Bonistas alemanes quisieron retener y embargar una
exposición de dinosaurios argentinos.
Publicado
en
Paleo. Año
7.
Numero 40. Octubre de 2009.
Fósiles de
dinosaurios pertenecientes a varios museos argentinos, que se
exhiben en Alemania como parte de una megamuestra de paleontología,
quedaron envueltos en una pelea judicial con acreedores del Estado,
ya que un grupo de bonistas que quedaron fuera del canje de deuda
argentino pidió a la Justicia de ese país que trabe un embargo sobre
esa colección.,Los fósiles forman parte de diversas colecciones
pertenecientes a los museos de Ciencias Naturales de La Plata, del
Chocón, de Trelew, de San Juan, de Plaza Huincul y de Río Negro,
según lo señalado por el diario El Día de La Plata.
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Se trata de
una medida pedida por acreedores alemanes, quienes como una
forma de reclamar el pago de deudas, solicitaron a la
Justicia de su país que trabe embargo sobre una colección de
restos de dinousarios exhibidos por estos días en Europa.
Desde que desembarcó en marzo último en la ciudad de
Rosenheim, la muestra "Dinosaurios Gigantes de Argentina" ha
tenido enorme repercusión en Alemania. Pero si en principio
ésta se debió sobre todo a la presencia del
Argentinosaurus huenculensis -considerado el mayor
herbívoro del planeta-, ahora se debe a un escándalo
vinculado a la deuda que mantiene la Argentina con bonistas
extranjeros por unos 20 mil millones de dólares. |
"Son acreedores que
no se plegaron en su momento a la propuesta del Gobierno de
cancelarles la deuda con quitas y se dedican a perseguir activos
argentinos en todo el mundo. En este caso intentaron ir contra una
muestra palenteológica itinerante que comprende fósiles de nuestro
país", explicó Hugo Alvarez Saez, asesor legal del Conicet, el
organismo a cargo de la exhibición, en declaraciones citadas por el
diario de La Plata. "Con este tipo de acciones los bonistas no
persiguen tanto un resultado judicial como uno mediático. Sabemos
que suelen presentar incluso pedidos de embargo que no tienen la
menor chance de prosperar y aún así los plantean en busca de un
golpe de efecto", comentó el funcionario del Conicet
Hallan fósil de una ballena del Plioceno en Chubut.
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Se trata de una
mandíbula en excelente estado de conservación. La encontró un
pescador en Chubut. La mandíbula de una ballena de diez millones de
años de antigüedad fue extraída de los acantilados de Punta Ninfas,
en Chubut, según confirmó el director de investigación de la
Secretaría de Cultura de esa provincia, Adrián Guillaume. Los restos
fueron hallados tras varios días de manipulación de los restos, que
los investigadores debieron despojar de los sedimentos en los que
estaba y sacarlos por vía marítima con un gomón semirrígido y
transbordarlos al guardacostas Martín García de la Prefectura Naval
Argentina.
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El trabajo
de búsqueda se inició luego de que un vecino de la zona
informó en diciembre del año pasado que había encontrado
algo de grandes dimensiones entre las piedras y la arcilla
de la playa, al sur de Península de Valdés y a 50
kilómetros, al noreste de la capital provincial. A partir de
los datos que brindó el hombre, un pescador deportivo, se
inició un operativo de observación de los restos que
concluyó con la extracción de los mismos. Los fósiles fueron
enviados al museo paleontológico Egidio Feruglio de Trelew,
donde se concentra la actividad científica relacionada con
la investigación paleontologica. |
Guillaume estimó
que los restos "tienen unos 10 millones de años, en base al
sedimento que lo rodea, que denominamos yacimiento Puerto Madryn,
una formación propia de esa zona que rodea la parte sur de Península
Valdés".,El experto destacó el buen estado de conservación de la
muestra a pesar de la exposición al ambiente salino marítimo. La
mandíbula primero pasó por el Centro Nacional Patagónico, donde fue
sometida a una tarea de limpieza y lavado con agua dulce para evitar
el proceso de corrosión que provoca el alto nivel de salinidad.
Punta Ninfas es la punta sur de la boca del Golfo Nuevo, en la parte
meridional de Península Valdés, donde hay un faro que fue instalado
en 1918, en uno de los puntos panorámicos mas visitados, pues desde
allí se pueden observar los acantilados que se levantan en el otro
extremo de la rada.
Desean declarar Patrimonio de la Humanidad las
huellas de grandes mamíferos extintos del Pehuen Co.
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Numero 40. Octubre de 2009.
Es extraño leer en
el portón de entrada el nombre del museo Carlos Darwin. Alguna
autoridad imaginó que era demasiado extranjerizante utilizar
“Charles”, así que quedó Carlos, nomás.
El Museo Municipal
de Ciencias Naturales Carlos Darwin, el único que lleva el nombre
castellanizado del autor de El origen de las especies, está ubicado
en el municipio de Coronel Rosales, al lado de Punta Alta, un
poblado en el que –créanme– conviene no pasar a la hora de la siesta
sin provisiones. De todas maneras, la experiencia vale la pena
porque, puertas adentro, se guarda una de las más completas e
interesantes colecciones sobre los hallazgos de Darwin en Argentina.
Están los cráneos, los fósiles, los animales recreados, los mapas,
las descripciones geológicas y todo el detalle de lo que el
naturalista recogió, observó y describió.
Además, alumnos de
las escuelas de la región tienen la posibilidad de aprender y
participar con funciones de títeres o realización de maquetas
alusivas con sus animales preferidos (casi siempre es Diego, el
“Tigre dientes de sable” de la era del hielo). El museo se inauguró
en 1990, tras la visita del nieto de Darwin. Y hace pocos años llegó
la tataranieta Sara Darwin, bióloga del Museo Británico de Londres.
Ambos se fueron extasiados tras recorrer las barrancas con fósiles.
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El museo
también tiene muestras del otro gran yacimiento
paleontológico del lugar: Pehuen Co. Se trata de un terreno
ubicado sobre la playa de un tradicional balneario, a casi
100 kilómetros de Bahía Blanca, sobre el que quedaron
grabadas las huellas de animales extintos hace miles de
años: megaterios, macrauquenias, pájaros o parientes lejanos
del guanaco. Para preservar el lugar, la geóloga Teresa
Manera, directora científica del museo, debió recorrer un
largo camino que refleja las dificultades que existen en el
país para cuidar nuestro patrimonio. |
Hace miles de años,
el mar estaba retirado de la costa argentina, se cree que hasta unos
200 kilómetros. En la zona de playa de Bahía Blanca y Punta Alta, el
terreno hacía que se formaran lagunas de agua dulce, provenientes de
lluvias o de ríos. En esos mini-oasis se reunían los animales, casi
todos extintos, que al caminar por el suelo arcilloso dejaban sus
huellas. Luego, ya fuera por la sequedad del ambiente o porque se
cubrieron con sedimentos que las protegieron, quedaron grabadas en
distintas capas.
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Caminar
con la marea baja permite ver algunas pisadas, como las del
guanaco, aves o la más grande y redondeada del megaterio.
Sin embargo, muchas están destruidas. Durante años, Teresa y
otros lucharon para que el Gobierno de la provincia de
Buenos Aires declarara a la zona como reserva natural. Pero
recién lo lograron el año pasado, y sólo hace pocos meses se
colocó por fin un alambrado que impide el paso a ese sector
de la playa. Antes, los vehículos 4x4 y las motos rompieron
gran parte de las capas y sus huellas. Precisamente, los
esfuerzos para preservar el lugar le valieron a Teresa el
Premio Rolex 2004, cuyos 100 mil dólares se destinaron casi
en su totalidad a recuperar lo perdido. |
Fue entonces cuando
Pehuen Co comenzó a hacerse más visible. Ahora la lucha es por
declarar Patrimonio de la Humanidad a este sitio, para lo que se
aprovecha el impulso del aniversario de Darwin y todas sus
implicancias mundiales. Las huellas permiten leer la historia de
hace millones de años, cómo eran el lugar y sus habitantes. Según
Nerea Bastianelli, estudiante de geología y guía del Museo, en
Pehuen Co está “lo que le faltó ver a Darwin”, el eslabón que le
hubiera permitido unir las partes del rompecabezas que encontró en
las barrancas de Punta Alta. En el museo también se está prepara la
presentación de unas huellas que pertenecerían a un hombre, de unos
seis o siete mil años. Si así fuera, Pehuen Co volverá a estar en la
boca de todos en poco tiempo.
Peligra el mayor sitio paleoicnologico del mundo con
huellas de mamíferos del Pleistoceno.
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Los rastros
prehistóricos están diseminados en unos cinco kilómetros de capas
arcillosas que se formaron hace miles de años. La protección de un
valioso yacimiento de huellas de animales que habitaron el sur de la
costa atlántica argentina hace 12.000 años, cuando el hombre
comenzaba a ingresar en la región, corre serio riesgo por la falta
de recursos y la amenaza turística, dijo a la AFP la geóloga Teresa
Manera. La heroica tarea está a cargo de un pequeño grupo de
científicos que viene batallando desde 1996 en Pehuen-Co-Monte
Hermoso, una zona 600 km al sur de Buenos Aires visitada por Charles
Darwin en 1832, recordó Manera, directora del Museo Municipal de
Coronel Rosales, que lleva el nombre del naturalista inglés.
"Hemos logrado
recientemente que se prohíba la circulación de vehículos en las
playas que, además de dañar las huellas, producen una aceleración de
la erosión costera. Pero tenemos que lamentar que hay huellas que
tenemos registradas en fotografías y que ya no existen", reveló la
geóloga. Los rastros prehistóricos están diseminados en unos cinco
kilómetros de capas arcillosas que se formaron hace miles de años y
que se fueron superponiendo como un 'milhojas' hasta ser cubiertas
por la arena de la playa, indicó. "Es muy delicada su protección y
conservación porque siempre se pueden encontrar huellas y restos
fósiles nuevos, cuando el mar y el viento barren la arena y los
dejan al descubierto", agregó Manera.
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En la
zona, declarada Reserva de la provincia de Buenos Aires en
1995, se identificaron 22 especies diferentes de mamíferos y
aves que convivieron hace 120 siglos en la región Pampeana.
La especialista indicó que también se había encontrado
alguna huella humana aislada y explicó que "en ese momento
el hombre recién ingresaba a la región". Sostuvo que el
tratamiento de estos yacimientos es diferente al de, por
ejemplo, al de dinosaurios que se descubren en rocas duras
porque éstas pueden fraccionarse e incluso trasladarse a un
sitio cubierto. |
"En estos casos se
trata de rocas blandas que no pueden ser extraídas y el criterio
científico es dejarlo en el hábitat natural y hacer moldes para que
puedan exhibirse, además de tomar fotografías e imágenes de video",
afirmó. Manera recordó que para hacer un documental sobre la zona se
habían destapado las huellas más relevantes, pero aseguró que esto
no puede hacerse regularmente para complacer al turismo. "Lo bueno
es que el lugar siempre es una sorpresa porque no se sabe qué es lo
que la marea y los vientos van a dejar al descubierto y qué es lo
que vamos a ver", explicó.
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Consideró
que la zona "sería un excelente recurso de turismo ecológico
cultural no masivo, pero con protección previa. También
están los médanos con flora y fauna autóctonas del pastizal
pampeano, que prácticamente está extinguido". La profesora
de la Universidad de Bahía Blanca destacó la prohibición de
la circulación de vehículos en la zona pero insistió en que
se debería evitar la extracción de arena y nombrar varios
guardaparques con vivienda y equipamiento apropiado.
"Tenemos dos guardaparques a quienes yo considero héroes de
la protección del medio ambiente" por las condiciones en las
que trabajan, afirmó Manera e insistió en la necesidad de
incrementar los recursos económicos. |
Para los
interesados de conocer mas sobre este maravilloso sitio
paleoicnologico, recomendamos visitar el sitio Web de PaleoArgentina
Web en su sección “PaleoDivulgacion” en
http://www.grupopaleo.com.ar/paleoargentina/notas.htm y en
distintos artículos bien ilustrados de “Paleo - Boletín
Paleontológico”, en los cuales puede acceder fácilmente en
www.grupopaleo.com.ar/boletin/
Encontraron restos de una ballena prehistórica cerca de Gualeguay.
Héctor "Bocha" Cantoni, paleontólogo
aficionado de esta localidad entrerriana, rescató recientemente de
terrenos ubicados al sur de la ciudad de Gualeguay varios restos
fósiles pertenecientes a una ballena prehistórica que habitó esta
zona cuando fue un lecho marino, hace siete mil de años atrás.
El hallazgo
se produjo cerca de la desembocadura del arroyo Cle en las
inmediaciones de Puerto Ruiz -un pequeño pueblo ribereño ubicado a
10 kilómetros de Gualeguay-, de donde el galarcense, ayudado por
vecinos del lugar, logró desenterrar a dos metros y medio de
profundidad una costilla de más de dos metros de largo, una vértebra
y un hueso del oído de la ballena, la cual -según Cantoni- se
denominaría Eubalaena y habría pertenecido al período
Holoceno.
"La vértebra
tiene forma cuadrada y esta particularidad habría permitido a este
animal realizar movimientos con mayor flexibilidad que las ballenas
actuales. El hueso del oído es similar a un caracol y por lo que
tengo entendido es muy raro encontrar este tipo de piezas", comentó
Cantoni.
El aficionado agregó que, según sus
investigaciones, pudo conocer que la ballena de aquellos tiempos
gustaba de aguas poco profundas y solía viajar en grupos de ocho a
diez ejemplares. "Por eso, pienso que deben haber cantidades
industriales de material paleontológico por descubrir en esa y otras
zonas de Entre Ríos. Hay muchos antecedentes, como el del propio
Florentino Ameghino, quien también descubrió en 1910 una ballena
prehistórica que se hallaba enterrada en una isla del Paraná. Por mi
parte voy a seguir trabajando en el lugar porque estimo que aún
quedarían otras partes de este animal", señaló.
"Estos restos de animales marinos sumados a la
presencia de arena conformada por partículas de conchilla fosilizada
en los lugares de los hallazgos, son una prueba irrefutable de que
la zona estuvo cubierta por el mar", apuntó. Cantoni tiene 63 años y actualmente se dedica
junto a sus hijos a la distribución de lácteos y fiambres. Se define
como un amante de la naturaleza y un acérrimo enemigo de la
contaminación del medio ambiente y la depredación del recurso
pesquero.
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Todos los años recibe la visita de
delegaciones escolares en su domicilio de General Galarza,
en donde brinda desinteresadamente a los alumnos sus
conocimientos de paleontología y arqueología -que adquirió
en forma autodidacta-, y les muestra orgulloso los elementos
que datan de tiempos remotos y que ha descubierto
prácticamente a lo largo de toda su vida.
"Con
la ayuda de mi familia y de vecinos he podido desenterrar
restos fósiles de gliptodontes, mastodontes, megaterios
y milodontes, entre otros animales prehistóricos.
También algunas puntas de lanzas, flechas, hachas y vasijas
de barro que hallamos principalmente en cercanías del río
Gualeguay", refirió.
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Pese
a reiteradas solicitudes formales, Cantoni no ha logrado
recibir hasta el momento ayuda alguna de parte de
autoridades gubernamentales para llevar adelante su tarea,
por lo que "todo lo que hacemos demanda esfuerzos propios y
la verdad es que a nosotros, los aficionados, se nos hace
muy difícil seguir adelante porque no tenemos recursos",
señaló el coleccionista.
El sueño del museo propio
"Se habló mucho de instalar un museo en
General Galarza, pero nunca pasó nada porque lamentablemente la
cultura y la paleontología no son contempladas por los políticos
porque no les interesa el tema", denunció Cantoni. Por tal motivo,
el aficionado decidió invertir fondos propios y edificar una
habitación extra en su casa de General Galarza para instalar
próximamente un museo arqueológico y paleontológico, en donde podrá
desplegar cómodamente todos sus hallazgos y exhibirlos al público.
Otros
antecedentes en Entre Rios.
En 1977, en la
localidad de La Calera, al SO de Gualeguay, departamento de las
islas de Ibicuy, fueron hallados restos fósiles de una ballena
Euballena del genero
balaena,
a pesar de su actual lejanía del mar.
Se encontraban
enterrados en sedimentos de origen marino, asociados a restos de
invertebrados, productos a la última ingresion marina ocurrida hace
6000 años. El Museo Serrano recupero numerosas partes del esqueleto,
los cuales se hallan en exhibición.
Fuentes:
Der., Agencia de Noticias – PaleoArgentina Web.
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