Dinosaurio
Sauropodo. Es
un género representado por una única especie de dinosaurio saurópodo
titanosauriano, que vivió a mediados del período Cretácico hace
aproximadamente 88 millones de años, en el Coniaciano, en lo que hoy es
Sudamérica. Medía entre 18 y 27 metros de longitud y llegaba a pesar
entre 20 y 40 toneladas. A diferencia de otros dinosaurios contemporáneo
poseía un cuello corto y más robusto que los géneros Rinconsaurus
y Saltasaurusde cuello más largo y cuerpo más delgado
cosa que podría ser por una diferencia en los estratos de la vegetación
de la que se alimentaba. Mendozasaurus fue un herbívoro de
largas extremidades que sostenían un voluminoso cuerpo. En contraste,
poseían un cuello relativamente corto y grueso, a juzgar por las
gigantescas vértebras de su cuello que alcanzan 1 metro de ancho,
carácter inusual entre los dinosaurios. Además, poseían sobre su espalda
grandes placas óseas de 20 centímetros de diametro. Vivía en ambientes
de ríos meandriformes con amplias llanuras de inundación y bosques de
coníferas, junto con diversas tortugas de agua dulce y dinosaurios
carnívoros. Probablemente los mendozasaurio se desplazaban en manadas
cerca de los grandes ríos, quedando luego sus cadáveres expuestos a
carroñeros y crecientes que cubrían episódicamente las llanuras
fluviales Los restos encontrados son 22 vértebras caudales articuladas,
varias vértebras cervicales, una vértebra dorsal y numerosos huesos
desarticulados de los miembros.
Bonatitan reigí.Martinelli &
Forasiepi, 2004.
Verebra de
Bonatitan.
(*).
Esqueleto de
Bonatitan en
el MACN. (*).
Aspecto de
Bonatitan. (*).
Dinosaurio
Sauropodo.
Es un género
representado por una única especie de dinosaurios saurópodos
titanosáuridos, que vivió a finales del período Cretácico, hace
aproximadamente 83 y 65 millones de años, en el Campaniano y el
Maastrichtiano, en lo que hoy es Sudamérica. Bonatitan es
un saurópodo muy ligeramente construido de cerca de 6 metros de largo,
1,5 de alto y un peso de 3 toneladas, con las cavidades uniformes en las
vértebras caudales. Sus restos fueron encontrados en la Formación Río
Colorado, en el área en de Bajo Santa Rosa, en la Provincia del Río
Negro en la Argentina. Fue descripto a partir de dos esqueletos
incompletos con la presencia de la base del cráneo, por Martinelli y
Forasiep en el 2004. Bonatitan
conocido a partir de dos esqueletos incompletos es diagnosticado por la
asociación siguiente de caracteres: 1) surco longitudinal localizado en
la sutura entre los parietales que continúa posteriormente sobre el
supraoccipital al foramen magno; 2) tuberosidad del basiesfenoide larga
y estrecha; 3) dorsal a las vértebras caudales con huecos mediales
circulares a ovales profundo en ambas caras del lamina prespinal; 4)
vértebra caudal anterior con la lamina de los arco neurales de espino
postzygapofisial y espino-prezygapofisial 5) vértebras caudales
anteriores con las fosas interzygapophysial profundas con numerosos
huecos; 6) vértebra caudal anterior con un lamina secundario-horizontal
accesoria que extiende de la porción antero-ventral del postzygapofisis
a la mediados de la porción de la lamina espino-prezygapofisial; y
finalmente, 7) vértebra caudal anterior con una cresta axial prominente
en la superficie ventral del centro. Es colocado dentro de la familia
Saltasauridae.
Fósiles de Zapalasaurus
bonapartei,
en el Museo Paleontológico Olsacher de Zapala.
Posible aspecto de Zapalasaurus bonapartei.
(*).
Dinosaurio Sauropodo.
Es
un género representado por una única especie de dinosaurio saurópodo
diplodocoide, que vivió en el Cretácico inferior (hace aproximadamente
120 millones de años, en el Aptiano), en lo que es hoy Sudamérica. El
zapalasaurio se conoce por un ejemplar recolectado en la formación La
Amarga, noroeste de Patagonia, Provincia del Neuquén, Argentina a 80
kilómetros al norte de la ciudad de Zapala. El holotipo provendría de
depósitos fangosos de llanura aluvial ubicados en los tramos superiores
del Miembro Piedra Parada de dicha formación, constituyendo el primer
registro fósil para la citada unidad. Hasta la fecha, el registro de
saurópodos en la parte alta del Cretácico Inferior de Patagonia
consistía en un único grupo de diplodocoides, los rebaquisáuridos,
representados por dos géneros estrechamente relacionados,
Limaysaurusy Rayososaurus. El registro de
Agustinia, un posible diplodocoide y Zapalasaurus
hace suponer que la diversidad de diplodocoides basales en la parten
alta del Cretácico Inferior de Sudamérica es mayor de lo que se pensaba.
Según parece, en el Cretácico Inferior de Sudamérica los diplodocoides
fueron al menos tan abundantes y diversos como los titanosauriformes.
Esta situación contrasta notablemente con la que se da en el Cretácico
Inferior de Norteamérica, donde no se registran saurópodos
pertenecientes al primero de los grupos. Zapalasaurus bonapartei
es considerado como el grupo hermano de los demás Diplodocoidea,
excluyendo a Haplocanthosaurus. Con ellos comparte el
carácter vértebras caudales anteriores con componente dorsal del proceso
transverso bien desarrollado.
Dinosaurio
Sauropodo.
Es un género
representado por una única especie de dinosaurio saurópodo
titanosauriano, que vivió a finales del Cretácico, hace aproximadamente
89 millones de años entre el Turoniano y Coniaciano en lo que es hoy
Sudamérica. Sus restos fósiles fueron descubiertos por el paleontólogo
Jorge Calvo en la Loma Lindero, en Rincón de los Sauces. Perteneciente a
la Formación Portezuelo, en Neuquén, Patagonia Argentina, los restos de
este esbelto saurópodo son importantes desde el punto de vista anatómico
y sistemático. Los restos incluyen la base del cráneo, vértebras
cervicales, dorsales, sacras y caudales, así como numerosos huesos de
los miembros. Es caracterizado por la siguiente asociación de
autapomorfias: las bases de las tuberosidades divergen 70 grados uno del
otro; Una lamina cóncava y delgada une a las tuberosidades basales
ventralmente, el cóndilo basioccipital comparte la porción proximal de
la tuberosidad basal; las espinas neurales dorsales de la parte
posterior posee una larga lamina preespinal reforzada por dos laminas
accesorias, la porción distal del final de la rama púbica es rectangular
y medialmente curvado. Una análisis cladistico de la filogenia ha
ubicado al Muyelensaurus pecheni y a Rinconsaurus
caudamirus como un nuevo grupo dentro de los Lithostrotia y
llamaron al clado Rinconsauria. Este incluye a saurópodos de mediano
tamaño, diferentes de Aeolosaurini, Opisthocoelicaudiinae o
Saltasaurinae.
Amargatitanis macni.Apesteguía, 2007.
Vértebras
ilustrativas (*).
Posible aspecto de Amargatitanis. Autor
Luís V Rey.
Dinosaurio
Sauropodo.
Es un género
representado por una única especie de dinosaurio saurópodo
titanosauriano, que vivió a principios del período Cretácico, hace
aproximadamente 130 millones de años, en el Barremiano, en lo que hoy es
Sudamérica. La descripción está basado en los especímenes MACN PV N51,
53, y 34, los cuales fueron descubiertos en 1983, en la Formación La
Amarga, la misma del Amargasaurus, que aunque también es
un saurópodo no se encuentra relacionado con el Amargatitanis.
Estos restos fósiles consistían en seis vértebras caudales, un fémur,
una escápula y un astrágalo.La descripción formal se llevó a cabo en el 2007 por el paleontólogo
argentino Sebastián Apesteguía. El nombre se compone
por La Amarga, refiriéndose al lugar donde se encontró el fósil y
titanis del griego, titán, gigante, debido a las afinidades del
espécimen con los titanosáuridos. El nombre especifico es en honor del
Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN) gracias a su contribución y
continua formación de recursos humanos en paleontología vertebrada
durante los siglos XIX y XX.
Nopcsaspondylus
alarconensis.
Apesteguía, 2007.
Vértebras de
Nopcsaspondylus.
(*).
Aspecto de
Nopcsaspondylus. (*).
Dinosaurio
Sauropodo.
Es un género
representado por una única especie de dinosaurio saurópodo
rebaquiosáurido, que vivió a principios del período Cretácico, hace
aproximadamente 89 millones de años, en el Coniaciano, en lo que es hoy
Sudamérica. Se cree que llego a medir 15 metros de largo, una altura de
4,5 metros y un peso de 10 toneladas. Nopcsaspondylus, es
una rareza, se describio a partir de un informe realizado por Nopcsa en
1902 en el que se mostraba una vértebra dibujada pero no se la nombraba.
El fósil provenía de la Formación Candeleros, junto con el
titanosauriano Andesaurus, el Limaysaurus y
el Giganotosaurus, así como esfenodontes, tortugas,
serpientes y mamíferos, lo que muestra la diversidad de la fauna en esa
región. Nopcsaspondylus es un saurópodo de la familia
Rebbachisauridae, cercanamente relacionada con el africano
Rebbachisaurus, Nigersaurusy los sudamericanos Limaysaurus y Cathartesaura. La vértebra
dibujada muestra un cuerpo pequeño con grandes espacios vacíos, típico
de los rebaquiosáuridos.
Pitekunsaurus macayai.Filippi &
Garrido, 2008.
Vértebras y recreación en vida de
Pitekunsaurus macayai. (*).
Dinosaurio
Sauropodo.
Es un género
representado por una única especie de dinosaurio saurópodo titanosáurido,
que vivió a finales del período Cretácico, hace aproximadamente 83
millones de años, en el Campaniano de Sudamérica. Sus restos se
encontraron en la Formación Anacleto, en la Patagonia Argentina, en
Rincón de los Sauces Provincia del Neuquén. La especie tipo es P.
macayai.El nombre génerico proviene del
Mapudungun pitekun, que significa "denunciar", y el epíteto
especifico por el descubridor, el explorador petrolero Luis Macaya, que
descubrió el fósil en abril de 2004. En 2003 se descubrió en el mismo
sitio el Rinconsaurus, con el que comparte características
de las vértebras caudales, donde presentan dos tipos de articulaciones,
la craneal es anficoelia y la caudal biconvexa, por lo que podrían
pertenecer al mismo grupo de titanosáuridos. Ambos vivieron
en una región de clima templado en el que se alternaban periodos húmedos
y secos. El espécimen es representado por la caja craneal, frontal
izquierdo, un diente, cuatro vértebras cervicales, tres dorsales, cuatro
caudales, cúbito derecho y omóplato, el extremo próximal del fémur
izquierdo, fragmentos de la costilla y otros restos que permanecen
inciertos.
Malarguesaurus
florenciae.
González Riga et al., 2008.
Vértebra de Malarguesaurus
(*).
Vista en vida de
Malarguesaurus
(*).
Dinosaurio
Sauropodo.
Es un género
representado por una única especie de dinosaurio saurópodo titanosaurio
que vivió a fines del período Cretácico, hace aproximadamente 89
millones de años, entre el Turoniano y el Coniaciano, en lo que es hoy
Sudamérica. Su nombre proviene del Departamento de Malargüe, en la
Provincia de Mendoza, Argentina. Sus restos fósiles se extrajeron de la
Formación Portezuelo, Subgrupo Río Neuquén, Grupo Neuquén, y comprenden
vértebras de la cola, cheurones, costillas, y huesos de los miembros. La
especie tipo, fue descrita por González Riga et al. en 2008 y se
denomina M. florenciae. Se considera un robusto saurópodo
cercano a Ligabuesaurusy Phuwiangosaurus.
Posee vértebras caudales anteriores y medias de tipo procélica-opistoplática,
asociadas a vértebras caudales posteriores procélicas. Como otros de su
familia, Malarguesaurus fue un gran cuadrúpedo herbívoro,
posiblemente llego a medir 18 metros de largo y a pesar 20 toneladas.
Barrosaurus casaiquelai.Salgado, 2009.
Vértebra de
Barrosaurus. (*).
Aspecto del gigantesco Barrosaurus.
(*).
Dinosaurio
Sauropodo.
Un grupo de
paleontólogos ha descubierto una nueva especie de dinosaurio herbívoro
que vivió hace unos 80 millones de años y cuyos restos fósiles fueron
hallados hace una década en la Patagonia argentina. Es un dinosaurio saurópodo, de la especie de los
titanosaurios, herbívoro, de cuello largo y cuatro patas, muy grande y
pesado, con andar lento y que medía unos 30 metros de largo. Sus restos
fueron hallados en 1999, durante una expedición en el sureste de Neuquén
que forma parte de una vasta zona de yacimientos paleontológicos y que
fue financiada por la National Geographic Society estadounidense. Lo que
se encontró son tres vértebras bastante grandes y a pesar de que el
material está muy fragmentado hay detalles en la anatomía de las
vértebras que nos indicaron que era una especie distinta a las
conocidas.
Dinosaurio
Sauropodo.
Es un género de
dinosaurio saurópodo titanosáurido, que vivió a finales del geológico
Cretácico entre 75 a 70 millones de años durante el Campaniano y
Mastrichtiano en lo que hoy es América del Sur. El nuevo género debe su
nombre a la compañía energética Pan American, que financió las
investigaciones, y la especie honra a la familia Schroeder, dueña de las
tierras donde se encontró. Panamericansaurus
es muy similar al Aeolosaurus, con el que está
estrechamente emparentado, del que difiere sólo en detalles de las
vértebras. El holotipo MUCPv-417 fue encontrado en junio de 2003 cerca
de San Patricio del Chañar, en Neuquén, en estratos de la Formación
Allen. Panamericansaurus fue descrito por Jorge Orlando
Calvo y Juan Domingo Porfiri en 2010. Lo incluyeron en Aeolosaurini un
clado dentro de Titanosauridae, del cual son miembros también
Aeolosaurus y Gondwanatitan.
Rocasaurus muniozi.Salgado y
Azpilicueta, 2000.
Fémur de Sauropodo.
Ilustrativo. (*).
Posible aspecto de Rocasaurus.
(*).
Dinosaurio
Sauropodo.
Es un género
representado por una única especie de dinosaurio saurópodo titanosáurido,
que vivió a finales del período Cretácico, hace aproximadamente 75
millones de años, en el Campaniano, en lo que hoy es Sudamérica. El
rocasaurio fue un pequeño saurópodo de solo 8 metros de largo, 3 de alto
y 4 toneladas de peso. La aparición de saltasaurinos se encuentra
confinada a dos áreas de la Argentina. En el noroeste (Provincia de
Salta), con el Saltasaurusde la Formación El Lecho y del
norte de Patagonia (provincias del Río Negro y del Neuquén), de
Neuquensaurus de la Formación Río Colorado y Rocasaurus
de la Formación Allen. En esta última región, los saltasaurinos se
encuentran asociados a otros titanosáuridos, aunque en ningún caso
tienen más de una especie de saltasaurinos en el mismo nivel
estratigrafico. La ausencia de saltasaurinos en la Patagonia sur-central
es excepcional. En efecto, hasta la fecha los saltasaurinos no se han
colocado al sur del macizo del Norte-Patagonico, aun que los sedimentos
del cretáceo superior están representados bien en Patagonia meridional.
El hecho de que los saltasaurinos se han colocado únicamente en la
Argentina, se parece indicar que, probablemente, ellos tendrían su
origen después de la fragmentación de Gondwana, y la apertura del
Atlántico Sur, un acontecimiento que ocurre posiblemente a mediados
cretáceo. Aunque la evidencia disponible sigue siendo fragmentaria, es
posible observar que la diversidad de los titanosauridos de Patagonia
aumenta hacia finales del cretáceo. En detalle, los saltasaurinos
experimentaron una última diversificación, con por lo menos, tres
distintas especies.
Rinconsaurus
caudamirus.Calvo & Riga,
2003.
Aspecto de vértebra caudal.
Ilustrativo. (*)
Posible aspecto
de Rincosaurus (*).
Dinosaurio
Sauropodo.
Un género representado
por una única especie de dinosaurio saurópodo saltasáurido, que vivió a
finales del período Cretácico, hace aproximadamente 83 millones de años,
en el Campaniano, en lo que hoy es Sudamérica. El nombre genérico hace
referencia a Rincón de los Sauces, donde los fósiles fueron
descubiertos, mientras que el epiteto especifico, caudamirus, significa
"cola asombrosa", en referencia a la inusual forma de las vértebras.
Dentro de Saltasauridae, Coria y Riga colocan a este dinosaurio
cercanamente emparentado a Aeolosaurus basándose en varios rasgos
derivados. En 2007, Casal et al. asignó a Rinconsaurus, Gondwanatitan y Aeolosaurus a Aeolosaurini, una
tribu dentro de la subfamilia Saltasaurinae. Queda ver, sin embargo, si
esta clasificación recibe aceptación entre los pares. Alternativamente,
en 2007 Calvo, González Riga y Porfiri erigieron un clado para este
dinosaurio junto a Muyelensaurus dentro de Saltasauridae
llamado Rinconsauria.
Bonitasaura
salgadoi.Apesteguía, 2003.
Fósiles de
Bonitasauria.
Aspecto de
Bonitasauria.
Dinosaurio
Sauropodo.
Es un género
representado por una única especie de dinosaurios saurópodos
saltasáuridos, que vivió a finales del período Cretácico, hace
aproximadamente 84 millones de años, en el Santoniano, en lo que es hoy
Sudamérica. Bonitasaura tenia una mandíbula inferior característica que
presenta un canto vascularizado inmediatamente posterior a la fila de
dientes frontales en forma de clavijas, este canto debió poseer una
envoltura de queratina que se oponía a una similar en la mandíbula
superior, formando una especie de pico con lo que cortaba las ramas para
comer. Este animal tenía un cuello algo corto y arcos neurales robustos
en las primeras vértebras dorsales para recibir fuertes músculos,
indicando el uso del cuello en esfuerzos vigorosos, probablemente
durante la alimentación. El ejemplar encontrado es un subadulto que
habría medido cerca de 7 metros, por lo que se estima que el adulto
habría medido alrededor de 12 metros. Es la evidencia de que luego de la
extinción de los diplodócidos, algunas líneas de titanosauroides
evolucionaron de forma convergente con estos dando cráneos bajos sin los
arcos nasales característicos de otros macronaria por ejemplo de el Brachiosaurus o Argentinosaurus y quijadas más
bajas con la sínfisis angostas y los dientes como lápices, invirtieron
proporciones del miembro, siendo el húmero más corto que el fémur y las
colas rudimentarias de forma de látigo.
Menucocelsior arriagadai.
AranciagaRolando
et al, 2021.
Vértebras del gigante sauropodo
Menucocelsior arriagadai
recuperado en la provincia de Rió Negro.
Reconstrucción
de Menucocelsior arriagadai en vida por Sebastián
Rozadilla.
Dinosaurio
Sauropodo.
Los restos de una nueva especie de dinosaurio, que tiene más
de 70 millones de años, fue descubierto en una expedición científica
que se realizó a 50 kilómetros al sur de General Roca en el Alto
Valle de Río Negro. Recientemente han sido publicados varios
esqueletos de saurópodos, grandes dinosaurios herbívoros con cuellos
largos, pertenecientes a distintos grupos, lo que dan cuenta de una
enorme diversidad de grandes herbívoros en un mismo ecosistema. Durante esta expedición en 2018 el equipo dio
con cientos de fósiles pertenecientes a toda una fauna y flora nueva
para la zona; entre los que se destacan al menos cuatro tipos
distintos de Saurópodos. Estos restos, que incluyen desde vértebras,
costillas, elementos de los pies hasta osteodermos (enormes bloques
de hueso que estos animales portaban en la piel a modo de defensa),
pertenecieron a animales que alcanzaban entre los 8 y los 15 metros
de largo aproximadamente dependiendo del ejemplar. Dentro de todos ellos, se recuperaron los
restos de una nueva especie denominada Menucocelsior arriagadai. De aquí reside la importante acción de los
paleontólogos, al salvar los restos de estos seres que vivieron en
el pasado y reconstruir estos ecosistemas que ya no existen, y que
de otra manera, serían borrados por el tiempo.
Esqueletos de
los pequeños Dinosaurios de Gasparinisauria exhibidos en el
Museo de Geología y Paleontología de Neuquén. Copia del cráneo de
Gasparinisauria en el Museo de Miramar y
recreación (*).
Dinosaurio
Ornitisquio. Fue
hallado por la Paleontóloga Zulma Gasparini del Museo de La Plata
en el año 1996. Era un Dinosaurio Ornitisquio que muestra evidentes
diferencias con las formas comparables de Laurasia, al punto de que
los Doctores Corea y Salgado están estudiando la posibilidad de
agruparlo en una familia nueva, la "Gasparinisauridae". Al
contrario de otros Ornitisquios ya descubiertos, se trata de un
animal de pocas dimensiones. Su largo desde la cabeza a la cola fue
de 60 centímetros y su altura debió ser de 40 centímetros. Su
esqueleto presenta la reducción marcada del tamaño de los miembros
anteriores con respecto a los posteriores, los que son
proporcionalmente fuertes. Las piezas "tipo" de estos
Dinosaurios fueron encontradas en estratos geológicos mas antiguos
de aquellos que demuestran la invasión de los gigantescos
Dinosaurios Ornitisquios de América del norte conocidos como
Hadrosaurios o "picos de pato". Se alimentaba de vegetales
bajos, como helechos y brotes de coniferas. Sus restos fueron
hallados en la Localidad de Cinco Saltos en la Provincia de Rió
Negro en estratos de 90 millones de años.
Isasicursor santacrucensis.
Novas, F, et al 2019.
Fósiles de
Isasicursor santacrucensis, presentados en el MACN. Imagen
de prensa.
Posible aspecto de
Isasicursor santacrucensis, (*).
Es la única especie conocida del género extinto Isasicursor de dinosaurio ornitópodo elasmariano
herbívoro, que vivió a mediados del período Cretácico, hace
aproximadamente 75 a 70 millones de años, en lo que hoy es la Patagonia
Argentina. Sus restos se encontraron en el territorio de la provincia de
Santa Cruz, cerca de El Calafate. Los sedimentos pertenecen a
la Formación Chorrillo y se describieron formalmente en diciembre de
2019. En este sitio ubicado al sudoeste de la provincia de Santa Cruz,
más precisamente en una montaña desde la que se puede observar el
glaciar Perito Moreno, también se descubrieron hojas, madera petrificada
y abundante polen de plantas prehistóricas durante las campañas
realizadas en enero y marzo de 2019. El nombre de Isasicursor
santacrucensis, es en referencia a Marcelo Isasi, un explorador
y preparador de fósiles del MACN.
Kritosaurus
australis.
Bonaparte et al. 1984
Esqueleto de Kritosaurus
australis hallado en arroyo verde, Rio Negro. Copia en
el Museo de Cs Nat. de La Rioja. Foto de Claudia Parreño.
Cráneo de Kritosaurus
austrealis en el Museo Argentino de Ciencias Naturales
"Bernardino Rivadavia" de Buenos Aires.
Reconstrucción
de Kritosaurus en el Museo de Comahue, Neuquén.
Dinosaurio Ornitisquio.
Es
tal vez una de las especies mejor registrada y estudiada en la
Republica Argentina. Esta muy vinculada al genero Kritosaurus, es de
especial significación paleogeografica ya que muestra relaciones
muy cercanas con especies conocidas en América del norte, lo cual
hace admitir que estos Dinosaurios colonizaron América del sur
provenientes del norte, en una época en quien se establecieron
conexiones físicas entre América central y el noroeste de América
del sur, permitiendo un variado intercambio de faunas terrestres en
ambas direcciones. Los esqueletos rescatados permiten saber que
tenia 3 metros de altura y 5 de largo. Se alimentaba de hojas y piñas
de coniferas. Una adaptación especial se encontraba en el hocico
ancho en su extremo, semejante al pico de un pato, apto para
arrancar grandes bocados de alimento. Los primeros restos de este
animal fueron hallados por un grupo del Museo Argentino de Ciencias
Naturales de Buenos Aires, en la localidad de Los Alamitos, en la
Provincia de Rió Negro, pero también se han registrado restos de
Hadrosaurios en Chubut y La Pampa, mientras que en la Provincia de
Salta han sido documentadas numerosas huellas en rocas
pertenecientes a antiguas playas costeras de un antiguo mar que cubría
parte del Norte Argentino, hace 70 millones de años.
Talenkauen santacrucensis.
Novas et al., 2004.
Fósil
de
Talenkauen santacrucensis tomado de
Wikipedia.
Esqueleto completo montado de
Talenkauen santacrucensis en el
MACN.
Aspecto de
Talenkauen santacrucensis
(*)
Dinosaurio Ornitisquio.
Se
llama Talenkauen por la voz del idioma aonikenk que
significa "cráneo pequeño" y santacrucensis ya que
proviene de Santa Cruz; pertenece a un linaje cuya presencia en la
región parece haber estado no tan difundida como las de los enormes
saurópodos. Talenkauen es uno de los pocos dinosaurios
ornitisquios hallados en América del Sur, por lo que incrementa el
panorama de la diversificación de estos reptiles, muy poco conocidos
en nuestro continente. Los ornitisquios fueron saurios herbívoros de
tamaño mediano, que se desplazaban sobre las patas traseras. La
expedición que realizó el hallazgo, liderada por el Paleontologo
Fernando Novas, paleontólogo del Museo de Ciencias Naturales
Bernardino Rivadavia de Buenos Aires, fue financiada por National
Geographic Society. En cuanto a la descripción de los restos del
animal del que los paleontólogos hallaron un solo espécimen, casi
completo, fue recientemente publicada en la revista especializada
Ameghiniana de la Asociación Paleontológica Argentina. Por entonces,
el continente era dominado por los saurópodos titanosaurios,
inmensos dinosaurios herbívoros, cuyo ejemplar máximo era el
Argentinosaurus huinculensis, con sus 110 toneladas de peso
distribuidas a lo largo de un cuerpo de 40 metros de largo. El
linaje de los ornitisquios, por su parte, no estaba tan extendido en
las tierras del supercontinente Gondwana (que incluía lo que hoy es
América del Sur, Africa, Madagascar e India), aunque sí en regiones
más cercanas al polo, como la Antártida, Nueva Zelanda y Australia.
Genyodectes serus.
Woodward, 1901.
Ejemplar tipo
exhibido en el Museo de La Plata.
Aspecto en vivo de Genyodectes. (*)
Dinosaurio
Terópodo. Es un género
representado por una única especie de dinosaurio terópodo ceratosáurido,
que vivió a mediados del período Cretácico, hace aproximadamente 116
millones de años, durante el Aptiano, en lo que hoy es Sudamérica. El
material holotipo, MLP 26-39, fue recogido de Cañadón Grande,
Departamento Paso de Indios en la Provincia del Chubut, Argentina.
Consiste en un hocico incompleto, incluyendo los premaxilares, las
porciones de ambos maxilares, el dentario derecho e izquierdo, muchos
dientes, un fragmento del esplenio izquierdo, y las partes de los
supradentarios. Estos elementos están mal preservados y algunos
articulados. El premaxilar de Genyodectes posee los
dientes relativamente grandes y que resaltan, y a partir de esta esta
característica es que el género fue nombrado. El nombre proviene del
griego genys "mandíbula" y dektes "morder". Se has
estimado un tamaño de alrededor de 9 metros de largo. El género fue
considerado por largo tiempo como nomen dubium, debido a lo
fragmentario de sus restos y a lo dudoso de su ubicación estratigráfica.
Sin embargo, una reciente redescripción de Rauhut, O. W. ha aportado
algo de claridad a la clasificación taxonómica válida de
Genyodectes serus, la única especie del género. El Paleontólogo
inglés Sir Arthur S. Woodward describió a Genyodectes en
1901, después de Loncosaurus, siendo el segundo dinosaurio
no aviar descrito del continente suramericano, y seguía siendo el
terópodo suramericano más completo hasta los años de 1970. Durante la
década pasada, el holotipo ha sido referido como un megalosáurido,
tiranosáurido, Theropoda incertae sedis, y un posible abelisáurido,
quizás incluso un sinónimo mayor de Abelisaurus. Sin
embargo, el retiro reciente de la "matriz artificial" fósil holotipo, en
el cuál se había exhibido por largo tiempo, ha permitido una nueva
evaluación del espécimen. Rauhut concluyó que el espécimen carece
sinapomorfías importantes de abelisáurido y del tiranosáurido, pero
encontró muchos rasgos neoceratosaurianos. Esto parecería implicar Genyodectesestaba más cercano a Ceratosaurus
que a los abelisáuridos derivados, que también decienden de animales
como Ceratosaurus. También, estudiando expedientes
históricos y la preservación de los huesos, Rauhut concluyó que el
espécimen fue recogido probablemente del Miembro Cerro Castaño de la
Formación Cerro Barcino entre el Aptiano y el Albiano. Rauhut
diagnostica a G. serus por lo siguiente: " Se diferencia
de todos los terópodos con la excepción posible de Ceratosaurus
en que los dientes premaxilares están arreglados en un traslapado
apretado y las coronas maxilares más largas del diente son más largas
apicobasalmente que la profundidad dorsoventral mínima de la mandíbula.
Se diferencia de Ceratosaurusen presencia de cuatro
dientes prermaxilares, en vez de tres.
Unquillosaurus ceibalii.
Powell, 1979.
Huesos pelvicos de
Unquillosaurus (*)
Aspecto en vida de
Unquillosaurus (*)
Dinosaurio
Terópodo. Es un
género representado por una única especie de dinosaurio terópodo
dromeosáurido, que vivió a finales del período Cretácico, hace
aproximadamente 83 y 71 millones de años, en el Campaniano, en lo que es
hoy Sudamérica. Unquillosauruses un dromeosáurido que se
estima que llego a medir 3 metros de largo y 1,40 de alto, pesando cerca
de los 40 kilogramos. El holotipo fue encontrado en la Formación Los
Blanquitos, en la provincia de Salta en el noroeste de Argentina. En un
principio se pensó que pertenecía a un terópodo gigante de 11 metros de
largo. Es conocido solo por un pubis izquierdo casi completo. En el 2004
Novas y Agnolin determinaron el surco próximo supuesto de diagnóstico
conocido por Powel (1979) no existe, y es realmente el pedúnculo púbico
del ilion roto y desplazado. Esto permitió que identificaran un
pedúnculo púbico ventral cóncavo, y el ángulo entre los bordes
anteriores y ventrales en opisthopubis. Qué se ve normalmente pues la
superficie acetábular del pubis es la parte posterior de un pedunculo
iliaco muy largo, saliendo de un espacio muy minúsculo para el
acetábulo, que se dice para asemejarse a los maniraptoriformes. Cosa que
coloca a Unquillosaurus por estos caracteres en
Maniraptora. En 1997,
Ford sugirió que Unquillosaurus fuera similar a
Unenlagia, que ha ido en cuanto a incitar la discusión de la
sinonimia. Sin embargo, Unquillosaurus no es sinónimo con
Unenlagia. Primero, se debe observar que el pubis fue
descrito incorrectamente, la cara medial que es lateral y viceversa.
Dinosaurio
Terópodo. Es un
género representado por una única especie de dinosaurio terópodo
abelisáurido, que vivió en el Cretácico superior (hace aproximadamente
83 y 75 millones de años, en el Mastrichtiano), en lo que hoy es
Argentina. El chenotarsosaurio era un terópodo de tamaño medio con un
peso estimado de 700 kg a 1 t y un largo de 8 m. Se conoce por algunas
vertebras, 2 dorsales y un pie, fémur, tibia, fíbula y astrálago
calcáneo, estos últimos formando la articulación tarso poseen una
extraña unión con la tibia. Encontrado en la estancia “Ocho Hermanos” de
la provincia del Chubut, en sedimentos de la formación Bajo Barreal por
un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Naturales de la
Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco en 1980. El
chenotarsosaurio fue descrito por Martínez, Giménez, Rodríguez y
Bochatey en 1987. Sus restos, vértebras cervico toráxica incompleta,
fémur completo, tibia, ulna y astragalago-calcaneo del lado derecho, se
encontraron asociados con el titanosáurio epactosaurio, peces, anuros,
cocodrilos y otros pequeños restos. Los pocos restos encontrados lo
relacionan con el carnotauro, el fémur es muy parecido, pero las
vértebras presentan pequeñas diferencias por lo que se lo considera un
abelisauridae, lamentablemente los pocos restos encontrado del
abelisaurio impide una clasificación más exacta.
Velocisaurus unicus.
Bonaparte, 1991.
Copia de la pata de
Velocisaurus unicus. Museo de Miramar. (*)
Aspecto en vivo de
Velocisaurus unicus. Wiki.
Dinosaurio
Terópodo. Es un
género representado por una única especie de dinosaurio terópodo
noasáurido, que vivió en el Cretácico superior (hace aproximadamente 87
millones de años, en el Coniaciano), en lo que hoy es Argentina. El
velocisaurio es conocido principalmente por restos de sus extremidades
posteriores. En ellos se observa que su metatarso central era muy
alargado, mientras que los laterales estaban reducidos. Esto pudo
deberse a una adaptación a la carrera, al contrario que en los
coelursaurios corredores que desarrollaron los metatarsos laterales y
redujeron el central. Su talla no debió ser grande, con una altura
aproximada de unos 70 cm.
Alvarezsaurus calvoi.Bonaparte, 1991.
Esqueleto de
Alvarezsaurus Field
Museum of Natural History. (*)
Paleorecreacion en vivo de
Alvarezsaurus.
(*)
Dinosaurio
Terópodo. Es un
género de dinosaurio terópodo alvarezsáurido que vivío a finales del
período Cretácico, en el 89 a 85 millones de años, en el Coniaciano en
lo que es hoy Sudamérica. Fue nombrado así en honor al médico,
investigador e historiador Don Gregorio Álvarez. Se descubrió en la
Formación Bajo de la Carpa y descrito en 1991 por el Dr José Fernando
Bonaparte. Poseía pico y un desarrollado plumaje recubriendo su cuerpo.
Su pico poseía dientes filosos, lo que indica que era un carnívoro que
probablemente se alimentaba de lagartos, insectos, mamíferos pequeños,
etc. Su plumaje recubría su cuerpo permitiéndole estar caliente ante
eventuales bajas temperaturas en el ambiente. El Alvarezsaurus
no era un animal grande: su longitud era de aproximadamente 2 metros y
su altura de casi 1,1 metro, llegando a pesar 20 kilogramos. Fue un
género basal a otros miembros mejor conocidos de la familia
Alvarezsauridae, como Mononykusy Shuvuuia.
Quilmesaurus curriei.
Coria, 2001.
Recreación del aspecto del cráneo de Quilmesaurus.
(*)
Aspecto del
Abelisaurio Quilmesaurus.
(*)
es un
género representado por una única especie de dinosaurio terópodo
abelisáurido, que vivió a finales del período Cretácico, hace
aproximadamente 75 millones de años, en el de Campaniano, en lo que hoy
es la Sudamérica. Los restos pertenecen a la Formación Allen, Grupo
Malargüe, de la Cuenca Neuquén, en Salitral Ojo de Agua, 40 kilometros
al sur de la Ciudad de Roca, Provincia del Río Negro Argentina. El
espécimen proviene de arenisca fluviales que forman parte de la
superficie de la formación y fueron excavados a finales de la decáda de
1980 por un grupo de la Universidad Nacional de Tucumán. Recién fue
descrito en 2001 por Rodolfo Coria donde lo relaciona con los tetanuros
basales. Su nombre proviene de los nativos américanos Quilmes del norte
de Argentina y la especie en honor al Dr. Phillip J. Currie un
paleontólogo canadiense especialista en terópodos. Quilmesaurusera un
depredador de alrededor de 6 metros. Se ha recuperado una tibia derecha
completa y la porción distal del fémur que consisten el holotipo (MPCA-PV-100;
Museo Provincial Carlos Ameghino). El fémur posee una fuerte cresta
distal, y la tibia posee evidencia de la no fusión de los huesos
tarsales proximales con asimetría de los maléolos dístales de la tibia
con el lateral de mayor tamaño que el medial. Esta articulación hizo
pensar a Coria que pertenece a un tetanuro basal, siendo la primera
evidencia de un dinosaurio no-aviano en Sudamérica, en esa época
Sudamérica estaba dominada por abelisáuridos y carcarodontosáuridos como
depredadores grandes. En 2004 Juarez Valieri et al. asignaron a
Quilmesaurusa Abelisauridae basandoce en la marcada expansión
distal de la cresta cnemial y en el extremo distal asimétrico de la
tibia, y a Carnotaurinae por el extremo doblado hacia abajo dela cresta
cnemial. El otro material de terópodo que se ha recuperado dentro estos
mismos estratos ha sido provisionalmente referidos a Tetanurae. Otros
restos de dinosaurios recuperados de la Formación Allen incluyen
titanosaurianos (Aeolosaurus), un lambeosaurino, un nodosáurido y
huevos de dinosaurios.
Pteraichnus manueli.
Calvo, 2001.
Icnitas
(huellas) en el Museo de Geología y
Paleontología de la Universidad de Comahue,
Huesos de Reptil Volador.
Proyecto Dino.
Reconstrucción del reptil
volador en el Museo de Geología y
Paleontología de la Universidad de Comahue,
Reptil volador.
Es otro ejemplar hallado recientemente
y que podría tener algún aspecto similar a los Pterodaustro del
Jurasico de San Luís. La única evidencia que existe hasta hoy, son
unas lajas pertenecientes a sedimentos costeros en donde quedaron
impresas las huellas de este raro animal, lo que no le permite a los
Paleontólogos hacer una reconstrucción fidedigna. Las huellas se
encuentran depositadas en el Museo de Geología y Paleontología de la
Universidad Nacional del Comahue. Los restos fósiles de este animal
proceden del Cretácico de la Villa El Chocon en la Provincia de
Neuquen, Argentina. Su antigüedad es de 105 millones de años.
Huevos sin eclosionar
atribuidos a Patagopteryx, hallados junto a otros sesenta
huevos. Neuquén, Argentina.
Aspecto de Patagopteryx, en el Museo de Geología y
Paleontología de la Universidad de Comahue,
Ave Primitiva.
Es un género extinto de ave que vivió durante el
Cretácico Superior, cerca de 80 millones de años, en lo que ahora es
Sierra Barrosa en el noroeste de la Patagonia, en Argentina. Siendo
del tamaño de un pollo (unos 40 cm y 3 kg de peso), es el primer
ejemplo inequívoco de un ave secundariamente terrestre: su esqueleto
muestra claras indicaciones de que los ancestros de
Patagopteryx eran aves voladoras. Localizado en estratos de
la formación Bajo de la Carpa, los restos originales fueron
descubiertos por Oscar de Ferrariis, director del Museo de Historia
Natural de la Universidad Nacional del Comahue en Neuquén entre 1984
a 1985. Él los remitió al conocido paleontólogo José Bonaparte,
quien describió la especie Patagopteryx deferrariisi
en 1992. Patagopteryxfue originalmente considerado
como un miembro primitivo de las aves ratites. Hoy en día, si bien
se sigue considerando como un ave, está aislada en una familia u
orden separados dentro de los Ornithuromorpha.
Neuquenornisvolans.Chiappe
& Calvo, 1994
Huevo sin eclosionar con
restos óseos del embrión (flecha). Cretácico de Neuquén.
Tomado de Sciency thoughts
Esqueleto parcialmente completo de Neuquenornis (*).
Aspecto
de Neuquenornis (*).
Ave
Primitiva.
Su nombre significa voladora de la ciudad de
Neuquén. Según las sinapomorfías del húmero, radio, unla, fémur,
tarsometatarso y las vértebras pertenecientes a la región del tórax,
Neuquenornis pertenece a un grupo de aves extintas
llamadas Enantornites. También podemos decir que según
características de el tarsometatarso Neuquenornis
pertenece a la familia del cretácico tardío llamadas Avisauridae. Se
caracteriza por tener rasgos primitivos en los miembros posteriores
y rasgos modernos en los miembros anteriores y cintura escapular
notándose así la temprana diferenciación de las aves, en el miembro
posterior rasgos primitivos mientras que en el miembro anterior y
cintura escapular sufrieron rápidas modificaciones adaptadas para el
vuelo.
Notosuchus terrestris.Woodward, 1896.
Fósiles
exhibidos en el Museo de la Univ. del Comahue.
Reconstrucción
de Notosuchus. Museo de Comahue.
Cocodrilo.
Pertenecía
al grupo de los Notosuquios. Tenia un tamaño
relativamente chico, no superaba los 1,5 metros de longitud. Su
dieta incluía solo pequeños invertebrados que hallaba en los
pantanos donde pasaba poco tiempo, ya que los huesos largos de sus
extremidades sugieren hábitos mas terrestres. Su hocico era corto y
algo ancho, con una hilera de dientes afilados, al igual de los
reptiles carnívoros per hacia adentro. Esto ultima característica
señala la presencia de mejillas, las cuales, no permitían el
derroche de alimento. Fueron obviamente animales muy exitosos
durante algún tiempo, ya que aparecen restos con frecuencia en los
mismos depósitos donde los Paleontólogos hallan Dinosaurios. La
estructura esqueletarías de los cocodrilos primitivos del Cretácico
de Patagonia, recuerda fácilmente a los Tecodontes del Triasico ya
descriptos. Durante esta periodo existieron varias formas de
cocodrilos de la misma talla exhibidos en el Museo de Geología y
Paleontología del Comahue, como otro pequeñísimo cocodrilo
rescatado por un grupo del Museo Argentino de Ciencias Naturales
llamado Comahuesuchus brachibuccalis, y otros restos de cocodrilos pequeños
pertenecen a la especie Araripesuchuspatagonicus hallados en la Villa
El Chocon. Los restos de Notosuchus proceden de la formación Rió
Negro y Neuquen de norte de la Patagonia Argentina. En
Uruguay se conoce Uruguaysuchus aznaresi procedente de
Cuchilla de Haedo.
Mosasaurus s.p
Conybeare, 1822.
Vértebra del Cretácico
tardío de la Antartida. Exhibida en el Museo de La Plata.
Aspecto de Mosasaurio del
Cretácico Antartico,
Reptil Marino. Fueron
unos exitosos animales que se alimentaban de peces y grandes
Ammonites. Tenían una diversificación muy importante en los mares
del Cretácico tardío, época en que otros reptiles estaban en
decadencia, como los Plesiosaurios y los Ictiosaurios. El tamaño de
estos ejemplares varían de 9 a 15 metros de largo. Su cuerpo era
delgado con una cola ancha y plana que usaba para impulsarse al
nadar, ya que sus extremidades se habían transformado en aletas.
Sus mandíbulas presentaban dientes cónicos y muy afilados. En
nuestro país se han hallado restos de este animal en sedimentos de
origen marino, asociado a restos de tortuga y otros vertebrados
contemporáneos a este al Norte del Bajo de Santa Rosa, en la región
de las salinas ubicado a unos 100 kilómetros al Sudoeste de la
localidad de Choele Choel en la Provincia de Rió Negro.
Tuarangisaurus cabazzai.Gasparini et al. 2003.
Ejemplar de
Tuarangisaurius cabazzai en el MACN.
Cráneo y
Mandíbula de Tuarangisaurius cabazzai
Aspecto de
Tuarangisaurius cabazzai.
Reptil Marino.
El Museo Municipal de Lamarque contiene restos de plesiosaurios y
dos mosasaurios (especies marinas de 75 millones de años) hallados
en el Bajo de Santa Rosa. La máxima atracción es la réplica en
tamaño real del “Tuarangisaurus cabazzai”, definido como “dragón de
las profundidades”, con el agregado del apellido del pionero de la
búsqueda de fósiles en la zona. Se trata de una especie de saurio
marino que vivió hace 65 millones de años y es el único ejemplar
encontrado en el mundo, según la comprobación científica que hizo el
Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
El 85 por ciento de su estructura ósea fósil pudo ser rescatada por
los Cabazza y los huesos están celosamente guardados en cajas, pero
se exhibe la maqueta fiel elaborada por técnicos del Museo de
Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, de la ciudad de Buenos
Aires. También se conoce a Aristonectes parvidens
procedente de Cañadon Loro.
Niolamia argentina.Ameghino, 1899.
Cráneo de Niolamia
de unos 30 cm de ancho, con grandes cuernos laterales, en el
Museo de La Plata. Placas
tentativamente atribuidas a Niolamia (tortuga gigante de
tierra).
Reconstrucción del aspecto de Niolamia
argentina (*).
Reptil,
tortuga.
Es una de las tantas especies que sobrevivieron al cataclismo que
extinguió a los dinosaurios. Fue
una tortuga terrestre de tamaño colosal y comparable a los grandes
gliptodontes del Pleistoceno. Su cabeza estaba armada por
grandes protuberancias, dos de las cuales se prolongan de manera
extraordinaria, semejantes a los cuernos de un buey. La cola no
pasaba de percibida, ya que se encontraba protegida por un estuche
óseo compuestos por varios anillos imbricados y con protuberancias
cónicas. Los primeros restos de esta tortuga fueron hallados en la
Provincia de Neuquén en el Cretácico superior. Florentino Ameghino
lo dio a conocer en 1899 y lo bautizo con el nombre de
Niolamia, para diferenciarla de la gran tortuga australiana
del Pleistoceno conocida como Meiolania, con la cual
Ameghino creía ligeramente relacionada. Llegaron a medir hasta 2,5
metros de largo. En América del Sur esta especie se prolongo hasta
el Eoceno.
Prochelidaella buitreraensis.
Maniel, I. et al. 2020.
Cráneo de Prochelidaella buitreraensis.
Imagen de la Fundación Azara.
Aspecto de
Prochelidaella buitreraensis.
Ilustración de Carlos A. Gonzáles.
Reptil,
tortuga. Las tortugas son un conocido grupo
de reptiles que se originaron allá entre mediados y fines del
Triásico, junto con los cocodrilos, los lagartos, los dinosaurios y
los mamíferos. Las primeras ya se mostraban acorazadas y sin dientes
y no conocemos mucho acerca de cuál grupo de reptiles fue el que les
dio origen. Sin embargo, desde aquellas primeras tortugas, mucho han
caminado y muchos grupos de tortugas existieron, algunos
completamente extintos ya, y otros con descendencia en la
actualidad. A partir del Cretácico (144-65
millones de años atrás), comienzan a aparecer algunos grupos de
tortugas que podríamos incluir entre las de tipo moderno (comparadas
con las anteriores). Dentro de las tortugas de aguas
dulces, hay dos grandes grupos, clasificados de acuerdo a su modo de
ocultar la cabeza: Las criptodiras (las que retraen el cuello
directamente hacia dentro, como nuestra conocida tortuga de tierra),
y las pleurodiras (aquellas que retraen el cuello lateralmente). Prochelidaella buitreraensis es
una antigua tortuga quélida de unos 30 centímetros de largo pero de
unos 95 millones de años de antigüedad. Fue descubierta en La
Buitrera, una localidad fosilífera situada cerca de Cerro Policía,
en el noroeste de Río Negro, a unos 1.300 kilómetros de Buenos
Aires. El material estudiado incluye un
cráneo muy completo, el mejor preservado mundialmente para una
tortuga quélida del Cretácico, junto con varios otros huesos y
partes de caparazón.
Dinilysia patagonica.Smith- Woodward 1901.
Tocón con
restos esqueletarios muy completos de la culebra Dinilysia
patagonica, del cretácico superior de la Formación Rió
Colorado. Ejemplar del Museo Argentino de Ciencias Naturales
Bernardino Rivadavia. Cráneo y
mandíbula de la colección del MACN de Buenos Aires.
Recreación
y restos fósiles en el Museo de Geología y Paleontología de Comahue,
Neuquén.
Ofidio. Fue una
especie de culebra que vivió durante el cretácico superior de la Patagonia Argentina, hace 70 millones de años antes del presente, de
la cual se conocen restos muy completos de su esqueletos,
preservados principalmente en el Museo de Geología y Paleontología
del Comahue y en el Museo
Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia de Buenos
Aires. En el año 2001 se hallaron en una campaña varios restos
esqueletarios en la Formación Rió Colorado, asociados a restos de
cocodrilos cretácicos. Durante el año 2006, el Museo Argentino de
Ciencias Naturales dio a conocer una nueva especie de serpiente pero
con patas traseras, tratándose del ejemplar mas primitivo encontrado
hasta la actualidad, al cual bautizaron como
Najash rionegrina,
con una antigüedad de 90 millones de años,
demostrando que estos reptiles evolucionaron en tierra firme.
Najash rionegrina.Apesteguía &
Zaher, 2006.
Reconstrucción
en vivo
y fósiles donde se observan las patas y el cráneo completo de
Najash rionegrina. Prensa.
Ofidio.
Las primitivas serpientes del período Cretáceo
tenían patas y vivieron en la provincia de Río Negro, Patagonia,
Argentina. La conclusión surge a partir de un fabuloso
descubrimiento realizado por el paleontólogo argentino Sebastián
Apesteguía en el paraje La Buitrera, a 20 kilómetros de Cerro
Policía. El animal fósil vivió hace unos 90 millones de años, midió
unos dos metros de largo y su existencia plantea claramente la
posibilidad de que la evolución de los ofidios se dio más en la
tierra que en el mar, contra lo que se creía. La serpiente fósil fue
bautizada como "Najash rionegrina" y vivió en el
período Cretácico superior en una zona donde, entre otra fauna, se
ha encontrado una madriguera de efenodontes. La revelación
científica detalla que esta serpiente estaba dotada de robustas
patas posteriores con las que podía escarbar. Esto hace suponer que
las primeras serpientes evolucionaron probablemente más en tierra
que en el mar. El nombre científico de "Najash rionegrina"
esta inspirándo en el nombre hebrero de la serpiente bíblica, Najash,
y en el lugar de su hallazgo. Gracias a este descubrimiento, los
científicos disponen por primera vez principalmente del hueso sacro
(el hueso triangular que está situado en el centro de la cadera) y
otros huesos de la pelvis que unen la espina dorsal y los restos de
las patas traseras de un reptil. La robustez de las patas de la
serpiente fósil hace pensar en un animal que tenía la costumbre de
escarbar con ellas. Más tarde, los descendientes de la especie
descripta perdieron su hueso sacro y después las patas al cambiar de
estilo de vida. Algunos nunca abandonaron tierra firme, y otros se
adaptaron a la vida acuática. Además, puesto que ésta es la única
culebra conocida que no ha perdido su hueso sacro, necesariamente
debe ser la más primitiva. Desde que se comenzo a trabajar en La
Buitrera se han encontrando muchos huesitos que se identificaron
como de serpientes, las apariciones fueron varias, incluso parte de
un cráneo. En 2019, se dio a conocer el hallazgo de varios restos
nuevos, incluyendo un cráneo completo, y
permite echar luz sobre polémicas que existían desde hacía tiempo en
la comunidad científica respecto a los cambios anatómicos que
tuvieron las serpientes hasta llegar a ser como son actualmente, ya
que, hasta el momento, existían pocos fósiles tan completos y bien
preservados que permitieran estudiar su evolución.
Priosphenodon avelasi.Apesteguia &
Novas, 2003.
Cráneo y mandíbula de
Priosphenodon avelasi.
Cráneo completo y reconstrucción
en el MACN y reconstrucción de
Priosphenodon,
Reptiles, esfenodonte. Paleontólogos
argentinos han encontrado un eslabón perdido en la evolución de un
grupo de reptiles, los esfenodontes, que se creía mayormente extinto
120 millones de años atrás, aun cuando uno de sus sucesores, como el
tuatara, actualmente viva en Nueva Zelanda. Desenterrado 80
kilómetros al sur de Cipolletti, Provincia de Río Negro, el
Priosphenodon avelasi, de tan sólo un metro de alto por algo
más treinta centímetros de alto, permite comprender qué fue de esta
estirpe de reptiles que convivieron con los dinosaurios, durante los
120 millones de años que transcurrieron tras el momento de su
supuesta desaparición. Este es un hallazgo muy importante, no sólo
porque es un animal desconocido hasta ahora, sino porque permite
reconstruir ese período durante el cual la ausencia de los esfenodontes en el registro fósil hizo pensar que se habían
extinguido. Este tipo de lagartos fue muy abundante durante el
Triásico y el Jurásico, pero los investigadores postularon que su
presencia comenzó a decaer durante el Cretácico debido al avance de
nuevas oleadas de reptiles. Pero lo que las teorías sobre la
evolución de los esfenodontes no podían explicar era cómo uno de sus
sucesores vive aún hoy, a 120 millones de años de su supuesta
extinción. La respuesta propuesta por Novas y su colega Sebastián
Apesteguía, ambos del Museo Argentino de Ciencias Naturales de
Buenos Aires, es que los esfenodontes sobrevivieron varios millones
de años más en el hemisferio sur. En América del Sur habrían
desaparecido 65 millones de años atrás al ver ocupado su nicho
ecológico por los modernos lagartos; en la Antártida (donde se
supone que habrían morado, aun cuando no hay evidencias fósiles de
ello) habrían perecido 40 millones de años atrás cuando el clima se
tornó excesivamente frío, mientras que en Oceanía está el tuatara
neozelandés, epílogo viviente de la novela de los esfenodontes. En
los trabajos de campo en las inmediaciones de Cerro Policía, a 80
kilómetros al sur de Cipolletti, han podido rescatar 20 ejemplares
completos de Priosphenodon avelasi, y más de 200
incompletos". Las pistas que condujeron al hallazgo del
Priosphenodon avelasi datan de 1922, cuando el geólogo
Walter Schiller y el paleontólogo Santiago Roth realizaron numerosos
hallazgos de fósiles en las cercanías de Cerro Policía, en la
provincia de Río Negro. En el año 2014, se dio a conocer
Priosphenodon minimus, cuyocráneo que apenas supera
los dos centímetros, y recuperado en la Provincia de Chubut. Esta
nueva especie enana está emparentada con los esfenodontes de Río
Negro, que también son del Cretácico, con la diferencia de que éstos
medían más de un metro y sus cráneos superaban los 15 centímetros
Patagosphenos watuku.
Gentil et al. 2019.
Reconstrucción del cráneo de Patagosphenos
watuku, un esfenodonte del Cretácico de Rió Negro.
Reconstrucción paleoartística de
Patagosphenos watuku. Crédito: Sebastían Rozadilla. Prensa.
Reptiles.Los
esfenodontes o tuátaras (Sphenodon) son un grupo de reptiles
que en la actualidad se encuentra representado solo por dos especies
–Sphenodon punctatus y Sphenodon guntheri-,
localizables únicamente en algunas islas menores de Nueva Zelanda, y
cuyo registro fósil más antiguo data de tiempos del Tríasico
Superior, hace más de 200 millones años. A diferencia
de lo que ocurre en la actualidad, durante la Era Mesozoica
(comenzada 250 millones de años atrás y culminada hace alrededor de
65 millones años) en la que los dinosaurios gigantes llegaron a
dominar la Tierra, diversas especies de tuátaras podían encontrarse
dispersas en la mayor parte de los continentes. En Sudamérica,
los fósiles más recientes de este grupo de reptiles corresponden al
Paleoceno (65 a 60 millones de años atrás), la época inmediatamente
posterior a la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno que acabó
con cerca del 75 por ciento de los seres vivientes existentes, entre
los que se encontraban, por ejemplo, la mayoría de los dinosaurios. En febrero de
2018, un equipo de paleontólogos del CONICET en el Museo Argentino
de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACN, CONICET) y la
Fundación de Historia Natural Feliz de Azara dirigido por Fernando
Novas, investigador principal del Consejo, encontró en la localidad
de Campo Violante (Provincia de Río Negro), en la que afloran rocas
del Cretácico Superior de 90 millones años, restos del esqueleto de
una nueva especie de esfenodonte, a la que bautizaron
Patagosphenos watuku. Tanto la descripción anatómica como los
estudios paleohistológicos de los restos del espécimen hallado
fueron publicados recientemente en la revista Cretaceous Research.
Aunque la estructura anatómica de Patagosphenos watukdifiere de la de
los esfenodontes actuales, desde el punto de vista histológico
existen similitudes claves. Ambos poseen una corteza ósea
relativamente gruesa en comparación con la de otros reptiles, lo
cual podría favorecer la adaptación a climas fríos. Recientemente se
dieron a conocer a Tika giacchinoi,Notosphenos finisterre
y Alamitosphenos mineri.
Magallanodon sp. Goin
et al, 2020.
El Dr Nicolas
Chimento del MACN-Conicet, con el molar de Magallanodon
en su mano.
Aspecto de
Magallanodon. Ilustración de Mauricio Alvarez.
Mamífero.
Es un género de mamífero del grupo extinto Gondwanatheria.
Contiene una sola especie, Magallanodon baikashkenke, que
corresponde al primer mamífero de la era Mesozoica descubierto en Chile
y Argentina, perteneciente al periodo del Cretácico superior, con una
antigüedad de unos 74 millones de años. Fue reconocido por unos
dientes individuales encontrados en una cantera del cerro Guido, en el
valle del Río de Las Chinas, en la Región de Magallanes y de la
Antártica Chilena. Los fósiles provienen de la formación Dorotea. Del
tamaño de un coipo, el Magallanodon es comparable en
tamaño a los hipsodontes Gondwanatherium (Cretácico
tardío) y Sudamerica (Paleoceno temprano), con dentadura similar pero
con molares soportados por cuatro a cinco raíces. Al igual que en otros
gondwanaterios, tiene al menos un incisivo hipertrofiado, similar a un
roedor en la mandíbula superior. Con dicha evidencia, se infiere que
tenía hábitos herbívoros, pudiendo haberse alimentado de plantas como
helechos. Su hábitat correspondía a bosques frondosos y ríos con
meandros, siendo en ese entonces un ambiente cálido subtropical con
pulsos de frío. aleontólogos del Museo Argentino de Ciencias Naturales
presentaron un nuevo espécimen a unos 15 kilómetros del glaciar Perito
Moreno, un equipo de investigadores argentinos y japoneses descubrió
restos de un pequeño mamífero de 70 millones de años de antigüedad. Magallanodon convivió con los dinosaurios Nullotitan
glariaris, un gigante de 25 metros de longitud, e
Isasicursorsantacrucensis.
Vincelestes
neuquenianus.Bonaparte 1986.
Cráneo y mandíbula del
primitivo Vincelestes del Cretácico Patagónico. (*).
Cráneo y
mandíbula de Vincelestes del Cretácico Patagónico.
Ciencia Hoy.
Reconstrucción
en vivo (*).
Mamífero. De
tamaño pequeño, con una talla similar a la de un roedor, se trata
de un mamífero muy completo y antiguo del mundo. Fue hallado por un
grupo de Paleontólogos y técnicos del Museo Argentino de Ciencias
Naturales de Buenos Aires, en la formación La Amarga, a 70 kilómetros
de la ciudad de Zapala, Provincia de Neuquen, Argentina. Se trata de
6 cráneos completos, asociados a los restos pos-craneanos que son
muy significativos para interpretar la evolución de estos
micromamiferos de este momento geológico. Poseían molares
relativamente avanzados del tipo simetrodonte, es decir, que los
molares superiores e inferiores formaban ángulos invertidos para
lograr una trituración mejor de los alimentos. Los restos hallados
han permitido saber que estas pequeñas criaturas poseían
"dientes de leche" y que se reproducían por medio de
placenta. Otro sitio Paleontológico corresponde a la localidad de
Los Alamitos en la Provincia de Rió Negro, cuyos sedimentos tienen
una antigüedad de 75 millones de años. Hoy sabemos que son muy
distintos a los mamíferos evolucionados en el hemisferio norte.
Enchodus ferox.Leidy 1855.
Maxilar y mandíbula de Enchodus
sp. (*).
Diente de
Enchodus sp. (*)
Aspecto del pez
dientes de sable Enchodus (*).
Pez. En uno de
los yacimientos fósiles más importantes del país, a 150
kilómetros de la ciudad rionegrina de Lamarque, se
encontraron unos ocho dientes muy grandes y característicos de esos
peces. Las
piezas aportan más información sobre cómo era el hábitat de la zona
cuando todavía Río Negro se encontraba bajo el mar. Los
investigadores ya tienen los primeros resultados del estudio de los
restos hallados: ocho dientes palatinos y un fragmento de mandíbula
con un diente incrustado. Pertenecen al Cretácico Superior y estaban
sobre una elevación del terreno, a la intemperie, seguramente por la
erosión del suelo que producen la lluvia y el viento. En ese
yacimiento, hace millones de años, existía una entrada del
mar desde el Atlántico que prácticamente llegaba a
comunicarse con el Pacífico. Hoy, esa zona es la que forman
Río Negro, una parte de La Pampa y el sur de Buenos Aires.
Los peces dientes de sable, precisaron los especialistas,
medían por lo menos 1,5 metros de largo y tenían la cabeza
mucho más grande que el cuerpo. Poseían dos grandes dientes
palatinos, uno a cada lado de sus fauces, que no sólo serían
"inconfundibles" por su tamaño, sino también por los bordes
y su gran resistencia. Existe más de una
especie de dientes de sable del género Enchodus. "El
estudio nos permitirá dilucidar si se trata de la misma especie o no
-dijo Bogan-. Por ahora, tenemos indicios de que encontramos más de
una." Es que uno de los dientes posee pequeños serruchos en los
bordes, sólo visibles al microscopio, que serían característicos del
Enchodus ferox. Los restos revelan también que son de
ejemplares de distintos tamaños y edades (adultos y juveniles) y
sobre uno de los dientes existen dudas de si se trata de algún
espécimen ya descripto en otros lugares del mundo.
Pteridophyta.
Plantas.
Este grupo incluye a los vegetales con estructura vascular más
antiguos que vivieron sobre el planeta. Los Helechos conforman la
parte esencial del grupo y los más antiguos se registran en
estratos paleozoicos en todo el mundo. Su ubicuidad y resistencia a
condiciones adversas de clima y suelos lo convierten en seres de una
plasticidad ecológica extrema, igualada sólo por las angiospermas.
Luego de catástrofes producidas por incendios o erupciones volcánicas
e inundaciones,, suelen ser, y fueron, los primeros colonizadores de
los ambientes arrasados. La gran capacidad de dispersión de los
helechos los convierte en excelentes elementos fósiles para
realizar correlaciones cronológicas a largas distancias, a escala
continental. Durante el Cretácico en la Patagonia, los helechos
proliferaron tanto en comunidades boscosas como en las praderas y
valles. En general han pertenecido a familias que aún hoy perduran,
aunque en menor escala, como las Osmundaceas, Gleicheniaceas o
Dipteridaceas. Pero durante este período aparecieron o se
diversificaron otros helechos que hoy predominan en nuestras floras,
como las Pteridaceas, Cyatheaceas, Hymenophyllaceas, o los
"helechos serrucho" que hoy en día adornan nuestros
jardines. Los helechos debieron haber cubierto enormes extensiones o
terrenos planos ocupando los nichos ecológicos que hoy corresponden
a las Gramíneas y otras Angiospermas que a la sazón aún no habían
aparecido.
Bennettitales.
Plantas.
Las Bennettitales pertenecieron al grupo de las Gimnospermas
(plantas con semillas desnudas), fueron netamente mesozoicas
(vivieron en la Era Secundaria) y se extinguieron a fines del período
Cretácico. En nuestra Patagonia formaron comunidades muy numerosas
que convivieron con coníferas y helechos en zonas llanas y abiertas
(sabanas). Se las ha considerado antecesoras de las Angiospermas
(plantas con flores) por poseer sus estructuras reproductivas
características semejantes a las flores actuales. Fueron plantas
semejantes a las Cycadales, tenían el aspecto de pequeñas palmeras
de 1 a 3 metros de altura, con troncos cilíndricos, columnares o a
veces globosos y con pocas o ninguna ramificación. La superficie de
sus troncos estaba cubierta por cicatrices o bases foliares (lugar
donde se insertan las hojas). Sus hojas eran grandes, con láminas
enteras o divididas en foliolos alargados, dispuestas en el extremo
superior del tronco formando una corona. Los órganos reproductores
se encontraban dentro de conos semejantes a flores insertas entre
las bases foliares. Existieron distintos géneros de Bennettitales
que se diferenciaron fundamentalmente por la forma de sus hojas. En
Patagonia, los géneros más representativos fueron Zamites,
Otozamites, Dictvozamites, Pterophyllum y Ptilophyllum.
Angiospermae. Linneo,
1735.
El fósil de la
angiosperma más antigua conocida. Lajas fosilíferas de la Sierra El Gigante, en
el noroeste de la provincia de San Luís.
Aspecto de las
antiguas
angiospermas.
Plantas.
Se ha preservado una flora excepcional en la localidad fosilífera
de Baquero, en la Provincia de Santa Cruz, es que los restos
plantiferos se hallan momificados y no como improntas, esto
significa que los tejidos de las plantas se han fosilizado de tal
manera, que se conservaron las ultraestructuras de una manera casi
tan perfecta como un vegetal viviente. Este fenómeno estuvo dado
fundamentalmente por intensas lluvias de ceniza volcánica fría de
centros en constante actividad ubicados al oeste, formando extensos
mantos sedimentarios. Uno de los rasgos mas interesantes de los fósiles
de Baquero, es que aparecen por primera vez en todo Gondwana las
Angiospermas, las cuales son las primeras plantas que utilizan sus
flores para reproducirse, lo que implica, la interacción con
insectos polinizadores. Antes de que aparecieran este nuevo grupo,
solo existían las coniferas de colores verdes, dando al paisaje
monocromia, pero las Angiospermas se extendieron en todos los
ambientes y formas como árboles, arbustos, plantas y pastos, los
que especialmente en la primavera Cretácica coloreaban toda la región.
Esto fue la consecuencia evolutiva que un gran grupo de animales
pudieran percibir los colores de plantas y frutos. Estos cambios en
la naturaleza no implican sin embargo un determinismo a una meta
especifica, sino mas bien, un cambio casual, es decir, al producirse
un organismo nuevo con ventajas para vivir en el ambiente que lo
rodea, este tiende a reproducirse eficazmente.
Los estudios
realizados por Dilcher, junto con el doctor Edgardo Romero, de la
Universidad de Buenos Aires, permitieron demostrar que unas hojas
fósiles, descubiertas en la década de 1980, correspondían a la
angiosperma más antigua de la Argentina. Las evidencias de esta
primitiva planta fueron halladas en una cantera abandonada de la
sierra El Gigante, en el noroeste de la provincia de San Luis, por
el doctor Mario Hünicken, de la Universidad Nacional de Córdoba. Las
lajas en las que se encuentran estos antiguos vegetales se
originaron a partir de sedimentos depositados hace unos 115 millones
de años en el fondo de un antiguo lago, hoy inexistente. Estos
vegetales del pasado se fosilizaron por compresión y momificación.
En la compresión, la planta es cubierta por los sedimentos en un
medio acuoso y las sustancias orgánicas presentes en el vegetal,
principalmente celulosa y lignina, después de un tiempo se
convierten en carbón. Como consecuencia de ello, la materia orgánica
se preserva como una capa carbonizada. La momificación se produce en
ciertas partes de las plantas, como la cutícula que cubre la
epidermis, que tienen componentes orgánicos resistentes a la
oxidación. Este es el segundo hallazgo de angiospermas del Cretácico
temprano que se realiza en el país. En 1986 Romero y el doctor
Sergio Archangelsky, del Museo Argentino de Ciencias Naturales
"Bernardino Rivadavia", anunciaron, en la revista científica
estadounidense Science, el descubrimiento de unas hojas fósiles
halladas en la provincia de Santa Cruz que poseían una antigüedad
similar a las de San Luis.
Araucaria grandifolia.Del Fueyo y Archangelsky 2002.
Hoja de
Araucaria lefipanensis del Cretácico
de Chubut. Museo Egidio Feruglio.
Detalles de piña o cono de
Araucaria sp (*). Araucaria fosilizada junto a la rama. (*)
Árboles.
Las
Coniferas fueron y son plantas generalmente arbóreas que alcanzan
grandes alturas y suelen vivir en comunidades puras o bien asociadas
a otros grupos de Angiospermas. Es uno de los grupos de Gimnospermas
más antiguos, reconocido ya en estratos del Carbonífero, y que
adquirió gran difusión en el Mesozoico, especialmente durante los
períodos Jurásico y Cretácico. Durante el Jurásico y gran parte
del Cretácico, fueron los árboles por excelencia como lo
demuestran los numerosos testigos petrificados que se encuentran en
diferentes latitudes del planeta. En la Patagonia, se halla uno de
los ejemplos más espectaculares conocidos en todo el mundo, el de
los Bosques Petrificados de la provincia de Santa Cruz, reconocido
como Monumento Natural. Esta impresionante acumulación de troncos
petrificados, algunos en situación de vida (in situ), cuyos tamaños
superan los 30 metros de longitud y los 2 metros de diámetro,
confirman que el género Araucaria era el dominante en las
asociaciones jurasicas y que los escasos bosques que aún persisten,
son descendientes de esas inmensas forestas que habitaron la
Patagonia hace 150 millones de años. Otros testimonios
espectaculares de su presencia austral son las acumulaciones de
"piñas" o estróbilos que se han registrado en varias
localidades de esa provincia y que son continuamente saqueados para
perjuicio de la ciencia, que pierde así la posibilidad de indagar
en las estructuras preservadas con un detalle excepcional. Durante
el Cretácico, las araucarias continuaron con su dominio, pero otras
Coniferas se diversificaron y también ocuparon numerosos nichos
ecológicos. Algunas se extinguieron durante el Cretácico (tal es
el caso de las cosmopolitas Cheirolepidiaceas), que producían un
polen de estructura única, denominado Classopoliss, mientras que
otras aún viven en los bosques andinos-patagónicos, como las
Podocarpaceas. La Patagonia siempre fue una región del planeta
donde las coníferas dominaron en las asociaciones paleofísicas,
como lo demuestran los registros más primitivos del Paleozoico Tardío.
Ginkgophyta. Gorozh.
1904.
Árboles.Están representados en la actualidad por una sola especie, Ginkgo biloba, ampliamente cultivada en todo el mundo. Son y fueron
vegetales arbóreos con hojas características por su forma como
abanico y con las venas divididas en horqueta (dicotómicas). Son
dioicas, es decir órganos sexuales están en individuos separados,
los poliníferos en los masculinos y los ovulíferos en los
femeninos. Los óvulos son, en la especie actual, simples
pedunculados. Su historia geológica se remonta a la era paleozoica
con el hallazgo de diferentes tipos foliares similares a los
actuales o mesozoicos, también referidos a la clase. En el Cretácico
de la Patagonia, se han encontrado importantes restos de este grupo,
con especimenes fértiles, portadores de numerosos óvulos
dispuestos en forma compacta (tipo estróbilo) y que se describieron
como género Karkenia. Posteriores hallazgos de fósiles similares
en otras regiones del planeta, algunas muy alejadas, como Siberia,
permitieron establecer una nueva familia, las Karkeniaceas, en
homenaje a las formas patagónicas originales. Este fósil demuestra
que existió un linaje, hoy extinto, de Ginkgoales que poseían órganos
ovulíferos estrobiliformes. Es interesante destacar que en
Patagonia encontramos también formas paleozoicas con
fructificaciones que han sido referidas al grupo como posible stock
ancestral de los linajes mesozoicos.
Otros
vertebrados del Cretácico Argentino:
Dinosaurios: Unquillosaurus ceibali, Secernosaurus koerneri, Talenkauen santacrucensis,
Anabisetia saldivial, Notohypsilophodon
comodoirensis
Reptiles:
Cynodontosuchus.
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