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Egidio
Feruglio y sus aportes a la Paleontología Patagónica.
Tomado de: Magnussen Saffer,
Mariano (2011). Egidio
Feruglio y sus aportes a la Paleontología Patagónica. Paleo,
Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico.
Año 9. 58: 28-30.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
Fue un naturalista,
geólogo, y docente italiano. Doctor en ciencias naturales. Nació el
1 de Septiembre de 1897 en Felletto Umberto, Provincia de Udine,
Italia. Egidio Feruglio se doctoró en 1920, a los veintidós años en
Ciencias Naturales, en la Universidad de Florencia y luego fue
designado geólogo en la oficina Hidrográfica y en el Departamento
Químico Agrario de Venecia, para pasar poco después a actuar como
ayudante geólogo en la Universidad de Cagliari.
 |
En este
período se dedicó especialmente a estudios y levantamientos
geoagrológicos, geológicos, hidrológicos y glaciológicos en
los Alpes, los Apeninos y en la isla de Cerdeña, y dictó las
clases prácticas de la cátedra a la que estaba adscripto.
En 1925,
viene a Argentina, y se incorporó como geólogo ayudante a la
"Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales",
hasta 1928, realizando viajes de estudio en las provincias
de Salta, Jujuy, Mendoza, Río Negro, Chubut y Santa Cruz,
para la búsqueda y el levantamiento geológico de yacimientos
petrolíferos. |
Luego de un viaje
de un año a Italia, donde realizó estudios de fósiles en el
instituto Geológico de la Universidad de Bolonia, volvió a
Argentina, para continuar sus investigaciones al frente de las
comisiones geológicas de YPF destacadas en la Patagonia y en la
provincia de Salta. De 1932 hasta 1934 estuvo nuevamente en Italia,
incorporado al Instituto Geológico de la Universidad de Bolonia, en
la cual dictó paleontología, se dedicó al estudio de fósiles, y
efectuó levantamientos en los Alpes Orientales.
De vuelta en
Argentina en 1934, reanudó sus trabajos y estudios como jefe de las
exploraciones geológicas que realizaba YPF en la Patagonia. En 1937,
pasó a la Dirección General en Buenos Aires, y de allí efectuó
viajes de estudio y levantamiento en Corrientes, Mendoza, Neuquén,
Río Negro, Patagonia y Tierra del Fuego. A mediados de 1940, fue
adscripto a la Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza, con la
misión de organizar el Instituto del Petróleo y dictar el curso de
mineralogía y geología en la Escuela de Agronomía.
 |
En 1941,
se incorporó definitivamente a la Universidad. Desde
entonces siguió desempeñando el cargo de director del
Instituto del Petróleo, y dictando en él las cátedras de
geología y petrología.
Además de
los trabajos y estudios directamente relacionados con los
cargos desempeñados, efectuó por su cuenta exploraciones en
Uruguay, en la Cordillera del lago Argentino (conjuntamente
con el padre Alberto M. De Agostini) y viajes a las
provincias de Córdoba, San Juan, La Rioja, etcétera, a Chile
austral y central, y al Brasil. |
Autor de un
centenar de publicaciones sobre geología, paleontología y
fisiografía, editadas en Italia y en la Argentina, e ilustradas en
parte con mapas geológicos. Su principal contribución científica se
refiere a la región véneta en su patria, y a la Patagonia. Colaboró
en diversas revistas europeas y argentinas. Fue miembro de la
Academia Nacional de Ciencias y correspondiente y socio de varias
instituciones científicas nacionales y extranjeras.
Por ello, a más de
50 años de su muerte, la ciudad Trelew en la Provincia de Chubut, el
Museo Paleontologico mas importante de la Patagonia, lleva su nombre
en honor a este gran científico, definitivamente incorporado a la
historia de Argentina. Falleció en su ciudad natal, en 1954.
Bibliografía Sugerida
Babini, J. 1954. La
evolución del pensamiento científico en la argentina. Ediciones La
Fragua. Buenos Aires. 250 pp.
Camacho, H. 2004.
Día del geólogo. Boletín Carnotaurus Nº 51: pp3
Egidio Feruglio.
Wikipedia.
Magnussen Saffer,
Mariano (2009). Reseña histórica de la evolución de la Ciencia
Paleontológica en la Republica Argentina desde 1772 a 1910. Paleo,
Boletín Paleontológico. Año 7. 41: 07-09.
SPENCER, F., 1990, Piltdown. A Scientific Forgery, Oxford University
Press, London.
Auguste Bravard. Un interprete de los procesos geológicos y su
influencia en el desarrollo de la paleontología.
Tomado de; Magnussen Saffer,
Mariano (2010).
Auguste Bravard. Un interprete de los
procesos geológicos y su influencia en el desarrollo de la
paleontología.
Paleo, Boletín
Paleontológico. Año 8. 46: 10-12.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
Augusto Bravard. Nació en
Auvergne (Francia) a principios del siglo XIX. Poco se sabe de la
vida de Augusto Bravard en los tiempos previos a su llegada a la
Argentina. Diplomado de ingeniero, se dedicó a la explotación de las
minas de plomo en distintas regiones de su país, y, a través de esta
tarea, se hizo de una importante colección geológica que vendió al
Museo de Londres.
Esto lo decidió a encarar una
carrera autodidacta como geólogo y paleontólogo. Más tarde, en
Clermont Ferrant, en la función de ingeniero municipal, Bravard se
especializó en las investigaciones de arqueología histórica, y
redactó numerosos escritos que publicaría en nuestro país. A
mediados de la década de 1830, Bravard competía con personas como
Lartet y Croizet en la adquisición de las mejores colecciones
paleontológicas que posteriormente se vendían a museos públicos y
privados. Así se logró vincular con Cuvier y con Lauvillard. Como
otros coleccionistas, Bravard destinaba recursos procedentes de su
principal ocupación y gran parte de su tiempo en la formación de
colecciones.
Como d´Orbigny, Bonpland y
Burmeister, Augusto Bravard fue uno de los importantes naturalistas
extranjeros que tomaron a la Argentina como país de adopción y lugar
de desarrollo de sus respectivas carreras científicas, fascinados en
buena medida por la gran cantidad de fósiles que se podían
desenterrar de estas tierras.
 |
Bravard llegó al país
probablemente en 1853, instalándose en Buenos Aires.
Continuó aquí con el coleccionismo de fósiles, tal como lo
hacía en su país natal. Hizo sus primeras investigaciones en
la Boca del Riachuelo y la Recoleta, en el área
metropolitana, logrando reunir una buena colección de
mamíferos fósiles del Pleistoceno temprano y medio que en
1854 vendió al British Museum of Natural History, y también
recolecto numerosos fósiles en los terrenos terciarios
marinos de las barrancas del Paraná.
Por estos trabajos, le fue
ofrecida la dirección del Museo Nacional de aquella ciudad,
creado por Urquiza en 1854, y en el que sucedería al belga
Du Graty. Instalado ya en Paraná, incursionó en temas
básicos de geología general, incluyendo estratigrafía,
paleontología y génesis sedimentaria. |
Bravard continuó sus
expediciones en Entre Ríos, y más tarde marchó a Mendoza, donde
permaneció solo algún tiempo, ya que fue comisionado para estudiar
los terrenos auríferos de las sierras de Córdoba. La orden,
impartida por el presidente Urquiza, la recibía en calidad de
Inspector General de Minas, cargo que había recibido en 1857
Los aportes geológicos de
Bravard están fuertemente influidos por las ideas del geólogo
escocés Charles Lyell (1797-1875), quien, basándose en el concepto
del Actualismo de James Hutton (1726-1797), lo lleva al “más extremo
y dogmático” del Uniformitarismo (Harrington, 1973: 305). Estos
conceptos, al igual que el concerniente al enorme lapso temporal
involucrado por los procesos geológicos, distaban mucho de tener un
consenso generalizado en la época de Bravard, aún fuertemente
influida por la antigüedad bíblica atribuida a la Tierra.
Por otra parte, debe destacarse
que el aporte estrictamente paleontológico de Bravard se limita a
listados donde crea numerosos nombres específicos, y aun genéricos
–especialmente para los
vertebrados–, sin acompañarlos
de una descripción; ciertamente, esos nombres carecen actualmente de
validez nomenclatural. Sin embargo, algunos de los mamíferos fósiles
nominados por Bravard fueron reconocidos ya en el siglo XIX como de
valor estratigráfico. Tal es el caso del “Typotherium”,
nombre dado a un ungulado nativo extinto que frecuentemente se
encontraba en los sedimentos del Pleistoceno inferior y medio que
afloraban en la costa del Río de la Plata, en la actual ciudad de
Buenos Aires. Este mamífero fue descrito formalmente por el geólogo
y paleontólogo francés Marcel de Serrés con el nombre de
Mesotherium. Adolf Doering utilizó al “Typotherium”
como fósil característico de su “Piso pampeano inferior” , criterio
que compartieron Kaspar Jacob Roth y Florentino Ameghino.
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Resultaron de su corta
estadía en la Argentina tres publicaciones fundamentales:
“Observaciones geológicas sobre diferentes terrenos de
transporte en la hoya del Plata”, “Estado físico del
territorio. Geología de las pampas”, publicado en “Registro
Estadístico del Estado de Buenos Aires”, ambas de 1857, y
“Monografía de los terrenos marinos terciarios de las
cercanías del Paraná”, publicada en 1858. A ellos se agrega
el “Mapa geológico y topográfico de los alrededores de Bahía
Blanca” (1857) y un catálogo enumerativo: “Catalogue des
especes d’animaux fósiles recueillies
dans l’Amerique du Sud de 1852 a
1860” (1860). |
Auguste Bravard murió
trágicamente en ocasión del terremoto que devastó la ciudad de
Mendoza el 20 de marzo de 1861. Su última colección permaneció en la
Argentina y tras su muerte el Estado Argentino la adquirió en 1866
para destinarla al Museo Nacional Argentino que se fundaría anexo a
la Academia y Facultad de Ciencias Matemáticas y Físicas de Córdoba.
Finalmente su colección fue depositada en el Museo Público de Buenos
Aires que dirigía el sabio Carlos Germán Conrado Burmeister
(1807-1892).
Bibliografía Sugerida.
Ameghino, F., 1889. Contribución
al conocimiento de los mamíferos fósiles de la República Argentina.
Actas de la Academia Nacional de Ciencias de la República Argentina
en Córdoba, 6; 1027 pp.
Borrello, A. V., 1970. Augusto
Bravard, precursor de la cartografía geológica argentina. Boletín
Academia Nacional de Ciencias, Córdoba, 48: 455-460.
Bravard, A., 1857 a.
Observaciones geológicas sobre diferentes terrenos de transporte en
la hoya del Plata. Biblioteca del diario La Prensa, Buenos Aires.
Bravard, A., 1857 b. Geología de
las pampas. En Territorio, Estado Físico del Territorio, Registro
Estadístico del Estado de Buenos Aires, tomo primero. Imprenta de la
Tribuna, 22 pp.
Bravard, A., 1858. Monografía de
los terrenos marinos terciarios de las cercanías del Paraná.
Imprenta del Registro Oficial, Paraná, 107 pp.
Cione, A. L. y Tonni, E. P.,
2005. Bioestratigrafía basada en mamíferos del Cenozoico superior de
la provincia de Buenos Aires, Argentina.
Doering, A., 1882. Informe
oficial de la Comisión Científica agregada al Estado Mayor General
de la Expedición al Río Negro. Entrega 3, 3ra. parte, Geología, pp.
401-430; Buenos Aires.
Eduardo P. TONNI , Ricardo C.
PASQUALI y José H. LAZA. Auguste Bravard y su Contribución al
Desarrollo de las Ciencias de la Tierra en la Argentina
Tonni, E .P. y Pasquali, R. C.,
2006. Alcide d’Orbigny in Argentina:
the beginning of stratigraphical studies and theories on the origin
of the «pampean sediments». Earth Sciences History 25 (2):
215–222.
Lorenzo Parodi. |
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Las
ideas ameghinianas y sus polémicos hallazgos. |
Por Mariano Magnussen. Fundación de Historia Natural
Félix de Azara. Laboratorio Paleontológico del Museo de Ciencias
Naturales de Miramar “Punta Hermengo”. Grupo Paleo.
marianomagnussen@yahoo.com.ar
Fragmento del articulo publicado
originalmente: Magnussen Saffer, Mariano. (2022). Lorenzo Parodi.
Las ideas ameghinianas y sus
polémicos hallazgos.
Paleo Revista Argentina de Divulgación Paleontológica. Año XV numero
152: 31 - 36.
Fue sin dudas, uno de los
personajes más emblemáticos de principios del siglo XX, con grandes
aportes a la ciencia y otros brutalmente cuestionados y dudosos, fue
Don Lorenzo Parodi (1857-1932), un inmigrante italiano que llego a
la argentina en 1874. No sabía leer ni escribir, solamente firmar.
No hablaba castellano, sino una mezcla de ese idioma y del dialecto
Genovés.
Era un vecino popularmente
conocido de la villa balnearia de Mira Mar (actualmente conocida
como ciudad de Miramar, en la provincia de Buenos Aires, Argentina).
Su contribución a la ciencia trascendió fronteras, aunque fue negado
durante décadas por los polémicos hallazgos que realizo en el
litoral marítimo bonaerense.
Parodi también poseía una
"chacra-museo" en lo que es hoy día, la Diagonal R. Mitre. Allí, don
Lorenzo, exponía temporalmente sus hallazgos paleontológicos y
arqueológicos, hasta que eran trasferidos a Buenos Aires o La Plata.
Fue un hombre del pueblo,
simpático y franco, con ciertos rasgos de viveza “criolla”, aunque
esta característica generalmente se atribuye a los genoveses. Se
dedicaba a coleccionar fósiles en la provincia bonaerense que luego
se los vendía o entregaba al Museo de Historia Natural de Buenos
Aires, y a otros Instituciones.
Durante la primera década del
siglo XX se radica en la localidad de Necochea, en donde ya había
comenzado a realizar hallazgos de origen bioarqueológico.
Posteriormente contrae enlace
con doña Concepción Bustos, de cuya unión nacieron sus hijos,
Lorenzo Julio (1890- 1969) y Rodolfo (1903-2004), posteriormente
ellos fueron grandes figuras en la paleontología nacional.
|
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En 2021, el paleontólogo
Eduardo Tonni, publico un libro titulado “Los Parodi, un siglo de
protagonismo en la paleontología de vertebrados”. Allí el autor
aclara muy bien quien es cada “Parodi” y como atribuyeron a la
ciencia, ya que, generalmente en la literatura científica, se los
confunde a Lorenzo, con Lorenzo Julio, y a estos con Rodolfo.
Incluso, Rogelio Oscar Parodi (1921-2004), también conocido como “Toto”,
nieto del patriarca Lorenzo, quien, en una forma menos preparada,
colectaba fósiles en Miramar, generando interesantes aportes.
Estas cuatro generaciones, a
veces también se los asocia a otros “Parodi” dentro de distintas
ramas de la investigación científica y técnicas, pero sin parentesco
demostrable.
Los primeros hallazgos
arqueológicos de Lorenzo Parodi, fueron realizados en el Partido de
Necochea, aunque anteriormente ya había recuperado una buena
cantidad de fósiles de animales en el Cuaternario.
|
Para la recién iniciada década
de 1910, la familia Parodi – Bustos ya se encontraban viviendo en
Miramar. Realizando recorridos por la costa y médanos en busca de
restos fósiles. Lorenzo, conoce a José María Dupuy, hijo del
cofundador de Miramar, que, a pesar de su acomodada situación
económica, era subprefecto de la ayudantía marítima, asistiendo los
bañistas en la temporada estival. Dupuy, también era un naturalista,
aunque no alcanzo una fama reconocida, pero realizo muchos aportes
al Museo de Historia Natural de Buenos Aires y al Museo de La Plata,
con restos fósiles, material arqueológico y grandes mamíferos
marinos que aparecían sin vida en la playa. Además, desde 1912,
tenía su pequeño museo (el primero en la región) en una habitación
construida especialmente para este fin, en el edificio de la
ayudantía marítima de prefectura, ubicado en el ingreso de la
antigua rambla de madera. Esto forjo una importante amistad entre
Dupuy y Parodi, colaboración mutua y gusto por las ciencias
naturales.
 |
En aquellos tiempos, se estaban
buscando evidencias de los hombres primitivos en todo el mundo, y se
trabajaba en la elaboración de una secuencia en la que se ponía a
cada uno de los hallazgos su lugar en el tiempo. Además, hacía unas
décadas se había hallado restos muy importantes de Neanderthal, en
Alemania. Todos los países del primer mundo (incluyendo Argentina
que era una potencial mundial para entonces), querían tener la cuna
de la humanidad en su país. |
Con el orgullo ingles herido
por los hallazgos en Alemania, los británicos presentaron unos
restos, mitad humano, mitad mono. Fue llamado el hombre de Piltdown,
conocido por ser uno de los mayores fraudes en la historia de la
paleoantropología, principalmente porque se creyó verdadero durante
más de 40 años, desde que se anunciara su descubrimiento en 1912
hasta 1952, que se demostró el fraude. A pesar que la corrección la
hicieron los mismos científicos, algunas religiones lo siguen usando
de pretexto para atacar la ciencia, la teoría de la evolución
darwiniana y afianzarse en el creacionismo.
Mientras tanto, Florentino
Ameghino visito al menos, en tres oportunidades la zona de Miramar y
alrededores en 1908, publicando un potentoso trabajo sobre la
geología y paleontología de las formaciones sedimentarias de este
amplio sector de la costa. Junto a su hermano Carlos y a Lorenzo
Parodi realizó varios viajes más a este sector de la costa
bonaerense centrándose fundamentalmente en el área de Miramar con el
estudio del “hombre fósil”, la teoría sostenía que el hombre se
había originado en las pampas argentinas, y que varias localidades
de la costa bonaerense tenían restos humanos y material lítico de
edad Terciaria.
 |
Las
publicaciones de Florentino Ameghino atrajeron la atención
de una parte importante de la comunidad científica en las
primeras décadas del siglo XX, y luego de su muerte (en
1911) su hermano Carlos Ameghino se ocupó de continuar el
trabajo en la zona. La figura de Lorenzo Parodi (y su hijo
Lorenzo Julio Parodi) cobró cada vez más notoriedad, y a
este primero, se le atribuyen la mayor parte de los
controvertidos hallazgos de este periodo relacionados al
“Hombre de Miramar” y el “origen pampeano de la humanidad”.
Lorenzo,
el patriarca, trabajo en un comienzo de jardinero,
abandonando esa actividad para cumplir sus tareas como
empleado extraordinario o también llamado “naturalista
viajero “del Museo Nacional de Buenos Aires, pagándole un
sueldo de 200 pesos moneda nacional con fondos propios del
museo capitalino, y con residencia permanente en Miramar.
|
La función que debía cumplir
Parodi, era la de vigilar, explorar toda la zona, y observar las
barrancas de la costa atlántica para detectar alguna pieza
arqueológica o resto fósil incrustado en las misma, por encargo del
entonces director del Museo, Carlos Ameghino (hermano de
Florentino).
De acuerdo a las instrucciones
dadas por Carlos Ameghino, debía dejar el objeto en el lugar donde
asomaba, avisando por telégrafo a éste, a fin de enviar personal
para su extracción.
Posteriormente se recuperaron
una gran industria lítica o de piedra, es decir, rocas de cuarcitas
o rodados costeros de origen volcánico, que fueron utilizadas para
la confección de instrumental de piedra, como boleadoras de roca y
hueso de megafauna, yunques, hachas, punteros en hueso, pesos de
redes, escorias de fogones entre otros, recuperados de los
yacimientos arqueolíticos y osteolíticos de Miramar, entre 1880 y
1919, en lo que hoy, es el ingreso al Bosque del Vivero Dunicola, en
donde estuvo implantada la vieja Baliza. Estos restos, se le
atribuyó a una antigüedad mayor. Ameghino los utilizo como otra
prueba de la presencia del hombre Terciario.
|
 |
El descubrimiento más
extraordinario fue realizado por el mismo Lorenzo Parodi en 1914, y
fue conocido como "el fémur de toxodonte flechado", lo que
confirmaba tempranamente la hipótesis ameghiniana, de que el humano
americano había coexistido con la megafauna. En este contexto,
Carlos Ameghino planteó sus dudas en la revista Physis (1918) y
expresó que Parodi fue el único que descubrió todos los yacimientos
que conocían los investigadores, de cierta manera despegándose de la
figura de Parodi, aunque siempre lo respaldo en público. |
Eduardo Tonni, en su libro,
hace una muy buena observación. Carlos Ameghinno le escribe a Parodi,
comentándole que el Museo Nacional buscaba hacer recortes, y que
seguramente, no le van a poder pagar. Casualmente, tres semanas
después, Carlos Ameghino y Parodi encuentran el fémur del Toxodon
chapadmalensis, pero Carlos nunca lo vio “flechado”, pues,
cuando Carlos vuelve Buenos Aires, se entera de la nueva observación
de Parodi.
Más tarde, una comisión de
prestigiosos científicos de la época, se trasladan a unos 5
kilómetros al nordeste de Miramar, en la barranca costera próxima al
arroyo Las Brusquitas, donde se hallaron varios artefactos líticos,
entre ellos una baleadora y un cuchillo de sílex, lo que determinaba
que el hombre habito esta zona los últimos dos millones de años. El
protagonista de estos hallazgos, era nada más y nada menos que
Lorenzo Parodi. Algunos de los investigadores sospechaban que los
objetos fueron enterrados en el sitio, posteriormente a la formación
de la capa, dejando varios documentos con sus observaciones. Entre
ellas, mencionan, que los artefactos líticos, eran totalmente
iguales a aquellos encontrados en yacimientos de superficie o en
dunas, cuya antigüedad no supera los 1400 años. Pareciera, que
Lorenzo dejaba de ser un hombre de confianza.
Parodi fue un hombre muy
astuto, recuerdan algunas personalidades con las que tuvo trato
directo. Aprovechaba la curiosidad de los visitantes, queriendo
conocer el lugar donde aparecieron los restos del "hombre
Terciario", propuesto años antes por el sabio Florentino Ameghino, y
que tanta repercusión tuvieron en los medios gráficos. A tal fin,
los llevaba al lugar en un pequeño coche de su propiedad, un sulky
en realidad, y solía indicarles que cavaran en determinado lugar
donde generalmente aparecía algún objeto lítico, alguna bola o sílex
tallado. Lo cual acrecentaba sus ganancias, sirviendo de cicerone a
las personas que se encontraban visitando el balneario de Miramar.
 |
El paseo lo complementaba con
una visita a su chacra, donde poseía un improvisado museo con
elementos recuperados en los alrededores del poblado, entre ellos
grandes fósiles de perezosos extintos, gliptodontes, huesos de
ballenas, y restos culturales del hombre primitivo, como boleadoras,
puntas de flechas entre otros. Apenas comenzado la década de 1910,
Mira Mar, ya tenía dos museos para visitar, y cuyos protagonistas
fueron fundamentales para la ciencia.
<<<Humanos cazando un
toxodonte. Ilustracion Daniel Boh. |
Con el correr de los años, los
arqueólogos demostraron que las ideas propuestas por Florentino
Ameghino y sus seguidores respecto a la antigüedad de los seres
humanos en nuestras pampas no eran correctas. Sosteniendo la mala
interpretación en la antigüedad de algunos terrenos estudiados por
aquel entonces, sumándole algunos intentos de fraude para apoyar la
teoría ameghiniana y generar recursos económicos para los
exploradores viajeros.
Más allá de ello, Florentino,
dejo una riquísima bibliografía mundialmente utilizada. La obra de
los Ameghino es impresionante, ya que da base a la paleontología, la
geología del hemisferio sur, y su tarea está plasmada en gran
cantidad de tomos. Setenta años después, se confirma la coexistencia
del hombre con la megafauna, con una antigüedad entre 12 a 8 mil
años antes del presente, en donde aparecen varias bestias
prehistóricas cazadas, cocinadas y consumidas por el hombre en
varias localidades de Argentina y sudamericana. Los miramarenses
Lorenzo Parodi y José María Dupuy, colaboraron enormemente en esta
tarea, con interesantes observaciones y relatos sobre estos
hallazgos, lo que se puede ver ampliado en el libro Magnussen et al,
2022.
 |
En 1923, Carlos Ameghino deja
el puesto de director del Museo de Buenos Aires, y es reemplazado
por Martin Doello Jurado, quien decide ante tantas polémicas sobre
el “Hombre de Miramar”, trasladar a Lorenzo Parodi, de Miramar a
Buenos Aires como empleado de la institución. Lo que más llamo la
atención, fue que, desde que Parodi se fue de Miramar, no se volvía
a realizar ningún hallazgo en toda la zona, a pesar de las
constantes campañas científicas hasta nuestros días. |
Desde entonces, hasta su
muerte, Lorenzo vivió en la localidad bonaerense de Lanús,
realizando sus últimas tareas de campo en la localidad de Mercedes y
Azul. Falleció en 1932, a los 75 años de edad. Su obra, sus
hallazgos, las polémicas, errores, e incluso sospecha de fraude,
fueron un proceso fundamental para las siguientes generaciones de
paleontólogos.
Bibliografía sugerida.
Ameghino,
C. (1919). Nuevos objetos del hombre pampeano: los anzuelos fósiles
de Miramar y Necochea. Physis, 4, 562-563.
Ameghino, F. (1880-1881). La antigüedad del hombre en el Plata.
París.
Ameghino,
F. (1889). Contribución al conocimiento de los mamíferos fósiles de
la República Argentina. Academia Nacional de Ciencias, 1-1027.
Boh D. y
Magnussen, M. (2016). Historia del Museo Municipal “Punta Hermengo”.
En J. Athor y C. Celsi (eds.), La costa atlántica de Buenos Aires,
naturaleza y patrimonio cultural (pp. 603-609). Buenos Aires,
Argentina. Fundación de Historia Natural “Félix de Azara”.
Bonomo,
M. (2002). El hombre fósil de Miramar. Intersecciones en
Antropología, 3, 69-85.
Cenizo,
M., Soibelzon, E. y Tonni, E. P. (2011). Protección de costas y
pérdida del patrimonio paleontológico: el caso de Punta Hermengo
(Miramar, provincia de Buenos Aires). Revista del Museo de La
Plata, 11 (63), 1-16.
Daino,
L. (1979). Exégesis histórica de los hallazgos arqueológicos de la
costa atlántica bonaerense. Prehistoria Bonaerense, 95-195.
Giacchino, A., Bogan, S., Boh, D., Magnussen, M. y Meluso, J. M.
2020. La creación del Museo de Ciencias Naturales de Miramar “Punta
Hermengo” y sus antecedentes (General Alvarado, provincia de Buenos
Aires, República Argentina). Historia Natural (3ra serie), 9
Magnussen Saffer, Mariano. (2008). Don Lorenzo Parodi. Ciencia y
polémicas sobre el origen Terciario del Hombre. Año 6 numero 32: 19
- 21.
Magnussen Saffer, Mariano. (2022). Origen, historia y destino de los
Museos de Miramar. Fracasos y éxitos culturales. 110 años de aportes
patrimoniales. Grupo Paleo Ediciones.
Politis,
G. (2011). Nuevos datos sobre el “hombre fósil” de Ameghino. Publicación
Electrónica de la Asociación Paleontológica Argentina, 12 (1):
101-119.
Tonni,
E. P. y Zampatti, L. H. (2011). El “hombre fósil” de Miramar.
Comentarios sobre la correspondencia de Carlos Ameghino a Lorenzo
Parodi. Revista de la Asociación Geológica Argentina, 68 (3),
436-444.
Tonni,
E. P. 2021. Los Parodi. Un siglo de protagonismo en la paleontología
de los vertebrados. Fundación de Historia Natural Félix de Azara.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Friedrich
Von Huene.
Un largo paso por la
paleontología sudamericana.
Fragmento del articulo publicado
originalmente: Magnussen Saffer, Mariano. (2009). Friedrich
Von Huene. Un largo paso por la paleontología sudamericana.
Año 7 numero 34: 15 - 16.
Fue un paleontólogo alemán (Turingia, 22 de marzo de 1875 -
Turingia 4 de
abril de 1969). Fue el paleontólogo que más especies de dinosaurios designó en
toda Europa
durante la primera mitad del siglo XX.
Fue catedrático de paleontología en la universidad de Tubinga (1901-56) y
profesor de la misma disciplina hasta 1965. Junto a Robert Broon, realizó un
estudio detallado sobre la fauna fósil del triásico de Karoo (Sudáfrica) en 1905
y él mismo realizó estudios sobre el triásico de Turingia (1908) y el río Nucker
(1921-24) y el cretácico de la Patagonia (1919). Entre los Dinosaurios y fósiles
descritos por Huene se encuentran Halticosaurus
(1908), Saltopus (1910) y Altispinax
(1922), todos ellos del grupo de los Terópodos.
Llegó a la Argentina en 1923
contratado por el Museo de La Plata para estudiar los restos de
dinosaurios depositados en esa institución y se convirtió en un
precursor del estudio de los tetrápodos mesozóicos en América del
Sur. A lo largo de su vida Huene realizó fecundos trabajos sobre
tetrápodos inferiores principalmente de Europa, África, Brasil,
Argentina y Estados Unidos.
 |
En 1922 el Museo de La Plata
contaba con numerosos restos de dinosaurios en sus
colecciones, pero carecía de un especialista idóneo en el
tema, pues el Doctor Santiago Roth (1850-1924), jefe del
Departamento de Paleontología de Vertebrados, ya se
encontraba con un estado de salud bastante delicado. Ante
tales circunstancias, entre fines del año 1922 y comienzos
de 1923, el por entonces director, Doctor Luis María Torres
(1878-1937), inició por intermedio del Doctor Walther
Schiller (1879-1944) las gestiones para que el Profesor de
la Universidad de Tübingen, Friedrich von Huene, viniera
contratado para trabajar durante una temporada en la
mencionada institución platense. |
Una vez iniciado en el estudio de los
dinosaurios descubiertos en el territorio argentino, el Profesor
Huene no se limitó solamente a describir los materiales existentes
en el Museo de La Plata y aceptó trabajar también con los que le
fueron ofrecidos por el Museo Nacional de Historia Natural y por la
Dirección de Minas y Geología de la Nación. El Profesor Huene
también trabajó en nuestro país con reptiles marinos, determinó
algunos materiales y dio a conocer algunos trabajos, así en 1925
publicó en la Revista del Museo de La Plata sobre los restos de un
ictiosaurio
Durante el verano de 1923-1924,
acompañado por los Doctores Luis María Torres y Walther Schiller y
los técnicos Bernardo Eugui y Octavio Fernández, el Profesor Huene
realizó exploraciones en los territorios de Río Negro, Neuquén y
Chubut. Visitó en el norte de la Patagonia los yacimientos del cerro
de la Policía, de donde pasó a nuestro país hermano de Chile para
ampliar sus observaciones. De regreso en el territorio argentino
continuó viaje por Aguada del Caño, Bajada del Chocón, Aguada de
Córdoba y finalmente se dirigió a Chubut, de donde regresó a la
ciudad de La Plata a fines del mes de febrero de 1924.
Poco antes de que falleciera (1968),
el Profesor Huene fue visitado en su despacho de Tübingen por el
Doctor José F. Bonaparte y tras su muerte fue justamente Bonaparte
quien escribió una breve nota necrológica que publicó Ameghiniana,
la Revista de la Asociación Paleontológica Argentina
Bibliografía Sugerida:
BONAPARTE, J.F., "Necrológica:
Friedrich von Huene", Ameghiniana, 1970; 7 (2): 138, Asociación
Paleontológica Argentina, Buenos Aires.
BONDESIO, P., "Cien años de la
paleontología en el Museo de La Plata", Obra del Centenario del
Museo de La Plata, 1977; I: 75-87, La Plata.
GIACCHINO, A. 2001.
FRIEDRICH VON HUENE EN LA ARGENTINA.
Artículo publicado en Ágora
Philosóphica, Revista Marplatense de Filosofía, 2001.
TORRES, L.M., "Memoria del Museo de
La Plata correspondiente a los años 1922 y 1923", Revista del Museo
de La Plata, 1924; 1-49, La Plata.
TORRES, L.M., "Memoria del Museo de
La Plata correspondiente al año 1924", Revista del Museo de La
Plata, 1926; 1-18, La Plata. REIG, O.A., "La paleontología de
vertebrados en la Argentina: retrospección y prospectiva",
Holmbergia, 1962; 6 (17): 67-127, Buenos Aires.
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