como Alaska, Estados Unidos y México, fechadas para la
misma época, entre 26.000 y 22.000 años atrás. Ahora, se agrega la
de Argentina, de hace 21.000 años.
Estos descubrimientos no
solo han puesto en crisis la teoría del poblamiento tardío y la
llegada por Beringia, sino que sugieren una corriente pobladora de
entrada al actual territorio argentino a través de la Patagonia y el
extremo sur chileno. Otro remoto asentamiento fue ubicado en Los
Toldos, también en la provincia de Santa Cruz, con restos que datan
de 12 500 años. Hace 9000 años surgió la industria Toldense,
caracterizada por puntas de proyectil subtriangulares bifaciales y
raspadores laterales y terminales, cuchillos bifaciales y
herramientas de hueso. Estos primeros habitantes del territorio
argentino cazaban milodones (perezosos gigantes) e hippidiones
(caballos sudamericanos que desaparecieron hace 8000 años), además
de guanacos, llamas y ñandúes. En la misma zona, la Cueva de las
Manos (un alero a orillas del cañón del Río Pinturas en la provincia
de Santa Cruz, se han hallado pinturas rupestres de 7300 años:
impresiones de palmas de manos previamente teñidas con pintura
fresca a partir de tintes naturales. Hace 11000 años ya había
comenzado el poblamiento de la pampa. Más tarde, entre los 7000 y
4000 años, aparece la industria Casapedrense, caracterizada por una
mayor proporción de instrumentos líticos confeccionados sobre
láminas, probablemente como una muestra de la especialización en la
caza del guanaco, lo cual también está presente en los desarrollos
culturales posteriores de los patagones o tehuelches. Con
posterioridad se conformaron tres regiones indígenas muy marcadas:
en el cuadrante del noroeste andino se establecieron culturas
agroalfareras emparentadas con la civilización andina y una parte de
ellas llegó a integrar el Imperio inca; en el cuadrante nordeste se
establecieron culturas agroalfareras emparentadas con la familia
tupí-guaraní; en la pampa y la Patagonia se establecieron culturas
nómades, y de estas, otra gran cantidad de diversificación cultural.
Balaenoptera physalus.Linne, 1864.
Vértebra
caudal y humero de
Balaenoptera.
Museo de Cs Nat de
Miramar
Aspecto de la
ballena del holoceno,
Balaenoptera.
Tomado de Soulpix.
Mamífero Cetáceo. Los
restos de grandes Cetáceos (ballenas y delfines) del Holoceno son poco
frecuentes en el registro fosilífero de nuestro país, si bien se han
colectado numerosas piezas durante estos últimos años. Estos materiales
proceden principalmente de los cordones sedimentarios de conchillas
fósiles que se observan a lo largo del litoral marítimo bonaerense, o en
las desembocaduras de arroyos y ríos. Balaenoptera physalus es
un pariente de la actual ballena azul, que habita prácticamente todos
los mares. Sus antecesores se originaron durante el Paleoceno más
tardío. Pertenecen al orden de los Misticetos o ballenas sin dientes,
las cuales desarrollaron un único sistema de alimentación, consistentes
en pequeños animalejos con aspectos de gambas que existen entre el
plancton. Sus mandíbulas no poseen dientes al igual que los maxilares,
pero de estos últimos cuelgan unos tipos de barbas fibrosas y corneas,
las cuales utiliza para filtrar el agua y capturar a sus diminutas
presas. Sus restos proceden principalmente de la formación Querandi con
una antigüedad entre 10 y 7 mil años.
Pontoporia
(Stenodelphis)
blainvillei.
Norman & Fraser, 1938.
Mariano Magnussen
Saffer, junto a un esqueleto recreado in situ de Stenodelphis en
el Museo de Miramar.
Stenodelphis.
Ilustración de Carlos C. Wiedner.
Mariano Magnussen
Saffer con un esqueleto de Delfín del Plata o Franciscana
(Pontoporia
blainvillei) en el Museo
Municipal de Ciencias Naturales Punta Hermengo de Miramar.
Mamífero Cetáceo. Los Odontocetos son los
cetáceos que poseen dientes. En general, los dientes son todos muy
similares entre sí, cónicos, puntiagudos, con una sola raíz, y con una
función parecida. Algunas especies tienen más de 100 dientes en cada
hemimandíbula, mientras que otras, poseen sólo dos. Los odontocetos son
conocidos desde el Oligoceno, mientras que en la Argentina datan recién
del Mioceno temprano (hace alrededor de 20 millones de años). La familia
Pontoporiidae incluye a formas que están adaptadas a vivir en ambientes
de agua dulce o salobre. En la Argentina, dicha familia data del Mioceno
tardío (hace algo más de 5 millones de años). En la actualidad, la
especie más característica es Pontoporia blainvillei (franciscana
o delfín de la plata), presente desde el Pleistoceno tardío-Holoceno en
la Argentina. Pontoporia es un delfín pequeño, de casi 1,5 metros de
largo, con el hocico delgado y largo. Habita en aguas saladas cerca de
la costa, incursionando en ríos aguas arriba. Los odontocetos vivientes
que habitan o visitan los mares de la Argentina se agrupan en cinco
familias: Phocoenidae, Physeteridae, Pontoporiidae, Delphinidae y
Ziphiidae (las tres últimas también con representantes en el
Pleistoceno- Holoceno). En la localidad bonaerense de Mar de Ajo, se han
encontrado cráneos y otros restos rodados o desplazados del sedimento
original, y tendrían una antigüedad de 10 mil años aproximadamente.
Tursiops
truncatus.Montagu,1821.
Cráneo recuperado
de Tursiops truncatus, en el
Museo Paleontológico de San
Pedro.
Aspecto de
Tursiops truncatus, que vivió en el Holoceno bonaerense.
Mamífero Cetáceo. Los
cetáceos, el grupo que incluye las ballenas y los delfines de hoy,
evolucionaron hace 50 millones de años a partir de pequeños animales de
cuatro patas con pezuñas. En lugar de ser una de las criaturas más
grandes de la Tierra, como lo son ahora, provienen de criaturas del
tamaño de un perro promedio. Los Odontocetos, es decir, cetáceos con
dientes, aparecieron durante el Mioceno temprano, comenzó a
desarrollarse la ecolocalización por parte de los cetáceos, en su forma
moderna. Florecieron diversas familias de delfines (Kentriodon
y Hadrodelphis). Estos pertenecieron a los Kentriodontidae,
que fueron pequeños y medianos cetáceos con gran cantidad de dientes,
durante el Oligoceno tardío al Mioceno tardío. El género Tursiops
es registrado a fines del Pleistoceno y principios del Holoceno. Un
cráneo de casi 60 cm de longitud y unos 30 cm de ancho, fue recuperado
recientemente por pescadores locales en San Pedro, a unos 170 kilómetros
de Buenos Aires, cuyo material oseo, podría tener una antigüedad
estimada en 5 mil años antes del presente. Es un registro extremadamente
valioso, tanto por el animal del que se trata como por el lugar donde
fue encontrado, en el riacho Baradero, en un sector conocido como “Bajo
del Tala”, partido de San Pedro; un sitio a unos 400 kilómetros tierra
adentro del litoral marítimo actual. Durante la última ingresión marina
al continente, ocurrida durante el Holoceno, entre unos 7.000 y 3.500
años atrás, el mar ingresó por el Río de la Plata y ocupando el cauce
del río Paraná, fue inundando todos los sectores bajos hasta pasando
Rosario. Debido a esto, en ciertas ocasiones, suelen aparecer restos de
diferentes animales que habitaron aquel ecosistema de estuario.
Actualmente, esta especie está representada por el delfín nariz de
botella, que se alimenta de una variedad de peces, calamares, camarones
y cangrejos. Frecuentemente siguen embarcaciones pesquerías para
alimentarse de los pescados de desecho. Son expertos en utilizar la
eco-localización, para localizar a su presa.
Rhinella arenarum.
Hensel, 1867.
Esqueleto parcialmente completo y recreado de
Rhinella. Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar.
Aspecto de Rhinella sp. (*).
Anuro.
Los bufónidos carecen de dientes y tienen glándulas parotoides en la
parte trasera de su cabeza. Estas glándulas contienen diversas toxinas
que tienen diferentes efectos. Como todos los anuros, sufren una
metamorfosis durante su desarrollo. Comienzan su vida como renacuajos
con su cuerpo similar a un pez, sin patas y respirando a través de las
branquias. Durante su metamorfosis, aparecen las patas, desaparece la
cola y la respiración pasa a ser pulmonar. Dentro de esta familia
cosmopolita de anuros neobatracios encontramos al género Rhinella.
Nativo del sur de Norteamérica, América Central y América del Sur.
Originalmente, todas las especies de Rhinella estaban
incluidas en el género Bufo, que posteriormente se
desdobló en Rhinella y Rhamphophryne. Con
respecto a los Bufonidae, el género Rhinella se registra
para el Mioceno Medio de La Venta en Colombia y el Oligoceno de Bolivia.
Aunque se necesita más evidencias para conocer la historia evolutiva de
la familia durante el Terciario. Su hábitat se encontraba en cavidades
cercanas a masas de agua, y zonas con abundante vegetación, aunque es
tal su adaptabilidad que no solo se le puede encontrar en ambientes
pantanosos, sino también en ambientes semiáridos. Eran comedores
oportunistas, que se alimentan de pequeños vertebrados e incluso de los
mismos sapos juveniles. Se han encontrado restos de este género en
sedimentos del Plioceno tardío, Pleistoceno y Holoceno de la provincia
de Buenos Aires. La fragilidad de sus huesos no ha permitido una gran
cantidad de restos que se hallan fosilizado y conservado hasta nuestros
días.
Carcharodon carcharias. Linnaeus, 1758.
Dientes de mandíbula superior e
inferior con una antigüedad de 9000 años. Museo deCs Naturales
de Miramar.
Diente.
Sitio Nutria Mansa 1. Exhibido en e Museo de Cs Nat de Miramar.
Gentileza de Mariano Bonomo.
Aspecto de
Carcharodon (*):
Pez Lamniformes. Es una especie de pez
cartilaginoso lamniforme de la familia Lamnidae que se encuentra en
las aguas cálidas y templadas de casi todos los océanos. En el 2003
se dio a conocer el asombroso hallazgo de dientes de Tiburón Blanco
(Carcharodon carcharias) en un contexto arqueológico
que data de los últimos 3000 años. Los ejemplares fueron
descubiertos a orillas del arroyo Nutria Mansa en el límite sur del
Partido de General Alvarado, cuya cabecera de partido es la ciudad
de Miramar. El nuevo material fue hallado junto a restos de
actividad de cazadores-recolectores especializados principalmente en
la cacería de guanacos (Lama guanicoe). El grupo de
investigadores del Conicet, Departamento Científico de Arqueología
de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de La Plata y de
Inculpa, integrado por Mariano Bonomo, Maria José Cigorraga, Catriel
León, Agustina Massigoge, Alejandra Matarrese entre otros, son los
que vienen estudiando y trabajando en las investigaciones del Sitio
Arqueológico “Nutria Mansa ”. Justamente, Alberto Cione, un
prestigioso especialista argentino en peces, y Mariano Bonomo,
dieron a conocer el nuevo hallazgo de dos dientes de Carcharodon
carcharias. Los dientes de Tiburón Blanco muestran marcas de
haber sido utilizados como pendientes, aunque la presencia de un
fuerte desgaste en sus superficies de filo indicaría un uso activo
como herramientas de corte. Sin duda han tenido un fuerte
significado simbólico para los antiguos habitantes de la región
costera interserrana. También se han colectado dientes fosilizados
en las playas de Miramar, Mar del Sud, Mar de Ajo y Bahía Blanca,
cuyas dataciones se aproximan a los 11 a 9 mil años. Lo que podemos
saber de Carcharodon carcharias, es lo que observamos
en su representante viviente, el tiburón blanco. Se estima que el
tiburón blanco apareció en el planeta durante el Mioceno, siendo el
fósil más antiguo encontrado de hace unos 16 millones de años
aproximadamente. La longitud más frecuente entre los tiburones
blancos adultos es de 4 a 5,5 metros (siendo los machos menores que
las hembras), aunque se han citado casos de individuos excepcionales
que rebasaban ampliamente esas medidas.
Pogonias cromis. Linnaeus,
1766.
Vértebras, posiblemente de
Pogonias cronis del Holoceno de Miramar
Aspecto de Pogonias cronis.
(*).
Pez
esciénido.
Se conoce muy poco de los peces que han habitado en
el pasado el área pampeana y solamente se han identificado unas
pocas especies en escasas localidades. Pogonias era un
pez de agua salobre. Actualmente está representado por la corvina
negra (Pogonias cromis) es una especie de pez de agua
salada, similar a su pariente, la corvina roja (Sciaenops
ocellatus). Es la única especie del género Pogonias.
Aunque muchos especimenes se encuentran en el rango de 2 a14
kilogramos, la corvina negra es bien conocida por ser la más grande
de la familia de las corvinas, con algunos ejemplares superando los
50 kilogramos y una longitud de 170 centímetros. Su dentadura es
redondeada y tienen fuertes mandíbulas capaces de triturar ostras y
otras conchas. Pertenece a la familia Sciaenidae (esciénidos). Los
Sciaenidae tienen una aleta dorsal larga cerca de la cola. Es un
género bien conocido del Holoceno de Sudamérica, sobre todo en
sitios arqueológicos. Para el Holoceno de la provincia de Buenos
Aires donde se han encontrado una importante diversidad de peces y
donde se realizaron numerosos estudios, se registran también otros
géneros. Hoplias cf. malabaricus, Pimelodella cf.
laticeps, Corydoras cf. paleatus, Rhamdia queleny Leporinus
cf. obtusidens.
Littoridina australis.Souleyet, 1852.
Individuos deLittoridina en sedimentos del Holoceno de Punta
Hermengo.
Biomphalaria
sp, generalmente aparece asociado a
Littoridina.
Aspecto de
Littoridina sp y Biomphalaria
s.p, siempre asociado al referente. (*):
Invertebrado
Gasterópodo.
Pequeño gasterópodo común en los afloramientos geológicos
bonaerenses, con una antigüedad estimada de 6 mil años. Presenta una
conchilla imperforada o subperforada, oblonga, cónica, espiral aguda y
cuencas poco convexas. Abertura oval redondeada. Borde columecar espeso
y labro fino pero agudo. Opérculo corneo espiral, placa mediana de la
radula ancha atrás, con 1 a 4 dientecillos, placas intermedias con
dientes muy afilados y laterales finalmente dentadas. Se lo registra en
el sector bonaerense a partir del Holoceno medio en depósitos con
fósiles de ambientes claramente marinos costero. Los estudios
comparativos y ambientales realizados a esta especie, muestra claramente
que pertenece a un hábitat de agua marina, con una concentración salobre
intermedia, más bien baja. Es muy común en paleocauses, como los de
Camet norte (Santa Clara del Mar) y Punta Hermengo (Miramar), Provincia
de Buenos Aires. También se lo encuentra asociado a sitios culturales.
Por otro lado, Littoridina parchappi, su diagnóstico y
características son similares a L. australis, pero más
delgado y anillos notablemente marcados. Estudios realizados señalan que
la especie presenta características adaptativas, pudiendo vivir en
hábitat dulceacuícola y salobre, aunque en esta última, solo lo puede
hacer con condiciones de poca salinidad. En la gran mayoría de los
casos Littoridina parchappi, aparece asociado a otro
gasterópodo, Biomphalaria s.p.
Pomacea
canaliculata.
Lamarck 1828.
Ejemplar in situ de
Pomacea sp en el Holoceno medio - tardío de Río Dulce, Termas
de Rió Hondo.
Aspecto de
Pomacea
fragellata. (*).
Invertebrado
Gasterópodo. Es una especie de moluscos gasterópodos
la familia Ampullariidae (=Pilidae). Los miembros de este género son
caracoles dulceacuícolas de amplia distribución en el continente
americano. Habita todo tipo de ecosistemas acuáticos poco profundos y de
corrientes lentas, como pantanos, arroyos, ríos y charcas. La concha es
esférica, con las curvaturas de la espiral en ángulo de más de 120º en
las uniones. Este ángulo tan abierto hace que las suturas entre vueltas
de la concha sean muy poco pronunciadas dando origen a conchas con
aspecto ligeramente cónico. Posee pulmones y branquias, lo que le
permite vivir en aguas pobres en oxígeno, e incluso sobrevivir a
periodos de sequía encerrándose en su concha. Utiliza un órgano
especial, el sifón, que puede llegar a ser 2 veces tan largas como la
concha, para respirar aire permaneciendo sumergido. Aunque es capaz de
tomar oxígeno del agua a través de sus branquias. Puede llegar a unos 8
centímetros de ancho y de alto. Generalmente los machos suelen tener la
salida de la concha más ancha que las hembras, pero es un rasgo difícil
de apreciar. Es omnívoro e insaciable. Puede comer prácticamente de
todo, como algas, larvas de mosquito, pescado y carroña. En la
actualidad se han descrito más de 100 especies del género Pomacea, muchas
de ella de dudoso estatus taxonómico específico. Con las investigaciones
que se realicen en el futuro es posible que el alto número de especies
descritas para el género queden reducidas a unas 50 ó 60. El registro
paleontológico es muy escaso en Argentina, aunque se lo ha encontrado
asociado a sitios arqueológicos con posible manipulación antrópica.
Magnussen Saffer y Sabater, 2013, citan la presencia numerosa de Pomacea
sp en el Holoceno medio - tardío a lo largo del margen derecho
de Río Dulce, entre las localidades de Termas de Río Hondo y Santiago
del Estero.
Tagelus plebeius.Gray 1847.
Fósil marino de Tagelus sp.
Arroyo Las Brusquitas.
Cordón de conchillas marinas del
holoceno. Arroyo Las Brusquitas.
Invertebrado
Bivalva.
Conchilla muy alargada transversalmente,
subequilateral. Superficie estriada concentricamente. Seno paleal muy
profundo y coalescente. Charnela con dos cardinales en cada valla, sin
laterales. Vivía enterrado en la arena limosa, con el extremo de sus
largos sifones sobresaliendo unos centímetros del lecho marino, para
absorber los nutrientes en suspensión. Posee forma de cilindro aplanado
y alargado. Mide aprox. 72 x 21 mm. Bordes rectos y paralelos. Extremos
entreabiertos, redondeados. Umbos casi centrales. Charnela con un diente
en una valva y dos en la otra. Superficie lisa con leves estrías de
crecimiento. Este bivalvo generalmente elige ensenadas playas donde
haya aportes de agua dulce, como los sedimentos estuaricos de Camet
Norte (Santa Clara del Mar), Las Brusquitas y Punta Hermengo (Miramar).
Constituyo el alimento de varias aves marinas. En la actualidad muy
abundante en las costas del océano atlántico, con representantes fósiles
en las acumulaciones de origen sedimentario pertenecientes a la última
ingresion marina.
Acosta Hospitaleche, C.,
Tambussi, C.P. y Reguero, M. 2001. Catálogo de los tipos de
aves fósiles del Museo de La Plata. Serie Técnica y
Didáctica Museo de La Plata Nro 41: 1-28
Aguirre, M. L. 1990.
Asociaciones de moluscos bentónicos marinos del cuaternario
tardío en el noroeste bonaerense. Ameghiniana 27: 161-177.
Aguirre, M. L. 1995. Cambios
ambientales en la región costera bonaerense durante el
cuaternario tardío, evidencias malacológicas. 4 jornadas
geológicas y geofísicas bonaerense.(Junin), actas 1: 35-45.
Alberdi, M.T.; Prado, J.L.
1995b. Los Équidos de América del Sur. In Evolución
climática y biológica de la región pampeana durante los
últimos cinco millones de años. Un ensayo de correlación con
el Mediterráneo occidental (Alberdi, M.T.; Leone, G.; Tonni,
E.P.; editores). Museo Nacional de Ciencias Naturales,
Consejo Superior de Investigaciones Científicas,
Monografías, p. 295-308. Madrid.
Ameghino, F. 1887.
Enumeración sistemática de las especies de mamíferos fósiles
coleccionados por Carlos Ameghino en los terrenos eocenos de
Patagonia austral y depositados en el museo de La Plata.
Boletín del Museo de La Plata 1: 1-26.
Benton,
Michael. (1992). Dinosaurios y otros animales prehistóricos.
Ediciones Lrousse Argentina S.AI.C.
Berman, W. D. 1994. Los
carnívoros continentales (Mammalia, Carnivora) del Cenozoico
en la provincia de Buenos Aires. Ph.D. dissertation,
Universidad Nacional de La Plata, La Plata, Argentina, 413
pp.
Berman, W.
D. y Tonni, E. P. 1995. Algunas consideraciones sobre Canis
(Dusicyon) avus (Carnívora: Canidae) en el Pleistoceno
tardío y Holoceno de la provincia de Buenos Aires (Republica
Argentina).
I Jorn. Geol. Prov. Bs. As., Tandil, 11-15
nov. de 1985, res.: 215-216.
Berman, W. D. y Tonni, E.P.
1988. Canis (Dusicyon) avus (Carnívora, Canidae) en el
Pleistoceno tardío y Holoceno de la provincia de Buenos
Aires. Aspectos sistemáticos y bioestratigraficos
relacionados. Ameghiniana, 24 (3-4): 245- 254. Buenos Aires.
Bonadonna, F.P., Leone, G. y
Zanchetta, G. 1995. Composición isotópica de los fósiles de
gasterópodos continentales de la provincia de Buenos Aires.
Indicaciones paleoclimaticas, en: M.T. Alberdi, G. Leone y
E.P. Tonni (eds)- Evolución biológica y climática de la
región pampeana durante los últimos cinco millones de años.
Un ensayo de correlación con el mediterráneo occidental.
Monografía del Museo Nac. Cs. Nat. Consejo superior de
investigaciones científicas. Madrid. pp. 77-104.
Bonomo M. y A. Matarrese 2006
Investigaciones Arqueológicas en la Localidad Nutria Mansa.
En INCUAPA 10 AÑOS: Perspectivas en Arqueología Pampeana
Contemporánea, editado por G. G. Politis. Facultad de
Ciencias Sociales, UNCPBA, Olavarría. En prensa.
Bonomo, M. 2005 Costeando
las llanuras. Arqueología del litoral marítimo pampeano.
Sociedad Argentina de Antropología, Colección Tesis
Doctorales, Buenos Aires.
Borrero, L., J.
Lanata y F. Borella 1988 Reestudiando huesos: Nuevas
consideraciones sobre sitios de Última Esperanza. Anales
del Instituto de la Patagonia, Serie Ciencias Sociales
18:133-156
Cabrera, A., 1957. Catalogo
de los mamíferos de América del Sur. I. Rev. Mus. Cs. Nat.
“B. Rivadavia”, Zool. 4(1); 1-307.Bs.As.
Cabrera, A. 1929. Sobre los
ciervos fósiles sudamericanos llamados Paraceros y
Morelenaphus. Memorias de la Real Sociedad Española de
Historia Natural, Vol. 15, No. 1, p. 53-64. Madrid.
Carette, E. 1922. Cérvidos
actuales y fósiles de Sud América. Revisión de las formas
extinguidas pampeanas. Revista del Museo de La Plata, Vol.
26, p. 393-472.
Cione A.L., E.P. Tonni y J.O. San Cristóbal.
A middle Pleistocene marine transgression in
central-eastern Argentina.
Current Research in the Pleistocene 19:
16-18; 2002.
Cione, A.L. & Bonomo, M.
2003. Great White Shark Teeth Used as Pendants and Possible
Tools by Early-Middle Holocene Terrestrial Mammal
Hunter-Gatherers in the Eastern Pampas. International
Journal of Osteoarchaeology, 13: 222–231.
Contreras, J.R. y Reig, O.,
1965. Datos sobre la distribución de genero Ctenomys (Rodentia,
Octodontidae) en la zona costera de la provincia de Buenos
Aires comprendida entre Necochea y Bahía Blanca. Phycis 25
(69): 169-186. Buenos Aires.
De Paula Couto, C. 1979.
Tratado de Paleomastozoologia. Academia Brasileira de
Ciencias. Rio de Janeiro.
Francesco C.G. y Zarate, M.A.1999.
Análisis tafonomico de Littoridina Souleyet, 1852 (Gastropoda:
Hydrobiidae) en perfiles holocenos del rió Quequen grande
(Prov. Buenos Aires): significativo paleobiologico y
paleoambental. Ameghiniana 36 (3): 297-310 Bs.As.
Francisco
J. Prevosti Ubilla, M., & Perea, D. (marzo de 2009). «Large
extinct canids from the Pleistocene of Uruguay: systematic,
biogeographic and paleoecological remarks». Historical
Biology: A Journal of Paleobiology(en inglés).
Vol. 21, N° 1-2.
Consultado el 2 de julio de 2012. «79-89».
Fidalgo, F. y Tonni, E.P.
1983. Geología y paleontología de los sedimentos encausados
del pleistoceno tardío y holoceno de Punta Hermengo y arroyo
Las Brusquitas (Partido de General Alvarado y General
Pueyrredon, Provincia de Buenos Aires). Ameghiniana 20
(3-4): 281-296.
Fidalgo, F;
Meo Guzmán, L; Politis, G; Salemme, M. y Tonni E. 1986.
Investigaciones arqueológicas en el sitio 2 de Arroyo Seco
(Partido de Tres Arroyos, provincia de Buenos Aires,
Republica Argentina).
New Evidence for the Pleistocene Peopling of
the Americas. Center for the Study Of Early Man. Alan Bryan
Ed. Orono Maine.
Firinati, E.A. y Aliotta,
S.A. 1995. Análisis tafonomico de conchillas en cordones
holocenos, Bahía Blanca, Argentina. 4 Jorn. Geológicas y
geofísicas bonaerenses (Junin) Actas 1: 89 – 97.
Frenguelli, J. 1920. Los
terrenos de la costa atlántica en los alrededores de Miramar
(prov. Bs.As.) y sus correlaciones. Bol. Acad. Nac. Cienc.
Cordoba 24: 325-385.
Francesco C.G. y Zarate,
M.A.1999. Análisis tafonomico de Littoridina Souleyet, 1852 (Gastropoda:
Hydrobiidae) en perfiles holocenos del rio Quequen grande (Prov. Buenos
Aires): significativo paleobiologico y paleoambental. Ameghiniana 36
(3): 297-310 Bs.As.
Gaillard, C. y Castellanos,
Z.A. 1976. Fauna de agua dulce de la republica Argentina:
volumen 15: Gasterópodos; fascículo 2 :Hydrobiidae. Fecil
1:39 p.
Palanca, F. Y Politis, G.
1979. Los cazadores de fauna extinguida de la provincia de
Buenos Aires. Prehistoria Bonaerense, pp. 71-91, Olavaria.
L. Miotti, M. Salemme y J.
Rabassa (2000): «Secuencia radiocarbónica de Piedra Museo»,
en: Guía de campo de la visita a las localidades
arqueológicas. Taller internacional "La colonización del
sur de América durante la transición Pleistoceno/Holoceno",
págs. 83-87.
Lavallee, D. 1990. La
domestication animale an amerique du Sud. Le point des
connaissances. Boletín del Instituto Francés de Estudios
Andinos. 19 (1): 169-176. Buenos Aires.
Magnussen Saffer,
Mariano. 2015. Los
mamíferos, aves, reptiles y anfibios que coexistieron con el
hombre en el holoceno pampeano.
Paleo Revista Argentina de
Paleontología. Boletín Paleontológico. Año XIII. 128: 28-29.
Menegaz, A.N.;
Ortíz Jaureguizar, E. 1995. Los Artiodáctilos. In Evolución
biológica y climática de la región Pampeana durante los
últimos cinco millones de años. Un ensayo de correlación con
el Mediterráneo occidental (Alberdi, M.T.; Leone, G.; Tonni,
E.P.; editores). Museo Nacional de Ciencias Naturales.
Consejo Superior de Investigaciones Científicas,
Monografías, p. 311-337.
Madrid.
NOVAS, F. 2006. Buenos Aires hace un millón
de años. Editorial Siglo XXI, Ciencia que Ladra. Serie
Mayor.
Olrog C. C. y Lucero M. M.
1981. Guía de los mamíferos argentinos. Fundación Miguel
Lillo. Tucumán. Argentina.
Palanca, F; Daino, L; y
Berbassat, E. 1979. Los cazadores de la fauna extinguida de
la Provincia de Buenos Aires. Prehistoria bonaerense, pp.
71-91. Olavaria.
Politis, G. 1984.
Investigaciones arqueológicas en el área Interserrana
Bonaerense. Etnia 32: 7-52. Olavaria.
Reig, O. A. 1964. Roedores
y marsupiales del partido de General Pueyrredon y regiones
adyacentes (provincia Buenos Aires, Argentina) Publ. Mus.
Munich. Cienc. Nat. Y Trad. Mar del Plata. 1 (6): 297-352.
Rodrigues, P.H.; Prevosti, J.F.;
Ribeiro, A.M.; Ferigolo, J. (2004) Novos materiais de
carnívora para o Pleistoceno do Estado do Rio Grande do Sul,
Brasil. Revista Brasileira de Paleontologia, v.7, n.1,
p.77-86, 2004.
Tambussi P.
C. y Tonni E.P. La distribución del género Rhea (Aves:
Rheiformes) en el Pleistoceno tardío-Holoceno de la Región
Patagónica.
I Jorn. Arg. Paleont. Vert. res., 11; 1984
Tonni, E.P.; A.L. Cione; F.
Fidalgo y O. Martinez. 1981. Peces y mamíferos de la
Formación Las Escobas (Holoceno) del partido de Ensenada,
Buenos Aires. Consideraciones zoogeográficas y ambientales.
Circ. Inf. APA, 8:14-15.
Tonni, E. P. Y Fidalgo, F.
1982. Geología y Paleontología de los sedimentos del
Pleistoceno en el área de Punta Hermengo (Miramar, prov. Bs.
As, Repub. Argentina); Aspectos paleoclimaticos. Ameghiniana
19 (1-2): 79-108.
Tonni, E. 1985. Mamíferos
del holoceno del partido de Lobería, provincia de Buenos
Aires. Aspectos paleoambientales y bioestratigraficos del
holoceno del sector oriental de Tandilia y área Interserrana.
Ameghiniana, 22 (3-4): 283-288.
Tonni, E.
1987. La Fauna local Centinela del Mar y una nueva Unidad
mamífero para el Pleistoceno tardío de la prov. de Bs. As.,
Argentina.
X Cong. Geol. Arg. Act. 3:175-177,
Tonni, E; Bargo, M. y
Prado, j. 1988. Los cambios ambientales en el Pleistoceno
tardío y holoceno del S.E de la Provincia de Buenos Aires. A
través de una secuencia de mamíferos. Ameghiniana 25 (2):
99-110. Buenos Aires.
Tonni, E.P. Cione, A.L. Landoni
N.y Figini A.J. 2000.
A small Holocene fossiliferous deposit of
marine-brackish origin on the soutneastern coast of the
pampean region of Argentina. Current Research in the
Pleistocene 17: 147-149;
Vizcaíno, S.F., Milne, N. and Bargo, M.S.
2003. Limb reconstruction of Eutatus seguini (Mammalia,
Dasypodidae).
Paleobiological implications. Ameghiniana
40(1): 89-101.
Scillato-Yané, G.J.;
Carlini, A.A.; Vizcaíno, S.F.; Ortíz Jaureguizar, E. 1995.
Los Xenarthros. In Evolución biológica y climática de la
región pampeana durante los últimos cinco millones de años.
Un ensayo de correlación con el Mediterráneo occidental
(Alberdi, M.T.; Leone, G.; Tonni, E.P.; editores). Museo de
Ciencias Naturales, Consejo de Investigaciones, Monografías,
p. 183-209. Madrid.
Ver mas
bibliografía utilizada para hacer la presente Pagina;
AQUÍ.
Ver bibliografía de divulgación sugerida; AQUÍ.
Queres agregar algo o notificar un error? -
PaleoArgentina es un lugar abierto a toda la comunidad
científica, técnica y aficionados.
grupopaleo@gmail.com