Fósiles del Paleoceno
de Argentina:
Este
Periodo/Epoca comprende entre 65 a 56 millones de años atrás, el cual se
encuentra dividido en cuatro edades (reconocido por los Paleontólogos
como Edad Mamífero).

Vista general del sitio Punta
Peligro en Chubut. rico en material paleontológico del Paleoceno.
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La
edad "Tiupampense" abarca un lapso entre 64,5 a 63
millones de años. La edad "Peligrense" tendría una antigüedad
estimada entre 62,5 a 61,1 millones de años, cuyos sedimentos se
encuentran principalmente en el Golfo de San Jorge en la Provincia
de Chubut, Argentina. La edad "Itaboreiense" tiene una
antigüedad de 59 a 57,5 millones de años. Por ultimo se reconoce
la edad "Riochiquense", cuyos sedimentos fueron
depositados entre 57 y 55,5 millones de años atrás y se reconocen
en Rió Chico en la Provincia patagonica de de Chubut, donde se
descubrieron numerosas especies de mamíferos, sobre todo del tipo
ungulado. Un fenómeno geológico muy
importante durante este periodo fue el aislamiento del
continente Sudamericano, el mismo estaría separado del resto
de las masas continentales durante 55 millones de años, lo
que provoco la evolución de formas únicas entre los
vertebrados, los cuales no son registrados en otras partes
del mundo, convirtiéndose en formas únicas. Durante el
Paleoceno las condiciones ambientales habrían sido muy
favorables, con un clima cálido y abundantes
precipitaciones, pero con una ligera estacionalidad
climática.
Hay
evidencias deque la vegetación era abundante, con bosques
subtropicales y extensas sabanas. El territorio era de suave
pendiente, en numerosos cuerpos de aguas someras que podrían
representar lagunas o estuarios del mar. La cordillera de los Andes,
si bien comenzaba a insinuarse, constituía una barrera contra los
vientos fuertes húmedos del Pacifico.
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En Patagonia el clima era cálido
subtropical. El paisaje
estaba dominado por bosques muy extensos donde las
principales plantas de los periodos anteriores estaban muy
diversificadas y recién aparecidas Angiospermas comenzaban a
abrirse paso. <<<
Principales sitios
fosilíferos de Argentina. |
Conflicto antarcticus.
Tambussi, C. et al. 2019.
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Vista del
cráneo y pico articulado de
Conflicto
antarcticus, del Paleoceno temprano. |
Restos
fósiles varios de
Conflicto
antarcticus, hallado en la Antártica Argentina. |
Reconstrucción en vida. Por H. Santiago Druetta. |
Científicos
estudiaron un fósil antártico que permite conjeturar que este tipo
de boca apareció evolutivamente temprano en las aves Anseriformes. En el año
2007, investigadores del Instituto Antártico Argentino encontraron
en la isla Marambio, al Noreste de la Península Antártica, el
esqueleto casi completo de una nueva especie de ave que vivió hace
65 millones de años durante el Paleógeno Temprano. Luego de varios
años de preparación y estudio del fósil, el hallazgo
fue presentado en Zoological Journal of the Linnean Society.
El estudio determinó que el fósil analizado pertenece a un nuevo
género y especie basal de Anseriformes (patos, cisnes y gansos) de
una familia aún indeterminada. Se lo denominó Conflicto
antarcticus en virtud de la conflictiva posición filogenética,
debido a que sus características son diferentes a las de otras aves
conocidas. Los
Anseriformes actualmente habitan ambientes acuáticos y se considera
que la explotación de los cuerpos de agua continentales proporcionó
la base para la formidable diversificación de este grupo. A
diferencia de la mayoría de las Neoaves acuáticas que son carnívoras-como los macaes y los somormujos, los anseriformes se alimentan de
plantas o pequeños invertebrados acuáticos. Para ello cuentan con
unas laminillas en el pico que les permite filtrar su alimento. Al analizar
este esqueleto fósil, los científicos pudieron determinar que
Conflicto antarcticus, a juzgar por la forma y las proporciones
de los huesos pectorales y del ala, sin dudas tenía capacidad de
volar. Aunque no se encontraron los tarsometatarsos ni las falanges
(huesos del miembro posterior), los restos óseos que se conservaron
de estas extremidades muestran que tenía patas alargadas. Sin
embargo, aunque pertenece al grupo de los Anseriformes, su
apariencia no concuerda con la de los patos o gansos. Conflicto
antarcticus tenía un cuerpo grácil y estilizado, con miembros
alargados, como se observa en los flamencos, pero poseía un cráneo
similar al de un pato, aunque con un pico más delgado. Conflicto antarcticus, al estar representado por un material tan completo y
bien preservado es posiblemente el más importante registro de un ave
no marina del Paleoceno del hemisferio sur. Según
evidencias sedimentológicas y de otros fósiles, Conflicto
antarcticus habría habitado un ambiente cálido y húmedo que se
caracterizaba por bosques templados donde la temperatura media anual
terrestre osciló entre 9 y 15°C.
Monotrematum
sudamericanum. Pascual,
1992.

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Cráneo de
Ornitorrinco del Paleoceno de Australia. Copia de la
colección del Museo de Miramar. |
Molar de
Monotrematum, procedente de Patagonia. (*) |
Reconstrucción
de Monotrematum. (*) |
Mamífero
Monotrema.
Es el primer mamífero monotrema hallado fuera de
Oceanía. El diente fue descubierto en 1992 por un equipo de
investigadores del Museo de La Plata dirigidos por el Dr.
Rosendo Pascual, en la localidad de Punta Peligro, Provincia de
Chubut, Argentina. Su antigüedad es de 62 millones de años. Con
respecto a su apariencia, suponemos que era semejante al
ornitorrinco Australiano, debido a que no se han hallado restos
más significativo, y por ello no podemos hacer una reconstrucción
fidedigna. Hay una explicación geológica a la presencia de
un mamífero tan primitivo en la patagonia Argentina. Durante el
Cretácico tardío el "Monotrematum sudamericanum"
emigro desde Australia a Sudamérica por medio del continente
Antártico, debido a su proximidad y un
clima relativamente templado. Las coronas molares son a juicio de
Pascual demasiado parecidas a las de Obdurodon sp.,
compuestas por dos lóbulos en forma de V. No obstante la diferencia
de tiempo en la que vivieron uno y otro género, y el mayor tamaño de
los fósiles sudamericanos (casi el doble que los australianos) y el
período en que vivieron (los obdurodon corresponden
principalmente al oligoceno y mioceno) hace que fueran clasificados
en géneros distintos desde que se descubrieron. El hallazgo fósil
consiste en dos dientes de la mandíbula inferior y otro de la
superior, pertenecientes a un animal próximo al actual ornitorrinco.
Escribania chubutensis. Bonaparte, Van Valen &
Kramarz, 1993
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Fragmento mandibular de
Escribania chubutensis. (*) |
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Aspecto de
Escribania chubutensis. (*) |
Mamífero Placentario.
Fue un mamífero placentario Didolodontidae,
cuyos principales hallazgos provienen de las localidades de
Argentina, fundamentalmente en la Patagonia, y de Brasil. Fue otro
mamífero "notoungulado o ungulado sudamericano" de 60 centímetros de
largo aproximadamente, aunque la ausencia de fósiles hace difícil
tener datos precisos. Su estructura craneana y dentaria recuerda a
los roedores, y su aspecto abra sido similar a estos. Era ramoneador
y corría por las malezas de los bosques, alimentándose de hojas y de
arbustos de escasa altura. Es posible que Escribania
chubutensis fue el antecesor de los grandes mamíferos que
evolucionaron durante el final de la Era Terciaria. Algunos
investigadores los consideran como ancestros de los litopternos , se
los ha clasificado entre los primeros notoungulados, aunque otros
los definen como pertenecientes todavía al grupo parafiletico de los
condilartros.
Sudamerica ameghinoi.
Scillato-Yané, G.J. & Pascual.
1884.

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Fragmento
mandibular de Sudamerica ameghinoi. (*) |
Sudamerica ameghinoi.
La falta de fósiles mas completos generan dudas sobre su
fisonomía.(*) |
Mamífero
monotrema. Los grupos de marsupiales y “ungulados” nativos del Terciario
sudamericano han aportado ejemplos de adquisición y convergencia de
nuevos caracteres en aislamiento geográfico. Pensábamos que el
hallazgo de fósiles más completos de Sudamerica ameghinoi
podría
desentrañar las relaciones filogenéticas de dicho taxón, así como
sobre muchos otros aspectos relativos a la teoría evolutiva, como la
que habían ofrecido ya los mamíferos fósiles sudamericanos.
El Paleontólogo
Rosendo Pascual se dedicó casi exclusivamente al estudio de los
mamíferos del Terciario y del Mesozoico. Junto con otros
paleontólogos del Museo de La Plata describió los restos de un
primitivo mamífero del Paleoceno denominado Sudamerica
ameghinoi, que formaba parte del primer grupo conocido de
mamíferos derivado de antepasados originarios de Pangea, el
supercontinente que existió en el Triásico, que incluyó todas las
tierras emergidas de la época, entre las que se encontraba Gondwana,
el supercontinente que contenía la actual América del Sur a mediados
del Mesozoico. En los mismos sedimentos en los que se descubrió a
Sudamerica apareció también un único molar del primer
ornitorrinco hallado fuera de Oceanía, al que Pascual bautizó como
Monotrematum sudamericanum, el monotrema sudamericano.
El
espécimen tipo de Sudamerica ameghinoi fue
descubierto en
Punta Peligro,
Argentina en depósitos que datan de principios del
período Paleoceno. En 1999, se halló una mandíbula
inferior (dentario)
casi completa. El género y la especies fueron
nombrados por Scillato-Yané y R. Pascual en 1984. El
género es también conocido por el sinónimo menor
Sudamericana. La posición de los gondwanaterios
dentro de la clase Mammalia aún no es clara.
Epidolops ameghinoi.
Paula Couto 1952.
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Cráneo de Epidolops ameghinoi,
recuperado recientemente en Brasil.
(*) |
Rama mandibular de Epidolops ameghinoi
(*) |
Posible aspecto de Epidolops. (*) |
Mamífero
Marsupial.
Es un género extintos de la subfamilia de los
Marsupiales. Los representantes de la familia Polydolopidae, al cual
pertenece Polydolops, son marsupiales paleógenos
hallados en la Provincia del Chubut (Argentina), Chile Central y la
Península Antártica. Están representados en el registro fósil
principalmente por restos dentarios, cráneos y mandíbulas. En cuanto
a las características paleobiológicas, la masa corporal de los
polidolópidos oscilaría entre los 60g y los 3,5kg y debieron tener
una dieta variada, principalmente frugívora, aunque pudiendo
alimentarse también de frutos duros y semillas, o incluso de
insectos. Por último, la extinción de los polidolópidos debió estar
relacionada a los cambios climáticos acaecidos para fines del Eoceno
y comienzo del Oligoceno, período durante el cual el sur de América
del Sur y la Antártida sufrieron una fuerte disminución en la
temperatura así como también una progresiva desertificación.
Peligrotherium
tropicalis.
Bonaparte, Van Valen & Kramartz, 1993.
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Molares de Peligrotherium
(*). |
Posible aspecto de Peligrotherium
(*). |
Mamífero
Driolestoideo.
Es un género extinto de mamífero driolestoideo que vivió en el
período Paleoceno superior en lo que ahora es Sudamérica, hace unos
60 millones de años. Sus restos
fósiles aparecieron en la Formación Salamanca, en la localidad de
Punta Peligro, en la Provincia de Chubut, en la Patagonia,
Argentina, como un superviviente de una radiación Mesozoico -Gondwana,
cuyos antecesores vivieron durante el Cretácico junto a los
dinosaurios, logrando sobrevivir hasta el Terciario.
Peligrotherium fue diagnosticado inicialmente como un
mamífero placentario (Peligrotheriidae, Condylarthra? Bonaparte, Van
Valen y Kramartz, 1993), sobre la base de características inferiores
molariformes y la fórmula dental. Este orden
extinto de mamíferos;
mayoría de los miembros
son conocidos desde el
Jurásico hasta
Paleógeno. Se ha sugerido
que estos mamíferos
son o bien los
posibles antepasados de
los mamíferos terios
o una rama
de la misma línea
evolutiva. También se cree
que desarrolló
una mandíbula
completamente mamíferos
y también tenía los tres
huesecillos del oído medio.
Aparte de eso, no
se sabe mucho acerca de
ellos, esto se debe a que
sus fósiles se componen
en su mayoría de
la mandíbula y el diente
permanente. Habría sido del tamaño de un
zorro y estado bien adaptado a machacar con sus dientes los
alimentos vegetales que constituían la base de su dieta. En suma,
ciertos driolestoideos, gondwanaterios y ornitorrincos pudieron
sobrevivir a la gran extinción de fines del Cretácico. Su hallazgo
en la Patagonia argentina abrió una nueva perspectiva sobre la vida
de los mamíferos antes de la extinción de los dinosaurios, y
convirtió a Sudamérica, hasta donde hoy se sabe, en el único lugar
donde pequeños mamíferos mesozoicos sobrevivieron a la masiva
extinción de hace 65 millones de años.
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Cráneo de
Eoastrapostylops riolorense,
del Paleoceno de Tucumán. Copia del Museo
Punta Hermengo de Miramar. |
Vista del
cráneo y mandíbula de
Eoastrapostylops riolorense.
Copia del Museo Punta Hermengo de Miramar. |
Posible
aspecto del primitivo
meridiungulado
Eoastrapostylops riolorense. (*). |
Mamífero
meridiungulado.
Fue un mamífero herbívoro extinto que pertenece al meridiungulados
sudamericanos. Vivió en el Paleoceno Superior (hace aproximadamente
59-56 millones de años) y sus restos fósiles fueron encontrados en
el Norte de Argentina. Este animal debe haber sido pequeño. Su
cráneo tenía solo 9 centímetros de largo y la longitud total
probablemente excedía solo medio metro. Eoastrapostylops
tenía un hocico corto; Los caninos, aunque bien desarrollados, aún
no se habían transformado en grandes colmillos, y los huesos nasales
no se habían retrasado (esto indica la ausencia de una probóscide,
típica de formas posteriores). Los dientes de Eoastrapostylops
recuerdan los de animales que vivieron en períodos posteriores,
como Trigonostylops.
Eoastrapostylops riolorense
se describió por primera vez en 1981, a partir de fósiles
encontrados en la formación Río Loro, en la
Reserva natural Aguas Chiquitas,
de la Provincia de Tucumán en Argentina. Los autores de la
descripción identificaron de inmediato las características de un
astrapoterio primitivo en fósiles, y establecieron así la familia
Eoastrapostylopidae.
Investigaciones más recientes han puesto de manifiesto notables
similitudes entre la región auditiva de Eoastrapostylops
y la de los condíricos arcaicos y los litópteros, mientras que las
estructuras de la oreja no son en absoluto similares a los
astrapoterios posteriores como Trigonostylops y
Astraponotus. Estas investigaciones indicarían, por lo
tanto, que Eoastrapostylops era un representante basal
de meridiungulados, diferenciados antes de la separación entre
astrapoterios, piroterios y notoungulados.
Victorlemoinea
labyrinthica.
Ameghino, 1901
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Fragmento
mandibular. (*) |
Posible
aspecto de Victorlemoinea. (*) |
Lipoterma. Genero
primitivo de la familia Macraucheniidae, emparentado notablemente
con el genero Macrauchenia, típico del Pleistoceno (ver), los cuales
pertenecen a un orden totalmente desaparecido y sin representantes
actuales, el de los Meridiungulados Lipoterma. Eran animales
terrestres, provistos de una pequeña pero notable prosbosis o
trompa, que según la fosa elíptica que presentan sus cráneos,
podemos decir que el largo de la misma era muy importante, pero no
tanto como la de un elefante actual. Algunos Paleontólogos piensan
que que la trompa no solo era utilizada con fines de alimentación,
sino para poder respirar cuando se metían a pantanos o espejos de
agua con mucha profundidad o al menos que superara su talla. Si bien
sus restos fósiles son algo escasos, su tamaño era similar al de
un guanaco, lo que lo convertiría en un mamífero muy evolucionado
para esta época. Se conocen algunos huesos largos en muy malas
condiciones de preservación, pero aportan mucha información,
sugiriendo que se trataban de animales corredores, ya que se respeta
la proporción del fémur y de la tibia. Alimentación
exclusivamente herbívora, cuyos vegetales colectaba a orillas de
los bañados en épocas de sequía, debido a que en el Paleoceno las
condiciones climáticas sufren importantes cambios, al igual que el
faunistico. Sus restos proceden principalmente del Paleoceno
superior de la Provincia Argentina de Chubut. Actualmente hay
discrepancias sobre el origen y antigüedad de los fósiles tipo.
Dolichostylodon saltensis.
García López y Powell, 2008.
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Fragmento de cráneo de
Dolichostylodon. (*) |
Posible aspecto de
Dolichostylodon. (*) |
Mamífero
Notoungulado.
La familia Oldfieldthomasiidae constituye un grupo de
notoungulados paleógenos de pequeña a mediana talla registrados
probablemente desde el Tiu-pampense, si bien este registro de la
localidad boliviana de Tiupampa está basado en un único molar
aislado cuya identificación es dudosa.
Su nombre genérico proviene del griego, y significa "de columna
larga", refiriéndose a la estructura vertebral del mismo; el
específico fue dado por haber sido hallado en la provincia de Salta.
Se trata de los resto fósiles (craneales, mandibulares y dentales)
de un mamífero notoungulado, typotherio oldfieldthomásido, que vivió
en la Edad Barraquense del Período (Cretácico Tardío). Su cráneo era
corto, con grandes órbitas oculares - lo que sugiere la posibilidad
de que tuviera buena visión y hábitos nocturnos y una dentadura braquiodonta. Fue hallado en estratos de la Fornación La Lumbrera, y
descrito por Daniel García y Jaime Powell.
Henricosbornia.
Ameghino, 1901.
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Fragmento de maxilar con
molares de
Henricosbornia.
(*) |
Posible aspecto de
Henricosbornia.
(*) |
Mamífero
Notoungulado.
Es uno de los géneros extintos más antiguos de mamíferos
placentarios del orden Notoungulata, que vivió durante el
Paleoceno-Eoceno en Sudamérica. Incluye una única especie:
Henricosbornia waitehor, Simpson, 1935, hallada en Cañadón
Hondo, Provincia del Chubut Argentina.
Archaeogaia macachaae.
Zimicz et al,
2020.
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Fragmento mandibular de Archaeogaia macachaae, imagen
de prensa. |
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Posible
aspecto del ungulado primitivo salteño Archaeogaia
macachaae. (*). |
Mamífero
Notoungulado. Se trata de un
mamífero fósil de aproximadamente 62 millones de años de antigüedad,
muy pequeño del que se encontraron apenas tres dientes en un
fragmento de mandíbula. Fue un pequeño y activo herbívoro. Los
ungulados sudamericanos constituyen un caso de evolución en
aislamiento geográfico, entre ellos hubo animales de gran tamaño
aunque la mayoría eran pequeños. El
hallazgo es muy importante debido a que representa uno de los
registros más antiguos de notoungulados, el grupo más diverso de
ungulados nativos sudamericanos (un grupo de mamíferos que ya no
existen), y contribuye enormemente a la comprensión del origen y
diversificación de este grupo en nuestro continente. Este grupo de
mamíferos es clave en la disputa acerca del origen norteamericano o
africano de los mamíferos nativos sudamericanos. A la vez, pone de
manifiesto la importancia que el registro paleontológico salteño
tiene para la comprensión de la historia temprana en la evolución de
los mamíferos en América del Sur. Desde
lo geológico, es el segundo fósil registrado para esa unidad y para
esa edad en la provincia de Salta, y también tiene un impacto
bastante importante a nivel América del Sur porque para ese lapso de
tiempo son muy poquitos los registros de fósiles que hay, en
particular de este grupo. El fósil encontrado en el Parque Los
Cardones recibió el nombre de Archaeogaia macachaae, en
honor a Macacha Güemes, una de las mujeres más importantes de la
historia de nuestra independencia y de nuestra provincia en
particular.
Chiroptera ident.

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Molares de los
murciélagos
hallados en Chubut, (*) |
Posible aspecto del cráneo
del Quiróptero del Paleoceno. (*) |
Reconstrucción
del Quiroptero hallado. (*) |
Mamífero Quiróptero.
Un equipo de
investigadores argentinos y norteamericanos descubrieron en
cercanías de la localidad chubutense de Paso del Sapo, restos
fosilizados de al menos 50 especies de mamíferos que habitaron la
Patagonia hace más de 50 millones de años, entre ellos, dos molares
de los murciélagos más antiguos. La importancia de este hallazgo es
que se trata de los restos de murciélagos más antiguos encontrados
en Sudamérica y uno de los más antiguos del mundo. Los molares de
estos mamíferos tienen una antigüedad de 50 millones de años. los
más antiguos provienen del Norte de América, Europa y Australia, con
aproximadamente 55 millones de años, de manera que los fósiles de
Laguna Fría, se hallan muy cercanos en antigüedad, ya que habitaron
la Patagonia durante el Eoceno Inferior - Paleoceno superior, hace
unos 52 millones de años y su dieta se basaba en la captura de
insectos.
Calyptocephalella sp.
Duméril & Bibron, 1841
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Restos
fósiles de una rana Calyptocephalella en una
egagropila de ave. Imagen Fundación Azara. |
Aspecto
actual de un esqueleto de Calyptocephalella,
semejante al hallado. (*). |
Aspecto de
una rana paleocena del genero Calyptocephalella (*). |
es un género de anfibio anuro perteneciente a
la familia Calyptocephalellidae. Es endémico de la región austral
de América del Sur. Está compuesto por algunas especies extintas que
vivieron desde el Cretácico superior hasta el Mioceno temprano en
la Patagonia Argentina, y una única especie viviente, la que habita
en el centro-sur de Chile. Este anfibio, previamente desconocido
para la ciencia, pertenece al género Calyptocephalella, género que
sobrevivió a la extinción del K-P, se volvió abundante a lo largo
del Cenozoico en Patagonia, y en la actualidad se lo puede encontrar
en territorio chileno. El fósil fue hallado en la localidad conocida
como Punta Peligro, sobre la costa atlántica de la provincia de
Chubut (Argentina), dentro de rocas sedimentarias que datan del
principio de la Era Cenozoica. Estas mismas rocas preservaron
abundantes mamíferos y cocodrilos de diversas especies, así como
otros grupos de vertebrados (tortugas, lagartos esfenodontes, entre
otros), evidenciando una gran diversidad faunística hoy extinta.
Hasta el momento no se registraron restos óseos de aves; sin
embargo, la forma, disposición y patrón de desgaste de los huesos
dentro de la bola fósil estudiada permitieron interpretarla como una
egagrópila producida por un ave de presa que habría habitado la
región en esa época. La egagrópila estudiada por este equipo
argentino representa la más antigua del continente sudamericano. Una
egagrópila es un bolo de restos no digeridos de alimentos (huesos,
pelos, cutículas de insectos, etc.) regurgitados en forma de pelota.
Estas estructuras son producidas por algunos grupos de vertebrados,
siendo las aves Strigiformes (lechuzas y búhos) sus principales y
más difundidos exponentes. El descubrimiento de egagrópilas fósiles
preservadas tridimensionalmente es algo poco común. En equipo de paleontólogos de CONICET en el Área de Paleontología de la Fundación Azara-Universidad
Maimónides (Paula Muzzopappa, Juan Pablo Garderes) y en el Museo
Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (Agustín
Martinelli) y de la Universidad de Louisville (Guillermo Rougier)
publicaron los resultados del estudio de una egagrópila fósil de 60
millones de años excepcionalmente preservada en tres dimensiones con
un esqueleto de rana en su interior.
Apesteguia et al. 2014.
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Cráneo
ilustrativo de Esfenodonte. |
Aspecto de un
Esfenodonte.
(*). |
Reptil,
Esfenodonte.
Los esfenodontos o rincocéfalos
son un orden de saurópsidos (reptiles), que
incluye un solo género actual, Sphenodon, con tres
especies, conocidas con el nombre común de tuátaras, limitadas a
Nueva Zelanda. A pesar de ello, se conocen numerosos géneros
extintos, ya que se trata de un linaje que se remonta al Mesozoico.
Eran carnívoros y su dieta consiste en insectos, caracoles,
lagartos, huevos y crías de aves. Existieron hace ya 200 millones de
años, a la par de los dinosaurios. En esas épocas habitaban el
supercontinente de Gondwana habiéndose distribuido, según parece,
desde el área que hoy corresponde a América del Sur pasando por la
Antártida hasta Australia. Al separarse de Australia por deriva
continental, Nueva Zelanda se convertiría en el único reducto actual
de Sphenodontidae, motivo por el cual se califica a estos animales
como fósiles vivientes. Entre los numerosos caracteres que se han
conservado sin modificar durante 200 millones de años se hallan dos
fosas temporales completas, un ojo pineal bien desarrollado (el
orificio pineal era muy patente en los primeros diápsidos) y las
vértebras de tipo anficelo con intercentros. Es el único reptil
actual cuyos machos carecen de hemipenes (órgano copulador), sino
que copulan a través de sus cloacas.
Lorosuchus nodosus. Pol y Powell, 2011.
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Cráneo de Lorosuchus nodosus del
Paleoceno de Tucumán. Museo de Ciencias Naturales Miguel
Lillo. (*) |
Aspecto probable de Lorosuchus. (*) |
Reptil,
sebécido. Lorosuchus
es un género extinto de mesoeucrocodilio sebécido conocido de la
provincia de Tucumán en el noroeste de Argentina. Lorosuchus
es conocido a partir del holotipo PVL 6219, un cráneo casi
completo articulado hallado con la mandíbula inferior restos
fragmentarios del esqueleto. Fue recolectado en el extremo sur del
Alto de Medina, cerca del Lago El Cadillal en la Formación Río Loro,
que data de las edades del Tanetiano o Selandiano entre mediados a
finales del Paleoceno, hace entre 55.8 a 61.7 millones de años.
Lorosuchus se caracteriza por una combinación única de
características, incluyendo cinco autapomorfias como un borde narial
elevado y la presencia de una cresta sobre los márgenes
anteromediales de ambos premaxilares. filogenéticamente,
Lorosuchus es reconocido actualmente como el sebécido más
basal conocido. Lorosuchus fue nombrado por Diego Pol
y Jaime E. Powell en 2011 y la especie tipo es Lorosuchus
nodosus. El nombre del género se deriva de Loro en
referencia a la formación Río Loro e la cual se halló a
Lorosuchus, y suchus, es una forma latinizada
del término griego souchos, a su vez derivado del dios
egipcio Sobek. El nombre de la especie se debe a la ornamentación
particular de la superficie dorsal del cráneo, a cual se parece a la
del arcosauriforme basal Proterochampsa con el que no estaba
cercanamente relacionado.
Protocaiman
peligrensis. Bona et al.,
2018.
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Fragmento
hallado
Protocaiman peligrensis,
y su ubicación anatómica. Prensa. |
Aspecto de
Protocaiman peligrensis. (*). |
Reptil, aligatórido.
Restos fósiles de un antepasado del yacaré que habitó
la Patagonia hace 65 millones de años fueron hallados por
investigadores argentinos en Chubut, al norte de Comodoro Rivadavia,
y estiman que habría duplicado el tamaño de un ejemplar actual. El
ejemplar fue bautizado con el nombre de Protocaiman
peligrensis, dado que los restos fósiles de su cráneo se
hallaron en Punta Peligro, un accidente geográfico sobre el Golfo
San Jorge situado entre Comodoro Rivadavia y Bahia Bustamante. Los
caimanes son uno de los principales grupos de cocodrilos que hoy
habitan los sistemas de agua dulce de América del Sur y Central.
Pero su historia evolutiva más temprana, que se desarrolló alrededor
de la extinción masiva que acabó con la gran mayoría de los
dinosaurios hace 65 millones de años, es poco conocida debido a que
se hallaron pocos fósiles que, además, suelen estar mal preservados
y muy fragmentados. Esta nueva especie representa uno de los fósiles
de caimaninos más antiguos conocidos. Este hallazgo permite una
revisión del árbol genealógico de los cocodrilos y propone por
primera vez que los caimanes habitaron América del Norte durante la
época de los dinosaurios e ingresaron a América del Sur en el
Cretácico (de 145 a 66 millones de años atrás), donde se dispersaron
y diversificaron.
Eocaiman
palaeocenicus.
Bona,
2008.
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Cráneo y mandíbula de Eocaiman. (*) |
Posible aspecto de Eocaiman. (*) |
Reptil, aligatórido.
Eocaiman
Simpson
representa uno de los pocos taxones de aligatóridos caimaninos
conocidos del Paleógeno de América del Sur. Este género se encuentra
registrado con seguridad en Patagonia en el Eoceno tardío, con E.
cavernensis Simpson, y en el Mioceno Medio en el área de La
Venta, Colombia, con Eocaiman sp. Recientemente se dio a
conocer una nueva especie, Eocaiman palaeocenicus proveniente
de los niveles superiores de la Formación Salamanca (Paleoceno
Inferior), sobre la base de restos recuperados recientemente en la
zona costera de la provincia del Chubut, Argentina. Los
Alligatoridae están pobremente representados en el Paleógeno en
América del Sur y hasta el momento no han sido registrados en rocas
del Cretácico tardío en este continente. Son una familia de saurópsidos (reptiles) crocodilianos exclusivos de América. Los
ejemplares actuales son conocidos vulgarmente como aligatores
y caimanes, algunas especies del amazonas se llaman
yacarés. Incluye los géneros actuales Alligator,
Caiman, Melanosuchus y Paleosuchus,
así como numerosos géneros extintos. El régimen alimenticio de
Eocaiman cavernensis, dependía sobre todo de su edad; los
jóvenes comen preferentemente insectos y anfibios. A medida que van
creciendo su menú se va ampliando a peces, aves y mamíferos. En
regiones donde no hay grandes animales de presa acostumbran a
alimentarse de grandes caracoles.
Bretesuchus
bonapartei.
Gasparini et al., 1993.
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Dientes de . Ilustrativo
(*). |
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Aspecto de un Sebecidae.(*). |
Reptiles.
Es
un género extinto dentro de la familia Sebecidae. Sus fósiles se han
hallado en la formación Maíz Gordo del noroeste de Argentina y datan
de finales del Paleoceno. El premaxilar altamente curvado muestra
que este pertenecía al suborden Sebecosuchia, un grupo de
crocodilomorfos carnívoros terrestres mayormente sudamericanos
dotados de distintivos hocicos lateralmente comprimidos. Era un
superdepredador, con una longitud total aproximada de 4 metros.
Bretesuchus fue nombrado por Zulma Gasparini, Marta
Fernández y Jaime E. Powell en 1993 y la especie tipo es
Bretesuchus bonapartei. El nombre del género se refiere a la
localidad de "El Brete", donde se hallaron sus restos fósiles, y
suchus, la forma latinizada del griego souchos, un dios
egipcio con cabeza de cocodrilo. El nombre de la especie en en
homenaje de José Bonaparte.
Peligrochelys walshae.
Sterli
and de la Fuente 2013.
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Cráneo de
meiolaniforme, semejante a Peligrochelys,
en el Museo de La Plata. |
|
Reconstrucción del aspecto de
meiolaniforme. (*). |
Reptil.
Se trata
de una tortuga terrestre con cuernos, anillos caudales y estuches
recubriendo la cola.
Peligrochelys walshae,
fue hallado en Punta Peligro, en la provincia de Chubut, en
afloramientos de la Formación Salamanca (Paleoceno). Representado
tanto por elementos craneanos como postcraneanos (parte del
esqueleto). Los meiolánidos (Meiolaniidae) son una familia extinta
de grandes tortugas. Inicialmente se pensaba que la familia era
originaria de Australia; sin embargo, debido al descubrimiento de
meiolaniformes sudamericanos, como Crossochelys del
Eoceno y Trapalcochelys del Cretácico Superior de
Argentina (de la misma edad que Patagoniaemys), se
cree que la familia apareció antes de la división de Gondwana,
durante el Cretáceo medio. Las tortugas actuales de mayor parentesco
con este género corresponden a los criptodiros de América del Sur.
Resulta notable la similitud de estas tortugas a los dinosaurios
anquilosaurios y a los mamíferos gliptodontes.
Hydromedusa cf. casamayorensis.
De La Fuente & Bona, 2002.

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Fósil de Hydromedusa (calco).
Museo Municipal Ciencias Naturales Punta Hermengo de Miramar. |
Reconstrucción de Hydromedusa sp
. (*) |
Reptiles
Chelidae. Estas
tortugas halladas recientemente, provienen de niveles compuestos por
sedimentos epiclasticas depositadas por canales fluviales. Los
restos identificados, los cuales aun se encuentran en estudio,
corresponden a una nueva especie de tortuga prehistórica de
"cuello largo". El hallazgo comprende de cinco individuos
articulados y semi- articulados. Uno de ellos presenta el cráneo
completo y articulado. Las características de este taxón, es la
presencia de la columna cervical formada por ocho cervicales. Las
ramas mandibulares se encuentran separadas por la sínfisis.
Apertura narium interna en el cráneo, y la cintura pélvica
conectada por sutura con el ultimo par de placas pleurales y la
pigal del caparazón. Morfológicamente se asemejan a los especies
vivientes de la familia Chelidae, las cuales, son comunes en los ríos
de las Provincias Argentinas de Misiones y Entre Ríos. Su
alimentación estaría basada principalmente en pequeños peces,
anfibios moluscos y pequeños mamíferos y aves que se acercaban a
los espejos de agua de la época. El material procede del Paleoceno
inferior del Cerro Hasen, Provincia de Chubut. No seria raro
encontrar representantes emparentados durante la Era Mesozoica.
Podocnemis
argentinensis. Cattoi y Freiberg,
1958.
Reconstrucción de Podocnemis, cráneo completo y dos fragmentos de caparazón.
(*) |
Reptiles
Chelidae.
El grupo que en la actualidad conocemos como tortugas o quelonios,
esos reptiles acorazados descienden, como muchos otros reptiles de los
Cotilosaurios, unos reptiles primitivos que vivieron a mediados del
periodo Pérmico, hace 250 millones de años y que en algunos casos llegaron
a medir 4 metros de largo. Los primeros Testudinata, de los que proceden las tortugas
actuales, aparecieron en el Triásico superior, hace unos 200 millones de
años. Estos animales poseían dientes en sus mandíbulas que luego
evolucionaron hacia un pico córneo, la ranfoteca. Entonces todas las
especies eran terrestres o, como mucho, anfibias.
Pronto, las tortugas se dividieron en dos
superfamilias que han sobrevivido hasta hoy; los Criptódiros (De cuello
oculto) que replegaban el cuello formando una “S” y los Pleuródiros
(Cuello ladeado) que tan solo podían esconder la cabeza torciendo el
cuello bajo el borde del espaldar de su caparazón. Además de esta
divergencia, ambas superfamilias poseen otras distinciones, esqueléticas y
anatómicas. Podocnemis
tenia el caparazón es mucho
más ancho por delante que por detrás. Presentaban dimorfismo sexual,
ya que las hembras alcanzan un tamaño superior y tienen la cola más
corta y estrecha. Esta especie puedo
llegar a medir entre 35 y 68 cm. Habitaba
esta especie
básicamente en los ríos y sus cuencas. Era una especie omnívora. Los
juveniles se alimentaban alimentos de origen animal y los adultos
preferían vegetales. Durante el Paleoceno de Patagonia y Noroeste
argentino se han recuperado interesantes restos fósiles.
Podocnemis,
guarda estrecha relación con el genero viviente.
Restos fósiles de este genero proceden de varias localidades de la
Patagonia, Mendoza, La Rioja y Jujuy. Es una especie conocida entre
el Cretácico y el Oligoceno.
Trionyx argentina.
Ameghino, 1899.
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 |
Vista superior
de un cráneo del genero Trionyx. (*) |
Esqueleto de Trionyx.
(*) |
Aspecto del
genero de Trionyx.
(*) |
Reptiles
Chelidae.
Trionyx
es un primitivo representante dentro de la familia Trionychidae, e
incluida entre los Chelidae., (tortugas) la cual proceden del
Paleoceno Temprano de Patagonia Argentina, en la Formación Salamanca
en Punta Peligro, en la provincia de Chubut, y de otras partes del
mundo, ligeramente emparentada con sus representantes vivientes.
Asimismo, presenta numerosas similitudes con el género viviente
Phrynops. Adicionalmente, un supuesto Trionychidae
colombiano, es aquí donde se lo considera como un posible Chelidae o
Araripemyidae. Se caracteriza por presentar un caparazón carente en
su totalidad de placas córneas, que puede alcanzar los 45 cm de
longitud. Este caparazón es plano y está cubierto de numerosos
tubérculos. Es muy característico de esta tortuga el hocico con
forma de trompa; a cada lado de la cabeza. Las patas son muy cortas,
adaptadas como eficaces órganos propulsores para la natación. Vivía
en los ríos, pantanos, lagos y aguas tranquilas de los antiguos
ambientes patagónicos, muy diferente a los actuales. Se alimentaba
de peces, crustáceos y anfibios.
Madtsoia s.p Simpson,1933.

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Aspecto de una
vértebra de
Madtsoia sp,
(*) |
Restos fósiles
muy completos de
Madtsoia sp,
en el Museo de Ciencias Naturales Miguel Lillo de Tucumán. |
Aspecto del
genero
Madtsoia sp, cuyos restos se han recuperado en el Paleoceno de la Patagonia.
(*) |
0fideo.
En 1959 se dio a conocer la existencia de una rama mandibular de
gran talla, la cual fue hallada en el Paleoceno tardío en la localidad de Gaiman, al norte del Rió Chubut, atribuida al genero
Madtsoia s.p, cuya antigüedad seria entre 55 y 60 millones
de años. El hecho que actualmente
los boideos sean característicos de los ambientes tropicales y
subtropicales del globo nos permite abordar otro curioso aspecto de
su historia. Es mas, los grandes boideos vivientes, como la pitón
reticulada y la anaconda, se hallan restringidos en climas cálidos y
húmedos, con frecuente vegetación y abundante cursos de agua. Las
concepciones actuales (manejadas fundamentalmente por la
Paleontología y la Geología) permiten extrapolar, con ciertas
restricciones, lo que se conoce de las formas vivientes a los grupos
fósiles. Por lo tanto, si aceptamos que los gigantescos ofidios del
Terciario temprano de Argentina tenían los mismos requerimientos
ecológicos que los actuales, es posible inferir que las condiciones
ambientales que imperaban en la Patagonia hace 50 millones de años
eran afines a tales requerimientos. Pero, además de la presencia de
fósiles de plantas características de zonas cálidas y de diversos
grupos de reptiles y mamíferos climático-sensitivos en el Terciario temprano de Patagonia apoya la hipótesis
de que en aquella época existían allí condiciones mucho
mas benignas.
Corydoras revelatus.
Cockerll, 1925.
 |
|
 |
Fósil tipo de
Corydoras revelatus en el
British Natural History Museum, London. |
|
Aspecto en
vida de
Corydoras revelatus
(*) |
Pez, Siluriformes.
Es una especie extinta de pez del género
Corydoras, de la familia Callichthyidae del orden
Siluriformes. Fue exhumada como fósil en sedimentos del Paleoceno
tardío. Habitó en las aguas dulces del centro-oeste de América del
Sur. Esta especie fue descrita originalmente en el año 1925.]
Es una especie extinta de calíctrido conocido por un solo espécimen
encontrado en estratos del Paleoceno tardío de la formación Maíz
Gordo, en la provincia de Salta, en el noroeste de la Argentina.
Según la datación cronológica de estos estratos, el espécimen fósil
posee una edad aproximada de entre 58 millones de años. En
comparación con las especies modernas del género, C. revelatus
tiene una cabeza corta y relativamente redondeada, y ojos
implantados de manera baja. Si bien la posición de la especie dentro
del género Corydoras es provisional y aún falta
definir, su anatomía confirma que es un miembro de la subfamilia,
Corydoradinae, y demuestra que ya había diversificación de
calíctridos antes del final del Paleoceno.
Los peces pertenecientes a este grupo son conocidos
popularmente como bagres. Las características más sencillas que
permiten reconocerlos son: Cuerpo desnudo, sin escamas o cubierto
con placas óseas y presencia de barbillas o bigotes alrededor de la
región bucal. Por lo general, son peces de hábitos nocturnos y
crepusculares, que viven asociados al fondo de los cuerpos de agua o
a troncos y vegetación sumergida. Generalmente, no forman
cardúmenes. Pueden consumir una gran variedad de alimentos entre los
que se encuentran: Algas, plantas vasculares acuáticas, semillas y
frutos de plantas terrestres ribereñas, peces, insectos, crustáceos,
moluscos y otros microorganismos asociados al fondo del río.
Symphyomyrtus s.p..
Schauer.
 |
 |
Fósil de
Symphyomyrtus
procedente de la Laguna del Hunco, en la
provincia de Chubut. Imagen de prensa. |
Aspecto de
Symphyomyrtus (*) |
Paleobotanica.
Se ha logrado
determinar que unos fósiles de hojas, flores, frutos y brotes,
descubiertos en la Patagonia argentina, son de eucalipto, y datan de
hace 51,9 millones de años. La identificación de estos fósiles los
convierte en los macrofósiles de eucalipto más antiguos validados
científicamente, y los únicos reconocidos de manera concluyente como
nativos de un territorio de fuera de Australasia. Un equipo de
investigadores identificó los fósiles como pertenecientes a un
subgénero de eucalipto, el Symphyomyrtus, y esto
también demuestra que dicho subgénero es más antiguo de lo que se
pensaba hasta ahora. Los investigadores identificaron un conjunto de
estructuras características del género Eucalyptus en
la morfología (forma) de las huellas encontradas en distintos
fósiles. Algunas características básicas incluyen hojas largas y
delgadas con bordes suaves, puntos en las hojas que revelan
glándulas oleaginosas, y cicatrices en los frutos derivadas del
desprendimiento de pétalos y sépalos. La historia evolutiva del
eucalipto, que, por lo que se sabe, es originario de Australia, y la
de otros árboles evolutivamente emparentados con él, no ha sido muy
bien documentada por el registro fósil. Sin embargo, el eucalipto y
sus parientes están presentes en muchos otros lugares del mundo
debido a la acción humana. Los fósiles fueron encontrados en un
lugar llamado Laguna del Hunco, en la provincia argentina del Chubut,
en la Patagonia.
En el meticuloso análisis realizado tras el hallazgo, han
participado también especialistas de la Universidad Estatal de
Pensilvania, el Museo de la Naturaleza y la Ciencia en Denver, la
Universidad de Buenos Aires y el Museo Paleontológico E. Feruglio de
Argentina.
Notiantha grandensis.
Nathan A. Jud,
et al. 2017.
|
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Fósil de
Rhamnaceae, hallado
en la Formación Salamanca, Chubut. |
Aspecto de un
Rhamnaceae actual (*) |
Paleobotanica. Un
equipo científico de Estados Unidos y Argentina ha identificado que
se corresponde con el grupo de las Rhamnaceae y ha podido
profundizar en cómo fueron las conexiones de la vegetación entre los
continentes. Investigadores de la Cornell University (Estados
Unidos), de la Universidad Nacional del Comahue y del Instituto de
Investigaciones en Biodiversidad y Ambiente (INIBIOMA-CONICET) de
San Carlos de Bariloche, Rio Negro (Argentina) y de la Universidad
Estatal de Pennsylvania (Estados Unidos) han estudiado flores
fósiles halladas en rocas de 64 millones de años en la denominada
Formación Salamanca, en la Patagonia (Chubut, Argentina). En el
Hemisferio Sur rocas de esta edad (Paleoceno temprano) son muy
escasas y su estudio muy importante, ya que corresponde al periodo
de tiempo más antiguo que se conoce para la era Cenozoica, justo al
que siguió a una gran extinción masiva a nivel global. Existen muy
pocos registros en el mundo de lo que ocurrió después de esta gran
pérdida de finales del periodo Cretácico, cuando más del 70 por
ciento de la flora y fauna del planeta se extinguió. Durante las
campañas de campo en Patagonia realizadas entre el 2005 y el 2012,
los investigadores pudieron recopilar varias flores fósiles que se
preservaban dentro de rocas, aplastadas en forma de lajas. Los
materiales, muy pequeños, tuvieron que ser limpiados de sedimento
que lo cubría. Las ramnáceas (Rhamnaceae), se trata de árboles o
arbustos, a veces trepadores con espinas, y matas. Hojas simples con
frecuencia alternas, a veces opuestas, con estípulas caducas o
transformadas en espinas; flores inconspicuas, hermafroditas o
unisexuales, pentámeras o tetrámeras, diclamideas o monoclamideas,
de ovario súpero o ínfero, con un óvulo por lóculo.
Lacinipetalum spectabilum.
Jud,
Gandolfo, Iglesias y Wilf, 2017.
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Flor de
Lacinipetalum spectabilum del
Paleoceno de la Provincia de Chubut. |
|
Aspecto
actual de una flor de la familia
Cunoniaceae. (*). |
Paleobotanica. Se trata de una flor
de 64 millones de años de la familia de las Cunoniaceae.
Eran árboles o arbustos que crecían en zonas abiertas, cuyas
hojas opuestas o espiraladas, raramente alternas, simples o
pinnadas, y con frecuencia con estípulas conspicuas. Las flores
tienen 10 sépalos y pétalos, lo cual es poco frecuente. El fruto es
usualmente una cápsula leñosa con varias semillas pequeñas; que
tienen un endosperma oleoso. En el MEF (Museo Paleontológico Egidio
Feruglio) donde se resguardan los fósiles de
Lacinipetalum spectabilum,
fue estudiada esta nueva especie por un equipo interdiciplinario.
Esta pequeña flor, aporta
información importante sobre evolución de la familia a la cual
pertenece. La investigación fue publicada en la revista científica Annals of Botany por el equipo integrado por los Dres. Nathan Jud y
María A. Gandolfo (Universidad de Cornell- EEUU), Ari Iglesias (CONICET-Universidad
Nacional del Comahue) y Peter Wilf (Universidad de Pennsylvania-EEUU).
Dadoxylon (Araucaria)
pseudoparenchymatosum. Gothan, 1908.
Troncos de
especies primitivas de la familia de las coníferas en el
Parque Paleontológico de Sarmiento, Chubut. (*) |
Paleobotanica. Un imponente bosque
petrificado se encuentra a solo 38 Km al sur de Sarmiento (Provincia
de Chubut). El bosque es una formación de la Era Terciaria (limite
con el Periodo Cretácico) con una edad aproximada de 65 millones de
años.
Estos árboles petrificados, testigos de la Prehistoria, forman un
paisaje de indescriptible belleza que tiene la dureza de la roca, el
colorido de los distintos estratos geológicos y el silencio pesado
del respeto a la naturaleza. Sus troncos petrificados son parte del
proceso que estos millones de años realizaron sobre sus maderas.
Para entonces la Cordillera de los Andes se eleva e impide así, el
paso de humedad desde el Pacífico, produciéndose a la vez
erupciones, cuyos sedimentos de cenizas y lava se esparcieron, dando
comienzo a un proceso lento y de transformación de estos troncos en
piedra, cuyo proceso de transformación orgánica, con absorción,
impregnación, sustitución y mutación de la naturaleza molecular,
conservando su aspecto exterior. De estos sedimentos se han podido
estudiar los minúsculos granos de polen los cuales permiten
reconstruir con sumo detalle los tipos de vegetación dominante en la
zona, que eran de clima templado a cálido tropical con humedad
importante. Estas especies primitivas de la familia de las coníferas
(aunque es posible ver restos de palmeras) nos permiten imaginar una
región subecuatorial con abundantes bosques y lagunas habitada por
numerosa y variada fauna, este último dato es posible afirmarlo
debido a los importantes hallazgos Paleontológicos logrados en el
departamento Sarmiento.
Hoy el paisaje es desolador e impactante ya que en la soledad árida
de esta estepa tendrás la certeza de que alguna vez, esto fue un
vergel de bosque que hoy se hace difícil imaginar.
Menucoa cazaui. Petriella
1969.
 |
|
 |
Tronco
fósil de Menucoa cazaui, Terciario de Rio Negro.
Exhibido en el Museo de La Plata.
|
|
Aspecto de un
bosque
de Menucoa cazaui,
(*) |
Paleobotanica.
Su registro fósil se extiende desde el Pérmico, hace
al menos 250 millones de años a la actualidad. Las cicadáceas (nombre científico Cycadaceae) son
una familia de gimnospermas del
orden Cycadales. En apariencia son similares a las palmeras
(familia Arecaceae), pero en realidad son filogenéticamente
distantes de éstas, formando parte de la división de las cicadófitas.
Ejemplares fósiles de Cycas datan del Cenozoico en Laurasia, aunque otros
más antiguos y posiblemente relacionados se remontan al Mesozoico. Cladísticamente están
bastante separadas de su familia hermana Zamiaceae, también
perteneciente al orden Cycadales.
Menucoa cazaui
es conocido a partir de un tronco petrificado de Cycadales, del
terciario temprano de la provincia de Rio Negro, Argentina
Anthozoa - Cnidaria.
 |
 |
Fragmento de arrecife fosil Paleoceno de La Pampa. (*) |
Aspecto que presentaría en
vida el arrecife. (*) |
Invertebrado Anthozoa. Se trata de un
arrecife tiene el tamaño de una loma de 10 metros de altura
aproximadamente y 300 por 400 metros de base. Algo importante es que
todo esto se descubrió en posición de vida, que es muy difícil
hallar en el registro fósil, porque generalmente los fósiles están
transportados. Hace más de 60 millones de años el extremo sudoeste
de la Provincia de La Pampa estaba cubierto por el Océano Atlántico.
El reciente hallazgo de un arrecife de corales con especies
fosilizadas en posición de vida, que sería único en el mundo,
permite ampliar los conocimientos sobre cómo era la vida en ese
período e incrementa el valioso patrimonio paleontológico que tiene
nuestro país. El arrecife tiene entre 60 y 65
millones de años de antigüedad, que corresponde a la primera parte
del Paleoceno, el período que está después del límite Cretácico
Terciario que es el momento en que se extinguen los dinosaurios y
otros grupos menos famosos como los moluscos. Se han estudiado muchos afloramientos pero ninguno reunía
las características de éste, que constituye un arrecife de coral
con corales en posición de vida (como estaban hace más de 60
millones de años). Después de retirar mucha vegetación se pudieron ver
los corales, las algas coralinas, las esponjas, también moluscos y
erizos de mar. Este
hallazgo permite afirmar que esas aguas eran muy cálidas, de más
de 20 grados de temperatura; que la costa estaba muy cerca porque
estos corales encontrados son de aguas relativamente someras y
agitadas, estimamos unos 10 metros de profundidad. En ese período
una parte del sudoeste de La Pampa estaba cubierta por lo que hoy
conocemos como Océano Atlántico, formando un engolfamiento. Estos
datos ya se conocían, y el hallazgo de estos organismos aporta
nuevos informes para ampliar conocimientos sobre la temperatura y la
ubicación de la línea de costa. Se conoce muy poco de corales de
este período. Hay en otros lugares del mundo, como en Dinamarca o
Groenlandia, pero son corales de agua fría. Hay en la cuenca de París
pequeños afloramientos que podrían tener esta edad. Pero con las
características halladas en La Pampa podríamos decir que son únicos
en el mundo. Esto tiene una gran importancia en el estudio de los
invertebrados y en la reconstrucción de la vida en el pasado.
Thiariudae ident.
 |
|
 |
Fósiles de la
familia Thiariudae, proceden de la provincia de Santa Cruz,
Argentina. Revista Ciencia Hoy. |
|
Fósiles de Thiariudae,
del Paleoceno (*). |
Invertebrado Gasteropoda. Este grupo de caracoles que
desde el hemisferio norte invadió Sudamérica a fines del Periodo
Cretácico y o en los albores del Terciario, junto a los primitivos
mamíferos, cuando las dos áreas continentales se unieron por
primera vez hace 65 millones de años. Abundantes fósiles en estratos
Paleocenos de la Patagonia Argentina son evidencias de su temprana y
exitosa expansión. Molusco perteneciente a la
clase Gastropoda, que incluye a los caracoles y a las babosas o
limacos. Los gasterópodos (del griego, gaster, 'estómago'; podo,
'pie') suelen caracterizarse por su cubierta única y su cuerpo
asimétrico. Forman la segunda clase en tamaño del reino Animal, sólo
superada por los insectos. La estimación más reciente del número de
especies conocidas es de unas 40.000 especies vivas, revisión a la
baja de una previa que ascendía a unas 80.000, y unas 15.000
especies fósiles. Los antecesores de los gasterópodos presentaban
simetría bilateral —es decir, su lado derecho y su lado izquierdo
eran similares—. No obstante, evolucionaron, haciéndose asimétricos,
lo que ocurrió por dos procesos. El primero de ellos fue una torsión
del cuerpo. Originalmente las branquias y el ano de los gasterópodos
se encontraban en el extremo distal del cuerpo. No obstante, la
mitad izquierda del mismo empezó a aumentar de tamaño relativo y la
parte superior del cuerpo (incluida la cubierta) giró, de modo que
las branquias y el ano quedaron por encima de la cabeza.
Nucleopygus salgadoi.
Parma, 1986.
 |
|
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Echinoidea indeterminado,
del Paleoceno de la Formación Salamanca en el Bosque
Petrificado Florentino Ameghino, Chubut. |
|
Aspecto en vida de un
integrante de los Echinoidea. (*). |
Invertebrado,
Equinodermo. Son equinoideos (Echinoidea),
comúnmente conocidos como erizos de mar, una clase del filo
Equinodermos. Carecen de brazos y tienen un esqueleto externo ,
cubierto sólo por la epidermis, constituido por numerosas placas
calcáreas unidas entre sí rígidamente formando un caparazón, en las
que se articulan las púas móviles. Han sido muy abundantes en
diversas épocas geológicas desde su aparición en el Silúrico. Del
sistema acuífero derivan los podios o pies ambulacrales capaces de
extenderse más allá de las espinas y cuya función es la locomoción,
captura de alimentos, respiración, etc. El caparazón calcáreo está
dividido en diez secciones soldadas íntimamente entre ellas que se
dividen en cinco zonas radiales y cinco interreadiales. En la parte
superior encontramos cinco placas más pequeñas. Una de ellas es la
placa madrepórica y las demás son placas genitales. Es en las placas
radiales e interradiales donde están ancladas las espinas y donde
hay unas perforaciones por las cuales la parte interior del erizo
estará conectada con la exterior mediante los podios.
Otros
vertebrados del Paleoceno Argentino:
Henricosbornia,
(*) Imagen de autor u origen desconocido.
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Políticas de uso de imágenes.
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l'Argentine.
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